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martes, 10 de agosto de 2010

Madrid o las elecciones primarias


En el Partido Socialista de Madrid se ha iniciado el proceso de elecciones primarias para elegir entre Tomás Gómez, líder del PSM, o Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad, como candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, un proceso que de facto ha empezado ya y que promete captar la atención de la opinión pública.

Estas primarias vienen a ser el medio de arreglar la situación interna del PSM de cara a las elecciones regionales del año que viene. En 2007, Tomás Gómez fue elegido secretario general del PSOE madrileño gracias al apoyo de los alcaldes socialistas de Madrid (cuyo número va, por desgracia, decreciendo elección tras elección en Madrid) y, sobre todo, por el apoyo del aparato de Ferraz. Tomás Gómez ha pasado de ser la apuesta de Ferraz a ser su obstáculo. Las relaciones con José Blanco son notoriamente malas y Ferraz sabe que todas las encuestas son adversas para el PSM en Madrid si Tomás Gómez encabeza la candidatura socialista.

Tomás Gómez
ha conseguido agrupar a la mayoría del partido en torno a él. Sin embargo su liderazgo viene lastrado por el desconocimiento de su trabajo por la opinión pública, el hándicap de no ser miembro de la Asamblea de Madrid y sus tibias propuestas políticas que apenas se han podido observar por los medios de comunicación. Cualidades, sin duda, no le faltarán. Ha sido uno de los alcaldes con más apoyo popular de España, con una gestión eficiente y un ejemplar saber relacionarse con la ciudadanía, caso de las asambleas vecinales (a dos de las cuales pude asistir), celebradas por la región. Todo ello, empero, no le ha valido para convertirse en un duro adversario de Esperanza Aguirre. De ahí surge la candidatura de Trinidad Jiménez.

Trinidad Jiménez también
tiene experiencia en la política madrileña, como candidata y líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid. Conocido es el "trinimaratón" que realizó por los barrios de la capital y su famosa chupa de cuero de la propaganda electoral. A esa imagen cercana se le añade su gestión al frente del ministerio de Sanidad, que le ha dado experiencia de gobierno y notoriedad suficientes como para igualarse a Aguirre. En ello se basa su candidatura, apoyada directamente por Zapatero.

Zapatero se juega mucho en esta operación
. Resulta gracioso que los dos candidatos se proclamen adalides de las primarias, proceso que se celebro por primera y única vez en 1999 de forma general (no hay que olvidar que sí se han celebrado primarias en otras zonas de España), cuando se eligieron candidatos por las alcaldías, regiones y a Josep Borrell a la presidencia del gobierno. Ninguno quería primarias, por el simple hecho de que nadie amenazar una cómoda posición. Zapatero, sinceramente, está mostrando los efectos del síndrome de la Moncloa y la "aznarización" en la designación digital de candidatos electorales.

¿Qué riesgos suponen estas primarias? Hay que alejarse de los discursos de autoalabanza de que "se da la voz a los militantes" o que se demuestra la democracia interna del partido socialista. Hay que ir a lo que está detrás, lo que se juega en este proceso.
Una derrota de Trinidad Jiménez supondría una censura a Zapatero, venida directamente de una federación del partido. Tómas Gómez sabe que tiene oportunidades y ventaja porque está seguro de contar con la mayoría de la federación regional de su parte. Habrá que ver si esa mayoría permanece sólida o el poder del aparato de Ferraz es más atractivo. No quiero arriesgarme a pronosticar qué ocurrirá.

El PSM parece enfrentarse a un terrible dilema
: una candidata con buena valoración electoral con un aparato regional abverso, frente a un candidato con pésimas opciones electorales controlando ese mismo aparato regional. Trinidad es apoyo a Zapatero y quizás un buen combate entre izquierda y derecha en Madrid, además de una remodelación de su gobierno que podría traer muchas sorpresas. Tomás es censura a Zapatero y la pérdida, una vez más, de la Puerta del Sol, con la consiguiente crisis en el liderazgo del presidente y en el seno del partido.

Ninguna opción es sencilla
. El partido socialista ha dado una mala imagen en Madrid, región esencial si se quiere mantener el gobierno una legislatura más. Su opositor, el Partido Popular, no está en mejor situación. El pulso de Camps por mantener su candidatura en Valencia y el de Aguirre de vetar a los próximos de Gallardón, como Cobo, en la ciudad de Madrid, son un enfrentamiento directo al liderazgo de Rajoy.

No mantengo muchas esperanzas
en lo que pueda venir, no mientras sea más importante saber quién ocupará tal puesto o cargo, en vez de qué proyectos e ideas se están confrontando para servir a la sociedad.