Antesdeayer Kosovo ha proclamado su independencia. Es un nuevo capítulo y problema más de la historia de la desintegración de Yugoslavia y de su mosaico étnico.
La Unión Europea ha dado una demostración más de su incapacidad de unión. Alemania, Francia y Reino Unido ya han reconocido el hecho kosovar. España se sigue resistiendo.
Yo defiendo el planteamiento de Miguel Herrero de Miñón: Kosovo no es una nación ni es un territorio de etnia albanesa. Kosovo es una región histórica, tan histórica como puede serlo Asturias de España, de Serbia. Ahí existen sus más importantes monasterios ortodoxos y ciudades forjadoras de Serbia.
Al desmembrarse el Imperio Otomano a partir de inicios del siglo XX, esas zonas anteriormente ocupadas por los turcos fueron ocupadas por gente de habla albanesa frente a la población histórica serbia. La limpieza étnica desatada por Milosevic durante la descomposición yugoslava y su opresión llevó a esa población albanokosovar a defenderse del genocidio que suponía el dictador. Ahora bien, acabado el dictador, asentada la democracia y con miras tanto Kosovo como Serbia a Europa, se ha tomado el camino más tonto para echar abajo esas pretensiones.
Un Estado inviable, corrupto, pequeño, sin recursos apenas, empobrecido, en tensión. No es un candidato a entrar en la Unión.
A Serbia se le ha llevado al camino de la radicalidad, un alimento del nacionalismo más rancio, valga la redundancia. Si se la quería llevar a la senda europeísta, mala pata, no es el camino.
Tampoco esto es, ni como Montenegro, un ejemplo de independencia ni para Euskadi, ni Cataluña ni para Córcega (que piense mucho Sarkozy también los efectos de bendecir actos como el kosovar).
Montenegro decidió poner fin a lo que quedaba de Federación Yugoslava y seguir su propio camino: Montenegro no es Serbia. Kosovo es parte integrante del Estado serbio, su territorio.
Kosovo en todo caso podría albergar un derecho de autodeterminación de existir una “opresión”, que en la era Milosevic es entendible. Que digan Euskadi o Cataluña cuándo han sido oprimidos desde 1978.
Europa no parece recordar su propia historia. ¿Qué han sido Italia y Alemania desde la Edad Media hasta 1870? Un mosaico de Estados débiles. El crecimiento alemán coincidió con su unificación, Italia como potencia desde su Risorgimento. ¿Qué se supone que busca Europa? ¿Unidad o división? La división trae debilidad. El futuro y la supervivencia de Europa descansa sobre la unidad de los europeos.
El nacionalismo sólo demuestra su egoísmo y egocentrismo: el futuro es Europa, Europa unida.
Por añadir, es muy triste ver la desaparición o inexistencia de casos sangrantes como es el Kurdistán o el Sahara Occidental. Territorios divididos entre diversos países, ocupados por intereses económicos, oprimidos. ¡Ellos existen!
¡KURDISTÁN LIBRE!La Unión Europea ha dado una demostración más de su incapacidad de unión. Alemania, Francia y Reino Unido ya han reconocido el hecho kosovar. España se sigue resistiendo.
Yo defiendo el planteamiento de Miguel Herrero de Miñón: Kosovo no es una nación ni es un territorio de etnia albanesa. Kosovo es una región histórica, tan histórica como puede serlo Asturias de España, de Serbia. Ahí existen sus más importantes monasterios ortodoxos y ciudades forjadoras de Serbia.
Al desmembrarse el Imperio Otomano a partir de inicios del siglo XX, esas zonas anteriormente ocupadas por los turcos fueron ocupadas por gente de habla albanesa frente a la población histórica serbia. La limpieza étnica desatada por Milosevic durante la descomposición yugoslava y su opresión llevó a esa población albanokosovar a defenderse del genocidio que suponía el dictador. Ahora bien, acabado el dictador, asentada la democracia y con miras tanto Kosovo como Serbia a Europa, se ha tomado el camino más tonto para echar abajo esas pretensiones.
Un Estado inviable, corrupto, pequeño, sin recursos apenas, empobrecido, en tensión. No es un candidato a entrar en la Unión.
A Serbia se le ha llevado al camino de la radicalidad, un alimento del nacionalismo más rancio, valga la redundancia. Si se la quería llevar a la senda europeísta, mala pata, no es el camino.
Tampoco esto es, ni como Montenegro, un ejemplo de independencia ni para Euskadi, ni Cataluña ni para Córcega (que piense mucho Sarkozy también los efectos de bendecir actos como el kosovar).
Montenegro decidió poner fin a lo que quedaba de Federación Yugoslava y seguir su propio camino: Montenegro no es Serbia. Kosovo es parte integrante del Estado serbio, su territorio.
Kosovo en todo caso podría albergar un derecho de autodeterminación de existir una “opresión”, que en la era Milosevic es entendible. Que digan Euskadi o Cataluña cuándo han sido oprimidos desde 1978.
Europa no parece recordar su propia historia. ¿Qué han sido Italia y Alemania desde la Edad Media hasta 1870? Un mosaico de Estados débiles. El crecimiento alemán coincidió con su unificación, Italia como potencia desde su Risorgimento. ¿Qué se supone que busca Europa? ¿Unidad o división? La división trae debilidad. El futuro y la supervivencia de Europa descansa sobre la unidad de los europeos.
El nacionalismo sólo demuestra su egoísmo y egocentrismo: el futuro es Europa, Europa unida.
Por añadir, es muy triste ver la desaparición o inexistencia de casos sangrantes como es el Kurdistán o el Sahara Occidental. Territorios divididos entre diversos países, ocupados por intereses económicos, oprimidos. ¡Ellos existen!
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