¡Qué gran alegría poder disfrutar de debates electorales! Desde 1993 España no ha vuelto a celebrar debates para las elecciones generales por la desidia y miedo de la derecha. Cuanto menos se sepa, mejor. Hasta que vieron su error.
¿Ganador? Ninguno. Perdedores, tampoco. En mi opinión ha habido un empate, más por la falta de dureza de Zapatero puesto que podría haber sido mucho más contundente en todos los temas del debate. Los marcos de referencia, que tanto invoca George Lakoff, Zapatero no supo huir de los marcos de Rajoy e imponer los suyos propios, imponiendo su mensaje y la realidad según el Partido Socialista. Lo que queda en la retina del espectador (y votante) es la contundencia y un mensaje dirigido sin posibilidad de una réplica más contundente. Zapatero estuvo muy convencido, eso sí, de lo que decía y defendía.
De Rajoy no podría decir, sinceramente, que haya estado por encima de “normal”. Para mí hay cuatro cosas en las que ha caído su argumentación:
-decir que España importa delincuentes, volviendo al discurso xenófobo de asociar delincuencia con inmigración.
-no conocer la “regularización del bonobús” del gobierno conservador del que formaba parte.
-acusar al Presidente del Gobierno de “agredir a las víctimas”. Si la legislatura con menos víctimas del terrorismo que ha habido, el intento de llegar a la paz y al fin de la violencia es agresión… ¿qué opinará el conservador de los años que ETA asesinaba a más de 100 personas al año?
-eludir todas las preguntas que le refirió Zapatero sobre la propuesta conservadora de volver al trasvase del Ebro. Rajoy es muy experto en hacer oídos sordos a lo que no le interesa, sufre de una “sordera electoral” crónica y esperpéntica.
Como siempre de los gráficos y datos podemos hacer mil manipulaciones. Si como dice el conservador había dos millones de parados y ahora doscientos mil más… hay más parados, sí, pero si se oculta que ha habido tres millones de nuevos empleos y ha aumentado la población activa y la cotización a la Seguridad Social… entonces son buenas cifras, ¿no es así?
Criticar por criticar. Sin propuestas. No se ha atacado ni mencionado la pretensión conservadora de eliminar derechos sociales. Que Rajoy se siga poniendo al lado de Sarkozy y Merkel: Sarkozy se enfrenta por fin a que los franceses se despiertan y ver su verdadera cara, el déficit comercial francés se dispara, el poder adquisitivo se resiente por la congelación de salarios (en eso Rajoy es experto en Administraciones Públicas) y la inflación sube; y de Merkel, su gran coalición hace aguas por la vuelta al discurso social del SPD y su entendimiento, espero que fructífero, con Die Linke.
Por lo demás, fue un debate-batidora de los argumentos que se han venido masticando durante este cuatrienio por ambas partes, un más de lo mismo que me aburrió hasta cierto punto.
El segundo debate sí creo que será el debate decisivo, que más cale en las opiniones del electorado y pueda empujar al voto hacia una de las dos opciones. Y Zapatero, si gana ahí, gana. Pero la izquierda para ganar, o es contundente, o no mueve a las urnas.
¿Ganador? Ninguno. Perdedores, tampoco. En mi opinión ha habido un empate, más por la falta de dureza de Zapatero puesto que podría haber sido mucho más contundente en todos los temas del debate. Los marcos de referencia, que tanto invoca George Lakoff, Zapatero no supo huir de los marcos de Rajoy e imponer los suyos propios, imponiendo su mensaje y la realidad según el Partido Socialista. Lo que queda en la retina del espectador (y votante) es la contundencia y un mensaje dirigido sin posibilidad de una réplica más contundente. Zapatero estuvo muy convencido, eso sí, de lo que decía y defendía.
De Rajoy no podría decir, sinceramente, que haya estado por encima de “normal”. Para mí hay cuatro cosas en las que ha caído su argumentación:
-decir que España importa delincuentes, volviendo al discurso xenófobo de asociar delincuencia con inmigración.
-no conocer la “regularización del bonobús” del gobierno conservador del que formaba parte.
-acusar al Presidente del Gobierno de “agredir a las víctimas”. Si la legislatura con menos víctimas del terrorismo que ha habido, el intento de llegar a la paz y al fin de la violencia es agresión… ¿qué opinará el conservador de los años que ETA asesinaba a más de 100 personas al año?
-eludir todas las preguntas que le refirió Zapatero sobre la propuesta conservadora de volver al trasvase del Ebro. Rajoy es muy experto en hacer oídos sordos a lo que no le interesa, sufre de una “sordera electoral” crónica y esperpéntica.
Como siempre de los gráficos y datos podemos hacer mil manipulaciones. Si como dice el conservador había dos millones de parados y ahora doscientos mil más… hay más parados, sí, pero si se oculta que ha habido tres millones de nuevos empleos y ha aumentado la población activa y la cotización a la Seguridad Social… entonces son buenas cifras, ¿no es así?
Criticar por criticar. Sin propuestas. No se ha atacado ni mencionado la pretensión conservadora de eliminar derechos sociales. Que Rajoy se siga poniendo al lado de Sarkozy y Merkel: Sarkozy se enfrenta por fin a que los franceses se despiertan y ver su verdadera cara, el déficit comercial francés se dispara, el poder adquisitivo se resiente por la congelación de salarios (en eso Rajoy es experto en Administraciones Públicas) y la inflación sube; y de Merkel, su gran coalición hace aguas por la vuelta al discurso social del SPD y su entendimiento, espero que fructífero, con Die Linke.
Por lo demás, fue un debate-batidora de los argumentos que se han venido masticando durante este cuatrienio por ambas partes, un más de lo mismo que me aburrió hasta cierto punto.
El segundo debate sí creo que será el debate decisivo, que más cale en las opiniones del electorado y pueda empujar al voto hacia una de las dos opciones. Y Zapatero, si gana ahí, gana. Pero la izquierda para ganar, o es contundente, o no mueve a las urnas.
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