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viernes, 12 de septiembre de 2008

Lecciones de "consenso" (y Dictadura de Aguirre, IV)

Aunque se haya dado un raca-raca con la politización del Consejo General del Poder Judicial la pasada legislatura, ¿ha cambiado? Se renueva el CGPJ, pero, ¿y? Igualmente, se designa a sus miembros por alineamiento de partido. Incluso hay quien forma parte de gobiernos como el valenciano, o quien fue Secretario de Estado. ¿Iremos a más de lo mismo? ¿A que desde allí se forme un contrapoder al poder del Gobierno y del Parlamento? La justicia sigue sin ser un poder independiente y separado, ecuánime para todos y alejado de la lucha partidaria. Igualmente poco se puede hacer si es el Parlamento quien los elige. Si el CGPJ debe existir, que sea ocupado o bien por el voto de los jueces, aunque suponga que caiga en tal o cual ideología, o que se acceda por oposición. Pero que se esté allí porque esa gente lo vale, porque han demostrado una carrera intachable en la justicia. ¿Estaría Requero de ser así? Quien tiene un sentido de la justicia y de la ley tan restrictivo a una parte de la sociedad, ¿merecía estar? La justicia que vele por la legalidad, que haga cumplir la ley, que vigile que sea constitucional y que ampare a todos los ciudadanos. Mientras, el Parlamento y el Gobierno son quien hacen las leyes. No es que haya habido una intromisión del Ejecutivo y Legislativo al Judicial, sino que también el Judicial ha intentado echar la zarpa.

Mientras, los conservadores, queriendo dar sus lecciones de democracia, en Madrid siguen apuntalando el régimen neoliberal, el régimen de la destrucción del Estado y del bienestar en la Comunidad de Madrid. Los Parlamentos de las comunidades autónomas tienen hasta el 29 de septiembre para proponer al Senado sus candidatos, que elegirá a cuatro nuevos magistrados para renovar el Constitucional. El PP madrileño quiere cambiar consenso por imposición en cuanto al nombramiento de los miembros a proposición de la Comunidad de Madrid, quiere imponer dos candidatos por su mayoría absoluta. Mientras en el resto de regiones se decide de forma consensuada, como tiene que ser para no dar más leña al fuego de la politización judicial (en Euskadi se han decidido a propuesta del PNV y PSE, partidos mayoritarios vascos, que cada uno aporte un candidato). "El PP está abierto a dialogar, pero no sería deseable que las minorías dictaran los consensos a la mayoría elegida democráticamente", dice el portavoz conservador madrileño, David Pérez.

Esa minoría de la que habla, señor Pérez, es el 40% de los ciudadanos madrileños, que es más proporcionalmente que esa "mitad de españoles" que esgrimían en las manifestaciones antitodo, antidiálogo, antigobierno y antisociales. Si en Madrid la mayoría puede imponer su destrucción a la otra parte de la sociedad, entonces, ¿serán coherentes y harán una oposición nacional que sea responsable? La derecha tiene dos caras: la mentirosa y la más mentirosa.

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