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jueves, 4 de diciembre de 2008

EA en el punto de mira

El asesinato de Ignacio Uria pone varias cosas sobre la mesa. Una, ETA está sin rumbo, muy herida, y ha puesto de manifiesto que no sólo mantiene amenazada a media Euskadi, a los ciudadanos no nacionalistas, sino que también puede extender su ámbito de terror a los ciudadanos nacionalistas que no se plieguen a su estrategia, que no la sostengan económicamente, y que no se callen ante su barbarie. Tengamos en cuenta que el empresariado vasco ha vivido siempre con la extorsión del “impuesto revolucionario”, que muchos pagan por miedo, y que esto puede ser un precedente a todo empresario que se niegue a pagar.

Otra, aparte de ser un empresario nacionalista asesinado, también era simpatizante de Eusko Alkartasuna, el partido soberanista que quiere crear un polo independentista democrático y recibir los votos de la izquierda abertzale. ETA ha lanzado un mensaje, el mensaje más terrorífico, de que no piensa hacer un polo por la independencia que no esté dirigido, controlado y manipulado por ella.

Hoy oí en la COPE, por voz de sus tertulianos, que Basagoiti, líder del PP vasco, dijo que EA se está “batasunizando”. Ya lo dijo el 23 de Noviembre, y esto muestra una estrategia terrible de los conservadores, me temo que quieran ilegalizar a EA por cualquier motivo. De momento, su altavoz mediático, y sus terroristas de la palabra, están envenenando a sus oyentes para que identifiquen a Eusko Alkartasuna con ETA, su terrorismo y la Batasuna faldera de los asesinos, al igual que hicieron con ERC, identificándola como una Terra Lliure actual y proclamando que el partido está controlado por los asesinos. Y Losantos fue condenado por ello.

¿Cuál es la estrategia conservadora? Eusko Alkartasuna no solo está ya en el punto de mira de ETA, sino de los conservadores. El Partido Popular está contemplando que, a la luz de los procesos electorales, el Partido Socialista de Euskadi se está configurando como el gran partido alternativo a un PNV clientelista en decadencia. Esto abre la vía a la alternancia, necesaria en Euskadi; con, o bien un PSE sostenido por los conservadores vascos, o un gobierno del PSE en el que participe la izquierda democrática de EA y EB, si sabe dejar de ser el perro faldero del nacionalista de derechas Ibarretxe. El PP, entonces, o bien quiere dejar al PNV en el poder, para que mantenga su victimismo y la tensión con el resto de España, o dejar una única vía a los socialistas en el gobierno: con ellos, o nada.

Eusko Alkartasuna, aunque sus ideas soberanistas y nacionalistas en muchos campos son obviamente imposibles de apoyas, es un partido socialdemócrata y democrático, alejado de lo que es el ideario violento de ETA y sus títeres batasunos. El discurrir de los acontecimientos tiene que llevar a EA a situarse mucho más firmemente contra ETA, proclamando su conocido respeto a los derechos humanos y a intentar sacar a los abertzales radicales del mundo etarra en el que están sumidos y de su silencio. Además, también se está mostrando que sólo hay un camino posible: los gobiernos nacionalistas y clientelistas se han acabado; hay que dar el paso a la izquierda, en una Euskadi que está mirando más a los conceptos izquierda-derecha que nacionalismo-no nacionalismo. También, teniendo una premisa: la independencia como tal no la quieren los vascos, no se puede imponer desde la minoría.

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