ETA ha vuelto a matar, esta vez al empresario Ignacio Uría, de 71 años, vinculado a una de las empresas que construyen la Y vasca de Alta Velocidad. Esta gran obra es una oportunidad de desarrollo para Euskadi, y por ello mismo todo lo relacionado con ella, con el progreso de Euskadi, causa rechazo en ETA. Porque ETA ni quiere progreso para Euskadi, ni libertad para los vascos, ni aceptar la realidad.
Este vil acto sólo demuestra la debilidad de ETA, de unos asesinos sin rumbo, tras las continuas detenciones. Son los coletazos de un animal moribundo, luchando a contracorriente contra una única realidad: su tiempo hace mucho que ha pasado.
Me solidarizo con la familia de Ignacio Uría. Hoy, y de nuevo, toda España tiene en su corazón tanto a Uría como a sus familiares; hoy, toda España tiene un único pensamiento: no más asesinatos.
Este vil acto sólo demuestra la debilidad de ETA, de unos asesinos sin rumbo, tras las continuas detenciones. Son los coletazos de un animal moribundo, luchando a contracorriente contra una única realidad: su tiempo hace mucho que ha pasado.
Me solidarizo con la familia de Ignacio Uría. Hoy, y de nuevo, toda España tiene en su corazón tanto a Uría como a sus familiares; hoy, toda España tiene un único pensamiento: no más asesinatos.
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