Escuchando hace un rato el programa de La Ventana, de la SER, la despedida de Ignasi Guardans como contertulio de la charla de los políticos, sinceramente me ha apenado su marcha, para pasar a dirigir el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales. Aunque la dirección del Instituto de la Cinematografía es un paso más por su capacidad, sus méritos y su dedicación al mundo audiovisual.
Independientemente de sus ideas liberales o de su militancia nacionalista, hay que reconocer que Ignasi Guardans es de los pocos políticos con talla en este país, donde los favores predominan a las capacidades, y donde prima mucho más la sumisión ideológica que la reflexión ideológica y responsable. Guardans, desde los micrófonos de la tertulia de la tarde, siempre que le he oído se ha caracterizado por las buenas maneras y los argumentos razonados.
Desde su papel de eurodiputado, ha demostrado su valía política, y en los atentados de Bombay su papel ejemplar, junto al resto de compañeros eurodiputados. Un papel que sería el adecuado en todo político, magnificado porque Esperanza Aguirre, también presente en Bombay, prefirió la etiqueta de cobarde, y con cobarde siempre se quedará, mientras que cada vez que piense en Guardans lo relacionaré al instante con el rigor y la entereza.
Como parece ser cierto que las juventudes de los partidos son más papistas que el Papa, y hay que decir cualquier barbaridad para salir en los medios, ya han propuesto a CDC su expulsión por aceptar la dirección del Instituto. ¿Por qué? Por “formar parte de un Gobierno del Estado español”, argumentan. ¿Qué busca día sí día también Duran i Lleida, sino es formar parte del Gobierno? ¿Qué suplica día sí día también Artus Mas, sino gobernar Cataluña? No olvidemos que todo cargo electo (concejal, diputado, senador) y todo gobierno (local, regional, nacional) viene legitimado por la Constitución, y todos son Estado. Si esas juventudes son coherentes a su discurso irreal, deberían echarse al monte, porque lo que hace CDC y en general CiU es formar parte del Estado.
CiU lleva una deriva errática, una quema intensiva de las verdaderas figuras partidarias, como Duran o Guardans, ignorándolos o relegándolos, por un mensaje radical, que no se sostiene con la realidad misma ni con su acción de gobierno, si vuelven al gobierno regional.
Toda la suerte para Guardans, a ver qué ideas tiene en materia audiovisual en la dirección del ICAA, aunque no quedarán exentas de crítica, ya que podrán tener un tinte liberal. Aunque entre el liberalismo de Guardans y el liberalismo de la cobarde de Bombay dista una galaxia entera.
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