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martes, 6 de octubre de 2009

Historia y periodismo


Hoy día vivimos en un mundo de alta velocidad de la información. Se precisa a todas horas y se va renovando igualmente a todas horas. La alta alfabetización de los países más desarrollados o en proceso de desarrollo, las grandes tiradas de los periódicos nacionales, el acceso de casi todos los hogares a la televisión y el cada vez mayor uso de Internet ha democratizado la información.

El gran acceso a la información implica también una gran competencia entre los distintos medios de comunicación. Cada uno se dirige a un sector muy específico de la población. Los periódicos se dirigen mayoritariamente a sectores ideológicos de la sociedad; las televisiones y radios hacen lo mismo, pero con la ventaja de poder diversificar su programación durante las horas del día y poder atender a casi todos los sectores de la población, más centrados en la edad que en la ideología: sector infantil, juvenil y adulto. Los programas culturales tienen un seguimiento muy bajo por el espectador o radioyente. La ventaja máxima de Internet es la completa libertad de elección del consumidor, puesto que ya hay para todos los gustos o la posibilidad de crear y difundir sus pensamientos o su modo de relatar la realidad (como ejemplo, el blog que ustedes leen ahora).

Básicamente los temas preferidos por el público son los programas de corazón o sensacionalistas y los de humor, que no faltan en la programación de cada medio, como los programas de debate e información, éstos sí con un trasfondo ideológico (y adoleciendo la mayoría de ellos de falta de ecuanimidad, ¿cómo se le puede llamar debate a la repetición y aseveración del mismo discurso, sin discrepancia alguna, que es lo que necesita un debate? Eco, debería llamarse).

Cada medio difunde una ideología y está sujeto a los intereses de la empresa o grupo que lo posee. No es raro oír, ver o leer distintas noticias y sucesos en los medios de comunicación, o que una misma noticia tiene una lectura distinta de uno a otro medio. O la posibilidad de recibir información falsa (éste sí es uno de los principales problemas de Internet) que distorsione la realidad y nuestra percepción de ella.

Los medios son una fuente histórica, pero no relatan la Historia. Su discurso intenta legitimar, aparte de sus intereses empresariales, los de un determinado grupo social, minoría o mayoría, poder u oposición al poder, religión o ciencia, etcétera. Incluso las distintas ofertas especializadas a la Historia han de tomarse con cautela, pues tienen un fin más comercial (e ideológico) que objetivo. La Historia, si la consideramos una ciencia social, no es algo exacto. Su propósito es encontrar la verdad ¡y qué difícil es hallarla! Un único medio, fuente o escrito no son suficientes para tener una idea formada de la verdad. La verdad es algo muy subjetivo. No está de más leer entre líneas, teorizar y, siguiendo a Descartes, dudar de todo.

Para entender el presente tenemos que entender el pasado; el conocimiento en la Historia, por mínimo que sea, es indispensable si tenemos que comprender lo que sucede a nuestro alrededor. Tenemos la tendencia, en la contemporaneidad, de basar nuestras ideas únicamente en círculos muy cerrados, dando por válido lo que nos cuentan influencias personales cercanas, ya sean familiares, conocidos… o los medios de comunicación. Y ya sabemos que su relato dista muchas veces de la verdad.

Por mucho que queramos, nos es imposible salir de la caverna de Platón y contemplar otra realidad. Conseguirlo supondrá tener la libertad plena. Cuanto mayor sea el grado de información, pero a la vez el de reflexión, tenderemos a obtener mayor libertad; incluso a la libertad de qué hacer con ella, porque no es posible una libertad infinita. Sí, nuestra libertad puede significar también el fin de la libertad de los demás.

2 comentarios:

  1. No todo, amigo, es blanco o negro. Existen muchos matices.

    Obviamente, donde no hay honor o se trabaja a sueldo es normal mirar quien paga para comprender cualquier respuesta.

    La confianza y la palabra. Valores en desuso como la generosidad de la informacion y la necesidad imperiosa de servir a un orden mayor.

    No entiendo bien esa letras que coordinadamente dicen "democratizar la información". Internet hace que muchas mas personas participen del pre-procesado y post-procesado informativo pero ello no implica un salto cualitativo aunque pudiera serlo cuantitativamente. Y mucho menos le infiere caracter democratico y aunque asi fuere, tampoco implicaria veracidad.

    Salir o no de la caverna, temer o no a la luz, carece de importancia cuando la vida y la percepcion que de ella tenemos es como la propia luz, una sola apariencia pero mirada con lupa una suma infinita de particulas (fotones) que irradian su propia luminiscencia.

    Un saludo.

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