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jueves, 12 de noviembre de 2009

Trotsky analiza España


Introduzco en este blog dos párrafos de la Historia de la revolución rusa, de Lev Trotsky, de la edición de Sarpe, 1985, y traducción de Andreu Nin (líder del POUM), Lucía González y Luis Pastor. En este libro, lectura obligatoria para saber el desarrollo de la revolución rusa de 1917, Trotsky hace dos anotaciones sobre el desarrollo de la recién nacida II República Española, la contradicción entre la moderación del Gobierno provisional y el movimiento obrero y jornalero, el problema agrario, la práctica del gobierno nacionalista de la ERC de Maciá en Cataluña y el fin del movimiento anarcosindicalista. Escrito en mayo de 1931, son unos párrafos clarividente del devenir de la república, pronosticando las revueltas anarquistas, la Revolución de Asturias y la muerte del movimiento anarquista “sea cual fuere el desenlace de la revolución española”, entreviendo la posibilidad de que la república acabará o en revolución proletaria o en reacción conservadora, viendo los graves obstáculos que impiden la consolidación de la democracia republicana.

“En el momento en que se escriben estas líneas –principios de mayo de 1931-, la revolución «incruenta, pacífica, gloriosa» (la lista de estos adjetivos es siempre la misma) de España prepara ante nuestros ojos sus «jornadas de junio», si contamos por el calendario revolucionario de Francia, o las de «julio», si nos fijamos en el de Rusia. El gobierno provisional de Madrid, bañándose en frases que muy a menudo parecen una traducción del ruso, promete amplias medidas contra el paso (sic) forzoso y la carencia de tierras, pero no se atreve a tocar ni una sola de las viejas llagas sociales. Los socialistas del bloque gubernamental ayudan a los republicanos a sabotear los objetivos de la revolución. El jefe del gobierno de Cataluña, la parte más industrial y revolucionaria de España, predica un reino milenario sin naciones ni clases oprimidas, pero sin decidirse a mover ni un dedo para ayudar al pueblo a librarse, aunque no sea más que una parte de sus odiadas cadenas. Maciá se esconde detrás del gobierno de Madrid, el cual, a su vez, se esconde detrás de las Cortes constituyentes. ¡Como si la vida se hubiera detenido para esperarlos! ¡Y como si no fuera claro ya de antemano que las próximas Cortes no serán más que una reproducción ampliada del bloque republicanosocialista, preocupado principalmente de que todo quede como antes! ¿Es difícil prever un incremento febril de la indignación de los obreros y campesinos? La desproporción entre la marcha de la revolución de las masas y la política de las nuevas clases dirigentes es la fuente del conflicto irreconciliable que, en su desarrollo, o enterrará la primera revolución, la de abril, o conducirá a la segunda”. (pag. 59)

“En España, país clásico de bakuninismo, los anarcosindicalistas y los llamados anarquistas puros, al renunciar a la política, reproducen prácticamente la política de los mencheviques rusos. Negadores pomposos del Estado, se inclinan respetuosamente ante el mismo tan pronto renueva un poco su piel. Al mismo tiempo que ponene en guardia al proletariado contra la tentación del poder, apoyan abnegadamente el poder de la burguesía «de izquierda». Y sin dejar de maldecir de la gangrena del parlamentarismo, deslizan subrepticiamente a sus partidarios la papeleta electoral de los republicanos vulgares. Sea cual fuere el desenlace de la revolución española, en todo caso acabará para siempre con el anarquismo”. (pag. 127)

3 comentarios:

  1. Gracias por compartirlo. Ahi va mi reflexion acerca de lo expresado en el texto.

    Que hay de comun entre aquella situacion y la actual?

    En que han cambiado nuestras masas?

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  2. Tenían la imperiosa necesidad de la justicia. Trabajo, tierra y libertad.

    Ahora quizás también, pero mientras la liga no se declare en huelga... :P

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