Aluche es un barrio madrileño, situado al sudoeste de la capital, en el Distrito de Latina (256.000 hab.), uno de los más populosos de la villa y Corte, con 78.000 vecinos. Tradicionalmente, ha sido un barrio residencial de clases trabajadoras y medias. Siempre ha sido un barrio receptor de inmigrantes: primero del interior de España, con una gran presencia de extremeños, castellano-leoneses y castellano-manchegos; luego de fuera de España, sobre todo de América Latina.
Cuando España empezaba a salir de la longa noite de pedra que fue la dictadura franquista, en 1976, en plena efervescencia del movimiento vecinal, el movimiento vecinal de Aluche (al principio las asociaciones de vecinos de Aluche y Puerto Chico) comenzó a desarrollar las fiestas del barrio. En 1979, con la constitución de los ayuntamientos democráticos, el Ayuntamiento de Madrid, en ese momento gobernado por el socialista Enrique Tierno Galván, se incorporó a la Comisión de Fiestas encargada de organizarlas, conjuntamente con el resto de asociaciones vecinales y partidos políticos.
Desde entonces y aunque el Ayuntamiento de Madrid pasara a manos de la derecha en 1991, las Fiestas de Aluche no han dejado de crecer en tamaño y popularidad, y aunque el resto de barrios de Latina tenían sus fiestas (como Lucero, Batán, Las Águilas, Los Cármenes, etcétera), ninguna ha alcanzado tanta notoriedad como las de Aluche. Su situación, por otra parte, es excelente: el Parque Aluche, uno de los pulmones del distrito, bien comunicado y con unos espacios e infraestructuras considerables para su desarrollo.
Pero desde que la crisis económica ha afectado a las administraciones municipales, y con más fuerza a Madrid por la mala gestión del ya ex alcalde Gallardón, la deuda y la falta de fondos municipales ahogan al Ayuntamiento de la capital. En la frenética carrera en la que han caído las administraciones para recortar gastos, que han ahogado el crecimiento más que conseguir cuentas saneadas, el Ayuntamiento que actualmente dirige Ana Botella decidió recortar drásticamente el dinero destinado a las fiestas de los barrios, un 61,2%. Muchos distritos de la capital se han quedado sin fiestas. Otros, como en Latina, su junta de distrito decidió dejar de destinar dinero a las fiestas de los barrios. No obstante, se celebrarían unas fiestas, llamadas "del distrito", cuya localización y fechas son las mismas que las de las fiestas de Aluche... esta medida ha contado con el apoyo de los grupos del PP y de UPyD.
El Ayuntamiento y la junta de distrito de Latina han hecho mal al acabar con esas maneras con las fiestas de los barrios, sin hablar con las asociaciones. Porque, lo que dice la junta, es que si esas asociaciones quieren hacer fiestas, que se las paguen. Muchas no pueden. En el caso de Aluche, la más populosa y la de las asociaciones más fuertes, ni siquiera puede plantearse celebrar las fiestas pagadas con su propio bolsillo (que tampoco podría). El problema, como he dicho arriba, es que se han usurpado las fechas y zonas donde siempre han celebrado.
Una de las intenciones del equipo de gobierno es la privatización de las fiestas, un punto más del programa ideológico de la derecha por hacer negocio con la política. Es un robo descarado a unas fiestas que han sido iniciativa de las asociaciones de vecinos, con unas casetas llevadas directamente por los vecinos (menos algunas, como la del PP, subcontratada, ellos no se manchan). Ha sido esa iniciativa vecinal la que ha dotado a estas fiestas de los barrios de arraigo popular. No deja de ser paradoja con el supuesto liberalismo del que quiere hacer gala el PP: porque si ellos defienden que la sociedad civil se organice, están ahogando a la sociedad civil de Aluche y del resto de barrios de Latina. El cierre del grifo a las fiestas de barrio y la creación ex novo de unas fiestas de distrito cambia las reglas del juego: ahora es la administración quien decide quién participa y quién no. Y ya hay algunos que se están quedando fuera.
A los vecinos de Aluche nos queda protestar, movilizarnos. Todos los barrios de Latina tienen derecho a celebrar sus tradicionales fiestas populares, organizadas por los vecinos. Pero los vecinos de Aluche lo tenemos más difícil, al sentirnos expulsados, con unas fiestas usurpadas. Esasas fiestas del distrito quieren usurpar también el prestigio de las fiestas de Aluche. No pueden hacerlo. Porque no es solo el sitio y la fecha, sino su origen: el movimiento vecinal. Todo junto son las fiestas de Aluche, unas fiestas que nos han gustado muchos años, que nos han molestado muchas veces con el ruido en época de exámenes, pero que son nuestras, de los vecinos. Aluche no va a callar ni a claudicar. Lucharemos por nuestras señas de identidad.
Enlaces de interés:
Comunicado conjunto de las asociaciones vecinales
Historia de Aluche
Madrid recorta un 61,16% el gasto en fiestas de barrio
Cuando España empezaba a salir de la longa noite de pedra que fue la dictadura franquista, en 1976, en plena efervescencia del movimiento vecinal, el movimiento vecinal de Aluche (al principio las asociaciones de vecinos de Aluche y Puerto Chico) comenzó a desarrollar las fiestas del barrio. En 1979, con la constitución de los ayuntamientos democráticos, el Ayuntamiento de Madrid, en ese momento gobernado por el socialista Enrique Tierno Galván, se incorporó a la Comisión de Fiestas encargada de organizarlas, conjuntamente con el resto de asociaciones vecinales y partidos políticos.
Desde entonces y aunque el Ayuntamiento de Madrid pasara a manos de la derecha en 1991, las Fiestas de Aluche no han dejado de crecer en tamaño y popularidad, y aunque el resto de barrios de Latina tenían sus fiestas (como Lucero, Batán, Las Águilas, Los Cármenes, etcétera), ninguna ha alcanzado tanta notoriedad como las de Aluche. Su situación, por otra parte, es excelente: el Parque Aluche, uno de los pulmones del distrito, bien comunicado y con unos espacios e infraestructuras considerables para su desarrollo.
Pero desde que la crisis económica ha afectado a las administraciones municipales, y con más fuerza a Madrid por la mala gestión del ya ex alcalde Gallardón, la deuda y la falta de fondos municipales ahogan al Ayuntamiento de la capital. En la frenética carrera en la que han caído las administraciones para recortar gastos, que han ahogado el crecimiento más que conseguir cuentas saneadas, el Ayuntamiento que actualmente dirige Ana Botella decidió recortar drásticamente el dinero destinado a las fiestas de los barrios, un 61,2%. Muchos distritos de la capital se han quedado sin fiestas. Otros, como en Latina, su junta de distrito decidió dejar de destinar dinero a las fiestas de los barrios. No obstante, se celebrarían unas fiestas, llamadas "del distrito", cuya localización y fechas son las mismas que las de las fiestas de Aluche... esta medida ha contado con el apoyo de los grupos del PP y de UPyD.
El Ayuntamiento y la junta de distrito de Latina han hecho mal al acabar con esas maneras con las fiestas de los barrios, sin hablar con las asociaciones. Porque, lo que dice la junta, es que si esas asociaciones quieren hacer fiestas, que se las paguen. Muchas no pueden. En el caso de Aluche, la más populosa y la de las asociaciones más fuertes, ni siquiera puede plantearse celebrar las fiestas pagadas con su propio bolsillo (que tampoco podría). El problema, como he dicho arriba, es que se han usurpado las fechas y zonas donde siempre han celebrado.
Una de las intenciones del equipo de gobierno es la privatización de las fiestas, un punto más del programa ideológico de la derecha por hacer negocio con la política. Es un robo descarado a unas fiestas que han sido iniciativa de las asociaciones de vecinos, con unas casetas llevadas directamente por los vecinos (menos algunas, como la del PP, subcontratada, ellos no se manchan). Ha sido esa iniciativa vecinal la que ha dotado a estas fiestas de los barrios de arraigo popular. No deja de ser paradoja con el supuesto liberalismo del que quiere hacer gala el PP: porque si ellos defienden que la sociedad civil se organice, están ahogando a la sociedad civil de Aluche y del resto de barrios de Latina. El cierre del grifo a las fiestas de barrio y la creación ex novo de unas fiestas de distrito cambia las reglas del juego: ahora es la administración quien decide quién participa y quién no. Y ya hay algunos que se están quedando fuera.
A los vecinos de Aluche nos queda protestar, movilizarnos. Todos los barrios de Latina tienen derecho a celebrar sus tradicionales fiestas populares, organizadas por los vecinos. Pero los vecinos de Aluche lo tenemos más difícil, al sentirnos expulsados, con unas fiestas usurpadas. Esasas fiestas del distrito quieren usurpar también el prestigio de las fiestas de Aluche. No pueden hacerlo. Porque no es solo el sitio y la fecha, sino su origen: el movimiento vecinal. Todo junto son las fiestas de Aluche, unas fiestas que nos han gustado muchos años, que nos han molestado muchas veces con el ruido en época de exámenes, pero que son nuestras, de los vecinos. Aluche no va a callar ni a claudicar. Lucharemos por nuestras señas de identidad.
Enlaces de interés:
Comunicado conjunto de las asociaciones vecinales
Historia de Aluche
Madrid recorta un 61,16% el gasto en fiestas de barrio
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