El
PSOE está en un momento muy delicado. No le falta programa (la
Conferencia Política) ni candidatos con ganas a encabezarlo en un
momento muy duro. Pero al PSOE le sobran conservadores: conservadores ha
habido entre los dirigentes, que no quieren arriesgar sus puestos por
abrirse a la ciudadanía, que no quieren que la militancia pueda tener
mayor capacidad de decisión. Y así hemos tenido "primarias
a la andaluza" o declaraciones de apoyo a una posible candidata hechas
por secretarios generales regionales sin haber hecho una consulta
siquiera a sus ejecutivas o comités regionales. ¿Y qué más puestos
tienen? El de jefe de la oposición, y poco más, y en el camino que van
en 2015 no podrían ni tener eso. Sólo luchan por los puestos de la
derrota. Patético.
Pero también ha habido conservadores en la
militancia. Y es que todos esos que nos avergüenzan no estarían ahí si
no es por nosotros. Sí, yo incluso voté a uno de ellos una vez. Pero lo
vergonzoso es cómo les hemos aupado, cómo se ha jaleado a esos líderes
como si fueran salvadores mesiánicos. Y también, cuando alguien como
Beatriz Talegón apareció en los medios demandando un partido distinto
(no nos descubrió el Mediterráneo, simplemente salió en los medios), la
respuesta que se hizo fue brutal. ¡Qué miedo! La peor respuesta a las
nuevas demandas es cerrarse.
El PSOE tiene 135 años de
historia, un recorrido y una épica que ha dado lo mejor, y en ocasiones
lo peor, por configurar la España del pasado, la del movimiento obrero,
la de la democratización y la inclusión de las masas ajenas a la
participación, y la España del presente, la de la democracia, el Estado
del bienestar y el radicalismo democrático. De ser el portavoz del
movimiento obrero socialista pudo ser el aglutinante de las fuerzas
progresistas, socialdemócratas, liberales y radical-democráticas con un
proyecto de progreso por España. Ese proyecto es el que ha contribuido,
con otras fuerzas a buscar, esa España liberada de su maldición
histórica. Es por eso que el PSOE es algo más que un simple partido
político, no pertenece a sus líderes asustados ni tampoco a su
militancia cada vez más desorientada; el PSOE y su patrimonio de
pensamiento político y de acción de gobierno pertenece a los ciudadanos y
es algo que no se puede perder por el conservadurismo y miedo de unos
pocos.
Me gustaría que el Congreso Extraordinario no discuta,
sino que difunda, el resultado de la Conferencia Política. Me gustaría
que en el Congreso Extraordinario se pensara seriamente en cambiar la
estructura del partido y buscar los medios de abrir el partido a la
sociedad. Me gustaría que el Partido aceptara que la elección abierta y
democrática de sus órganos internos por la militancia no quedara
restringida o derogada por los intereses de uno o unos (porque si nos
benefician estaremos contentos, pero si no se hablará en otros términos,
ya se ve). Sobre todo, me gustaría que el Congreso no elimine las
primarias, como parece pretender una baronesa o ciertos barones
asustados. No estoy particularmente convencido de que unas primarias
resuelvan el problema del PSOE, pero si son un medio para buscar la
participación de la ciudadanía para elegir qué candidato, equipo y
programa quiere que se presente a las elecciones, bienvenido sea.
Sobre todo, pido que reflexionemos, que nos rebelemos democráticamente
como militantes contra un grupo que quiere cerrarnos el futuro. No
quiero que luego nos lamentemos. El enfado de la sociedad es muy grande y
el de muchos militantes también. El tren de la historia puede no volver
a pasar de nuevo.