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jueves, 10 de abril de 2008

El 13 y 14, Italia al voto

La política italiana es nefasta desde los errores de inicio de su república: la coalición de intereses de democristianos, socialistas y demás partidos del pentapartito, todos corruptos, todos desaparecidos, frente al “peligro” comunista. Desde la expulsión de los comunistas en los primeros gobiernos de unión nacional se forjó una clase política mediocre y corrupta en extremo. Barridos esos partidos del mapa, no sus mismos integrantes, Italia se echó en manos de Berlusconi y sus aliados. Con esta “Segunda República” Italia ha visto el fin del único partido limpio, el PCI, el surgimiento del populismo del corrupto Berlusconi, el sentimiento nacionalista y ultra de la Liga del Norte, la moderación del viejo fascismo de Fini y la pulverización del centro democristiano y la izquierda del Partido Socialista.

Y, sin embargo, todo ha seguido la misma tónica. Nuevos partidos, mismas caras (Prodi, Berlusconi), misma mafia, mismas crisis y misma parálisis. El que Italia no sea lo que era en los años anteriores a que Berlinguer proclamara el “Compromiso histórico” del PCI es obra de los mismos. La atomización parlamentaria y los intereses personales han ido enterrando gobiernos uno tras otro. El último los intereses de los personajillos de la UDEUR destruyendo a la última esperanza de la izquierda por transformar un país. Un país que, independientemente del discurso de derecha e izquierda, necesita urgentemente su relanzamiento. Por propia supervivencia de Italia como país con futuro.

Antes Italia se dirimía entre dos dinosaurios conocidos: Prodi y Berlusconi. Abandonado otro la política y otro que se resiste a dejarla (demasiada corrupción y procesos tiene a sus espaldas), Walter Veltroni supone una regeneración de la izquierda italiana, situada en el centroizquierda a caballo entre el laicismo y el catolicismo progresista de los dos partidos que se unieron en el Partido Democrático. Más joven que los viejos dinosaurios de la política italiana, no ha callado que Italia necesita reformarse. Alejado de la izquierda radical de la Sinistra Arcobaleno, si bien la necesitará si gana, se presenta libre de ataduras que minaron la anterior coalición de centroizquierda.

La decisión de Veltroni pulverizó de lleno los sistemas bipolares de esta “Segunda República”: el centro se presenta por separado de los dos bloques antagónicos y la derecha ha imitado al PD y ha fundido Forza Italia, Alianza Nacional en una coalición y próximo partido unificado, Pueblo de la Libertad, más Liga Norte.

La Liga Norte se ha hecho protagonista hace dos días, muestra del nerviosismo en la derecha de perder (de 15 a menos de 5 puntos se sitúa el PD de la PDL). Su jefe, el inefable Umberto Bossi ha amenazado con “las armas” si no reimprimen las papeletas por estar muy cercanos los logos de cada partido y coalición. Es conocida la postura de la Liga Norte y de Bossi desde sus inicios: de intentos de proclamación de la “República padana”, de tensiones, de amenazas, de descalificaciones de este tipo…todo unido al ideario de la Liga Norte: secesionismo, xenofobia y homofobia. Por otro lado en sus labores de gobierno nacional o local sugiriendo disparar a las pateras, de expulsar inmigrantes, de “limpiar las calles” de homosexuales… por no mencionar la ley electoral de su ministro Calderoni, que puede desbaratar cualquier mayoría en las dos cámaras italianas y calificada de cerdada por el mismo Calderoni. Esos son los aliados de la derecha.

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