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martes, 8 de abril de 2008

Por la visibilidad bisexual...

El foro LGTB de Gandía ha dado a conocer al público el próximo lema del Orgullo Gay 2008: Por la visibilidad lésbica.

Este año de elecciones es un año de alivio. Una victoria conservadora hubiera derivado en la revisión y anulación de las medidas progresistas de Zapatero: 2008 era la prueba de fuego para el avance de los derechos sociales, y éstos han salido triunfadores.

Históricamente la sexualidad femenina ha sido mantenida en la más estricta ignorancia o desconocimiento. Muchas mujeres han sufrido una doble discriminación: por ser mujeres y por ser homosexuales. Como dato puedo dar que en la Inglaterra victoriana la homosexualidad femenina ni se contemplaba en la ley, que, al hacerse, solo refería al hombre homosexual, pues según un primer ministro, “no podía presentar eso a la reina, eso no lo hacen las damas”.

Más escondido, más ignorado, se haya la bisexualidad. Por unos y por otros el bisexual no existe. Es un reprimido, una persona que no acepta lo que es o que no sabe qué acera tomar.

La cultura cristiana tomó bastantes valores de la antigüedad clásica. Otros los desechó, como la homosexualidad. O mejor dicho bisexualidad, puesto que en Grecia y Roma los jóvenes, más especialmente los soldados y las elites, recibían una educación por hombres y para hombres, incluido la educación sexual. Y madurando el hombre se formaba, se casaba, pero era bisexual. Y así sucesivamente.

No voy a extenderme, tan solo proclamar que no hay ni blanco ni negro, sino una escala muy plural de grises, como bien demostró el informe Kinsey. La sexualidad tampoco debería ser una cuestión de “cultura aparte” del resto de la sociedad, sino en la sociedad, integrada, respetada y no tanto una bandera. El ser humano es un ser sexual, pero también es un ser social y un animal político, diría Aristóteles.

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