Cuando la legislatura pasada la derecha social era azuzada por la derecha mediática y política para manifestarse por la “familia”, ¿realmente se defendía a las familias? ¿O, por el contrario, se defendía no la familia en sí mismo sino una determinada idea excluyente de la familia?
Por sus hechos los conoceréis: hace un año y medio entró en vigor un nuevo puntal del Estado del Bienestar como es la Ley de Dependencia. En Madrid eso no existe, la liberal Aguirre no tiene la más mínima intención de conceder a los dependientes madrileños las ayudas que necesitan para mejorar su vida, y la de sus familiares que dedican la mayor parte de su tiempo a atenderlos.
Ni siquiera se ha valorado el grado de dependencia de los solicitantes, únicamente se ha informado de la existencia de más de mil grandes dependientes, los que ya deberían estar recibiendo ayudas. El Libro Blanco estima que hay más de 23.000 personas en ese estado, es decir, sólo se ha identificado el 4,9%. La media española es un 73%, es la peor comunidad autónoma del país. Cuando el gobierno regional alega que reciben ayudas regionales, resulta que es mentira: hay 18.000 personas en listas de espera por falta de plazas y las ayudas a domicilio dejan fuera al 86% de los mayores de 75 años.
Por otra parte, Aguirre ha subido un 24% el precio de la vivienda protegida en Madrid, no para beneficiar al madrileño ni mucho menos a los madrileños jóvenes para independizarse, sino para ayudar a su querido sector de la construcción, al que tanto debe ella y más los ayuntamientos como Majadahonda.
Aguirre va a permitir que con una ley de horarios comerciales las grandes superficies puedan abrir más tiempo, perjudicando al pequeño comercio que no puede competir con ello. Eso ya no es libre mercado, es la tendencia al oligopolio y al monopolio. Aguirre es enemiga del libre mercado.
Y por último la peor afrenta a las familias de verdad: por un decreto se amplía el número de plazas de escuelas infantiles, no por construir más edificios, sino a base de aumentar el número de plazas por aula, reduciendo el número de profesores de apoyo y rebajando los requisitos para abrir escuelas infantiles privadas. ¿Pero estos no eran los de aquella Ley de “Calidad” de la Educación? ¿Realmente piensan que aumentando los alumnos por aula mejorarán la educación desde sus inicios? Que vean cómo están las aulas de la ESO, a ver si eso es calidad. No han hecho nada por la educación y seguirán sin hacerlo, más que favorecer a las órdenes religiosas o sectas como el Opus para abandonar la educación en manos de la reacción. ¿Pero no es el liberalismo partidario de la educación nacional? Yo soy partidario de la educación nacional, al igual que lo es la educación de Francia desde la III República. La universalización de la educación es ya un logro, ahora queda darle un mejor contenido al programa. Francia educa a los escolares para ser buenos ciudadanos y buenos republicanos. Y aquí se declara la guerra a la Educación para la Ciudadanía, ¡que quiere precisamente enseñar los valores de la ciudadanía occidental!
Esta derecha, ni es liberal ni es nacional, es un apaño de intereses para favorecer a sectas, constructores y especuladores. Aguirre va contra Madrid. Y además, contra la familia de verdad, contra las personas.
Por sus hechos los conoceréis: hace un año y medio entró en vigor un nuevo puntal del Estado del Bienestar como es la Ley de Dependencia. En Madrid eso no existe, la liberal Aguirre no tiene la más mínima intención de conceder a los dependientes madrileños las ayudas que necesitan para mejorar su vida, y la de sus familiares que dedican la mayor parte de su tiempo a atenderlos.
Ni siquiera se ha valorado el grado de dependencia de los solicitantes, únicamente se ha informado de la existencia de más de mil grandes dependientes, los que ya deberían estar recibiendo ayudas. El Libro Blanco estima que hay más de 23.000 personas en ese estado, es decir, sólo se ha identificado el 4,9%. La media española es un 73%, es la peor comunidad autónoma del país. Cuando el gobierno regional alega que reciben ayudas regionales, resulta que es mentira: hay 18.000 personas en listas de espera por falta de plazas y las ayudas a domicilio dejan fuera al 86% de los mayores de 75 años.
Por otra parte, Aguirre ha subido un 24% el precio de la vivienda protegida en Madrid, no para beneficiar al madrileño ni mucho menos a los madrileños jóvenes para independizarse, sino para ayudar a su querido sector de la construcción, al que tanto debe ella y más los ayuntamientos como Majadahonda.
Aguirre va a permitir que con una ley de horarios comerciales las grandes superficies puedan abrir más tiempo, perjudicando al pequeño comercio que no puede competir con ello. Eso ya no es libre mercado, es la tendencia al oligopolio y al monopolio. Aguirre es enemiga del libre mercado.
Y por último la peor afrenta a las familias de verdad: por un decreto se amplía el número de plazas de escuelas infantiles, no por construir más edificios, sino a base de aumentar el número de plazas por aula, reduciendo el número de profesores de apoyo y rebajando los requisitos para abrir escuelas infantiles privadas. ¿Pero estos no eran los de aquella Ley de “Calidad” de la Educación? ¿Realmente piensan que aumentando los alumnos por aula mejorarán la educación desde sus inicios? Que vean cómo están las aulas de la ESO, a ver si eso es calidad. No han hecho nada por la educación y seguirán sin hacerlo, más que favorecer a las órdenes religiosas o sectas como el Opus para abandonar la educación en manos de la reacción. ¿Pero no es el liberalismo partidario de la educación nacional? Yo soy partidario de la educación nacional, al igual que lo es la educación de Francia desde la III República. La universalización de la educación es ya un logro, ahora queda darle un mejor contenido al programa. Francia educa a los escolares para ser buenos ciudadanos y buenos republicanos. Y aquí se declara la guerra a la Educación para la Ciudadanía, ¡que quiere precisamente enseñar los valores de la ciudadanía occidental!
Esta derecha, ni es liberal ni es nacional, es un apaño de intereses para favorecer a sectas, constructores y especuladores. Aguirre va contra Madrid. Y además, contra la familia de verdad, contra las personas.
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