Pongo la radio por la mañana, alternando la SER y la COPE, para oír la misma noticia, pero dos versiones. La SER anuncia que desde Líbano se han lanzado tres cohetes al norte de Israel, cuyos autores son una facción armada palestina, el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, con escasos recursos, por el material anticuado y su bajo número. Sin embargo la COPE anuncia esos mismos cohetes pero rápidamente se achacan a Hezbolá, sin caer en cuenta que posee un arsenal mayor, ni que Israel ha descartado su autoría. En la web ya se han mostrado más comedidos que Gabriel Albiac por la mañana.
Por todo el mundo se siguen desarrollando escasas manifestaciones de escacso apoyo a los palestinos, porque se sigue obviando el problema para la paz que es Hamás, y mientras, Israel levanta los combates durante unas ridículas tres horas para la ayuda humanitaria. Si no se comprende a fondo el conflicto, a Palestina y a Israel, y se actúa más cerca de la realidad, no habrá un apoyo unánime, no se saldrá de la indiferencia.
En la política interna de Palestina, de todo lo acontecido, coinciden todas las opiniones, se va a beneficiar Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina. Seguro que en estos momentos sería la mejor solución, ya que es una persona moderada y partidaria de alcanzar un acuerdo para la paz. Si no hubiera los problemas existentes. Por un lado, Israel no cambiará de estrategia hasta después de las elecciones, y si gana el Likud y la derecha religiosa esto será muy difícil. Por otro, Mahmud Abbas es presidente de la Autoridad Palestina, pero sólo controla Cisjordania, y Hamás lo mismo en Gaza, tras la “guerra civil” que libraron Al Fatah y Hamás. También, no se puede olvidar, Hamás ganó las elecciones legislativas, frente a una Al Fatah lastrada por la corrupción, y además fortalecido por la parálisis de Israel para alcanzar la paz.
Es la desidia de Israel, de la Autoridad Palestina, de los Gobiernos de Irán y occidente los que han entregado a los palestinos a los brazos de Hamás. A los palestinos se les ha humillado, se les ha abandonado en la miseria, y el mundo se horroriza de la existencia de Hamás, si es el mismo mundo que ha creado ese monstruo. ¿Se comprende por qué hubo alemanes que votaron a Hitler en la república de Weimar? A Alemania se la humilló, se la empobreció, se la sometió al Diktat de Versalles; y Europa se tuvo que enfrentar a la situación que había creado. Pasa lo mismo con Palestina.
Obama está a punto de tomar posesión como presidente de los Estados Unidos, y no ha elevado una postura distinta a la del resto de su país respecto a Israel. Estados Unidos hace muchos llamamientos para el alto el fuego, pero como todas las veces anteriores, Israel actuará como quiera cuando quiera. Y la ONU, por mucho que hable, no tiene poder efectivo para exigir el alto el fuego. Con Clinton, con Bush, con Obama, todo permanecerá igual.
No se puede permanecer impasible a esta serie de acontecimientos. No hay que pedir, hay que exigir el alto el fuego y la paz, sin olvidar qué es Hamás. Palestina no sólo necesita paz, necesita prosperar para librarla del control de Hamás y evitar un nuevo Irán igual de reaccionario. No hay que caer en la trampa de achacar todos los problemas a Israel, eso es la estrategia de quienes quieren acabar con el pueblo israelí de manera genocida. Ni caer en la trampa de la derecha israelí, que quieren jugar de nazis en este macabro juego. Su intransigencia alimentó a la intrasigente Hamás. Ahora lo sufren los israelíes y los palestinos.
Por todo el mundo se siguen desarrollando escasas manifestaciones de escacso apoyo a los palestinos, porque se sigue obviando el problema para la paz que es Hamás, y mientras, Israel levanta los combates durante unas ridículas tres horas para la ayuda humanitaria. Si no se comprende a fondo el conflicto, a Palestina y a Israel, y se actúa más cerca de la realidad, no habrá un apoyo unánime, no se saldrá de la indiferencia.
En la política interna de Palestina, de todo lo acontecido, coinciden todas las opiniones, se va a beneficiar Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina. Seguro que en estos momentos sería la mejor solución, ya que es una persona moderada y partidaria de alcanzar un acuerdo para la paz. Si no hubiera los problemas existentes. Por un lado, Israel no cambiará de estrategia hasta después de las elecciones, y si gana el Likud y la derecha religiosa esto será muy difícil. Por otro, Mahmud Abbas es presidente de la Autoridad Palestina, pero sólo controla Cisjordania, y Hamás lo mismo en Gaza, tras la “guerra civil” que libraron Al Fatah y Hamás. También, no se puede olvidar, Hamás ganó las elecciones legislativas, frente a una Al Fatah lastrada por la corrupción, y además fortalecido por la parálisis de Israel para alcanzar la paz.
Es la desidia de Israel, de la Autoridad Palestina, de los Gobiernos de Irán y occidente los que han entregado a los palestinos a los brazos de Hamás. A los palestinos se les ha humillado, se les ha abandonado en la miseria, y el mundo se horroriza de la existencia de Hamás, si es el mismo mundo que ha creado ese monstruo. ¿Se comprende por qué hubo alemanes que votaron a Hitler en la república de Weimar? A Alemania se la humilló, se la empobreció, se la sometió al Diktat de Versalles; y Europa se tuvo que enfrentar a la situación que había creado. Pasa lo mismo con Palestina.
Obama está a punto de tomar posesión como presidente de los Estados Unidos, y no ha elevado una postura distinta a la del resto de su país respecto a Israel. Estados Unidos hace muchos llamamientos para el alto el fuego, pero como todas las veces anteriores, Israel actuará como quiera cuando quiera. Y la ONU, por mucho que hable, no tiene poder efectivo para exigir el alto el fuego. Con Clinton, con Bush, con Obama, todo permanecerá igual.
No se puede permanecer impasible a esta serie de acontecimientos. No hay que pedir, hay que exigir el alto el fuego y la paz, sin olvidar qué es Hamás. Palestina no sólo necesita paz, necesita prosperar para librarla del control de Hamás y evitar un nuevo Irán igual de reaccionario. No hay que caer en la trampa de achacar todos los problemas a Israel, eso es la estrategia de quienes quieren acabar con el pueblo israelí de manera genocida. Ni caer en la trampa de la derecha israelí, que quieren jugar de nazis en este macabro juego. Su intransigencia alimentó a la intrasigente Hamás. Ahora lo sufren los israelíes y los palestinos.
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