“Eluana no murió de muerte natural, fue asesinada”, es el grito de guerra que corea al unísono, cual loros, la derecha italiana. Eluana murió el lunes, dos semanas antes de lo previsto. Mientras, el Senado renunciaba a ser legislativo para ser el poder sometido a los dictados de Berlusconi, debatiendo y aprobando la ley que habría obligado a Eluana poder descansar. También, el Senado ha rechazado la propuesta de la izquierda de reconocer el derecho del paciente a no ser mantenido con vida artificialmente. “Se condenará a todos a vivir con una sonda para siempre”, dijo Emma Bonino, la líder de los Radicales.
“No se puede dejar morir de hambre y sed a una persona”, dice Umberto Bossi, el líder de la xenófoba Liga Norte. ¡Ah! Entonces los inmigrantes no son personas, porque la Liga no sufre cerrando las esperanzas de los inmigrantes a una vida mejor.
Beppino Englaro, padre de Eluana, había afirmado que su hija no era ya la de las fotos, pesaba 40 kilos, “los brazos y las piernas las tenía encogidas, podía yacer sólo de lado porque con el vientre hacia arriba podía ahogarse por los líquidos que le fluían de un estómago atrofiado. Permanecía apoyada sobre el lado derecho del cuerpo lo que le causaba llagas y laceraciones en la piel, que tenía hasta en la cara, agrega. Se le habían afilado las facciones del rostro y los párpados permanecían perennemente medio cerrados”. ¿Eso es vida? Eso es una tortura.
Eluana Englaro ha burlado a Berlusconi. Impedida, en coma, y sin ser consciente de lo que sucede a su alrededor, ha alcanzado la libertad y ha podido huir de la ruina de Italia. Eluana triunfó, pero Italia cae derrotada.
Para mi, quien triunfó fue la libertad.
ResponderEliminar"En la parte que le concierne meramente a él, su indepenencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano."
Sobre la liberta, Suart Mill
Un saludo