Francia ha conseguido llegar a una tasa de natalidad del 2,1 mientras España se queda en el 1,37, y sólo gracias a la inmigración.
Francia ha desarrollado una política de natalidad aceptada por todas las fuerzas políticas. El Estado ha invertido fuerte en esta política, y le está saliendo bien. Están bien vistos los hijos y la necesidad de conciliar trabajo y familia. Se ayuda con exenciones fiscales, servicios y ayudas económicas, siendo el primero de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Recoge El País: Aportación estatal de 900 euros en caso de mudanza por el nacimiento de un tercer hijo. Descuentos y exenciones fiscales si se emplea a un cuidador o cuidadora que se encargue de los niños, aunque acuda solamente los miércoles (día no lectivo en Francia para los escolares de primaria y fuente de tormento para los padres que desconocen la inmensa cantidad de servicios municipales de actividades extraescolares). La principal ayuda financiera se llama "remuneración a la paternidad", que permite al padre o la madre dejar de trabajar si se tienen dos hijos o más a cambio de un sueldo mensual de unos 600 euros, con una duración de tres años. Una diputada conservadora propone el modelo sueco: remuneración a la paternidad más corta, de un año, mejor pagada (hasta 1.800 euros) y compartida obligatoriamente con el padre.
Otra clave es la red de guarderías y escuelas infantiles. Para los niños de hasta dos o tres años hay guarderías públicas. Desde esa edad, el niño va a la escuela infantil. Todo es gratuito (incluidos los libros) o muy barato. Aunque hay aún una insuficiencia de plazas públicas en las grandes ciudades. Las escuelas infantiles, están muy consideradas, son gratuitas y hasta hace unos años acogían a niños incluso de dos años, ya que contaban con plazas. Ahora se limitan, sobre todo en París, a aceptar sólo a pequeños con los tres años cumplidos, por la escasez de plazas. El sistema recoge otras formas: cuidadoras colectivas controladas por el Ayuntamiento, guarderías semiprivadas que gozan de subvención estatal... Sarkozy ha prometido, además, crear, antes de 2012, cerca de 200.000 plazas de guardería.
Pese a que aún persisten insuficiencias y desigualdad entre el padre y la madre en el tiempo que dedican al trabajo y la familia, es un modelo a imitar. España no hace lo suficiente: faltan guarderías, faltan ayudas más ambiciosas, no sólo la ayuda de 2.500 euros por hijo nacido. La conciliación es otra asignatura pendiente, ¿y cómo se va a lograr la conciliación cuando los Gobiernos europeos pretenden volver al siglo XIX con las 65 horas? Hay que ir por la vía de la conciliación, el aumento de plazas y de ayudas, que no sólo generarán empleo, sino que aumentarán la natalidad, una inversión ambiciosa, a largo plazo, que será beneficiosa para España. Hay que plantearse muy seriamente el modelo de natalidad español.
Cierto este es un tema que requiere mucho análisis, si la natalidad no aumenta es necesaria la venida de inmigrantes. El envejecimiento de la población será un problema que limitará los recursos para fortalecer un Estado del bienestar.
ResponderEliminarUn saludo