Científicos de EE.UU. y Tailandia han encontrado una vacuna que reduce el contagio del SIDA en un 31% de los casos. A base de pruebas a 16.000 voluntarios, se abre la puerta a la esperanza de una futura vacuna universal. Aunque el camino de la ciencia siempre es polémico, pues estos miles de voluntarios se arriesgaron a contraer el SIDA y muchos de ellos lo han contraído. El avance será limitado, de momento, a la cepa del virus en Asia, distinta a otras cepas en el mundo.
Los Gobiernos del mundo tienen que apoyar sin reservas a la investigación científica, sin escatimar medios. El control del petróleo, del agua o de los minerales no tiene importancia frente a la lucha contra el SIDA. Éste debería ser la principal preocupación de los Gobiernos. Investigación científica a la vez que concienciación social.
En esto, no ayudan las declaraciones del Papa. Ratzinger declaró que la lucha contra el SIDA no vale ni el dinero ni la distribución de preservativos. ¿Qué queda entonces? Porque no defendió ni el respeto a la mujer, aspecto muy ausente en el continente africano ni la acción internacional contra la epidemia. Es una ilusión pedir la abstinencia sin más. El Vaticano no ayuda a millones de seres humanos por salvar sus vidas. Ni siquiera sus almas.
Tampoco ayuda el Congreso de los Diputados español. Porque la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo rechazó la propuesta del diputado Joan Herrera, de Iniciativa per Catalunya para reprobar al Papa por sus declaraciones. Joan Herrera llevó ante la comisión citada la misma declaración que aprobó el Parlamento Belga (en absoluto una cámara dominada por la izquierda, sino por democristianos y liberales). Los miembros del Partido Socialista se abstuvieron y los de las fuerzas conservadoras (PP, CiU y PNV) votaron en contra.
Se dice que “no es ni el momento ni el lugar”. ¿Qué otro lugar es mejor que la sede de los representantes de la soberanía nacional? Es un argumento lamentable. Los diputados socialistas de la comisión tienen la errónea convicción que criticar las terribles declaraciones del Papa es lo mismo que atacar a la Iglesia y, por tanto, a los católicos españoles. Que todos los diputados socialistas de la comisión sepan que quien va en contra del cristianismo no es la propuesta de Joan Herrera, sino las actuaciones de la Iglesia católica. Parece mentira que quienes pretenden llevar el discurso del “republicanismo cívico” limiten la acción de los representantes electos de los españoles. Los discursos no valen nada si no se acompañan de hechos prácticos.
Hoy es un día a tener en cuenta en la lucha contra el SIDA. Lamentablemente, no podemos incluir en esta la decisión de hoy del Congreso español.
Ojalá se acabe encontrando una vacuna para esta fatal enfermedad, aunque dudo que se consiga. Tengo admiración por los voluntarios que arriesgan y sacrifican su vida por los avances en la ciencia y así salvando millones de vidas.
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