"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".
Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano
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lunes, 23 de noviembre de 2009
China (III): “Una sociedad moderadamente acomodada”
El régimen chino comprende que su supervivencia pasa por limar las desigualdades sociales y la reducción de la pobreza. La mayoría de la población, el 60%, vive en el medio rural, y el 40% de la población activa desarrolla tareas agrícolas. En muchas regiones la situación del campesinado es de extrema pobreza. La liberalización económica ha permitido el surgimiento de una élite económica ligada al Partido Comunista, pero también ha generado una gran desigualdad social. Las diferencias no son sólo ricos y pobres, sino costa e interior o campo y ciudad. La migración supone el desplazamiento de más de 130 millones de personas, de las cuales 20 millones no consiguen encontrar empleo. La renta per capita del campo es de 260€ frente a 790€ en las zonas urbanas.
La corrupción se extiende con facilidad debido a la debilidad del Estado de derecho. El rule of law (imperio de la ley) no existe, sustituido por el rule of man. Muchas leyes no se pueden cumplir, o son muy ambiguas. En esta situación, cobran especial importancia los contactos personales, la dependencia del favor de los dirigentes del Partido, el poder de la burocracia y el pago de sobornos.
La propiedad privada ha ido reconociéndose progresivamente desde 1982, cuando se autorizó la llamada “economía individual”. En 1988 se redefinió como “economía privada” y en 1989 se incluyó como una parte de la “economía socialista de mercado”, junto a la propiedad pública. La reforma constitucional de 1999 reconoció el derecho de propiedad privada de los medios de producción. En 2004 se declaró inviolable, pero inferior a la “sagrada” propiedad pública. Por último, la reforma de 2007 garantiza la propiedad privada de edificios, rentas, bienes personales y de producción. La teoría y la práctica continúan distantes. No es lo mismo propiedad en zonas urbanas que en las rurales. Las expropiaciones en el campo dejan a muchos campesinos sin tierras de las que vivir y no encuentran asistencia legal o indemnizaciones por parte de las autoridades. Más de 65 por ciento de las manifestaciones en las zonas rurales se atribuye a problemas por la expropiación de tierras.
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