Hoy he ido a la Puerta el Sol, a ver con mis propios ojos cómo era, cómo estaba organizada y cómo se desarrollaba. Me he llevado de mi paso por ahí una bonita experiencia: era agradable ver el civismo, el ánimo festivo de los asistentes, la organización "autogestionaria" de la acampada, etcétera. En definitiva, se comprueba el "buen ambiente" de los congregados.
No he visto banderas de ningún tipo, al menos ninguna destacable. Sí he visto cientos de pancartas, de todos los tamaños, llenos desde protestas a los políticos a manifestaciones de apoyo de cientos de personas. Las consignas, igualmente, eran comedidas, no por ello dejaban de ser duras y exigentes. He observado el riguroso control de esos organizadores, que no se ven, pero la realidad es la existencia de comités para el abastecimiento, para la limpieza, para la organización... que hacen posible que miles de personas concentradas en un espacio determinado se relacionen con normalidad y no en el caos. Quien esté detrás, los cientos de mujeres y hombres que anónimamente sostienen toda la protesta, lo hacen muy bien.
Viéndolo con mis propios ojos -perdón por prejuzgar por la apariencia (sin menospreciar)- se puede advertir de la concurrencia de una heterogénea mezcla: desde grupos juveniles más alternativos, a gente normal y corriente, esa "gente común" que Tomás Gómez reivindica: mayores, niños, jóvenes, adultos, estudiantes, trabajadores de todas las clases, empresarios... por cierto, no dudo que debe existir mayor control sobre los grupos más radicales, descartados por supuesto los violentos: ni hay pancartas ni consignas que se desvíen de la voluntad cívica de los indignados. Una curiosa mezcla de civismo, como si fuéramos un país europeo desarrollado, impregnado de lo que algún filósofo llamaría republicanismo cívico y de la indignación del libro de Stephane Hessel.Una cuestión importante es no dar argumentos a los medios de la derecha. Ellos siguen con la campaña de desprestigio: curioso, los mismos que pedían la "rebelión cívica" desde incluso antes de que Zapatero ocupara la presidencia insultan a los ciudadanos que, con motivos más dignos y más reales, lo hacen. Siguen las medias verdades, las provocaciones, cuando no la mentira pura y dura, todo les parece válido para ocultar su miedo y llamar a la movilización de los votantes conservadores, mediante la criminalización, una vez más, de que el Partido Socialista está detrás de todo esto. Otro punto con el que indignarse, otro punto con el que lamentar el desprestigio que estos medios crean al periodismo, al perder todo su rigor y entregarse a la manipulación pura. Para César Vidal, los manifestantes son "proetarras" y los ciudadanos que vuelvan a votar al PSOE "tontos del culo". En fin, es cómodo que él mismo se autodesprestigie.
Todos los españoles que podamos deberíamos poder acercanos a una de las manifestaciones que se desarrollan por las principales ciudades de España y participar, aunque sea brevemente, de "la historia". Solidarizarse con los acampados, simpatizar con sus planteamientos y provocando debate entre todos nuestros conocidos. En Sol sólo caben unos pocos miles de ciudadanos, pero la opinión puede extenderse desde el kilómetro 0 a la localidad más alejada, y que la opinión de miles pueda ser compartida, contrastada y enriquecida con la de más de cuarenta millones. Me quedo con un comentario de un oyente de La Ventana de la SER: "políticos, somos vuestros jefes y os estamos preparando un ERE".
Who is leading people to Freedom? :)
ResponderEliminarNobody/unknown :)
ResponderEliminar