Páginas

sábado, 5 de noviembre de 2011

Una vez más... recuerden, recuerden...


Escribir cada año una referencia más de V de Vendetta, cómic y película, empieza a consolidarse como una costumbre en este blog. Últimamente los quehaceres de los estudios me absorben tanto, y escribo tan poco... qué ironía, un socialdemócrata que apenas tiene tiempo para escribir algo acerca del socialismo democrático, del Partido Socialista o de su candidato a las elecciones encuentra un resquicio para homenajear a un personaje de ficción que, además, es anarquista.

El año pasado hice una semblanza un poco más psicológica y personal de V, víctima y a la vez villano -pero, si alguien tuviera en sus manos su poder, ¿quién no lucharía contra un poder tiránico aun derramando sangre, sangre culpable?-, las anteriores fueron reflexiones personales y cuestiones más de actualidad. ¿Qué podríamos decir este año? Siguen existiendo motivos para luchar por nuestra libertad, pues vivimos en un mundo que se convierte en nuestra pesadilla: que, en nombre de nuestra libertad, se nos ha coartado, instalándonos de nuevo el miedo en la sociedad occidental al "enemigo", comunista en su momento y, una vez caído el muro de Berlín, en este nuevo siglo el enemigo es el musulmán, el inmigrante, el extraño, en definitiva; en nombre del progreso, del empleo y de la felicidad, se nos arrebatan las tres, echan la culpa de la crisis económica al común y nos quieren seguir engañando ofreciéndonos el consumo irresponsable mientras nos arrebatan las bases de la verdadera felicidad.

Justicia, igualdad y libertad, como dijo V, son algo más que palabras, son metas alcanzables. Se nos está arrancando la condición de ciudadano, poco a poco, hasta que la palabra pierda todo su significado, porque justicia, igualdad y libertad son también responsabilidad, pensamiento y solidaridad, sin las cuales no puede existir sociedad humana, que es el reino de la ley, que procede de nuestra participación y consentimiento, sin opresión. Que nadie nos engañe, la libertad no está en los mercados ni en naciones, está en la gente, como ciudadanos y no como consumistas.

En dos semanas elegimos un nuevo parlamento en nuestro país. Somos tan conscientes de qué poco pueden cambiar las cosas... porque sabemos que elegir un reducto tan pequeño de soberanía no arregla las cosas, no sin unión -europea, mínimo-, y plantarle cara a esa clase tan difusa que domina los mercados financieros. Sí, existe la lucha de clases, es estúpido negarla, y seguirá existiendo mientras unos pocos sigan queriendo dominar a la mayoría. Este país necesita algo más que un parlamento, necesita esperanza.

2 comentarios:

  1. Me gusta su escrito, compi :-) Lo he enlazado en uno mío en el que también me ha dado por hablar del "remember, remember the fifth of November" :-P

    ¿Mucho trabajo académico? Yo ahora estoy en primer curso de Derecho. En estas semanas comienza ya a haber trabajo acumulado, sí. ¿De qué va lo suyo?

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, compañero!! Acabo de leer lo que has escrito en tu blog y me ha gustado mucho, y creo que coincidimos en ver que, en definitiva, cualquier órgano democrático es susceptible de corromperse y manipularse, sencillamente porque es una institución humana y está sujeta a los vicios y virtudes de nuestra especie. Es bien cierto que, para que el mal triunfe, solo es necesario que los hombres buenos no hagan nada. Es, ciertamente, ese último centímetro que tenemos que es interamente nuestro, que no nos pueden arrebatar, que tenemos que hacer empleo de nuestra condición de ciudadanos, que es el mayor invento que ha tenido nunca la humanidad, y que nos separan del resto de animales.

    En lo mío, a decir verdad, sí, se me acumulan las cosas: unos trabajos de clase, las prácticas en un instituto, el trabajo de fin de curso de un máster anterior, una pequeña investigación... pero se podrá con todo, y mientras, seguimos en la brecha, siempre alertas :)

    Espero que disfrutes con esa carrera, es muy difícil :) un abrazo!!

    ResponderEliminar