Ayer pude escuchar en programa El Foro de Radio Madrid de la SER una frase tremendamente impresionante. El secretario general de UGT-Madrid relataba que, estando Esperanza Aguirre hablando con él y con su consejero de Hacienda Antonio Beteta, éste le decía que el otro día, al tener gripe, fue a la sanidad pública y tuvo que esperar tres cuartos de hora a que le atendiesen. Y Esperanza Aguirre exclamó: Pero tú, que tienes dinero, ¿por qué vas a la sanidad pública, que es donde están los pobres?
Eso explica de raíz la intención de Aguirre de destruir todo el sector público de Madrid: están los pobres. Pues, estando los pobres, ¿para qué molestarse en dar un buen servicio? Como con la seguridad en la época Aznar, quien tenga dinero, que se lo pague.
Ya no serán estos comentarios nunca más la Dictadura de Aguirre, porque su dictadura, ya patente, la imposición que el Gobierno de Esperanza Aguirre hace basándose en sus votos y en su mayoría parlamentaria no es democracia, porque está fuera de toda ética; no es liberalismo, porque ataca a nuestra libertad personal y colectiva, y sustituye la libertad de comercio por las ayudas a sus amigos empresarios. No, esto no es una democracia. No será por tanto más Dictadura de Aguirre. Esto es la oposición a Aguirre, pero no será esto, porque es un concepto negativo, y lo voy a dotar de algo positivo: Por la Izquierda. Por la izquierda para paliar la falta de oposición a este Gobierno de marionetas y paleoliberales, para dotar a los argumentos de un programa alternativo creíble frente a este desgobierno.
Sanidad:
La sanidad pública de Madrid está siendo herida gravemente. Los nuevos hospitales son cortinas de humo, parches insulsos. ¿Dónde están los nuevos médicos? No hay, los nuevos hospitales se nutren de los médicos ya existentes. Con un ejercicio matemático vemos que baja el ratio de médicos por hospital, luego si en el hospital Fulano había dos ginecólogos, uno es trasladado al nuevo hospital, y el otro se queda, pero los pacientes seguirán siendo el mismo número, luego tendrá que dedicarles o el doble del tiempo, hasta la eternidad, o la mitad del tiempo a cada paciente. Ya es difícil que un médico pueda dedicar más de cinco minutos a cada paciente. ¿Ahora, cuánto? Esto es insostenible.
Si Esperanza Aguirre quisiera de verdad una sanidad para los madrileños, haría oposiciones a nuevas plazas, dotaría de una mayor financiación a las facultades de medicina para poder formar a más médicos o contrataría a gente de la Europa comunitaria (hasta ahora se hace al revés, los médicos y enfermeros que se forman y no obtienen plazas que deberían existir se marchan al extranjero).
Así que la izquierda debe tener en su programa la creación de más plazas médicas y la mayor dotación de las facultades de medicina.
Eso explica de raíz la intención de Aguirre de destruir todo el sector público de Madrid: están los pobres. Pues, estando los pobres, ¿para qué molestarse en dar un buen servicio? Como con la seguridad en la época Aznar, quien tenga dinero, que se lo pague.
Ya no serán estos comentarios nunca más la Dictadura de Aguirre, porque su dictadura, ya patente, la imposición que el Gobierno de Esperanza Aguirre hace basándose en sus votos y en su mayoría parlamentaria no es democracia, porque está fuera de toda ética; no es liberalismo, porque ataca a nuestra libertad personal y colectiva, y sustituye la libertad de comercio por las ayudas a sus amigos empresarios. No, esto no es una democracia. No será por tanto más Dictadura de Aguirre. Esto es la oposición a Aguirre, pero no será esto, porque es un concepto negativo, y lo voy a dotar de algo positivo: Por la Izquierda. Por la izquierda para paliar la falta de oposición a este Gobierno de marionetas y paleoliberales, para dotar a los argumentos de un programa alternativo creíble frente a este desgobierno.
Sanidad:
La sanidad pública de Madrid está siendo herida gravemente. Los nuevos hospitales son cortinas de humo, parches insulsos. ¿Dónde están los nuevos médicos? No hay, los nuevos hospitales se nutren de los médicos ya existentes. Con un ejercicio matemático vemos que baja el ratio de médicos por hospital, luego si en el hospital Fulano había dos ginecólogos, uno es trasladado al nuevo hospital, y el otro se queda, pero los pacientes seguirán siendo el mismo número, luego tendrá que dedicarles o el doble del tiempo, hasta la eternidad, o la mitad del tiempo a cada paciente. Ya es difícil que un médico pueda dedicar más de cinco minutos a cada paciente. ¿Ahora, cuánto? Esto es insostenible.
Si Esperanza Aguirre quisiera de verdad una sanidad para los madrileños, haría oposiciones a nuevas plazas, dotaría de una mayor financiación a las facultades de medicina para poder formar a más médicos o contrataría a gente de la Europa comunitaria (hasta ahora se hace al revés, los médicos y enfermeros que se forman y no obtienen plazas que deberían existir se marchan al extranjero).
Así que la izquierda debe tener en su programa la creación de más plazas médicas y la mayor dotación de las facultades de medicina.
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