El dato es dramático. Antes de entrar en ello, voy a centrarme un momento en el mayor mentiroso que parece que tiene España en estos momentos: Aznar presume que con él no hubiera habido crisis.
Señor Aznar, miembros del Partido Popular, ¿toman a los españoles por estúpidos?
Dice que él inicio el crecimiento de 1996 con sus recetas económicas. En un mundo globalizado, lo que un Gobierno alga es ínfimo, si no se atiene al ciclo económico mundial del sistema capitalista. 1993: recesión mundial, seguido de recuperación, iniciada en los últimos años de Solbes como ministro de Economía en su primera etapa. Aznar recoge ese ciclo económico alcista y se basa en el crecimiento por el ladrillo. Ahora toca el ciclo negativo, y por mucho que Zapatero dedique todos los recursos del Estado a proteger a las familias, si no cambia pronto el ciclo mucha gente lo pasará mal. Ahí están los datos. Es la diferencia entre los ciclos de hace doce años y el actual donde radica la bonanza o la caída de la economía, no en los cuentos aznarianos.
Si tiene soluciones, que las diga, para poder decir “sí, nos parecen consecuentes” o “no, son prehistoria económica”. Ah, si ya lo dijo hace unos días. Aznar vive en otra época económica, pero, eso sí, cobrando muchos miles de euros por discurso, cuando a su lado muchos ganan sólo mil euros trabajando mucho más que él. Quizás la diferencia sea en que los amigos de uno son más importantes que los de otros. Pero eso no es ni liberalismo, es la hipocresía ideológica más absoluta.
Pasando por encima de los planes o antiplanes de estos terroristas del empleo, vamos con los cuatro millones de parados. Dije antes que Aznar basó su crecimiento económico en el ladrillo. Zapatero tenía que haber cambiado el modelo productivo en estos últimos cinco años, o por lo menos haber sentado las bases del mismo. ¿Cuál podría ser? Está claro que el crecimiento de ladrillo es el más fácil y el más barato: mano de obra poco cualificada, nulas condiciones laborales, poca inversión educativa y de formación… un chollo. Pero también muy frágil al vaivén económico. Por otro lado, la inversión en la ciencia, en la industria farmacéutica, la investigación bioquímica, en las nuevas tecnologías… es muy caro, requiere mucha inversión en la formación, buenas condiciones… es caro, pero el futuro se encamina por aquí. Quizás por eso cada año se van tantos “cerebros” de España a otros países, como Estados Unidos, porque aquí no tienen futuro. Hay que elegir ya, de igual modo que hay que cambiar este capitalismo que no nos trae más que paro, inseguridad y fracaso a todos los niveles, desde el educativo al laboral. Cuatro millones de parados son la prueba dramática del fracaso capitalista.
No hay que dudar que el Gobierno y el Partido Socialista están realmente preocupados, y que el Ejecutivo trabaja sin cesar para reactivar la economía. De algo podemos estar seguros: sin los planes económicos del Gobierno, las ayudas a los ayuntamientos y el fomento de la construcción con ayudas económicas los datos serían catastróficos. “Los ciudadanos deben saber que lo que estamos haciendo es trabajar, trabajar y trabajar”, ha dicho la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Y la creemos. ¡Pero el mantenimiento del sistema capitalista es un lastre en la acción de cualquier Gobierno del orbe! Al fracaso capitalista, le debe corresponder la respuesta socialista, única y coordinada en todo el mundo.
Para evitar la hipocresía ideológica, en el informe del INE se pueden leer los datos del paro por regiones. Los descensos del número de activos son muy acusados en País Vasco y en Valencia; los mayores descensos de ocupación son en Cataluña, Valencia y Madrid; las mayores subidas de paro se registran en Cataluña, Madrid y Valencia; en la variación interanual de parados, son más en Andalucía, Cataluña, Valencia, Madrid y Canarias. Las comunidades con menor tasa de paro son Euskadi (10,33%), Navarra (10,41%) y La Rioja (11,49%). Las más elevadas se dan en Canarias (26,12%), Andalucía (24,04%) y Extremadura (21,75%), Baleares (19,7%), Murcia (19,3%) y Valencia (19,2%).
Esto prueba que son una falacia los argumentos de la oposición, puesto que autonomías de uno y otro color presentan problemas similares (me gustaría oír a la COPE decir algo del paro canario más que el andaluz). Ante la crisis global, no hay demagogia que valga, ni insensateces que Aznar manifieste. Sólo cabe la política social y el cambio del sistema económico.
Estimado Javier,
ResponderEliminarEn efecto, el socialismo democrático tiene que recuperar el espíritu crítico, recordar que el sistema económico capitalista tiene importantes fallas, incluyendo las crisis cíclicas, quizás cada vez más recurrentes, y debe proponerse como tarea reformarlo, no solamente compensar a los perdedores del libre mercado a través de la política social.