Este post será una excepción, hablaré más de mí, de mi experiencia y de mi vida. Sé que lo he hecho pocas veces. Sé que no hablo de quienes me rodean, pero es más querer guardar su intimidad. Lo siento por la excepción, pero esto también es un homenaje a ellos, las personas queridas. Quizás es también las ganas de implantar variedad a este blog, tan lleno de política. Incluso en esto hay política. ¡Qué le vamos a hacer! Pero política, que viene de polis, ciudad o comunidad, es propia de nosotros.
Ayer tiré a la papelera una bandera de los grupos antiabortistas. Puedo usar la excusa del reciclaje, de ayudar al Ayuntamiento más endeudado de España a limpiar las calles de basuras, que para eso nos sube las tasas, porque las obras faraónicas se pagan con dinero y no con votos. Ninguna excusa de esa sirve más que para broma. Lo hice porque quise. No voy a negar que sentí una sensación especial por reciclar. Me encontré sin quererlo con una pequeña masa de gente, ciudadanos, gentry, people, folk, en una manifestación, flock, reunión o como quieran. Cincuenta mil, cien mil, doscientos cincuenta mil, millón, millón y medio, dos millones, las cifras las dan los medios, El País, Público, Telemadrid, Efe, la guardia civil o los redondeos matemáticos de determinar que de millón y medio llegamos a los dos millones, medio millón arriba, medio millón para abajo, casi nada. Quizás mañana sean tres, quizás cuatro, quizás nada.
Ayer estuve, hay que reconocerlo, muy radical. Para qué engañarse, ¡si encuentro una sensación especial! Fui a ver libros, a la Feria de libros de Recoletos. Con mi novio, mi mejor amigo y su novia, amiga mía también. Ella había querido ir a la manifestación contra la nueva Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Le dije que eso estaba mal, pues sé que los convocantes hacían un ejercicio total de hipocresía contra la nueva ley, ya que la nueva será más rigurosa. También hay que saber que hay que permitir la libertad de decidir.
Opino, ya lo he escrito otras veces, que abortar es malo, que es algo que no debería hacerse, pero hay que comprender que a muchas mujeres no les queda más opción. Como con otras cosas, sólo cuando mejoremos nuestro bienestar, de todas las personas, cosas así podrán ser innecesarias. Le dije que además de hipócritas quienes iban eran los que odiaban que se pudiese amar a quien quiera, independientemente de su sexo. También dije, más radical, que no deberían poder manifestarse. Pero eso no se puede hacer, todos tenemos la libertad de manifestar nuestras ideas. “Yo les respeto, pero que no lo demuestren en público”, añadí, ya en broma, en los mismos términos que ellos argumentaban su rechazo a que dos hombres o dos mujeres puedan casarse.
Como digo, fuimos hasta Recoletos. En la calle había gente yendo y viniendo de la manifestación. Cuando dicen los dos millones, recuerdo las manifestaciones contra la guerra, como aquella del 15 febrero. De Atocha a Sol, todas las calles abarrotadas, yo no podía ni dar dos pasos seguidos, y unos decían millón y medio y los medios que hoy tanto engordan decían… medio millón. Ayer se podía andar tranquilamente a escasos metros de Cibeles. Como la calle es de todos, de la mano de mi novio, con un placer mayor en medio de quienes desprecian el amor pleno por un amor sectario.
Seguramente a los libreros de Recoletos les fue muy bien este “extra” de gente. Vimos libros sin apretujones y, viéndole beneficio a esto, dudo que el “extra” de gente se llevase los libros que yo quería. Escritos de Vargas Llosa, García Márquez, Kant, Smith, Lenin, Trotsky, Locke, MacDonald, Azcárate, Goethe, Bobbio… no, no me iba a quedar sin ellos. Pensaba, cuando al otro lado de las casetas se defendía la irracionalidad y la ignorancia, ¡pobres gentes tratadas como simple rebaño!, al otro lado los libros irradiaban la cultura y el saber de generaciones y de pueblos. La cultura de élites ahora está al alcance de las masas.
Si hay unos pro-vida, entonces los demás somos pro-muerte. Si están con la familia, entonces nosotros estamos contra ella. ¡Qué malas personas somos, sin darnos cuenta! No sabía que me levanto cada mañana pensando que hay que matar nosecuantos niños. No sabia que por el simple hecho de amar como quiera destruyo familias enteras de La Moraleja, el barrio de Salamanca o la urbanización de Sotogrande. Cuesta creer que una sola persona pueda causar tantos males.
Pero prefiero despertarme sabiendo que amo la libertad y la igualdad, aunque cueste con gente con tanto odio encima. Me gusta más salir en busca de libros buenos y baratos antes que a ejercer del palmero de quien sea. Me gusta escribir en este blog, reconocer mis errores y exponer mis ideas. Me da pena que mucha gente condicione el amor a sus hijos a que “salgan normales” o que esa forma de “defender” la vida se olvide para pedir la pena de muerte por asesinatos mediáticos de menores. Me da pena que quieran una alternativa egoísta, que no se preocupen de la gente con problemas económicos, de aquí o de África. Me da pena que quieran destruir la poca libertad que tenemos cuando gritar Viva el Tíbet libre sea causa de muerte.
"El grado de civilización de una sociedad se mide por el grado de libertad de la mujer". -Charles Fourier-.
ResponderEliminarMuy buen post, compañero.
La hipocresía campa a sus anchas. No es nuevo ni será el último día. Yo no creo que libertad y progreso justifiquen el aborto. Dudo que eso sea progresismo, socialismo o humanismo.
ResponderEliminarNo porque se mate o no, todo es tan relativo que me pregunto qué es o no vida, sino porque un verdadero estado democrático y socialista se preocuparía de dar cobijo y protección a la madre joven, se responsabilizaría de sacar adelante a esa criatura y a su madre.
Pero todo es hipocresía e intereses de unos sobre otros, tantos los de un lado como los de otros.
Mientras tanto los sabios se retiran ante mentiras que ganan juicios...
Pero no te desanimes amigo porque lo más importante siempre marcha a tu lado, siempre queda con nosotros.
Un abrazo.
En respuesta a ti, Bitdrain, "Como con otras cosas, sólo cuando mejoremos nuestro bienestar, de todas las personas, cosas así podrán ser innecesarias"
ResponderEliminarSaludos a los dos, y gracias!
El aborto a mi me provoca una gran controversia moral, incluso en ocasiones puedo decir que este en contra. Pero luego me pongo a pensar en el aborto como derecho, y acabo convencido del apoyo a esta ley.
ResponderEliminar¿Por qué? Porque el Estado Social debe garantizar que todos podamos desarrollarnos en igualdad de condiciones con independencia de nuestras condiciones económicas o sociales. Es este Estado del Bienestar el que debe garantizar a una mujer la interrupción de su embarazo si estima oportuno no continuar con el mismo. ¿Por qué? Por la hipocresía que tu señalas, si en España se prohibiese el aborto apuesto a que la mitad de las familias que acudieron a la manifestación en el caso de que su hija pulcra e impoluta abortaría en el extranjero, como se hizo en este país anteriormente. Esto lo haría al tener una buena situación económica, mientras que una persona sin recursos tendría que seguir adelante con el embarazo. Eso es hipocresía.
La actual ley es de una ambigüedad insostenible, por lo que necesita ser enmendada...
Cuándo vi el odio que rezumaba el debate de Intereconomía después del tema en parte me sentí como tú. En España aún no existe una derecha civilizada, y si existe aún no se ha hecho visible...