Presidenciales:
Sebastián Piñera (Coalición por el cambio, centroderecha): 44,05%
Eduardo Frei (Concertación de partidos por la democracia, centroizquierda): 29,6%
Marco Enríquez-Ominami (Nueva Mayoría para Chile, izquierda): 20,13%
Jorge Arrate (Juntos podemos más, comunista): 6,21%
Parlamentarias (sobre 120 diputados):
Coalición por el Cambio: (43,42%) 60
Concertación y comunistas: (44,41%) 57
Chile Limpio: (5,39%) 1
Nueva Mayoría: (4,55%) 1
Independiente: (2,21%) 1
La derecha ha ganado la primera vuelta de las elecciones chilenas, la alianza gubernamental ha obtenido los resultados más bajos de su historia y el candidato de izquierda independiente ha quedado tercero sin haber podido superar a su rival democristiano. ¿Qué pasara el 17 de diciembre, día de la segunda vuelta electoral? Enríquez-Ominami ha pedido el voto libre a sus electores. ¿Sumará Frei los votos de Ominami y de los comunistas a su ticket electoral, 29,6+20,13+6,21? Teniendo en cuenta que los votos de Ominami son los votos socialistas, podrían ir a Frei, pero también tiene el voto de los descontentos con la Concertación y contrarios a la derecha. De los 12 millones de potenciales votantes, se han inscrito 7 millones y los votos válidos son 6,8 millones, con lo que la participación no supera el 60%.
El sistema electoral binominal ha vuelto a jugar a favor de la derecha, dándole tres diputados de ventaja sobre los partidos de la Concertación, teniendo menos votos. Un aspecto muy importante, sin embargo, es la vuelta del Partido Comunista chileno al Congreso, ausente desde 1973, y dentro de las filas de la Concertación.
Ya me han escrito un comentario en el blog diciéndome que cambie el mapa de Latinoamérica para incluir a Chile en la región de los azules. ¿A qué asistiremos? ¿A una nueva oportunidad para la Concertación para destruir los límites que la vieja dictadura pinochetista (sistema electoral binominal, Constitución de 1980…) le impone y le aleja de los ciudadanos descontentos, o a la oportunidad de la derecha de redimirse de su pasado autoritario?
Es muy difícil que Frei gane en la segunda vuelta. Piñera le supera también ampliamente en las preferencias para la segunda vuelta, lo que quiere decir que muchos de los votantes de Ominami van a optar por la abstención. Quizá Piñera ni siquiera necesite sumar muchos más votos para superar el 50%. De todos modos, después de 20 años es sano que haya un relevo de gobierno en Chile.
ResponderEliminarPor cierto, yo insisto en que no estoy de acuerdo en que tengas a Perú en la columna de "azules". Vale que Alan García se ha "aburguesado" y ahora representa la opción más moderada de su país, pero si consideramos al APRA un partido de derechas, igual podríamos hacer con el PSOE y el resto de opciones de centroizquierda europeas.
Saludos.
Ese mapa me lo encontré así, incluso otros mapas, en revistas monográficas sobre América Latina (estoy pensando en una de hace poco de Le Monde diplomatique) mantienen a Perú en una categoría de centroderecha. Yo no estoy ni de acuerdo con calificarlo de izquierda pero ni de derecha, sino que está en una situación centrista (y precaria).
ResponderEliminarA la izquierda del APRA está Ollanta Humala y Alán García fue elegido por los votos de la derecha. Yo lo veo como una repetición de las elecciones de 1964 en Chile cuando Frei padre y la DC ganaron a Allende. El APRA es otro partido atrapalotodo, hoy le viene bien ser más moderado, otro día será más reaccionario o más izquierdista. Esta segunda oportunidad de Alán García, tras el desastre de su primer período presidencial, tampoco va a ser muy positivo.
Saludos!
Me da mucha pena que pierda la Concertación. Me parece el mejor ejemplo de colaboración entre socialistas y democristianos, y una muestra del camino que debería seguir el PD en Italia.
ResponderEliminarAún así yo también estoy con Dion en que la alternancia será sana para Chile. No conozco en profundidad el sistema electoral actual chileno, pero es profundamente bipartidista para hundir a las terceras opciones...
Básicamente, se eligen dos diputados por cada distrito electoral, con lo cual salen siempre el candidato más votado de las dos listas principales para que la segunda fuerza (que sería la derecha) tuviera más representación, y para que una misma lista consiga los dos diputados debe duplicar en votos a la segunda lista electoral. Nos quejamos del sistema D'Hondt, pero este es la trampa absoluta.
ResponderEliminar(nota. he añadido a la entrada la primera página de La República de Uruguay)
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