"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".
Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano
El Árbol Socialdemócrata descansa unas semanas por vacaciones. Estos días serán de merecido descanso, no exentos de estudio, pero sí de una necesaria desconexión mental con la actualidad. En estos días habrá que estar atentos con Honduras, esperar que los sucesos de Irán o China sigan manteniendo un mínimo de interés mediático para que nosotros, los ciudadanos, podamos saber qué ocurre en otras zonas de nuestro planeta, donde millones de seres humanos sufren la represión y la falta de libertades. Aun en descanso vacacional, no se deben olvidar.
Para estas vacaciones, os recomiendo encontrar y leer la biografía de Pietro Ingrao, comunista italiano, Pedía la luna. Espero que os guste tanto como a mí. Disfrutad de vuestras vacaciones, y en pocas semanas nos volveremos a reunir todos por la Red de Redes.
El nuevo acuerdo de financiación viene a resolver las recurrentes quejas de las autonomías por el dinero. Para que sea un modelo realmente coherente, para dar a cada región lo que necesita, y no hacer de ello tajadas como pensarían quienes están en la línea de Erkoreka, cuenta entre sus variables la dispersión geográfica, la población con todas sus características, como el alto crecimiento de algunas comunidades, las edades y las necesidades requeridas. Así, se consigue establecer un modelo perdurable y que realice la solidaridad interregional, en la línea de la socialdemocracia. Si bien es cierto que no tiene un gran interés en la sociedad, y mucho menos en la catalana, contradiciendo los análisis de Miqel Iceta.
El gran éxito del nuevo modelo es que Andalucía mantiene su importancia, el tripartito catalán puede seguir gobernando sin tener que hablar sólo de la financiación y conseguir que a los gobiernos regionales conservadores les guste el modelo pero que, por su persistencia a no reconocer nada bueno en el adversario, se resisten a aceptar. Pero esperan ansiosos el dinero con la mano extendida, eso sí.
Y mientras, lady Aguirre proclamando el nuevo hecho diferencial madrileño, el bilingüismo. Para dar una lección de reconocer bondades del adversario, la idea de las escuelas bilingües es buena. Quitando las ansias privatizadoras de la administración madrileña, la rebeldía para aplicar Educación para la Ciudadanía, etcétera. Pero aún quedan amplias capas sociales que no pueden presumir del bilingüismo aguirriano.
El pasado curso de formación ideológica ha sido muy productivo para todos aquellos que hayamos asistido. Su desarrollo, sus ponencias y su debate son la mejor prueba que, pese a que se celebren elecciones adversas, la socialdemocracia tiene un amplio recorrido. Hay pensamiento, hay análisis y hay personas para encarar el proyecto socialdemócrata hacia un nuevo ciclo progresista.
La Fundación Ideas, creada el año pasado tras el 37º Congreso del PSOE, y que comienza a arrancar con fuerza, debe ser la alternativa óptima al pensamiento del conservadurismo, representado en la FAES. Si bien es cierto que se necesita de una proyección mediática más firme, para no sólo ser un referente para los miembros del Partido, sino también para la sociedad. No en base a vídeos polémicos, como hacen desde el otro lado, sin ninguna sustancia o coherencia en la historia, sino, como el informe de un nuevo modelo energético, analizando profundamente la realidad actual y saber volver a una política de Estado. Sin recurrir al cortoplacismo que la nueva política tan mediatizada necesita recurrir si se quiere mantener el apoyo social con medidas de consecuencias directas. Ejemplos como el nuevo modelo energético o el nuevo modelo productivo son el paradigma de que existe un único movimiento de Estado, la socialdemocracia.
También se ha hecho hincapié en un lastre del mundo actual, y que adolece aún la Unión Europea de hoy: la crisis del Estado nación. A problemas globales, respuestas globales. La Unión Europea deberá caminar en este sentido si no quiere ser el mayor fracaso constituyente y federativo de la historia.
El debate entre izquierda y derecha, progresismo y conservadurismo, está más vivo que nunca. Lo que no se puede caer es en la renuncia de pensar en la óptica izquierda-derecha, aunque hay muchos otros modelos más que existen y se ponen en juego. Es inevitable pensar en términos de izquierda o derecha. O se progresa o se estanca, o se trabaja en el sentido de una sociedad más igualitaria o se mantienen los actuales desniveles. Cada vez que alguien dice que no existe la distinción izquierda-derecha, lo primero que pienso es que esapersona no es de izquierdas. Desprenderse de ese concepto es entregar la victoria ideológica a la derecha.
De la Jaime Vera salimos con nuevas ideas, o con ideas ya reforzadas. Con un nuevo impulso por trabajar por el proyecto socialdemócrata. Los días de crisis de la socialdemocracia pueden llegar a su fin si sabemos transmitir estas ideas de forma clara a la sociedad, acabando con los mensajes cortos, mentirosos y negativos del conservadurismo.
Pedro Sánchez-Castejón, Mª Dolores Agudo y Carmen de Paz
Ayer finalizó el curso de formación ideológica de la Jaime Vera, con las sesiones de “Cambio del modelo: ¿Cambio de Política?” y “Un nuevo modelo energético para España”. La primera de ellas estuvo integrada por Pedro Sánchez-Castejón, concejal en el ayuntamiento de Madrid; Carmen de Paz, Coordinadora de la Red Internacional de la Fundación Ideas; y Mª Dolores Agudo Masa, alcaldesa de Velilla de San Antonio (Madrid).
Carmen de Paz expuso los análisis que la Fundación Ideas realiza en este sentido. La prioridad es el cambio del modelo productivo, que adolece de falta de competitividad y de productividad. Su resolución pasa por el impulso de sectores productivos con capacidad de crecimiento y creación de empleo de forma rápida, como son las nuevas energías renovables, investigación de nuevas energías, transporte y turismo sostenible y en la alta tecnología. Sectores que, muchos de ellos, necesitan inicialmente de mayor concentración de capital que de empleo, según hizo observar Domènec Ruiz Devesa, a lo que De Paz dio la razón, pero destacando que su desarrollo permitirá una mayor creación de empleo, no solo en esos mismos sectores, sino también en los sectores complementarios. La construcción mantendrá un puesto importante, aunque secundario. También se necesitan reformas transversales en el mercado del trabajo, la educación (potenciación de los estudios técnicos como la Formación Profesional, y la inversión en I+D+i.
Dolores Agudo, la única mujer socialista que dirige un consistorio madrileño, ha transmitido su experiencia, de vida y política, a los asistentes. La cercanía a los ciudadanos es una cuestión muy importante para la política del Partido Socialista, impulsa la creación de redes sociales con el asociacionismo. Es muy necesario el valor del esfuerzo y la corresponsabilidad con la sociedad, invirtiendo en educación y sanidad y evitando el fracaso escolar. Por ello, es de vital importancia transmitir a los jóvenes la cultura del esfuerzo, austeridad y sacrificio, porque no todo puede ser gratis. Personalmente, he visto una tercera vía de Verdad, el discurso inicial de Tony Blair, análisis muy importantes de por dónde debe ir la socialdemocracia.
Para Pedro Sánchez-Castejón, la política debe redimensionarse, porque tiene un límite y no puede resolverlo todo sin la participación de la sociedad, en la línea de la alcaldesa. Decía el concejal que el entrador del equipo de fútbol argentino Huracán que en el fútbol ha ocurrido que se ha olvidado el placer de jugarlo. Ha ocurrido una cosa con la política, se ha olvidado el placer de hacer política, y se ha confundido hacer política con hacer carrera política, y se cae en el conservadurismo y no se arriesga. Arriesgarse es hacer política. Ha sostenido sus tesis en comentarios realizados desde Azaña hasta Obama, incluido el politólogo Fernando Vallespín ("la política vive en una paradoja. Si se vive en un Estado nación, y se le pide que nos garantice las necesidades, paro siendo consciente que se necesitan soluciones internacionales a muchas cosas"). Azaña decía que la política no es una profesión, es una facultad, e implica emoción. La emoción implica actitud y vocación. Para Obama, el nuevo político debe transmitir empatía y veracidad.
Entonces, hay que decir las cosas desde nuestra propia verdad sin enlatarse en mensajes complejos y no hay que callarse las opiniones propias (la crítica es la verbalización de una idea, dijo uno de los asistentes del curso). Hay que situarse en un plano de humildad política. La política es un deporte de equipo, y una trampa es caer en el personalismo. En la política, hay que escuchar, debatir, plantear ideas, reconocer errores, ponerse en el lugar del adversario y del ciudadano. Ahora mismo estamos en una crisis de partidos, donde Victoria Camps dice que el modelo de partidos está en crisis porque no representan a la sociedad sino a sí mismos, y Vicente Verdú que los partidos se dicen representantes de los ciudadanos cuando éstos en verdad se sienten cada vez menos representados. Por otro lado, estamos en una crisis del Estado nación. Sánchez-Castejón recordaba un artículo de Lucía Méndez en El Mundo, donde hacía ver que los españoles nos preocupamos más por los símbolos que por lo real. Se hablan de posibles autodeterminaciones en Cataluña o País Vasco cuando en realidad la autodeterminación ya ha ocurrido en ciudades como Estepona o Marbella, donde el Estado y la política han fracasado, y sus instituciones sirven a la corrupción. El ayuntamiento de Madrid tiene concejales socialistas muy capaces a los que no se les da proyección mediática.
Gustavo Nombela y Johannes von Stritzky
La última sesión, “Un nuevo modelo energético para España”, Gustavo Nombela y Johannes von Stritzky, ambos de la Fundación Ideas, han explicado el informe que elaboró la fundación y que ha servido de explicación al cierre de la central de Garoña. Aunque el informe es mucho más que eso, es el inicio de las propuestas para el nuevo modelo energético español. (para ver el informe, pincha aquí)
Este informe ha sido elaborado con expertos en energía, y teniendo en cuenta todas las características, buenas o malas, de cada una de las energías existentes. Así, el actual modelo energético es insostenible, con una demanda energética disparada y sin tener en cuenta las consecuencias medioambientales o el agotamiento de los recursos.
Para empezar, dejan sin defensa cualquier opinión que venga a apoyar la energía nuclear como barata, no contaminante o segura. Sumando todos los costes iniciales, el mantenimiento y la seguridad, la energía nuclear es muy cara, produce sólo el 6% de la energía mundial con 400 reactores en el mundo. Sólo sería rentable si se excluyen los costes iniciales. A esta energía le quedan reservas de uranio para 70-80 años. Al petróleo, 40-50 años. Al gas natural, menos contaminante pero que nos hace muy dependientes del exterior, 60 años. Al carbón, la peor opción energética por sus altas emisiones de CO2, 150 años.
Von Stritzky explica el caso alemán de sustitución de sus plantas nucleares. Se creó una ley que venía a favorecer el desarrollo de las nuevas energías renovables, se llegaron a acuerdos con las empresas energéticas con nucleares, renunciando a indemnizaciones por su cierre y se dieron un máximo de 32 años de vida útil a las centrales. Así, dos cerraron en 2006-2007 y cuatro lo harán entre 2009 y 2010.
Nombela explicó el estudio que Ideas realizó, con estimaciones fiables y varios escenarios de demanda, para el modelo energético hasta 2050. Se puede abandonar paulatinamente el petróleo y sustituir toda la demanda con la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Por ello, el Gobierno debería realizar una ley pensando a largo plazo para desarrollar estas nuevas energías. Se conseguirá dejar de ser dependientes del exterior, se tendrán quemodernizar las redes de transporte de energía y proliferar la instalación de las placas solares en las viviendas para el autoconsumo. Este planteamiento es muy ambicioso, es la verdadera política de Estado, ya que se piensa a largo plazo, no en plazos reducidos de cuatro años.
Sofiane Khatib, David del Campo, Manuel de la Iglesia-Caruncho y Manuel de la Rocha
La segunda parte del día, Crisis globales, consecuencias globales, respuestas globales. Resultados de la Cumbre del G-20 de Londres, fue un debate entre Sofiane Khatib, del Foro Económico Mundial; Manuel de la Iglesia-Caruncho, Comisionado para la reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; Manuel de la Rocha, asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores en el área de Unión Europea y organizaciones multilaterales; y moderado por David del Campo, director de la Fundación Jaime Vera.
El debate se centró en los resultados y el papel del G-20 en la actual crisis económica, así como en las respuestas que se deben dar o que se están dando para resolverla. Khatib alertó de los riesgos económicos y ambientales que poner en peligro la economía mundial, tales como la volatilidad del mercado financiero, alimentario y energético, la bajada del crecimiento económico de China o la inestabilidad del dólar.
Manuel de la Rocha distingue hasta cuatro tipos de crisis, la alimentaria, la energética, la financiera y la medioambiental, la más duradera. En el crecimiento económico que vino tras la crisis de 1993, se redujeron en 400 millones el número de pobres, la esperanza de vida global llegó a los 65 años y los conflictos bajaron de 50 a 30. Con la crisis, los países en desarrollo y los más pobres tienen amenazado su crecimiento por la caída de importaciones y la inversión extranjera. Entonces, las soluciones vendrán por la cooperación colectiva frente a las respuestas nacionales, la búsqueda de una nueva combinación de voz y representación de los países en los organismos internacionales, y que Estados Unidos establezca regulaciones en su economía. Internacionalmente, la ONU ha demostrado su ineficacia, y en su lugar el G-20, los países que agrupan el 85% de la riqueza y el 66% de la población, debe ocupar un protagonismo más destacado, también acabando con el club del G-8.
Manuel de la Iglesia-Caruncho hace hincapié en la idea de la confianza como factor importante que, al desvanecerse, ha desarrollado la crisis. El mercado se revela como incapaz de suplir a lo público al otorgarle la generación de bienes públicos, como la sanidad o la educación; así, el Estado no puede cumplir su función reguladora. El reparto actual de la riqueza es muy desigual. Por ejemplo, en Estados Unidos, la riqueza del 20% de la población más pobre aumentó en tan solo un 10% del total, la del 20% más rico el 50%. Y el 1% más rico… el 250%.
Las respuestas a la crisis han venido por devolver la confianza desde las instituciones para que la economía recupere su dinamismo. Estados Unidos ha recortado sus tipos de interés para favorecer el movimiento de dinero, se han dado grandes ayudas a las empresas y supervisado la banca. Según De la Iglesia, el nobel Paul Krugman cree que aún no se puede salir de la crisis, porque se ha hecho poco. En Europa hubo más descoordinación y el Banco Central Europeo tardó mucho en bajar los tipos de interés. En general, el sistema financiero internacional deberá ser reformado, el mercado debe dejar el liderazgo a favor de unas instituciones internacionales más fuertes.
(las fotos de la mañana ya están subidas en la entrada anterior a esta)
Hoy el blog se actualiza en la misma Fundación Jaime Vera, en la sala de prensa. La ocasión lo requiere, dada la importancia del debate entablado hoy por la mañana entre Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE y Eduardo Madina, secretario general del grupo parlamentario socialista, y moderado por el periodista Fernando Berlín, colaborador de la SER y creador de Radiocable.com.
Fernando Berlín, Leire Pajín, Marcelino Iglesias y Eduardo Madina
El diálogo político, centrado en las ideas de la izquierda ante el mundo actual, ha sido el encuentro de las formas progresistas de entender la política y la participación ciudadana. Marcelino Iglesias, en este caso, ha insistido en la derrota del modelo soviético, por ser incompatible con la libertad, y también en el fracaso del dios mercado. Superando el fracaso de los dos anteriores modelos, la socialdemocracia busca respuestas. En Europa, la izquierda ha dado síntomas de agotamiento, pero es en España de donde sale el nuevo modelo de la izquierda, que Europa atiende con interés. En el mundo actual, la labor de las nuevas tecnologías va en camino de afianzar la democracia y ejercer un mayor control a los gobiernos, en especial caso a los no democráticos, caso de Irán o China. Frente a la crisis, al no poder existir respuesta desde ópticas nacionales a un problema global, la governanza mundial debe hacerse más fuerte y encarar el problema hacia una preocupación de la igualdad de oportunidades, que permitan salir de la crisis.
Leire Pajín
En los términos globales, Leire Pajín insistió en dar un protagonismo mayor a la labor de la Internacional Socialista como herramienta para la presencia internacional de la socialdemocracia. La cuestión participativa también ha estado muy presente en el debate. La idea de participación, de integración del ciudadano en la toma de decisiones, viene del Foro Social de Porto Alegre. Marcelino Iglesias, en este caso, se ha congratulado de los pasos que da Aragón en la colaboración con los movimientos sociales para la elaboración de las leyes autonómicas. Leire, por añadidura, ha destacado que la ley, además de generar derechos, debe hacer pedagogía política, en este sentido de involucramiento de la ciudadanía.
Eduardo Madina
Para Eduardo Madina, la posición de la izquierda se remite al análisis de Zapatero en el 35º Congreso del PSOE, del año 2000: “no estamos tan mal”. Hay luces y sombras, en su opinión. Una de esas luces es la socialdemocracia española. El papel de la izquierda debe ser aspirar a algo más que gestionar la disfunción capitalista, creando su propio relato progresista e interpretarlo a escala global, europea en el caso de la Unión. Frente a la falta de resolución de ideas de la derecha, la izquierda reivindica un modelo social y ciudadano. “El derecho te lo ganas cuando eres ciudadano”, ha dicho. La izquierda, ha dicho Madina, apuesta por el modelo social y los valores de la Revolución francesa de libertad, igualdad y solidaridad, de la existencia del individuo en sociedad, de un modo de análisis racional sin ataduras dogmáticas o teológicas.
El moderador, el periodista Fernando Berlín
Fernando Berlín, en su moderación y dinamización del debate, ha destacado los cambios de la sociedad y del mundo, cambios que a veces no se es consciente. Surgen nuevas formas de entender y de participar en la política. Una importante, es el papel de los blogs en la sociedad: los blogs decidirán el futuro de la política.
El segundo día del curso de formación ideológica ha continuado con el interés despertado desde ayer. La primera intervención de hoy corrió a cargo de Carlos Mulas-Granados, director de la Fundación Ideas. Bajo el título “¿Un nuevo ciclo socialdemócrata?” Mulas distingue entre ciclos políticos, tres a su juicio tras la Primera Guerra Mundial, de los ciclos electorales. Lo importante no es tanto el partido que gobierne como la agenda política que desarrolle, neoliberal o socialdemócrata. La nueva política a desarrollar deberá tener en cuenta las tres crisis actuales, financiera, alimenticia y demográfica. Los conservadores, a su juicio, tienen respuestas a la crisis, pero No soluciones. La nueva vía socialdemócrata tendrá que elaborar nuevos discursos que respondan a una política de ofertar política frente a políticas de demanda; el Estado de bienestar no será objetivo, sino medio para proteger a los ciudadanos; superar el marco del Estado-nación; y el más polémico, dejar de entender la política como izquierda-derecha y cambiarlo por progresismo-conservadurismo. Este punto ha levantado suspicacias entre los asistentes, y ya Franesco se encargó de criticar ese punto, que compartimos muchos de los que estábamos.
Ludolfo Paramio
El siguiente punto vino de Ludolfo Paramio, sociólogo y presidente del patronato de la Fundación, entre otras cosas. Con “El ciclo conservador”, Ludolfo ha explicado brillantemente el discurrir económico desde la crisis de 1973 al estallido actual de laburbuja financiera. Antes de los años 70, el tráfico de capitales se encontraba restringido para evitar fugas como la de 1929, con toda la catástrofe que conllevó. La crisis del petróleo llevó a los países de la OPEP disfrutar de millones de petrodólares, que pasaron al circuito financiero. Esto aumentó la disponibilidad de crédito y los bancos cobraron un gran papel en la economía. En medio de esto, llegaron los gobiernos de Thatcher y Reagan, que cambiaron el modelo económico actual por la preeminencia del sector financiero, pero se mantuvieron en el poder por el orgullo nacional recuperado, unos por la guerra contra Argentina y otros en la reactivación y victoria de la Guerra Fría. Pero consiguieron cambiar la mentalidad de la sociedad, y la izquierda fracasó radicalizándose. No se subían más salarios que las altas retribuciones, la riqueza se concentró en pocas manos, la presión fiscal se relajó. La burbuja se retroalimentaba exigiendo más créditos, ofreciendo productos de bajo riesgo y gran productividad, mientras a la vez se daban hipotecas sin garantías de poder hacer frente a ellas. Con la crisis, el neoliberalismo debería tener punto y final. La solución socialdemócrata seria no el proteccionismo, sino saber llegar a la combinación de productividad y subida de salarios, a la vez que una reforma fiscal que aumente los recursos y tape los déficits originados.
Antonio G. Santesmases, Ludolfo Paramio y Luis Arroyo
El último acto, un debate entre Ludolfo Paramio, Antonio García Santesmases (ex portavoz de Izquierda Socialista) y Luis Arroyo (presidente de asesores de comunicación pública), bajo el nombre de “Evolución y cambio de las ideas en la izquierda”, trató de las distintas concepciones que tenía la izquierda sobre la laicidad, la nación o la política internacional, frente a los de la derecha o del nacionalismo periférico. La conclusión, según Luis Arroyo, es que la izquierda ha ganado, por fin, la batalla de las ideas, al no ponerse en cuestión hechos como la sanidad, la educación o la intervención pública. Pero no se constata en las elecciones al triunfar la gestión del terror. Frente a ello, la izquierda debe demostrar saber gestionar mejor la economía. Y mucho más importante, perder los complejos.
Hoy se ha celebrado el primer día del Curso de formación ideológica de la escuela de verano de la Fundación Jaime Vera. Disfrutando de un agradable día de sierra bajo los pinos de la Fundación, se han ido celebrando las distintas intervenciones, muy amenas y de sumo interés para la formación de la ideología socialdemócrata y la reafirmación en los valores progresistas, valores virtuosos que nos alejan de la morfina derechista.
José Félix Tezanos, José Andrés Torres Mora y David del Campo
En la primera intervención, de José Félix Tezanos (director de la Fundación Sistema) y José Andrés Torres Mora (diputado y anterior jefe de gabinete de Zapatero) el tema eran los “130 años de pasión por la libertad”. Las disertaciones han deparado buenas frases para definir el socialismo y la verdadera libertad. Para Torres Mora, la libertad que defiende el PSOE no es la clásica definición liberal, sino la libertad republicana de Philip Pettit, la libertad como no dominación, la libertad en la sociedad. Tezanos hizo un gran análisis del socialismo como “combinación de libertad e igualdad”. Ha sabido relacionar la historia de España de las últimas décadas y del siglo pasado, dando unas razones del gran arraigo del socialismo español: por sociología, porque es el partido de los trabajadores y las clases humildes; por ideología, por ser el partido emancipador y portador de libertad, modernizador y democrático; arraigo en el interior del partido por la democracia interna; y liderazgo, combinándolo con la democracia y debate internos para proyectarse a la opinión pública.
José Martinez Cobo, Salvador Clotas y Abdón Mateo
La siguiente intervención versaba sobre el legado del exilio, moderado por Salvador Clotas (dirección de la Fundación Pablo Iglesias), con Abdón Mateo, historiador de la UNED, y José Martínez Cobo, presidente del Congreso de Suresnes de 1974. Martínez Cobo hizo una buena reflexión del papel del PSOE en el exilio, su reconstitución en Francia y los debates sobre ideología, organización y relaciones con el sindicato, Juventudes y los socialistas clandestinos del interior. Su intención era mostrar la influencia del partido del exilio, y del resto de españoles exilados, en las decisiones del mundo occidental respecto a la España de Franco y al momento del posfranquismo. Las relaciones con los monárquicos, con la Internacional Socialista, con el marxismo… todo para concluir con “el socialismo tiene que ser una casa de cristal con las ventanas abiertas”. La cuestión del abandono del marxismo ha sido el punto más interesante, ya que ¿qué se abandona? ¿Sólo el proyecto político marxista o también el análisis económico marxista? “¿Se abandona el Marx economista?”, se preguntó Domènec Ruiz Devesa, asistente como muchos otros a los cursos de verano.
Ignacio Urquizu
Más en el terreno de la estadística y la sociología electoral, Ignacio Urquizu, de la Fundación Juan March y de Alternativas, mostró sus investigaciones sobre el comportamiento electoral de los votantes socialistas, y también de los votantes en general, por medio de comparaciones de distintas encuestas y estudios del CIS. Todo ello es muy relevante para entender la estrategia conservadora para desmovilizar el electorado progresista o atraerlo en torno a cuestiones que no tienen nada que ver con la ideología. La conclusión que se puede extraer es la necesidad de la socialdemocracia, aquí y en el resto de Europa y del mundo, de saber manejar la economía de un modo tan eficaz, o mejor, que la derecha. Para ello maneja el término de “izquierda plural”, la izquierda que busca siempre sus objetivos históricos (libertad e igualdad), adaptándose a los distintos caminos que surgen.
Hace unas semanas el mundo estaba preocupado por los sucesos de Irán. En esos momentos iniciales, nada estaba claro. No había comenzado aún la represión, los muertos o las detenciones. Los iraníes se manifestaban a favor de uno u otro bando que luchaba por el poder. El mundo observaba. Muchos clamaban por la democracia, el respeto a las decisiones del pueblo. Los blogs, periódicos, opiniones, las calles, hervían de enfado por el atropello. Otros, paradójicamente, los más avanzados, así se consideran ellos, defendían al represor, al diktator. No es casualidad que esté aliado con Chávez, con el antiamericanismo como única argamasa. La razón de Estado (venezolano), que no la razón ideológica, nubla la vista hacia la libertad.
Ahora… ¿hay alguna noticia de Irán que sea portada estos días? Mirando las portadas de los periódicos, no. La crisis parece haberse disipado. Las manifestaciones cesan, las protestas callan… Occidente, el Occidente adalid de la democracia y los derechos humanos calla. ¿Dónde quedan aquellos grandes carteles verdes con “¿Dónde está mi voto?”?¿Todo ha sido en vano, una ilusión más? No han pasado muchos años desde las grandes manifestaciones por la paz y contra la guerra. ¿Por qué no ha ocurrido un movimiento similar ahora? ¿Quizás porque Estados Unidos y su imperialismo no es un factor protagonista? ¿Porque Bush no está ya?
Sin embargo, lo peor ocurre ahora. Las últimas noticias indicaban que la represión continuaba. La teocracia de Irán, libre de las protestas externas, ahoga las internas. Detiene a los líderes de esta pequeña rebelión. Las protestas, sin figuras en torno a las que agruparse, se deshacen. El conato de pequeña rebeldía se ha apagado, el régimen teocrático se ha tambaleado y ha comprobado sus límites, pero ahora no hay que dudar que trabajará para ampliarlos. El precedente de la manipulación impondrá el fin de resultados creíbles. No habrá un nuevo Jatamí, por muy limitado que hayan sido sus actos. Occidente calla, y quien calla, otorga.
La atención internacional y mediática se ha trasladado a un nuevo juguete: Honduras. La historia se repite: vuelven las grandes presiones internacionales, vuelven las preocupaciones, las noticias en portada. ¿Cuánto durará este nuevo suceso? No internamente para Honduras, sino para el mundo.
En Honduras la situación está yendo por peligrosos derroteros. Los derechos se están restringiendo con los toques de queda, se manifiestan las masas a favor del presidente derrocado como del nuevo orden implantado, el aislamiento internacional es total… la única cesión sería el adelanto de elecciones. Quizás sea el único camino, un modo intermedio de resolver el conflicto entre los dos sectores enfrentados. ¿Pueblo contra clase dominante? Ojalá fuese un análisis tan sencillo.
No es preferible la situación anterior ni la actual. Lo único que ocurre, como en Irán, es la lucha de las facciones dirigentes, en nombre del pueblo y de la ley cuando no es más que la manipulación de la opinión pública y la violación de la ley. Si hay nuevas elecciones, libres, el conflicto se podrá salvar. No hace falta la reposición del presidente derrocado. Si es verdad su conversión ideológica, de ser un terrateniente liberal a un socialista con el apoyo masivo del pueblo, entonces no habrá problema en que el pueblo vote por un candidato socialista. Otro que no sea Zelaya. O, cómo Chávez, ¿sólo existe un guía hacia el socialismo?
Es eso, o como en Irán, el conflicto será olvidado. En Irán, en las protestas faltó el desprenderse de su clase dominante que, reformista o ultra, no pretende cambiar la esencia del sistema. La libertad es muy difícil cuando sólo existe una fuente de toda verdad y ley, que es Dios. Algo que se transforma en farsa cuando hay unos iluminados que dicen hablar en nombre de Él. Con esa fuente y esos portavoces, la libertad, los derechos, el fin de las discriminaciones a las mujeres o a minorías sociales es imposible. Como nota para el futuro, si Irán quiere ser libre, no puede encontrar nada en sus dirigentes. Si el zarismo cayó, no fue por los burgueses que sucedieron a los zares, que ya habían colaborado con ellos, sino por cuadros de nuevo cuño, la pequeña burguesía y proletariado que integraban el partido bolchevique. Para Honduras, lo mismo.
Como nota final, en Albania también hay acusaciones de fraude electoral. ¿Es portada? ¿Es noticia? Lamentablemente el público no tiene noticias de esto. En Marruecos, la victoria del partido del amigo del rey es también sospechosa, teniendo en cuenta que allí se mantiene el fenómeno de los caciques, de tan infausto recuerdo de la España de la Restauración. No nos olvidemos de los disturbios en Birmania, la represión china en Tíbet. Pero todo olvidado. Aunque a China se le exigió el respeto a los derechos humanos, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos, ¿qué queda de ello? Fue en el blog de Franesco donde leí una frase que se me ha quedado marcada: “La cosa se está poniendo muy fea en el orden internacional”. Y qué razón lleva.
La izquierda, y no sólo ella, sino una democracia activa, exigen una sociedad civil informada y activa. Los medios de comunicación podrían jugar un importante papel para esa sociedad activa, pero son un elemento más para adormecerla. El cultivo de la razón crítica, la cultura y la memoria real tienen que imponerse al simple entretenimiento. Los sucesos de Irán, Honduras, o cualquiera que lesione la democracia, no se nos deben presentar como un entretenimiento más, un tema más de conversación en las tertulias, sino un motivo más para ser combativos por la democracia y la libertad.
El primer factor a tener en cuenta de estas pasadas elecciones tiene que ser, cómo no, la abstención. De ahí también deriva el resto. Que la participación en las mayores elecciones democráticas para elegir a la mayor asamblea transnacional sea sólo del 43%, le resta un apoyo esencial al proyecto europeo: los ciudadanos. A grandes rasgos, una participación mínima juega a favor de la Europa de los Gobiernos, porque quien debe estar enfrente de ellos e imponerse como el órgano legislativo supremo y definitivo, el Parlamento Europeo, tiene una legitimación democrática muy débil.
La participación es inversamente proporcional a la adquisición de competencias, pero totalmente proporcional al interés mediático que se le quiere dar. Durante la campaña en España, se ha acusado al PP y al PSOE de haber votado juntos en más del 70% de las ocasiones. La falta de diferencias entre los dos grandes partidos juega en contra de la participación, pero no sin embargo a favor de los pequeños partidos, como podría ocurrir en otros países.
Esa coincidencia de votaciones no se debe, sin embargo, a una similitud ideológica, sino a que en el Parlamento Europeo se vota en razón del sentido de Estado de cada país. La cuestión nacional. Los eurodiputados socialistas españoles o alemanes, por poner un ejemplo, no tienen por qué coincidir con su voto, pese a estar en el mismo grupo parlamentario y pensar igual, sino que pueden votar distinto porque, sencillamente, son de países distintos. Por poner otro ejemplo, el PP español votó en contra de la normativa de las 65 horas no por discrepancia ideológica con el proyecto, sino porque en España tendría luego muchos problemas para explicarse, estando en la oposición, donde hay que parecer ser bueno para mantener y ganar apoyos.
La concepción confederal de la Unión no hace sino ahondar en este fenómeno. También ocurría en la época de la Confederación de las Trece Colonias norteamericanas, hasta que la causa federalista consiguió imponerse. La idea de la votación por país es nefasta para un sistema de partidos basados en la diferencia ideológica. Con esta idea, quién sí se benefician son los partidos más preocupados por sus respectivos países: los partidos nacionalistas, euroescépticos y extremistas. Partidos como el UKIP británico, el Frente Nacional lepenista o la lombarda Liga Norte están en su salsa.
También en esto se incluyen a los grandes partidos conservadores que, aunque mucho más moderadamente que los otros, también llevan en su abecé ideológico el sentimiento nacional. Para quienes el patriotismo no es la bandera o la frontera, sino los ciudadanos, como es el caso de los partidos de la izquierda, esta idea les está llevando al arrinconamiento electoral y parlamentario.
Elecciones nacionales
Como persiste la idea de pensar en países y no en una abstracción superior como es Europa, las elecciones europeas se convierten en pequeños escenarios dominados por la clave interna: medir las fuerzas de los partidos nacionales e interpretar si las elecciones serán o no un castigo para el Gobierno nacional. En este sentido, las elecciones europeas son sólo una segunda vuelta de las pasadas elecciones legislativas, una señal de lo que acontecerá en las próximas, o una encuesta a gran escala sobre el Gobierno de turno.
No es algo de lo que quieran escapar los partidos políticos. La oposición busca una victoria que cohesione sus filas y les impulse una corriente de opinión que los conduzca al Gobierno. Los Gobiernos buscan minimizar los daños, pero también las celebran como un plebiscito sobre su acción ejecutiva. Cabe pensar qué se votaba en España o en Italia, si a sus candidatos al Parlamento o a Zapatero y Berlusconi.
Sin embargo, la escasa participación, ¿da validez a esa idea? La idea de que las elecciones se conviertan o no en castigo para el Gobierno depende de la capacidad de cada sector, Ejecutivo y Oposición, por imponer su tesis. ¿En Francia ha ganado Sarkozy? Su partido ha sido el más votado, pero enfrente tiene a un 70% de franceses que no le han votado. ¿El Partido Laborista y su Gobierno han sido humillados electoralmente con el 15%? Pero la participación ha sido mucho menor y en unas generales estarían en segundo o (hipotético) primer lugar. El ejemplo de Tony Blair es clarividente.
No votas, no te quejes
El castigo, entonces, no se demuestra tanto votando como no yendo a votar. Un peligro en el que concurren los partidos cada vez que pierden es culpar a la baja (o alta) participación. Recordemos a Pilar del Castillo en 2004 culpando de la derrota electoral conservadora a “personas que habitualmente no participan”. Si no votabas, no lo hagas ahora.
Ahora, cuando los derrotados son otros, se cae en la sencillez de acusar a la gente de no votar. Un clásico argumento, “ahora por no votar no os quejéis si votan contra los derechos sociales o el Bienestar” es, aunque de recurso fácil, infantil. No votas, no te quejes.
Pero el voto es un derecho y, por ello mismo, libre de practicar. Si ya es un deber, sería un planteamiento distinto. Personalmente, el voto no debe ser sólo un derecho, sino un deber. Pero no un deber legal sino cívico, tiene que venir de cada ciudadano.
Ahora bien, esto no puede darse si no hay una opción que se considere digna de votar. Es lo que ha ocurrido en estas elecciones. ¿Cómo va a ganar apoyos un PS francés desgarrado por sus luchas internas? ¿Cómo va a votarse a Berlusconi cuando su moral es radicalmente distinta a la quiere imponer a los italianos? En términos de mercado, para que un consumidor (votante) adquiera un producto (partido) con su moneda de cambio (voto), ese producto debe cumplir las garantías justas de calidad, teniendo en cuenta el resto de la oferta existente y sus ventajas o desventajas respecto a las otras.
Entonces, ¿hay que culpar de la abstención a los votantes o a los partidos?