Voy a rebatir parte de un artículo "
Socialdemocracia sin emoción" de Andrés Ortega del 25 de Febrero de 2008 en El País, puesto que contiene algunas afirmaciones que no me parecen válidas, bien argumentadas o erróneas. Por lo demás me parece estupendo que se trate del tema del futuro de la socialdemocracia.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Socialdemocracia/emocion/elpepiint/20080225elpepiint_13/TesLa socialdemocracia en Europa está en horas bajas. Quizás por eso su gran esperanza, si gana el 9 de marzo, es Zapatero, a quien fuera se le ve un poco como un Obama español, según se dijo en un reciente seminario organizado en Londres por Policy Network, una red que se puso en marcha en tiempos de Blair. Aunque lo que más gusta de Obama es que ha logrado inyectar en las primarias una carga emocional que los socialdemócratas consideran que, en general, les falta.
-Primero, Obama no es socialdemócrata. El Partido Demócrata de Estados Unidos no es nada comparable a los grandes partidos socialdemócratas de Europa. La política de Estados Unidos es esencial y exclusivamente liberal, la ideología demócrata es en esencia un liberalismo progresista, una indefinición ante la política social (Estado de Bienestar, matrimonio homosexual, seguridad social) y un miedo en la cuestión laicidad-religión ante una sociedad muy liberal económicamente, muy conservadora socialmente y muy religiosa. Los partidos socialdemócratas tienen un discurso muy claro respecto a la política económica en el mantenimiento del Estado del Bienestar, muy específico respecto a la política social y un respeto a la separación del Estado y la Iglesia. La política americana se basa en líderes, personas, en la confianza a unas palabras, menos en las ideas generales y en la fidelidad partidaria. Zapatero es algo muy distinto a Obama, es, por lo menos, un "nuevo Felipe", un "nuevo Tony Blair", o al menos un Obama "muy social".
La socialdemocracia ha perdido votos en la clase trabajadora y entre los sindicatos
En Alemania, no parece que el SPD vuelva a gobernar en coalición con los democristianos; en Italia, la izquierda está en crisis y Veltroni es, además de una incógnita, otra cosa, más a lo demócrata americano; en Francia los socialistas están hundidos (aunque se pueden falsamente recuperar en las municipales), y entre los británicos, Brown, que participó en esa reunión, no despierta pasiones siquiera entre los suyos.
-La clase trabajadora como tal se entendía a finales del siglo XIX ha desaparecido. En su lugar ha surgido una clase trabajadora explotada, inmigrante, sin poder participar en los procesos electorales o no integrada socialmente, considerándose aún y solo parte integrante de su nación de origen y no de la de adopción. La otra clase trabajadora se acerca más por las políticas europeas socialdemócratas posteriores a la II Guerra Mundial a una clase media dependiente y asalariada, con un nivel de vida aceptable. Ya no se vota por clases sociales, la ideología ha superado esa barrera. El conservador o progresista puede ser rico o pobre, tiene unas ideas concebidas sobre ciertos temas: familia, sociedad, Estado, economía... Obviamente también se guía por interés propio, y eso condiciona mucho su ideología. La socialdemocracia busca el voto de los progresistas, se ha abierto por completo a todo el espectro de izquierda, no sólo al proletariado industrial. Está en los intelectuales progresistas, en el mundo de la cultura, en el mundo universitario, entre los jóvenes sin vivienda o empleo…etcétera etcétera.
-Alemania se debate entre o la derecha o la izquierda. Mientras el SPD ha mantenido la Agenda 2010 en su programa ha perdido el voto de la izquierda más ortodoxa en beneficio de Die Linke, y parece que ese partido está consolidado al menos. Sin embargo la derecha no supera a la izquierda y el SPD vuelve a incorporar un mensaje más socialista en su programa, y a acercarse a Die Linke tras el mal clima inicial.
-Walter Veltroni no es en modo alguno un demócrata estadounidense, ¡si proviene del viejo PCI! Pero como el resto de partidos socialdemócratas el Partido Democrático italiano está abierto a toda la izquierda italiana, desde la democracia cristiana progresista (la antigua Margarita) a la izquierda tradicional (socialistas y antiguos votantes del PCI/Demócratas de Izquierda).
-En Francia el PS camina aún a la deriva por su fragilidad estructural, ¿quién es su líder? ¿François Hollande, Ségolène Royal…? Sin cabeza definida, como en la época de Mitterrand, no podrá ser buena oposición a un Sarkozy cuya estrella empieza a declinar. Las municipales serán, si se da la derrota de la derecha gubernamental, un aviso de que Sarkozy no es un dios en Francia y que los franceses no se han echado en masa a los brazos de la derecha, como creían muchos el año pasado. La candidatura de Royal ha sido fuerte, necesita de más maduración y consolidación para las próximas presidenciales. No puede ir cambiando cada quinquenio de candidato, eso es debilidad: Royal necesita imponerse al aparato del PS, hacer un partido dinámico y fuerte para ganar a la derecha.
-No únicamente la socialdemocracia tiene fuelle en España, dentro de Europa. Portugal vive por primera vez en su historia democrática una mayoría absoluta del Partido Socialista, y Noruega, otro de los grandes países del bienestar nórdico, vuelve a tener un gobierno de izquierdas. Pero está claro que los países que no se consideran importantes no existen. En España caemos en el mismo error que los Franceses respecto a nosotros: Portugal tiene muy presente España, al contrario no. España tiene muy presente Francia, y al contrario sigue sin ser así.
La presentación por Carlos Mulas-Granados del programa socialista español desde tres ejes -segunda modernización, extensión de los derechos civiles y sociales, y nuevas respuestas para los problemas globales- despertó interés. Si gana, y el socialismo español desarrolla un pensamiento propio -doble condición-, ZP tiene la ocasión única de convertirse en la referencia de la socialdemocracia en Europa. Se le espera en la cumbre en Londres en abril sobre Gobernanza Progresista, que debería lanzar mensajes más positivos.
-En esto estoy de acuerdo. El socialismo español es un movimiento rico en personas y en esfuerzos por un gobierno de calidad para los ciudadanos. Pero como dije antes hay muchos más gobiernos socialdemócratas en Europa.
¿Por qué esta crisis general de la socialdemocracia? Para empezar, en Europa y en EE UU el debate político se sitúa aún en el terreno marcado por los conservadores desde Reagan y Thatcher. La izquierda no ha logrado salir de él, mientras crece el sentimiento antiglobalización y el temor a la inmigración, lo que la derecha populista sabe explotar bien. Además, según Edgar Grande, catedrático de Política Comparativa de Múnich, el espectro político se está moviendo hacia la derecha en Europa. En el terreno de la política cultural e identitaria, la derecha populista domina el discurso. No hay una cultura en la socialdemocracia sobre cómo pensar la cuestión de la identidad, la inmigración y otras dimensiones. De hecho, según Grande, la globalización ha cambiado las bases de la política en Europa Occidental, generando nuevas divisorias. Hay nuevos partidos populistas de extrema izquierda y de extrema derecha.
-De ser crisis la socialdemocracia no obtendría el gobierno de países como Reino Unido, España o Italia. La socialdemocracia es un sector importante de la sociedad europea. El problema no es si ha de pensar de otra forma ante temas como la inmigración o la identidad nacional, sino imponer sus ideas sobre el discurso contrario de la derecha, y sí, afirmar y clarificar esas ideas para actuar a largo plazo. No sólo eso, sino hacer llegar que las propuestas de los extremos son imposibles, interesadas y manipuladoras.
De las divisiones que cruzan a través de la tradicional visión entre izquierda y derecha, el también alemán Gero Neugebauer ve tres dimensiones esenciales en cuanto a conflictos de valores: libertarios frente a autoritarios, justicia social frente a libre mercado, y religión frente a secularismo. Están, así, surgiendo lo que Neugebauer llamó nuevos "milieus políticos". El problema para la socialdemocracia es que, si quiere conseguir los votos necesarios para gobernar, debe situarse a la vez en todos ellos.
Otro factor que complica la situación para los socialdemócratas es que éstos han estado sobre todo dirigiéndose en los últimos años a los ganadores de la globalización; mientras que su granero potencial de votos está también entre los perdedores. La socialdemocracia ha perdido votos en la clase trabajadora y entre los sindicatos, un terreno que, según Roger Liddle, vicepresidente de Policy Network, ha ocupado en parte la extrema derecha. Entre los perdedores ha surgido una nueva categoría que ya no se llama el proletariado, sino el precariado, formado sobre todo por jóvenes. Pues la desigualdad que genera no es sólo entre capas sociales, sino entre generaciones. Según el francés Bernard Spitz, "la generación pobre es la generación joven".
-¿De dónde se saca el concepto de libertarios y autoritarios? Eso es algo más del lenguaje de la derecha neoliberal de los dos conceptos: sólo hay libertarios, y por ende liberales económicos, o los otros, que son autoritarios. La socialdemocracia no tiene por qué abarcar todas, en cambio, debe integrar a la sociedad en los postulados de la justicia social, la libertad económica y la laicidad, valores que no atentan más que a los egoístas grupos mejor situados. Es cierto que entre las clases trabajadoras ha surgido la extrema derecha, pero ésta ha afectado más a la extrema izquierda: el Partido Comunista Francés vive sus horas más bajas.