Ya está. Por fin se dio a conocer la sentencia del 11-M, que no ha dejado a nadie sin opinar. Es, por encima de todo, la sentencia del fin de la conspiración, de la paranoia, de la infamia y de la mentira que durante más de tres años ha venido llevando la derecha mediática y política.
Más allá de España nadie da crédito a cualquier autoría de ETA, ni menos aún a una conspiración de ETA más un grupo mediático y un partido político español. Y es que las mentiras cuestan mucho que sean creídas.
Se ha caído el arma con que la derecha ha desgarrado al país en dos, situando a una mitad como apoyo de conspiradores etarro-socialistas inmorales y a la otra como becerros crédulos.
Adiós ácido bórico, adiós cintas de Orquesta Mondragón. Los paranoicos se pueden curar, al menos hay suficientes psicólogos.
La actual política climática de la UE no es suficiente para mitigar el
calentamiento global
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Aunque la Unión Europea se ha consolidado como un actor central en la lucha
contra el cambio climático y su política plantea
Hace 19 horas
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