En Italia, Berlusconi acusa a sus enemigos políticos y mediáticos de tejer un plan para derrocarle. Pero el verdadero plan que existe en Italia es la destrucción de la legislación racional para encumbrar un nuevo régimen a medida del Ducetto. En sus años de presidencia del Consiglio, Berlusconi ha ido sacando adelante leyes aberrantes, destinadas a hacerle impune frente a la justicia, a facilitarle ganar las elecciones y a cercenar la libertad. Todo ello de una forma que más bien recuerda al período de construcción del régimen fascista, en los años veinte, que a una democracia del nuevo siglo.
Sus fiestas privadas son eso, sus asuntos privados, y es libre de hacerlas. Si ya hay irregularidades, como droga, fondos estatales para llevar a sus invitados, o prostitución, esa parte es asunto de la justicia. Si todo ello, además, entra en contradicción con la moralidad conservadora y cristianizante que quiere imponer para el resto de italianos, entran también sus conciudadanos a ejercer su opinión.
La segunda vuelta de las elecciones municipales, celebradas los pasados domingo y lunes, ha supuesto una victoria incompleta para la derecha italiana, pero también han afirmado al Partido Democrático como alternativa al berlusconismo. En Bolonia (373.000 hab.), la izquierda ha obtenido el 60,7% de los votos. En Florencia (366.000 hab.), el 60%. En Bari (región de Abulia), con 365.000 habitantes, también el 60%. En Padua, en el Véneto, con 210.000 habitantes, el 52%. En otras ciudades donde se han celebrado elecciones los resultados han quedado así:
Prato (180.000 hab.): derecha 50,9%, izquierda 49,1%
Foggia (156.000 hab.): izquierda 53,4%, derecha 46,6%
Ferrara (133.000 hab.): izquierda 56,8%, derecha 43,2%
Forli (110.000 hab.): izquierda 55%, derecha 45%
Terni (109.000 hab.): izquierda 53%, derecha 47%
Ancona (102.000 hab.): izquierda 57%, derecha 43%
Brindis (91.000 hab.): derecha 52,5%, izquierda 47,5%
Cremona (72.000 hab.): derecha 51,5%, izquierda 48,5%
Potenza (70.000 hab.): izquierda 59,3%, derecha 40,7%
Caltanissetta (61.000 hab.): derecha 55,2%, izquierda 44,8%
Ascoli Piceno (50.000 hab.): derecha 50,7%, izquierda 49,3%
En las provinciales es donde la derecha se puede apuntar sus victorias:
Provincia de Turín (2 millones de habitantes): izquierda 57,4%, derecha 42,6%
Provincia de Milán (3,7 millones de habitantes): derecha 50,2%, izquierda 49,8%
Provincia de Lecce (787.000 habitantes): derecha 51,1%, izquierda 48,9%
Provincia de Venecia (534.000 habitantes): derecha 51,8%, izquierda 48,1%
Los datos hablan, las municipales para la izquierda, las provinciales para la derecha. Pero las victorias de la izquierda se mueven del 53% al 60%, las de la derecha del 50,2% al 55,2%. Es decir, la izquierda gana con más margen y mantiene muchos apoyos donde pierde. No se puede determinar que la izquierda se mantiene en el pozo tras la vuelta de Berlusconi.
Hay que añadir que junto a la segunda vuelta de las elecciones también se votó por la reforma de la ley electoral, la porcata, concretamente en los puntos de conceder el premio de la mayoría al partido más votado, sin necesidad de depender de sus aliados, y la prohibición de un candidato de presentarse en más de un distrito electoral. El segundo punto es acertado, pero con el primero Berlusconi pretendía quitarse de en medio a la Liga Norte: hay que recordar que en 1994 Umberto Bossi le retiró el apoyo y precipitó su caída. Este referéndum ha sido declarado nulo por la escasa participación, del 20%, e impide cumplir los planes del Ducetto.
En una entrevista a Il sole 24 Ore y a Chi, Berlusconi anuncia que renuncia a su pretensión de ser elegido Presidente de la República, y que no designará sucesor. Su ambición, el Palacio del Quirinal (la Presidencia de la República), le permitiría evadir todas las acusaciones e imputaciones por corrupción cuando deje la presidencia del Consiglio. La idea de que él no elegirá sucesor, algo poco creíble, ya ha hecho afilar las espadas en el centro derecha italiano. Sus posibles sucesores son Giulio Tremonti, ministro de Economía; Mario Draghi, gobernador del Banco de Italia, pero señalado como conspirador por el premier. El último es Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados y antiguo líder de la posfascista Alianza Nacional. Fini se ha configurado como la oposición interna y realista a Berlusconi, la voz de la conciencia de la derecha. Pero también por eso es un candidato amable hacia la izquierda.
Sea quien le suceda al frente del centro derecha, la renuncia de Berlusconi es un éxito para la libertad de Italia. Sin él, el centro derecha podrá volver a la división, y la izquierda aún tiene tiempo para recapacitar sobre su estrategia. La izquierda italiana tiene la capacidad de hacer llegar un discurso real de eficiencia y gestión transparente de la política. Podremos ver muchos paralelismos con la realidad política de Madrid y Valencia, aquí en España. Liderazgos derechistas consolidados, indiferencia hacia la corrupción y una gran campaña por convertir a sus sociedades en la reserva espiritual de la derecha, sin complejos contra la izquierda. Lo que en Italia ha hecho Berlusconi, no debemos permitirlo aquí. La batalla por la hegemonía continúa.
3 comentarios:
al partido democratico le queda mucho camino hacia la clarificacion del rumbo a seguir y de su propio posicionamiento en la brecha de la izquierda o centro, que a mi, personalmente, no me gusta nada esa denominacion de partido "democratico" como si los demas no lo fueran, donde esta la referencia del partido a la socialdemocracia? desde el principio no me gusta el rollo que llevan los partidos que se denominan "democrata", son lobos bajo piel de corderos a mi entender.
oier garmendia
Yo también comparto tu apreciación de la pobreza de la denominación "democrático". Tiene mucha reminiscencia al Democratic Party de Estados Unidos, del que podemos decir que tiene elementos progresistas, pero en absoluto una ideología socialdemócrata.
Frente a la pobreza de la denominación, su voluntad progresista debe ir en el discurso. Por ejemplo, el Partido Democrático, en Serbia, es socialdemócrata, y articula una coalición progresista en la que incluso ha conseguido "reciclar" al Partido Socialista de Milosevic, haciéndole salir del ámbito radical. Al Partido Democrático italiano le falta un discurso sin tapujos hacia la izquierda.
Las últimas elecciones europeas dejaron mucho que desear, creo que el miedo gano las elecciones, las personas votan por la derecha cuando les tocan los bolsillos, ese voto, es racional?, no, claro que no. Los votantes de las últimas elecciones votaron por El Miedo y los discursos extorsivos y maniqueistas de la derecha. Me interesa continuar leyendo tu blog, visita el mío donde desde una visión de Español residente en el extranjero, Argentina, he intentado fundamentar el porqué de las últimas elecciones.
Saludos
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