Coalición de centroizquierda: 48% y 87 escaños (de 169)
Partido Laborista: 32,7% (+8,4%) y 61 escaños (+18)
Partido de Izquierda Socialista: 8,8% (-3,7%) y 15 escaños (-8)
Partido del Centro: 6,5% (+0.9%) y 11 escaños (+1)
Partido del Progreso (nacionalista y liberal): 22,1% (+7,4%) y 38 escaños (+12)
Partido Conservador: 14,1% (-7,1%) y 23 escaños (-15)
Partido Democristiano: 6,8% (-5,6%) y 11 escaños (-11)
Partido Liberal: 5,9% (+2%) y 10 escaños (+8)
Coalición de centroizquierda: 47,7% y 86 escaños
Partido Laborista: 35,4% (+2,8%) y 64 escaños (+3)
Partido de Izquierda Socialista: 6,1% (-2,7%) y 11 escaños (-4)
Partido del Centro: 6,2% (-0,3%) y 11 escaños
Partido del Progreso: 22,9% (+0,8%) y 41 escaños (+3)
Partido Conservador: 17,2% (+3,2%) y 30 escaños (+7)
Partido Democristiano: 5,6% (-1,2%) y 10 escaños (-1)
Partido Liberal: 3,9% (-2,1%) y 2 escaños (-8)
Noruega celebró ayer sus elecciones generales y, por primera vez desde 1993, la mayoría de Gobierno ha sido revalidada. La anterior legislatura del Gobierno del socialdemócrata Stoltenberg estuvo marcada por la crisis económica, aliviada en parte por los ingresos del petróleo. Ahora en la nueva legislatura se debate de nuevo un futuro ingreso en la Unión Europea.
La izquierda socialdemócrata vive una crisis pareja a la económica en Europa. Pero es un hecho demostrado que la izquierda puede ganar elecciones y no sólo eso, sino revalidar sus mayorías. España y Noruega son dos ejemplos. Portugal puede unirse a ellos el 27 de septiembre. Grecia puede devolver al socialismo al poder el 4 de Octubre.
¿Es un renacimiento de la socialdemocracia? Es muy pronto para definirlo. Es un nuevo aliento para evitar que la socialdemocracia pierda las esperanzas de volver a ser mayoría. Lo único que el ciudadano progresista pide es una fuerza de izquierda dispuesta a ganar y a tener muy en cuenta sus preocupaciones.
Tenemos que admirar la política nórdica. Países escrupulosamente democráticos, desarrollados y con una excelente gestión pública. La socialdemocracia no es solamente un partido, es un movimiento ambicioso por imbuir a la sociedad y a sus instituciones políticas de valores de solidaridad social, libertad y honestidad, valores morales aceptables para todos. Es un movimiento. El movimiento lo es todo.
Hay que analizar detalladamente la variedad ideológica del Gobierno: agrupa a socialdemócratas, poscomunistas y agrarios. Es una coalición heterogénea. Demuestra la capacidad de consenso y unión de fuerzas tan dispares como es el centro agrario y el programa de la izquierda socialista. El Partido Laborista ha aumentado sus apoyos frente a agrarios y poscomunistas. Los poscomunistas, sobre todo, han perdido la mitad de sus apoyos desde 2001, del 12,5% de entonces al 6,1%, en beneficio de la socialdemocracia (del 24,3% al 35,4%) y del nuevo Partido Rojo, análogo a la izquierda alternativa del NPA francés, con el 1,3% de los votos.
¿Por qué somos incapaces en el sur de mantener fuerzas tan amplias? Una respuesta es la larga trayectoria democrática de los países del norte, otra es el enorme papel que juegan las personalidades que dirigen los partidos en el sur. Cada cual quiere brillar por encima de los demás. El ejemplo más grotesco es Italia.
Si queremos consolidar los cambios de la socialdemocracia y devolverla a la posición mayoritaria, hay que hacer muchos sacrificios. Hay que elegir qué queremos, lidercillos con sus cuotas de poder o amplios movimientos democráticos.
3 comentarios:
Me alegra que Noruega siga bajo el gobierno de la socialdemocracia, es importante que no se pierdan los bastiones nórdicos pues son el paradigma del buen hacer político de la izquierda democrática. Los gobiernos liberales de Noruega se dedicaron a vender semiprivatizar empresas públicas con grandes beneficios...
¿Por qué se dedican a privatizar lo que da dinero? ¿Por qué se quiere privatizar el canal de isabel II con beneficios para todos los madrileños? Desde mi lógica el liberalismo es incomprensible.
Eso es fácil. Los liberales pretenden hacer negocio de todo. Así, lo privatizan todo y se lo entregan a las empresas afines. O desde el Gobierno adjudican obras o explotaciones a esas mismas empresas afines.
Tras el paso por el Gobierno, como premio, ya les recompensarán con buenos puestos en los Consejos de Administración. Es que si no no llegan a fin de mes, como bien sabe Esperanza Aguirre.
El liberalismo no es comprensible, es aberrante
Me ha gustado tu análisis del resultado de los laborista en Noruega. Me entristece que un loco haya querido exterminar el futuro de este partido. También me gustaria que el socialismo español fuera tan "social" como el laborismo noruego.
saludos.
www.geahistoria.blogspot.com
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