Hace unos días Pedro Castro se preguntaba “por qué hay tanto tonto de los cojones que vota a la derecha”, y el supuesto centro se ofuscaba: derecha encubierta, derecha manifiesta. Luego, Joan Tardà llamaba “corrupto” al Tribunal Constitucional y gritaba “mori el Borbó” ante las juventudes de su partido. Los que pedían la abdicación del rey, la derecha mediática, y los que luego votaron con ellos contra los Presupuestos en el Senado, que no servirá de nada, ya que el Senado no sirve tampoco de nada. Ahora, Manuel Fraga dice que habría que ponderar el peso de los partidos nacionalistas “colgándolos de algún sitio”. Los conservadores, beligerantes con Castro o Tardà, dicen que esta ocurrencia (menudencia, que diría el inefable Fraga) es una “expresión muy ambigua”. Ambigua es la posición de la derecha. Perdón, el centro.
Pedro Castro, Joan Tardà, y en su momento, Gómez-Navarro, pidieron disculpas. Disculpas aceptadas. Carlos Fabra, Manuel Fraga, Arias Cañete, Losantos, Rajoy, Vidal Quadras, etcétera, etcétera… ¿pidieron perdón? No.
La idea no es lanzarse los insultos a las cabezas de los contrarios, ni hacer de esto una guerra de palabras, es recordar. Recordar quiénes cometen un error, un exceso, y quiénes se disculpan. Simplemente, saber quién tiene educación y un poco de vergüenza. Recordemos también quién abandonó a los suyos para escapar de Bombay, Esperanza Aguirre. Parece que su acto de cobardía y falta de sentido de Estado pasa impune, mientras los insultos entre políticos no dejan de pasar ante nuestros ojos.
Pedro Castro, Joan Tardà, y en su momento, Gómez-Navarro, pidieron disculpas. Disculpas aceptadas. Carlos Fabra, Manuel Fraga, Arias Cañete, Losantos, Rajoy, Vidal Quadras, etcétera, etcétera… ¿pidieron perdón? No.
La idea no es lanzarse los insultos a las cabezas de los contrarios, ni hacer de esto una guerra de palabras, es recordar. Recordar quiénes cometen un error, un exceso, y quiénes se disculpan. Simplemente, saber quién tiene educación y un poco de vergüenza. Recordemos también quién abandonó a los suyos para escapar de Bombay, Esperanza Aguirre. Parece que su acto de cobardía y falta de sentido de Estado pasa impune, mientras los insultos entre políticos no dejan de pasar ante nuestros ojos.
5 comentarios:
yo lo pondria en el blog avanza, saludos
Esto parece imparable, ¿verdad?
Aún así,no siempre las disculpas son suficiente; yo espero de la clase política más prudencia y más educación.... No les pediré una licenciatura, ni un master, pero sí sentido común, veracidad y un lenguaje límpio.
Es cierto, en política, y en el resto de sitios, hay que practicar un lenguaje más correcto, sin dejar de lado la ironía o la crítica, pero desterrando el insulto. Pero tal como deriva la práctica política, mal estamos yendo.
La verdad es que quedan lejos los bandos municipales del "profesor" Tierno Galván o los políticos que como Carter decían "verdades incómodas" estando aún en el cargo. Por cierto que Fraga es una de las personas más desagradables en lo personal que puedo imaginar ("Me va a tocar usted...las narices"). No esperaba de él la decencia de guardar las formas ahora que está de vuelta de todo; de quien esperaba un poco más de templanza era de Pedro Castro, sinceramente.
Me parece que aunque pidan perdon es igual de lamentable esas salidas de tono.
Pero bueno tenemos que considerar que pedir perdon tiene su merito, son humanos, sin duda.
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