El caso Gürtel del partido conservador se va extendiendo, poco a poco según las investigaciones periodísticas y judiciales, a la mayor parte del poder regional y municipal de la derecha española. De Valencia a Galicia, pasando por Andalucía, y sin olvidarnos de la corrupción del PP balear, al Partido Popular se le está creando su propio Filesa. Ello ha dinamitado el repetido mensaje conservador, “la honradez propia” frente a los otros (los socialistas). El mensaje es aún más brutal porque la trama del “Bigotes” y Correa se gestó en los últimos años de Aznar y contaron con las influencias que Agag disponía con su familia política.
Sin que la mayor parte de los dirigentes del partido, presuntamente, no se han visto directamente beneficiados de esta trama, sí que parece que tenían conocimiento de ello. López Viejo, en la Comunidad de Madrid y persona de confianza de Aguirre, presuntamente (hay que ser escrupulosos con los términos, sin aún sentencias de la lenta justicia) era el intermediario entre la Comunidad y Correa y otorgaba los contratos del Gobierno autonómico (con comisiones a cambio), todas inferiores a 12.000 euros para que no hubiese concurso público. Aparte de este caso, la legislación debe endurecerse para que haya un control público del dinero que mueve una administración pública. Es Intolerable.
Martín Vasco, Bosch y López Viejo, los tres diputados-imputados de la Asamblea de Madrid, pasarán a formar parte del Grupo Mixto. No es un castigo ni una rebelión a dejar el escaño. Es otro robo. Más de 340.000 euros anuales por grupo, 19.000 euros anuales por diputado, entre otros gastos, servirán de coartada a Esperanza Aguirre decir que en su grupo parlamentario no hay imputados. Otro acto que cubre de vergüenza la Asamblea de Madrid, la asamblea ex legislativa.
También bajo la Galicia de Fraga el PP gallego tenía su (presunta) financiación ilegal, en manos de Pablo Crespo, hombre de confianza del delfín de Fraga, el fallecido Xosé Cuiña. En Andalucía, Javier Arenas estaba también (presuntamente) en conocimiento de la trama.
En Valencia, como conocemos, la trama del Gürtel inundaba de (presuntos) regalos a los dirigentes conservadores regionales, como Francisco Camps o Ricardo Costa. Aquí, Camps debería dimitir, no sólo por la implicación y el tráfico de influencias, sino por MENTIR. Dijo que no conocía al “Bigotes” ni que le habían dado regalos. Mintió en sede judicial y parlamentaria, y si en este país hubiera un nivel cívico mínimamente superior, debería dimitir. Eso es otra característica que nos aleja del nivel cívico del mundo anglosajón y nórdico. Ahora, Camps soltará lastre deshaciéndose de Ricardo Costa, para dar una cabeza a la opinión pública y eludir la suya.
El PP, como demuestra, escuda su porquería recordando los casos Filesa y GAL para el PSOE. Cuando pase un siglo, si todo esto sigue existiendo, seguirán haciendo mención a aquello. Ningún Filesa con consecuencias pagadas puede ocultar el no-liderazgo del no-líder del PP, Rajoy. Ningún GAL puede hacer desaparecer los atentados que los conservadores realizan contra las instituciones públicas. Nada puede ocultar lo evidente: el mayor caso de corrupción actual anida en el Partido Popular.
2 comentarios:
Es terrible el daño que están haciendo a todas las instituciones democráticas; las asambleas legislativas, los tribunales superiores de justicia...no se donde vamos a llegar.....
A que no sabes quien va a ser el mayor beneficiado de esto?uno que no le esta salpicando nada el Gürtel?
Si señor, gallardón.
que miedito....
Pero así ven los votantes del PP la corrupción de sus representantes!!!
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