Desde hace seis Sábados consecutivos los islandeses continúan manifestándose para expresar su malestar por la situación económica del país. A tanto ha llegado el miedo del Gobierno islandés que la última terminó en enfrentamientos con la policía, después de que los agentes utilizaran gases lacrimógenos para disolver a un grupo que trataban de asaltar una comisaría en Reikiavik. También unas 300 personas se separaron de la manifestación principal para reclamar la puesta en libertad de un joven detenido la noche anterior por unos incidentes en otra concentración. Tras disolver a los manifestantes, la policía liberó al detenido tras pagar una fianza.
La crisis económica ha situado al país al borde del colapso financiero, y el Gobierno se ha visto obligado a nacionalizar los bancos, devaluar la moneda y enfrentarse a una inflación cada vez más elevada. En la manifestación de ayer se reclamaron elecciones anticipadas, y hubo además proclamas contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) por atentar contra el sistema de bienestar social islandés. El FMI tuvo que conceder a Islandia un préstamo 2.100 millones de dólares, que se unen al préstamo de Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Rusia y Polonia, de 3.000 millones de dólares.
Esta es la muestra de cómo un país próspero, con un avanzado Estado de Bienestar, se puede derrumbar por un sistema económico nefasto. Los islandeses son los primeros en estar hartos, su voz tiene que recogerse en pro de alternativas que aseguren la permanencia de su sistema. Su voz de protesta es una voz contra el capitalismo, que, recordémoslo, se sigue muriendo por muchas cumbres mundiales que la quieran reflotar.
5 comentarios:
La culpa de su situación actual no es del capitalismo, vigente en los últimos siglos. La culpa es de los egoístas y especuladores, de la falta de ética profesional. La culpa es también de lo que el Gobierno de UK ha hecho a los islandeses, sí el gobierno laborista de vuestra tercera vía trata a los islandeses como terroristas, "terroristas", como el fin de preservar el interés público británico ha llevado al pueblo islandés a la quiebra absoluta.
Seamos serios, pidamos cambios sociales, luchemos por nuestros ideales de izquierda, socialdemócratas, progresistas o como las queráis llamar, pero no juguemos al "todo vale". No desprestigiemos al rival, ganémosle la batalla intelectual y social, ofreciendo alternativa y no derribándolo.
Piénsalo.
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jajajaja, hace poco discutía por las medidas del Sr Zapatero y me decían que eran medidas de izquierda. Ahora resulta, que el socialista ZP dice que intervenir es volver al pasado; pues nada sigamos hacinedo el juego al capitalismo.
Inyectar dinero a los bancos en dificultadas no es velar por los ahorros de los ciudadanos, si no un traspaso de rentas de los contribuyentes a los causantes de la crisis financiera, es decir, a los bancos.
Por eso, las medidas planteadas implican un proceso más o menos encubierto de socialización de pérdidas (todos juntos), lo que está en el origen del pensamiento capitalista neoliberal: si hay pérdidas las pagamos entre todos; pero los beneficios son siempre privados.
Y además son medidas ineficaces, pues se trata de una estrategia tan desatinada como realizar continuas transfusiones de sangre a un enfermo que padece una hemorragia interna, sin corregirla previamente.
Saludos del Anónimo, porque soy un ciudadano anónimo
Escucha bien atento lo que dicen los socialistas de quien gestiona eficazmente los bienes y servicios.
en cambio aprueba ayudas para las multinacionales del automóvil, aquellas que no es que estén perdiendo si no que no están ganando tanto como años antes. Y encima las consecuencias nuevamente las pagan los trabajadores con toda una serie de ERES. Me gustaría ver a Zapatero exigir a las empresas en época de bonanzas que los beneficios reviertan a los trabajadores y al Estado.
Intervención sí, no para solventarles la papeleta, si no para meterles mano y controlar los desmanes que hacen día a día.
Al final ellos crean la crisis y los ciudadanos nos la comemos, de eso se trata la "socialización" de las pérdidas. Y encima demos gracias a nuestros sindicatos y partidos socialdemócratas y de izquierdas porque nos defienden.
Siempre se dijo que la derecha era el poder económico, pero lo triste es que este ya empieza a ser formado por muchos que se haccen llamar progres
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