Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, en la Audiencia Nacional: "Nosotros hemos hecho una apuesta por las vías pacíficas y democráticas, nosotros rechazamos el uso de la violencia para imponer un proyecto político, nosotros abogamos por un proceso de soluciones democráticas".
La declaración de Otegi prosigue la línea mantenida por la izquierda abertzale, pero nunca lo había oído con un carácter tan "claro, nítido, prístino", con sus palabras, como en esta ocasión.
Los pasos seguidos por Batasuna son los correctos. Sin embargo, sus palabras hay que analizarlas con cautela: Rechazar, no condenar. ¿Cómo tenemos que interpretarlo?
Según el DRAE:
-Rechazar, en su quinta acepción: Mostrar oposición o desprecio a una persona, grupo, comunidad, etc.
-Condenar, en su tercera acepción: Reprobar una doctrina, unos hechos, una conducta, etc., que se tienen por malos y perniciosos.
Rechazar no es lo mismo que condenar. A estas alturas, no hay que tener dudas de la voluntad de la izquierda abertzale por dar por finalizado el terrorismo o lucha armada. En cambio, aún hay que dudar si la voluntad de ETA es la misma que la del brazo político abertzale.
El lenguaje de Batasuna oculta un hecho: no tienen la suficiente influencia sobre ETA para que siga sus pasos. Su única esperanza es hallar el apoyo suficiente de la sociedad vasca y en el resto de España para exigir a la organización terrorista el fin de sus acciones. Ante ella, y ante el movimiento social abertzale, tiene que esgrimir poder volver a presentarse a las elecciones. Batasuna debe dar el último paso, el paso más valiente.
El Gobierno tiene la obligación de apoyar la solución que integre a los representantes políticos de una parte sustancial de los vascos a la vida pública, la reconciliación de la sociedad vasca y la sociedad española en su conjunto. En toda España, debemos apoyar al Gobierno, y que nuestros representantes políticos, desde el Gobierno a la oposición pasando por todas las fuerzas políticas, incluidas las vascas, sean por una vez estadistas a la altura de la situación.
Jesús Eguiguren profetiza la tregua definitiva de ETA para Navidad. ¿Será verdad? ¿Será el fin de verdad? ¿Sin engaños, sin trampas? ¿Será este un regalo para toda la sociedad española? En ese caso prescindamos de ropa, dinero, libros, juguetes, cualquier cosa, y pidamos una sola cosa, como dijo el poeta: En el nombre de España, paz.
La declaración de Otegi prosigue la línea mantenida por la izquierda abertzale, pero nunca lo había oído con un carácter tan "claro, nítido, prístino", con sus palabras, como en esta ocasión.
Los pasos seguidos por Batasuna son los correctos. Sin embargo, sus palabras hay que analizarlas con cautela: Rechazar, no condenar. ¿Cómo tenemos que interpretarlo?
Según el DRAE:
-Rechazar, en su quinta acepción: Mostrar oposición o desprecio a una persona, grupo, comunidad, etc.
-Condenar, en su tercera acepción: Reprobar una doctrina, unos hechos, una conducta, etc., que se tienen por malos y perniciosos.
Rechazar no es lo mismo que condenar. A estas alturas, no hay que tener dudas de la voluntad de la izquierda abertzale por dar por finalizado el terrorismo o lucha armada. En cambio, aún hay que dudar si la voluntad de ETA es la misma que la del brazo político abertzale.
El lenguaje de Batasuna oculta un hecho: no tienen la suficiente influencia sobre ETA para que siga sus pasos. Su única esperanza es hallar el apoyo suficiente de la sociedad vasca y en el resto de España para exigir a la organización terrorista el fin de sus acciones. Ante ella, y ante el movimiento social abertzale, tiene que esgrimir poder volver a presentarse a las elecciones. Batasuna debe dar el último paso, el paso más valiente.
El Gobierno tiene la obligación de apoyar la solución que integre a los representantes políticos de una parte sustancial de los vascos a la vida pública, la reconciliación de la sociedad vasca y la sociedad española en su conjunto. En toda España, debemos apoyar al Gobierno, y que nuestros representantes políticos, desde el Gobierno a la oposición pasando por todas las fuerzas políticas, incluidas las vascas, sean por una vez estadistas a la altura de la situación.
Jesús Eguiguren profetiza la tregua definitiva de ETA para Navidad. ¿Será verdad? ¿Será el fin de verdad? ¿Sin engaños, sin trampas? ¿Será este un regalo para toda la sociedad española? En ese caso prescindamos de ropa, dinero, libros, juguetes, cualquier cosa, y pidamos una sola cosa, como dijo el poeta: En el nombre de España, paz.
3 comentarios:
Yo creo que no hay que guardar tantos tiquismiquis con esta gente.
Arnaldo Otegi y bastantes más como él, son políticos de día y terroristas de noche.
¿Por qué hacer con una tiza una raya en el suelo y poner a un lado a ETA y al otro lado de la raya a Arnaldo Otegi?
No nos engañemos. Son la misma mierda despreciable y perseguible.
Javi antes de nada felicitarte porque vamos en la misma línea parece ya si que si.. cualquiera diría que tras interminables escarceos que hemos tenido en este asunto, parace que nuestros relojes marcan la misma hora. Me congratulo por ello.
Dicho esto, me parece lamentable el comentario de este tal Herrera Peña....¿se habrá quedado satisfecho este señor...? que altura de miras la de este hombre. Que manera mas despreciable y poco constructiva de aportar en este tema... Por dios para leer ese tipo de comentario ya tenemos a Federico y su tropa.
Muy bien Javier.
Saludos, Jesús y Jorge,
No abandono en ningún momento mi opinión, fundada en el análisis histórico, sobre la situación o "conflicto", como lo queramos llamar, en el País Vasco. El Estado tiene que poder integrar a todos y salvaguardar la vida democrática en este país.
Para ello, seguramente se deberían tomar soluciones y acuerdos que no contenten a todos (puede ser el caso de Jesús Herrera), pero que todos estemos integrados y podamos defender nuestras opiniones e intereses libremente.
En ese aspecto, no niego el derecho que tiene la izquierda abertzale de pedir la independencia, así como el derecho de los que no quieren que esto ocurra, siguiendo las reglas del juego democrático. En lo que a mí respecta, yo estaré del lado de los que quieren una España integradora como verdadera nación democrática y ciudadana.
Un abrazo.
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