
¿Cuáles son los intereses de España en la zona? Empresas españolas mantienen el control de parte de las minas de fosfatos del Sáhara Occidental. Las costas de Marruecos y del Sáhara son de vital importancia para la marina pesquera española, además del contencioso sobre las aguas entre las Islas Canarias y el Sáhara, potencialmente ricas en petróleo. España, a ojos de la legalidad internacional, aún es la potencia administrador Occidental, aunque nuestro país haya renunciado a sus derechos sobre la zona en 1976. España, con la dictadura a del Sáharafranquista, se comprometió a la descolonización del Sáhara Occidental y a convocar un referéndum de autodeterminación para que sus habitantes decidieran su estatus. En los años setenta, los ciudadanos saharauis eran aproximadamente 75.000. Hoy, habitan en el Sáhara Occidental más de 250.000 personas. ¿Tanto ha crecido su población por la natalidad? No. Aproximadamente 85.000 son los integrantes y descendientes registrados en el último censo español, de 1974, y el resto son marroquíes asentados en la zona para hacer efectivo el control del territorio por la monarquía alauita.
El Sáhara está a la espera del referéndum de autodeterminación. ¿Quiénes podrían votar? ¿Todos los habitantes? ¿Los saharauis? ¿Los marroquíes? En el Tíbet y en Xinjiang, en China, el gobierno comunista ha desarrollado políticas de colonización de dichos territorios por ciudadanos chinos pertenecientes a la etnia han, la mayoritaria en China, dejando a los ciudadanos de etnia tibetata y uigures en minoría. ¿Para qué? Para llegado un momento que dichos territorios hubieran de decidir su estatus respecto a China, hubiera una mayoría de ciudadanos afines al régimen chino. Cualquier persona tiene derecho a asentarse y prosperar en el territorio que quiera, pero cuando son llevados a cabo grandes movimientos de población por los gobiernos es inmoral. No se puede negar a las personas sus derechos. Pero, en el caso de Marruecos y el Sáhara (también de China y sus territorios "autónomos"), son el simple instrumento de las políticas expansionistas de la clase dirigente.
¿Es posible albergar esperanzas de que Marruecos llegue a permitir al Sáhara Occidental que decida libremente su estatus? Desgraciadamente, no. Marruecos ha realizado un apagón informativo respecto al Sáhara, impidiendo la entrada de periodistas independientes a la vez que permitiendo la de los más afines. Ha desarrollado en los últimos meses una constante propaganda contraria, además de falsa, a España en sus medios de comunicación oficiales. Marruecos ha vulnerado los derechos humanos en el Sáhara Occidental.
¿Qué puede hacer España en el caso del Sáhara Occidental? Desgraciadamente, el camino emprendido en las últimas semanas no es el correcto. España parte en clara desventaja diplomática, con los intereses de Francia y Estados Unidos en contra de los españoles. España ha renunciado a proteger los intereses del pueblo saharaui además de los propios intereses nacionales en política exterior. España se ha bajado los pantalones dejando que la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, sea ninguneada por el régimen marroquí por ser mujer, algo que no debería haber sido aceptado en ningún momento. España ha presionado a la Unión Europea para no condenar las acciones de Marruecos en el "campamento esperanza" de Tinduf: como consecuencia de ello, el Parlamento Europeo se limitó a condenar la violencia en el Sáhara pero no condenó a Marruecos.
¿Qué lección podemos extraer? España no puede pretender ser considerado un país serio si no hace valer sus intereses, que no son puramente intereses económicos o políticos; son intereses por la democracia y el respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. ¿Qué gobierno puede argumentar, sin sonrojarse de vergüenza, que los saharauis no pueden decidir su futuro? Si Marruecos fuera una democracia y un país que reconozca la multiplicidad de culturas (árabe, beréber y saharaui) que alberga en su seno, ¡no habría mayor problema! Pero Marruecos no es una democracia, es una monarquía autoritaria, con un sistema político corrupto y creado para beneficiar a una minoría elitista a expensas de su ciudadanía. Ni los saharauis, ni los marroquíes, tienen derecho a ser sometidos a un régimen tan aberrante.
España debe actuar. España debe hacer valer su autoridad. Según el derecho internacional y la ONU, el Sáhara aún es responsabilidad de España. No hay impedimento legal que prohíba a España actuar en el Sáhara, militarmente si es necesario, para mantener el orden y llevar a cabo el referéndum de autodeterminación. Eso simplemente significa cumplir las resoluciones de la ONU de descolonización y las leyes internacionales. Parece mentira que en pleno siglo XXI, cincuenta años después de la gran ola descolonizadora en África, aún tengamos materias pendientes en este aspecto.