Mostrando entradas con la etiqueta Rusia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rusia. Mostrar todas las entradas

jueves, 9 de diciembre de 2010

Julian Assange, ¿héroe o villano?


La mayor filtración de Wikileaks en su historia, la de los documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos o Cablegate, sin duda va camino de convertirse en el acontecimiento del año. No ha sido, claro está, la primera de las filtraciones de Wikileaks, con poco más de tres años de vida, pero sí es la más impactante: a medida que se van conociendo los cables entre el Departamento de Estado y las embajadas estadounidenses, el miedo y la ira de la administración norteamericana y del establishment no dejan de aumentar.

No es únicamente Estados Unidos quien ve al descubierto su diplomacia secreta. Al mismo tiempo, ve la luz el doble rasero de muchos otros gobiernos en el mundo: China, Reino Unido, Rusia, Italia, España, Francia... ninguno escapa de las revelaciones de estos cables diplomáticos. Desde el 28 de noviembre, día que comenzó la publicación de las filtraciones en El País, Le Monde, Der Spiegel, The Guardian y The New York Times, parece habérseles caído una fina máscara a los gobiernos de muchos países.

Hay quienes pensaban que estas filtraciones eran un simple cotilleo. En muchos casos, venían a confirmar muchos de los rumores que circulan sobre los líderes y los gobiernos del mundo. Desde los líos de Sarkozy a los de Berlusconi, la espina de las Malvinas para Argentina a los temores de los países árabes a un Irán nuclear... Luego vinieron otros datos: presiones de Estados Unidos hacia sus aliados para defender sus intereses (ya sea desde el caso Couso a las ventas de armas a Venezuela por parte de España y Rusia), los planes secretos de China sobre la península de Corea, la corrupción en Rusia... en fin, muchos temas y para su recolección ya están los diarios antes citados y, sobre todo, la página de El País a tal efecto.

A los distintos gobiernos se les ha creado un nuevo abismo, mucho más infinito que cualquier otro hasta ahora, entre ellos y sus ciudadanos. En sus reacciones, poco pueden decir excepto intentar negarlo todo, en vano. En esta cuestión (y en otras) nadie les cree ya, tan grande es la desconfianza que poseen entre los ciudadanos, bien cultivada a lo largo de muchos años. Otros gobiernos optan por dar la callada por respuesta, sabiendo que aún no se sabe todo y puede quedar mucho todavía por saber. Tampoco ha hablado la clase política de cada país de forma clara, todos sabiendo lo que se juegan, unidos por un pacto de silencio.

Los distintos gobiernos han perdido legitimidad. Ya no pueden presentarse como reflejo de la voluntad popular y garantes de la independencia nacional. ¿Será el gobierno yemení independiente cuando no puede hacer frente a insurgentes y necesita el apoyo en la sombra del poderío militar norteamericano? ¿Será independiente el gobierno español que entre bambalinas intercedió en favor de los intereses norteamericanos en el Caso Couso? ¿Será el gobierno ruso reflejo de la voluntad popular o de la oligarquía del régimen de Putin?

En muchos casos, la bandera del nacionalismo es una fina cáscara que esconde la sumisión al aún imperio de nuestro tiempo o la hipócrita excusa para mantener, una vez más, la dominación de las minorías dirigentes sobre la mayoría de los dominados.

En estas circunstancias, ¿cómo se puede hablar de democracias, Estados de derecho e independencia en la aldea global? La globalización, inicialmente económica, va dando pasos hacia la globalización de las relaciones humanas paralelas a la del Estado-nación, proceso lento y difícil; en cambio, la globalización de la información es ambivalente. La Red no es inmune a la manipulación o a la opacidad, caso de China. Todos a una, gobierno y oposición, clase política, en definitiva, el establishment de cada país hace piña contra las revelaciones de Wikileaks. En España, los rumores sobre los movimientos dentro de la derecha española se confirman, incluso corroborando que Rajoy no es favorito ni para Estados Unidos, ni para el resto de sus correligionarios.

Al gobierno estadounidense no le ha quedado otra opción que huir hacia adelante y querer matar al mensajero, a Julian Assange. En este caso, el presidente Barack Obama no ha hablado hasta hace bien poco sobre Assange y Wikileaks y ha dejado en manos de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, la responsabilidad de enfrentarse a la opinión pública nacional e internacional. Mientras, los miembros del Congreso norteamericano y otras figuras relevantes del panorama político estadounidense, como Sarah Palin o Joe Lieberman, piden desde el asesinato a la detención del terrorista Assange, así como prohibir consultar la página de Wikileaks, amén de querer privarla de cualquier servidor para poder seguir operando. Nos han querido mostrar los límites de la libertad de expresión y así lo han hecho: con el imperio no se juega.

¿Nos ha hecho un favor Julian Assange? Sí, sin duda. El lema de Wikileaks, "we open governments", se cumple o se desborda con creces. Cierto es que todo es siempre una amplia gama de colores grises: las acusaciones de abusos sexuales son graves, igual que las de opacidad de las cuentas de Wikileaks. Una cosa no deslegitima ni quita validez a la otra. No debemos ser ciegos apoyos a una persona y una empresa con sus propios (y legítimos) intereses, como tampoco furibundos opositores y situarnos en el lado peligroso del debate de cuáles son los límites de la libertad de información.

Hemos de mantener una independencia de criterio a la vez que conocer los argumentos y motivaciones de ambas partes. Por ejemplo, leo en ABC que Alonso de los Ríos acusa a Wikileaks de "delictiva" y la prensa que revela su información como la terminal del negocio "criminal" del portal de filtraciones, así como comete el error de englobar en el mismo saco las acciones de Wikileaks, El País y Anonymous, como si fueran parte de una nueva teoría de la conspiración, a imagen de la que la derecha española quiso ver para el atentado del 11-M. Lejos de reconocer al antiguo marxista un profundo amor por una profesión periodística que obtiene de forma limpia la información de sus fuentes, hay una línea clara del periódico monárquico de lamentarse no ser uno de los cinco periódicos que disfrutan de una exclusiva tan jugosa.

¿Qué supondrá Wikileaks y el proceso contra Assange? La posible extradición de Assange de Reino Unido a Suecia, y puede que de Suecia a Estados Unidos para juzgarlo por la filtración de los documentos no será un juicio a una persona concreta, sino un juicio a la libertad de información y a los límites de ésta. Es pronto para determinar si Julian Assange es un héroe de estos tiempos posmodernos o el violador autoritario y sombrío que nos pintan desde otros lares. De momento, es personaje del año para Time. Mientras, sabremos, sabemos ya, que los gobiernos defienden la libertad y la democracia con pasión, pero una pasión muy pequeñita.

¿Por qué calla la clase política? Wikileaks no descubre el Mediterráneo mostrando la verdadera faz de una minoría persiguiendo sus intereses personales y encadenada a los intereses de la clase económica o a los de Estados Unidos. No hay un ataque a la política; en todo caso, podría haber una crítica a aquellos que consideran la política, en toda su extensión, como la esfera de actuación de una minoría con unos intereses concretos en juego.

Sintiendo pecar de utópico, idealista u optimista, no es/no debe ser así, y los ciudadanos tienen el derecho a saber la verdad. No secretos de estado, eso es un consenso universal: Wikileaks no ha dado información que vulnere la seguridad nacional, ni códigos nucleares. Nos ha dado algo más potente: el simple conocimiento, para que cada cual pueda informarse y hacerse una mejor opinión. Así, podrán formarse mejores elecciones de cara al futuro. La minoría y élite que es la clase política es "elegida", en un sistema democrático, para llevar a cabo políticas que vayan en beneficio del interés general. Es una bonita teoría, y por lo tanto irreal.

El profesor Javier Redondo lamenta en La aventura de la Historia la banalización de la política, con la decepción de la democracia 2.0 como un fracaso en la participación de la ciudadanía en un sentido republicano liberal (también llamado republicanismo cívico, que tan en moda estuvo una vez en boca de Zapatero), viendo cómo el ideal democrático y liberal es sustituido por una política del entretenimiento y del pensamiento rápido y simple.

viernes, 26 de marzo de 2010

Rusia: pervivencia imperial (y II)


La II Guerra Mundial, conocida como “gran guerra patria”, es otra prueba de ese nacionalismo granruso. No es que el estalinismo fracasara en erradicar el nacionalismo, es que vio que alentarlo era la única forma de legitimar su régimen de terror. La contribución soviética a la victoria permitió a Rusia recuperar su afán imperialista y paneslavista, teniendo a toda la Europa del Este bajo su órbita.


La caída del comunismo entre 1989 y 1991 desmontó todo este sistema-mundo soviético. Casi que la caída del imperio rojo emulaba a la caída del imperio zarista, con un nuevo aislamiento en su periferia. Es necesario recordar que en Europa del Este la mayoría de países, excepto Ucrania y Bielorrusia, de momento, pertenecen a la OTAN. Toda una clara declaración de intenciones de a quién no quieren como potencia dominante.


Pero la era Putin parece haber acabado con este aislamiento. En el Cáucaso se ha hecho una fuerte apuesta por el control de la zona, no sólo de sus pequeñas regiones autónomas díscolas, como Chechenia, sino que ha jugado a desestabilizar a sus vecinos como Georgia, apoyando las secesiones de Abjasia y Osetia del Sur. En Europa del Este, Putin demuestra tener a la mitad de la Unión bajo la dependencia energética del gas ruso, castigando de paso a Ucrania si muestra veleidades más europeístas que rusófilas. El nuevo imperialismo ruso no es una resurrección de la vieja Unión Soviética, pero si un imperialismo de nuevo cuño para Rusia, de control económico más que político, que ya consiguen indirectamente con sus chantajes energéticos.


Teniendo en cuenta estas premisas, ¿qué le depara a Rusia en el futuro? Políticamente, la era Putin aún tiene capacidad de duración, y cabe preguntarse si “después de Putin, las instituciones”. Una evolución clara hacia la democracia está, desgraciadamente, muy alejada, si se mantiene el actual poder de la nueva oligarquía y la corrupción en la administración. La vieja élite soviética y sus herederos no han sido desplazados, han mutado.


En la economía, la crisis mundial supone un traspié por la caída de los beneficios en la producción petrolífera, pero Rusia cuenta con grandes recursos en Siberia, que adquirirán cada vez más importancia a medida que el crudo vaya escaseando. Cabe preguntarse a qué destinará Rusia esos grandes ingresos, si en la recuperación del nivel de vida, la producción industrial y científica que una vez tanto alardeó la URSS, o en el enquistamiento de las “nuevas” viejas élites de poder. Como en la URSS. De momento, la renovación de su poderío militar parece volver a apostar por la industria pesada.

Un nuevo imperio ruso ha comenzado…

jueves, 25 de marzo de 2010

Rusia: pervivencia imperial (I)


Actualmente, Rusia vuelve a emerger como un importante actor de la escena internacional. Cada vez empiezo a creer con más fuerza que el mundo de dentro de pocas décadas no será unipolar, ni siquiera bipolar, sino que a las grandes potencias como Estados Unidos y China se le unirán la India y Brasil, principalmente, y quién sabe si la Unión Europea como un sujeto político más unido y con voz única en la comunidad internacional de Estados.


Cuando el bloque socialista cayó, la Unión Soviética se desintegró y Rusia comenzó a entrar en una espiral inflacionista y de profunda caída de la producción industrial, así como un descenso brutal de la calidad de vida, parecía que el viejo enemigo del mundo occidental no iba a volver a levantar cabeza, que su nuevo papel sería el de actor secundario en el mundo capitalista en el que se acababa de integrar.


Esto era así durante la época de Yeltsin. Sin embargo, la situación ha cambiado durante la actual era de Putin. La explotación de los recursos de Siberia y el alza del petróleo ha permitido presentar buenos datos macroeconómicos, aunque más detalladamente la desigualdad de rentas continúa haciéndose cada vez más grande, el nivel de vida apenas es el mismo que en 1991 y la corrupción campa a sus anchas en la administración pública y el gran capital, gran parte ligado a la mafia y el contrabando y a los favores del Kremlin, que ha ido deshaciéndose de aquellos oligarcas contrarios a Putin y sustituyéndolos por personas adictas a él.


Además, no hay que olvidar que la caída del comunismo no ha establecido una democracia liberal análoga a las europeas, sino un modelo autoritario con un partido dominante y cuya oposición más destacada sigue siendo el Partido Comunista, pero con un programa más nacionalista que comunista.


En definitiva, no es una dialéctica capitalismo-comunismo, sino que la cuestión nacionalista es hegemónica en la cada vez más silenciada opinión pública.


Este aspecto nacionalista es muy interesante. Realmente, la política exterior rusa no ha variado en sus tres etapas históricas contemporáneas. El imperio zarista soñaba con añadir los Dardanelos y Estambul para reconstruir el antiguo imperio ortodoxo de Bizancio; por otra parte, alentaba el paneslavismo en los Balcanes para sumarlos a su ámbito de influencia, en intensa competencia con el imperio austrohúngaro. En Asia, sus apetitos coloniales iban desde Manchuria, cuya pérdida a manos de Japón supuso una grave humillación nacional, Persia... y Afganistán.


El régimen bolchevique, superada la anarquía inicial y el internacionalismo, convencido de que la revolución mundial no se produciría, ejerció un imperialismo real disfrazado de autodeterminación de los pueblos, recuperando parte del perdido imperio bajo formas republicanas autónomas. Con la consolidación de la dictadura de Stalin, pero que ya venía de Lenin, cualquier sueño federal e internacionalista fue sustituido por una férrea centralización y de contenido granruso.


El régimen proletario que tanto apoyaba los movimientos de descolonización fue el imperio colonial más cruel de la Historia. Desde los ucranianos a los chechenos pasando por multitud de pequeñas etnias, fueron deportados al interior de Rusia, a los gulags o simplemente sometidos a salvajes hambrunas como las de Ucrania.

martes, 10 de noviembre de 2009

Octubre rojo (y II): Noviembre


Si en la primera entrega hablaba de la revolución rusa de febrero de 1917, hoy toca hablar de la de octubre, noviembre en el calendario gregoriano. Con un poco de retraso, más que el que lleva el calendario juliano, pero es lo que tiene el estudio como prioridad.


Siguiendo el relato de Trotsky, la revolución de febrero se vio sobrepasada por el discurrir de los acontecimientos. El gobierno provisional, dominado por los partidos burgueses liberales y democráticos, seguía sin afirmarse como el único poder superior. La guerra, cada vez más impopular, seguía y el frente occidental se hundía, perdiendo el Báltico y en Ucrania y otras regiones periféricas tomaba fuerza la idea de la secesión. Los soviets de obreros y soldados se radicalizaban y elegían diputados bolcheviques. Lenin regresó del exilio y preconizó la toma insurreccional del poder como forma de dar todo el poder a los soviets. Kerensky maniobraba para hacerse con el poder, atrapado entre el radicalismo bolchevique de las jornadas de julio y la reacción burguesa, con el golpe de Kornilov como mejor manifestación.


En octubre juliano, cuando Lenin juzgó maduras las condiciones para que el partido bolchevique se hiciese con el poder, la Guardia roja se alzó en Petrogrado el día 25, tomando los edificios de la administración y el Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional. El golpe, exento de la movilización de grandes masas, fue rápido: la Guardia roja apenas encontró oposición en la toma del poder. Kerensky huyó y el Segundo Congreso Panruso de los Soviets, dominado por bolcheviques y socialrevolucionarios de izquierda decidió otorgar el poder a los soviets rusos y creó el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin y dominado por los bolcheviques.


Sin embargo, la convocatoria de la asamblea constituyente se mantuvo firme, hasta que fue disuelta tras su constitución, donde el partido bolchevique era minoría y el partido socialrevolucionario estaba profundamente dividido. Por otro lado, el dominio bolchevique se imponía con dificultad: en Moscú hubo grandes enfrentamientos por el control de la ciudad y los países bálticos, además de Ucrania, declararon su independencia. Los grupos contrarios al poder bolchevique, los anarquistas, mencheviques, socialrevolucionarios, burgueses y zaristas radicales sostuvieron una guerra civil de dos años, sin una unidad de acción contra el nuevo poder. La derrota de los ejércitos blancos permitió la consolidación del régimen soviético y el establecimiento de un Estado proletario que pretendía transitar al socialismo.

domingo, 25 de octubre de 2009

Octubre rojo (I): Febrero


El 25 de octubre de 1917 los bolcheviques se hicieron con el poder. El 25 de octubre según el calendario juliano, 7 de noviembre según el gregoriano. Pues, escribiré sobre este acontecimiento histórico esa fecha, dejando esta entrada para explicar la de febrero.


El día 23 de febrero (juliano, 8 de marzo gregoriano), Día Internacional de la Mujer para el movimiento obrero, las manifestaciones se convirtieron en levantamientos exigiendo pan y el fin de la guerra. El descontento había aumentado desde el 18 de febrero (3 de marzo gregoriano), por la represión de la huelga de la fábrica Putilov. Los soldados enviados a reprimir estas nuevas protestas se unieron a los obreros. San Petersburgo, Petrogrado aquellos años, se había ido de la autoridad imperial. La revolución se extendió desde la capital. Los ferroviarios de la Rusia europea, sabiendo que el zar intentaba volver a la capital en tren para hacerse cargo de la situación, impidieron su viaje con un simple “el tren no pasa de aquí”.


En estos momentos, donde la autoridad estatal se esfumaba a grandes pasos, la Duma imperial consiguió la abdicación del zar, en beneficio de su hermano, el gran duque Miguel. Un día duró su “reinado”, símbolo que el país se había escapado de las manos de la monarquía. La Duma tampoco fue quien se hizo cargo exclusivo del poder: reaparecieron los soviets, consejos, a imagen de los de la revolución de 1905. La mayor parte de los servicios estratégicos del Estado, como ferrocarriles o correos, estaban bajo su control, al igual que una gran parte de los soldados. El gobierno provisional tenía así una base muy frágil, aunque los partidos que lo sustentaban (los burgueses kadetes y los obreros mencheviques y socialrevolucionarios) fuesen los que mayor influencia tenían sobre el país, muy superior que los bolcheviques, reducidos a los obreros de la Rusia europea, minoritarios en los Soviets y sin saber qué hacer: su Comité Central apoyaba la consolidación de la naciente democracia, Lenin la toma del poder.


A grandes rasgos, así fueron los días de febrero y marzo de 1917. Recomiendo, para quien quiera una mayor información, “Historia de la revolución rusa”, de Trotsky. Si entendemos revolución como un acto radical de las masas, ésta fue la verdadera revolución rusa. Octubre fue un golpe bolchevique, pero de revolucionarias consecuencias. Eso lo dejo para el próximo día.



"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organí­cense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".

Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano

Bienvenidos

Bienvenidos al Árbol Socialdemócrata, un sencillo blog que pretende dar su pequeña aportación a los ideales del socialismo democrático y de la libertad.

Os invito a leerme, no sólo por afinidad, conformidad a lo escrito o discrepancia, sino para que cada uno cree conciencia propia y ajena. Todos tenemos que contribuir a la libertad, ser una nueva ventana a la esperanza por un mundo mejor.

¡Piensa por tí mismo!

"El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo"

Seguidores

Lo más leído

Mi lista de blogs

Socialistas en Red

Blogs de Socialistas en Red

Karl Marx

Karl Marx

Friedrich Engels

Friedrich Engels

Karl Kaustky

Karl Kaustky

Eduard Bernstein

Eduard Bernstein

Antonio Gramsci

Antonio Gramsci

Enrico Berlinguer

Enrico Berlinguer

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias

Se habla de

11 M (4) 20 Minutos (5) África (7) Alemania (26) Alexis de Tocqueville (3) Aluche con Zapatero (4) América (5) anarquismo (5) árbol socialdemócrata (101) Asia (8) Austria (3) Azaña (2) Aznar (9) Bélgica (4) berlusconi (36) Bernstein (10) bisexualidad (7) BNG (6) Bolivia (1) Brasil (6) Burke (3) C's (3) Canadá (5) Canarias (2) capitalismo (32) Carme Chachón (1) Cataluña (24) censura (7) Chávez (12) Chile (9) China (13) cine (8) Comunidad de Madrid (91) comunismo (36) conservador (13) Constant (4) constitucionalismo (24) Convergència i Unió (15) COPE (21) corrupción (74) cristianismo (18) Cuba (2) Dani rectifica (3) Debate del Estado de la Nación (7) democracia (190) derecha (196) derechos humanos (23) dictadura (41) Dictadura de Aguirre (12) EA (6) economía (114) educación nacional (24) educación para la ciudadanía (12) El Mundo (18) El País (146) El Periódico de Andorra (1) elecciones (160) elplural (16) Engels (6) ERC (12) España (105) Esperanza Aguirre (85) Estados Unidos (43) ETA (33) Euronews (3) Euskadi (49) eutanasia (3) familia (14) fascismo (23) feminismo (5) Fichte (1) filosofía (3) Foreign Policy (5) Francia (46) Franco (8) fundamentalismo islámico (7) Galicia (14) Gallardón (9) Gobierno (20) Gordon Brown (7) Grecia (8) Hegel (4) heterosexualidad (1) Hispanoamérica (14) historia (104) homofobia (35) homosexualidad (24) I República (2) Ibarra (3) Ibarretxe (8) Iberismo (2) Iglesia Católica (19) II República (15) III República Española (12) Ilustración (3) inmigración (19) Irán (11) Irlanda (3) Islam (10) islamismo (12) Israel (13) italia (53) IU (47) izquierda (275) Izquierda Republicana (3) Japón (1) José Cepeda (6) jóvenes (12) justicia (13) Juventudes Socialistas (28) Kaczynski (5) Kant (4) Karl Marx (16) Kautsky (9) laicidad (3) LaSexta (1) Le Chemin Rouge (1) Le Monde (2) Lenin (6) Ley de Memoria Histórica (3) Ley electoral (12) liberalismo (57) libertad (152) Libertad Digital (15) literatura (13) Locke (3) Losantos (9) Louis Blanc (2) Lula (7) machismo (3) Marruecos (4) marxismo (24) mass media (23) medio ambiente (3) México (1) MinutoDigital (12) monarquía (13) Montesquieu (4) mundo árabe (9) música (13) Na Bai (2) nacionalismo (69) Navarra (8) NPA (2) Obama (28) Oriente Próximo (4) Ortega y Gasset (2) Pablo Iglesias (8) Países Bajos (1) Palestina (11) Parlamento (9) Partido Comunista Francés (2) Partido Laborista británico (14) Partido Socialista Europeo (5) Partido Socialista francés (17) PCE (4) pederastia (2) periodismo (4) Plataforma Avanza (2) PNV (27) pobreza (5) poder ciudadano (44) Polonia (7) Por la Izquierda (2) Portugal (16) PP (158) Presupuestos Generales (6) PRI (1) progresismo (29) prostitución (3) PSM (35) PSOE (165) Público (83) Rajoy (54) Reino Unido (23) relaciones laborales (29) religión (25) republicanismo (42) Rouco Varela (5) Rousseau (4) Royal (10) Rusia (12) sanidad (18) Sarkozy (28) SER (9) Sieyes (3) sistemas de transporte (1) socialismo (245) solidaridad (1) SPD (17) Stuart Mill (2) Suecia (8) teatro (2) Telemadrid (10) televisión (10) teorías (58) terrorismo (54) The Times (2) Tomás Gómez (28) Tradeunionismo (2) trotskismo (6) Trotsky (3) Turquía (5) Unión Europea (80) UPyD (14) Valencia (17) Veltroni (9) Venezuela (16) vídeos (13) violencia (24) xenofobia (9) Zapatero (60)

Manuel Azaña

Manuel Azaña

"Causas de la guerra de España", Manuel Azaña

En nuestros conflictos políticos, la República tiene que ser una solución de término medio, transaccional y la válvula de seguridad contra sus desaciertos es el sufragio universal. Lo que se pierde en unas elecciones, puede recuperarse en otras. Nada duradero se funda sobre la desesperación y la violencia. La República no puede fundarse sobre ningún extremismo. Por el solo hecho de ser extremismo, tendría en contra a las cuatro quintas partes del país.

Enlaza mi blog

Enlaza mi blog


socialdemokraterna

socialdemokraterna


vuelos baratos

Árbol Socialdemócrata

Últimos comentarios

Lo más leído

Diseñado por Iván Llera empleando la tecnología Blogger