
sábado, 24 de marzo de 2012
Ante las elecciones asturianas y andaluzas

jueves, 21 de julio de 2011
El gürtel puede con Camps

Bien, al menos los trajes del caso Gürtel, con los que se le acusa de cohecho, no están pagados por él. Porque cuando el juez ya no ha dejado otra opción entre declararse culpable o ir a juicio de una vez, a Camps se le han cerrado todas las salidas: o se enfrentaba al escarnio de seguir siendo presidente de la Comunidad Valenciana declarándose culpable y pagar una multa por evitar un juicio, pero pasando a poseer antecedentes penales, o enfrentarse al juicio y a la posibilidad de ser condenado por cohecho e inhabilitado. Al final, mientras otros acusados han aceptado declararse culpables, Camps ha optado por la vía del medio al hacer caso de las presiones personales y políticas por dejar su cargo. ¿Por qué? Porque en el camino al poder de Mariano Rajoy, un curioso camino donde el caminante no camina, sigo que permanece en el mismo sitio, esperando que le concedan la victoria, no puede haber ningún obstáculo, y la mancha de un presidente conservador condenado, que había sido uno de los principales apoyos de Rajoy contra las pretensiones de otros barones regionales -o baronesas- era una piedra demasiado grande para sortearla.
No obstante, la mancha sigue ahí. Camps no ha dimitido pidiendo perdón, ni reconociendo su culpa. Su discurso de dimisión, que he leído íntegro, es un sinsentido de cabo a rabo. No dice la razón de su dimisión. Es "un sacrificio político y familiar" para la victoria de Rajoy por un proceso, el del Gürtel, "que nadie entiende". Poco más nos explica Camps, ninguna razón real da, pero sigue totalmente convencido que tres mayorías absolutas consecutivas dan la absolución judicial.
Actitudes tan canallas como la del dimitido presidente valenciano evidencian una grave degradación de la política. Personas como esta intentan dar la razón a los que piensan que "todos los políticos son iguales" o que la política no tiene nada que ver con la gente normal. Pero no es cierto. Como en todo, en la política nos encontramos desde la gente más honesta a la más deleznable, y hay muchos así, ciertamente. Pero la política es todo lo que tenga que ver con el ordenamiento de la polis, la cosa pública, que pertenece a todos los ciudadanos. Los ciudadanos tenemos que vigilar con ahínco las decisiones de nuestros representantes y premiar o censurar en consecuencia.
Es necesario, en suma, poseer la virtud política, que deben tener todos aquellos que quieren vivir en sociedad. Políticos como Camps, Rajoy, o muchos otros y de tantos partidos, si aceptan la existencia de gente que abusa de su poder en beneficio personal, carecen de virtud. Los ciudadanos también tienen su parte de la culpa. El voto es libre, cierto, pero concedido a mayores de edad que se supone responsables de sus actos. Votar a un político que se sabe corrupto -¿o es que no sabíamos lo que pasaba con los trajes de Camps hace dos meses, cuando ganó las elecciones regionales?- demuestra muy poca virtud política. Vale el ejemplo de Camps como el de cualquier otro: ninguna persona merece el voto sea de la ideología que sea. Actitudes como la de los políticos corruptos victoriosos electoralmente perjudican el sistema democrático: la mayoría electoral desvirtúa el sentido de la voluntad general y la sustituye por la tiranía de la mayoría, la voluntad de una mayoría movida por sus propios intereses, la oclocracia, en definitiva.
martes, 21 de junio de 2011
Las otras guerras y conflictos existentes (y II)

-Insurgencia en las Filipinas: a finales de los años 60, un grupo del Partido Comunista filipino organizó un ejército guerrillero, el Nuevo Ejército del Pueblo, que prosigue su actividad desde la isla de Luzón, aunque con menor impulso tras la revisión de la estrategia contrainsurgente bajo la presidencia de Corazón Aquino. Igualmente, desde la década de los 60 operan en otras islas guerrillas islamistas separatistas. La Operación Libertad Duradera actuó en Filipinas contra esta guerrilla islamista, aunque actualmente se ha cambiado la estrategia por el diálogo entre el gobierno y las guerrillas comunista e islamista. En total, desde sus inicios las guerrillas se han cobrado la vida de más de cien mil personas.
-Conflicto kurdo en Turquía: desde finales de los años 70, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), comunista, y junto a otras organizaciones revolucionarias y separatistas kurdas mantiene un largo conflicto, con 45.000 víctimas, contra el Estado turco por la independencia de los kurdos de Turquía por la histórica marginación social y política que han venido sufriendo hasta hace bien poco. El PKK, considerado una organización terrorista, se vale del Kurdistán iraquí como base de operaciones contra Turquía. Igualmente, aparte de típicas acciones guerrilleras en el sudeste de Turquía, se han empleado atentados en el oeste del país. Actualmente la marginación de los kurdos en Turquía está reduciéndose, se permite la enseñanza del kurdo y la emisión de canales de televisión en ese idioma y el parlamento cuenta con diputados pro kurdos, si bien el anterior partido pro kurdo, el Partido de Sociedad Democrática fue ilegalizado, acusado de complicidad con el PKK y sustituido por el Partido de la Paz y la Democracia.
-Insurgencia del Ejército de Resistencia del Señor: esta guerrilla de inspiración cristiana inició su lucha en 1987 en el norte de Uganda, aunque actualmente ha ampliado su zona de ataques a Sudán del Sur, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana. El ERS busca crear una república teocrática cristiana en Uganda y castigar a la etnia acholi, empleando a miles de niños como soldados y esclavos sexuales y, en lo que va de conflicto, ha causado 12.000 muertes directas y más de dos millones de desplazados.
-Conflicto de Cachemira: el conflicto estalló en 1947 tras la independencia y partición de la colonia británica de la India entre Pakistán y la Unión India. La región estaba gobernada por hindúes pero poblada mayoritariamente por musulmanes, y tanto un país como el otro reclaman que el territorio les pertenece, apoyando a diversos grupos terroristas y guerrilleros que se han cobrado la vida de entre 60.000 y 100.000 personas.
-Conflicto de Casamance en Senegal: considerado como una guerra civil de bajo nivel desde 1990 entre el Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance y Senegal por la independencia de la región de Casamance, de mayoría jola. Los alto el fuego no dieron resultados a finales de los 90 el movimiento independentista se dividió en dos y comenzó a luchar entre sí, manteniendo los enfrentamientos con el ejército senegalés. El conflicto ya ha provocado la muerte de unas mil personas.
-Insurgencia en el Magreb: tras el final de la guerra civil argelina, del régimen autoritario contra el islamismo, desde 2002 varios grupos guerrilleros y terroristas, como los salafistas o Al Qaeda del Magreb Islámico han llevado a cabo ataques, secuestros y otras acciones en Argelia, Mauritania, Marruecos y Mali, no solo contra sus respectivos Estados o civiles, sino también contra extranjeros -turistas y activistas-, cuyos secuestros provocaron la atención de los medios de comunicación.
-Conflicto en el delta del Níger: el delta del río Níger, en Nigeria, es objeto de frecuentes luchas desde 2004 entre el Estado y los grupos separatistas del Movimiento para la Emancipación y las Fuerzas Voluntarias Populares, de las etnias ogoni e ijaw, por el control de los pozos petrolíferos y justificándolo por la pobreza y la corrupción de la región y el país. Hasta ahora, el conflicto arroja un balance de unos 4.000-5.000 muertos.
-Conflicto de Baluchistán: los insurgentes baluchis luchan contra Irán y Pakistán por la independencia de esta región controlada por los dos Estados. El conflicto ha conocido diversas fases de tranquilidad y lucha desde 1948; el actual período de enfrentamientos surge en 2004, con 7.000 muertos desde entonces. En la zona también han colaborado diversos actores, como los talibanes, o incluso Estados Unidos e Irak para desgastar a Irán.
-Conflicto Irán-kurdos: el Partido por la Vida Libre de Kurdistán (PJAK), al que algunos ven relación con el PKK, pero también con Estados Unidos, sostiene un débil enfrentamiento contra el régimen teocrático iraní por la libertad del Kurdistán de Irán, no necesariamente la independencia, sino bajo un régimen federal y democrático donde se reconozcan los derechos de las otras minorías nacionales que viven en Irán. Las acciones del PJAK se han limitado a la teoría de la acción-represión-acción, al asesinato de miembros de fuerzas de seguridad iraníes en venganza por muertes de kurdos iraníes o en el derribo de helicópteros y pequeños ataques a soldados iraníes. En total, el conflicto lleva unas trescientas muertes desde 2004.
-Insurgencia del sur de Tailandia: desde 2004 la violencia en las provincias más al sur de Tailandia ha aumentado. Los grupos insurgentes, acusados de terrorismo y de vínculos con Al Qaeda y con las guerrillas islamistas de Filipinas, justifican sus actos como respuesta a la falta de representación de los musulmanes en la política tailandesa, así como la pobreza de la zona. Las acciones de los insurgentes, que tienen entre 500 y 15.000 efectivos según las fuentes, se basan en ataques de bombas contra ciudades y edificios oficiales y llevan ya 7.000 muertos.
-Cuarta guerra civil de Chad: mantiene la estela de conflictos anteriores entre árabes musulmanes del norte y africanos cristianos del sur, la lucha por el poder y la tierra, ocultos tras la lucha contra Sudán como excusa para el enfrentamiento entre los diversos grupos sociales rivales. Las nuevas negociaciones, lideradas por las Naciones Unidas y la ayuda humanitaria de Canadá, permitieron el "fin" del conflicto en 2010, a la espera de nuevas elecciones para normalizar la situación. Desde 2005 hasta 2010, ha habido más de mil muertos.
-Insurgencia en el norte del Cáucaso: pese al fin oficial del conflicto de Chechenia y tras las acciones bélicas contra Georgia, la región sigue siendo inestable, con la actividad guerrillera de grupos islamistas en las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingusetia y Kabardino-Balkaria, concentradas en acciones terroristas de ataques a edificios oficiales, medios de transporte, etcétera, con un balance de 900 muertos. Reclaman la independencia de esas regiones bajo regímenes islamistas, o luchando entre sí, sosteniendo diversas interpretaciones islámicas como el salafismo o el sufismo, mientras el régimen de Putin mantiene el control de la región por el ejército y las violaciones de los derechos humanos en los diversos bandos.
miércoles, 8 de junio de 2011
El movimiento 15-M: Sol, sombras y victoria

No hay que ser reduccionistas. Los acampados en España son muy pocos, muchos son personas honradas y con ideales, los menos con intenciones más sectarias. Intentar desprestigiarlos buscando a los aprovechados es copiar y seguirle el juego a la derecha mediática, la que le asusta que la gente hable y no rebuzne las consignas fabricadas. Pero hay millones de ciudadanos que siguen haciendo su vida cotidiana, trabajan, estudian, buscan empleo y hacen su vida social. Pero están enfadados y siguen convencidos de que los partidos siguen sin escuchar.
El problema al que se enfrenta el movimiento es la memoria. La importancia mediática de la indignación cesará, y en una sociedad de consumo y de la televisión, todo lo que no está presente en los medios ya no existe (¿alguien se acuerda aún de los terremotos de Haití y Chile, de las represiones en Birmania o de los cambios políticos de Túnez?). El movimiento acertará si mantiene su actividad periódicamente en la red y en los barrios. Lo importante es mantenerse en el ideario colectivo, hacerse oír, no aprovecharse como algunos para dar la nota. La democracia directa es un ideal muy bello y ya lo teorizó Rousseau, pero también él recordó en su Contrato Social que es imposible. Podemos aspirar, a lo máximo, acercarnos todo lo que podamos. Viendo las asambleas de Sol, buscando la unanimidad, tampoco se consigue la democracia. Las decisiones no pueden eternizarse. ¿Es democrático insistir en sumarse al consenso? ¡Tanto les ha costado decidir irse, y al final habrá una minoría que desea quedarse sin razones! Que la mayoría no respete a la minoría no es democrático, pero tampoco lo es que una minoría bloquee la decisión de la mayoría. Tengo la impresión de que, si se queda una minoría, la más radical, ya no será representativa del movimiento y será desalojada. Por desgracia, esa minoría se equivoca creyendo que la acampada es la única manera de mostrar la indignación; la desvirtúa.
Sin quererlo, revelan que son necesarias normas, quórums y acuerdos. A la democracia, cuando se le añade un adjetivo, deja de ser realmente una democracia. La democracia directa y la representativa son ideales difíciles de realizar. La virtud de una democracia donde el sufragio es secreto es plasmar la existencia de unas reglas de juego: se puede no estar en la mayoría resultante, pero no te pueden obligar ni señalar por inclinarte a determinadas opciones. La existencia de unas normas permiten garantizar que, pese a los resultados, se respetarán los derechos de todos. Qué ironía: esto también es un ideal. Con razón nunca podemos ni debemos estar conformes con nuestro sistema político.
El movimiento de los indignados acierta al señalar a la clase política como uno de los obstáculos para resolver los problemas de los ciudadanos. Sobrepasarlos es, sin embargo, imposible. El acuerdo es deseable: recordar a los políticos a quién representan y la imperiosa necesidad de poner coto a los abusos, a la corrupción y a las decisiones que escapan del conocimiento de los ciudadanos. Hay que establecer mecanismos de participación ciudadana y leyes más duras contra los que incumplan la ley. No solo a los políticos, sino a todos porque aunque todos somos iguales, algunos son más iguales que otros, y no es lo mismo un Dominique Strauss-Kahn, un Francisco Camps o los grandes evasores de impuestos que un ciudadano corriente que quebranta la ley o que le quitan la casa porque no puede pagar sus deudas. La ley, se muestra, no funciona igual para todos.
Los indignados nos enseñan una valiosa lección, que puede resumirse en esta frase del capítulo de los Simpsons Mr. Lisa goes to Washington: "el precio de la libertad es mantenernos siempre vigilantes".
miércoles, 25 de mayo de 2011
Elecciones municipales y autonómicas: Madrid

Cualquier vestigio del "cinturón rojo" y de otros bastiones del socialismo han pasado a la historia, al menos durante estos próximos cuatro años. Si en el 2007 se perdieron las alcaldías de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz y se mantuvo la pérdida de Móstoles, este año dicen adiós Collado Villalba, Alcorcón, Leganés, Getafe (si finalmente UPyD permite la alcaldía a los conservadores, la fuerza más votada), Pinto, Coslada (si con UPyD no forman un tripartito de izquierda) y Aranjuez. Además, en localidades como Alcobendas han quedado por detrás de UPyD y en Torrejón el PSM ha caído del 39% de votos y 12 concejales al 15% y solo 4 ediles. De esta derrota electoral, sólo Fuenlabrada y Parla son las grandes ciudades en manos del PSM, aunque sin mayoría absoluta y dependiendo del apoyo de IU.
Los conservadores también han cosechado algunos retrocesos: en la ciudad de Madrid Gallardón ha perdido 6 puntos (del 55% al 49%), mantiene la mayoría absoluta, e IU y UPyD compensan las pérdidas de conservadores y socialistas, estos últimos pasando de 18 a 15 concejales y del 31 al 24%. En Torrelodones pierden la mayoría absoluta y un partido vecinal podría conseguir el apoyo de socialistas y otro partido local para gobernar la ciudad. En Galapagar el PP tampoco ha conseguido mayoría absoluta, pero tiene ante sí a cinco partidos: Partido Democrático de Galapagar, PSOE, IU, Plataforma Ciudadana e Iniciativa Habitable. En Navacerrada, los conservadores pierden la mayoría absoluta y el PSOE mejora en votos, pero se necesitarían pactos con dos fuerzas locales.
En el ámbito autonómico, Esperanza Aguirre, como su enemigo Gallardón, también ha sufrido desgaste, inadvertido también por la bajada del PSM: los conservadores pasan del 53% al 51% y de los nuevos 9 diputados suman solo 5. La irrupción de UPyD ha evitado que el PP obtuviera una bancada mayor de escaños. Este hecho, sin embargo, resulta inadvertido por los malos resultados de los socialistas, del 33,5% de 2007 al 26% y de 42 a 36 escaños. Izquierda Unida, que experimenta subidas en toda la región, no ha conseguido en cambio obtener todo el voto de izquierda perdido por los socialistas, con lo que su avance es notable, pero sin muchos efectos prácticos.
Ha sido UPyD, como en los municipios, quien ha recogido buena parte del voto perdido por el PSM, consiguiendo lo que ninguna encuesta quería darle: la ansiada representación parlamentaria en Asamblea y ayuntamiento de Madrid. No sé las motivaciones ideológicas de muchos de sus dirigentes, pero lo cierto es que ocupan parte del voto progresista. Espero que se realicen encuestas sociológicas que arrojen luz sobre el perfil del votante upedista.
En lo que más nos puede concernir, la situación del PSM y Tomás Gómez. El castigo electoral ha sido grande y no vale esconderse, ni escurrir el bulto, ni muchos menos culpar a la ciudadanía. Es la ciudadanía la que ha culpado a un PSOE nacional por la crisis y a un PSM regional por su labor de oposición, suspendida por los ciudadanos a lo largo de cuatro años. No vale achacar únicamente los resultados a las circunstancias nacionales, porque aunque se haya perdido en muchos sitios y muchos gobiernos, perder más después de años de oposición es una desgracia. No hay que afilar los cuchillos, ni voy decir porque no es el momento ni el foro adecuado. El momento para replantearse el camino a seguir es ahora, y la discusión debe ser siempre.
De momento, mi apuesta es por el mantenimiento de Jaime Lissaveztky y de Tomás Gómez en ayuntamiento de la capital y en la Asamblea de Madrid, liderando la oposición. Ya está bien de quemar candidatos cada cuatro años, y de apuestas galácticas que acaban estrellándose y volviendo a otros ámbitos. En serio. La gente, ciudadanía y militancia, está cansada de este juego. Hay que dejar que, en Madrid, sean los progresistas de Madrid los que decidan a quién eligen. En este aspecto, Lissaveztky y Gómez pueden tener la oportunidad para reconstruir el espacio socialista y tener más presente la calle que otras latitudes. Ya basta de peleas. Personalmente, yo estoy muy cansado de ver peleas que en modo alguno son ideológicas, es un juego deleznable por ambas partes. No se puede apartar la vista del problema de la corrupción que, como hemos visto en el caso de Trinidad Rollán, ha supuesto muchos problemas para los socialistas en Torrejón. Cualquier caso de corrupción, aunque no implique como este caso enriquecimiento personal, debe ser extirpado. Los votantes de derecha no castigarán a su partido por robar e incumplir la ley, pero en el caso de la izquierda, esto no es así y no se pueden copiar los adyectos métodos del PP.
El PSOE tiene capacidad para hacer oposición desde ahora, una oposición muy dura, a lo que nos espera en los próximos cuatro años: el mantenimiento de las privatizaciones y del expolio de los recursos públicos, el regalo del suelo público a las empresas y las grandes deudas de los ayuntamientos. Numerosas empresas y asociaciones de escasa voluntad de servicio público serán las beneficiadas con el dinero de todos, sin olvidarnos que, en la ciudad de Madrid, Ana Botella es la tapada de un Gallardón con ambiciones más nacionales.
El PSOE necesita reconstruir un nuevo bloque, nuevas relaciones con los medios de comunicación, con las asociaciones vecinales y los movimientos estudiantiles. El PSOE no debe ser un partido dogmático sino abierto a las aportaciones de fuera de sus filas. Hay que hacerlo desde ahora. Por eso el PSM debe ser un partido unido, no por el poder ni por los despojos de la oposición, sino por resolver los problemas de los ciudadanos.
lunes, 23 de mayo de 2011
Elecciones municipales y autonómicas: ahora toca escuchar a los ciudadanos




martes, 17 de mayo de 2011
El movimiento 15 de mayo: una reflexión al respecto

Descartada también la manipulación mediática -centrada más en unir la protesta con los posteriores actos vandálicos, como hacen los periódicos ABC, El Mundo, en un esfuerzo de cargarle de todo el término anarquista y peyorativo de "antisistema"-, en otros medios de comunicación, como El País o Público, y estos días también según he escuchado la radio, se han planteado los motivos de esta "indignación ciudadana", además de qué planteamientos alternativos proponen. Muchas opiniones coinciden en señalar la falta de alternativas planteadas por este movimiento y por la plataforma para el saneamiento de la democracia, además del carácter "pasajero" que posee, pensando sobre todo en cómo materializar las propuestas planteadas. El País, por ejemplo, señala:
"(...) lo cierto es que se va extendiendo el sentimiento, dentro y fuera de España, de que la política institucional no está dando respuesta a algunos de los principales problemas creados por la crisis económica, principalmente entre los jóvenes y los ciudadanos más desfavorecidos. Pero una cosa sería considerar que no lo hace porque el parlamentarismo y el Estado de derecho son incapaces de por sí, y otra diferente estimar que los partidos y sus líderes están realizando un uso incorrecto de ellos. Es una ambigüedad inquietante, ya que podría sugerir una enmienda política a la totalidad sin que se identifique claramente la alternativa, a no ser la evocación nostálgica de utopías que concluyeron en tragedia".
Público, por su parte, recoge distintas opiniones de los expertos, que se pueden resumir en su condición de movimiento reducido y el esfuerzo a configurarse como movimiento autónomo, como por ejemplo:
-Ismael Peña (UOC): "lo que echa a la gente a la calle en España son las hipotecas, pero también la clase política que está totalmente desprestigiada".
-Jaime Pastor (UNED): "(es) un factor positivo, que genera expectativas de que vaya configurándose un nuevo movimiento social autónomo de partidos y sindicatos". "El reto es pasar a una movilización sostenida".
-Miren Etxezarreta (UB): "(es una) rabieta pasajera". "Veo la movilización con simpatía porque lo plantea gente que no está de acuerdo con lo que está sucediendo, pero creo que para responder a lo que ocurre hace falta solidez".
-Pablo Oñate (UV): "(con Internet) es fácil movilizar a la gente, pero lo difícil es mantenerla activa". "No va a tener significación en las urnas".
En ABC, Manuel Martín Ferrand reconoce uno de los argumentos principales de Democracia Real Ya al decir que "(...) es incuestionable, desde la convicción democrática, que no basta con votar de vez en cuando y renovar las listas cerradas y bloqueadas que nos hacen creer que elegimos a un alcalde, un presidente autonómico o, cuando toque, un primer ministro", antes de llevarnos de nuevo al desprestigio interesado del Tribunal Constitucional y la insinuación de que "la fatiga ciudadana" posibilite un "(...) partido capaz de sugerirnos una democracia real, sin concesiones al pasado y sin privilegios para las nomenclaturas de los partidos", que muy difícilmente puede ser el principal partido de la oposición, por muy popular que tenga el nombre.
No dudo que el "movimiento 15-M" es una heterogénea mezcla de grupos con intereses e idearios diversos, concentrados en la amplia masa abstencionista que tiene este país, un mínimo del 20% del cuerpo electoral, y los pequeños grupos ácratas y jóvenes radicales. Si conseguimos superar la manipulación mediática y hacemos algo tan fácil como visitar la web de la plataforma y leer sus propuestas (que no reproduzco por su extensión, pero os añado el enlace), podemos estar de acuerdo y aceptar el acierto de una buena parte de las reclamaciones para sanear la democracia. El "movimiento" puede acertar si lleva la contraria a la prensa de derecha y niega cualquier adjetivo "antisistema" por otro "regenerador", términos que podemos ver en los discursos de Izquierda Unida o UPyD, por ejemplo, y llega a un público potencial, moderado pero inconformista, decepcionado por la degradación del sistema democrático en una cada vez mayor partitocracia.
Diciendo esto a la vez que se milita en un partido de centro izquierda, no es contradictorio, sino que debería ser una de las formas de mantener los lazos de los partidos con la sociedad. La militancia mínimamente activa en partidos y sindicatos en España es realmente baja, un hecho que no hace sino incomunicar a estos dos cuerpos, reduciéndolo al voto cada cuatro años. Aspectos como la corrupción, la manipulación de la democracia interna y los intereses escondidos tras las decisiones políticas tampoco ayudan, más bien alejan al ciudadano mínimamente preocupado. La izquierda, sin duda, ve con preocupación una posible escalada de esta indignación, más proclive a indicir en su base social. No son raros los debates en torno a los problemas de la socialdemocracia.
No tiene el que escribe este blog la varita mágica de las soluciones, pero sí se pueden llevar a la reflexión ciertos aspectos:
-¿Debería la izquierda replantearse su forma de hacer política?
-¿Es la política un oficio en sí mismo o un servicio a la sociedad?
-¿Se puede "endurecer" la prevención y la respuesta a la corrupción?
-¿Podría haber más transparencia en las decisiones políticas, en especial atención a la administración de los fondos públicos?
-¿No es un mayor control ciudadano una de las mejores garantías para la buena salud de la democracia?
martes, 14 de diciembre de 2010
Los tres votos de Berlusconi
Silvio Berlusconi salva así su enémisa moción de censura. Para ello, no ha dudado en convertir el Parlamento italiano, si no lo era ya, en un mercado de compra de votos y venta de favores en una recreación grotesca y vergonzosa del Templo de Jerusalén invadido por los mercadores, profanando el que debería ser el lugar sagrado de la representación de la soberanía nacional. La compra de votos no es un fenómeno novedoso en el desacreditato sistema político italiano: ya venía de mucho antes de la llegada de Berlusconi y cuenta con buenos antecedentes históricos. Incluso en el Parlamento de Westminster, insigne modelo del parlamentarismo constitucional, se institucionalizó semejante práctica con la creación de una ventanilla donde los diputados recibían el precio acordado por su voto.
Hay que ser "compresivo" con la despreciable clase política italiana. No podemos ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pedir un comportamiento noble y virtuoso a seiscientas treinta personas, aunque reciban el trato de "sus honorables señorías", es estéril cuando no cultivamos la propia virtud. Las seiscientas treinta honorables señorías de la Cámara de los Diputados de Italia, y las más de trescientas honorables señorías de la Cámara del Senado son seres de carne y hueso con los mismos vicios y virtudes que el resto de seres humanos. Cuentan, claro está, con mejores oportunidades que muchos de nosotros de obtener pingües beneficios, gracias a sus actas de diputado. Ante los cantos de sirena de un Berlusconi dispuesto a cancelar la hipoteca de un diputado, ¿quién puede resistirse? Y el que el susodicho diputado no es de piedra.
Igualmente hay que ser compresivo con los miles de estudiantes que han desencadenado una guerrilla contra los policías de Roma. Es normal que frente a un Berlusconi que impone sus leyes sin escucharles sea motivo de enfado. Aún más que les obligue a cumplir la ley mientras él y sus más estrechos acólitos disfruten de inmunidad ante la misma ley. Con ello, ¿quién no diría basta ya? Muchos italianos están hartos de que sus políticos no sean sus representantes públicos. No sirve de nada votar, ya que salga quien salga actuará conforme a sus propios intereses, y por si acaso dudara todos saben que Berlusconi acudiría raudo con la chequera en sus manos.
Hay que ser comprensivos con buena parte de los ciudadanos de Italia que votaron a Berlusconi. Sabían lo que hacían y lo que haría Berlusconi. No sólo en 2008, sino también en 2001 o en 1994. Ciertamente, la democracia queda vacía de contenido si los representantes políticos vulneran el interés general a favor del interés privado. Igualmente, la democracia es inservible cuando el electorado hace un mal uso de su voto.
Sí, ciertamente muchos millones de italianos votaron a Berlusconi libremente, lo mismo que muchos alemanes votaron libremente a Hitler, y no se puede reprochar en gran medida porque el voto pertenece a uno mismo y cada uno lo ejerce como cree más conveniente. ¿Qué otra opción tenían los alemanes y los italianos? Al mismo tiempo, parte del electorado italiano no ejerce un voto "libre". No es libre si operan los favores, las influencias, en definitiva, la misma corrupción que había antes de Tangentopoli.
Hay que ser comprensivo con la oposición a Berlusconi. No la forma una cohorte de personas virtuosas y de abnegado servicio por la cosa pública, pese a que muchos vienen de un Partido Comunista bastante ejemplar y de inteligente estrategia. Las ideas se difuminan con el tiempo, pero la ambición de poder siempre queda. No es extraño que las filas del centroizquierda se hallen casi tantos casos de corrupción como en las del centroderecha.
Aunque muchos italianos pudieran tener la oportunidad de no votar a un Berlusconi que ven viril y triunfador, o la inagotable fuente de favores personales, organizada de una forma piramidal enquistada dentro del Estado italiano, ¿qué harían con su voto? ¿Dárselo a una oposición desorganizada, sin ideas y potencialmente corrupta?
Hay que ser comprensibles con la clase política, no tienen la ciudadanía ejemplar que deberían tener. Hay que ser comprensibles con la ciudadanía, no tienen la fuerza que deberían tener para quitarse de enmedio un tumor tan despreciable. Hay que lamentarse por la filosofía política de la democracia: no tiene los tipos ideales que debería tener.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Julian Assange, ¿héroe o villano?

No es únicamente Estados Unidos quien ve al descubierto su diplomacia secreta. Al mismo tiempo, ve la luz el doble rasero de muchos otros gobiernos en el mundo: China, Reino Unido, Rusia, Italia, España, Francia... ninguno escapa de las revelaciones de estos cables diplomáticos. Desde el 28 de noviembre, día que comenzó la publicación de las filtraciones en El País, Le Monde, Der Spiegel, The Guardian y The New York Times, parece habérseles caído una fina máscara a los gobiernos de muchos países.
Hay quienes pensaban que estas filtraciones eran un simple cotilleo. En muchos casos, venían a confirmar muchos de los rumores que circulan sobre los líderes y los gobiernos del mundo. Desde los líos de Sarkozy a los de Berlusconi, la espina de las Malvinas para Argentina a los temores de los países árabes a un Irán nuclear... Luego vinieron otros datos: presiones de Estados Unidos hacia sus aliados para defender sus intereses (ya sea desde el caso Couso a las ventas de armas a Venezuela por parte de España y Rusia), los planes secretos de China sobre la península de Corea, la corrupción en Rusia... en fin, muchos temas y para su recolección ya están los diarios antes citados y, sobre todo, la página de El País a tal efecto.
A los distintos gobiernos se les ha creado un nuevo abismo, mucho más infinito que cualquier otro hasta ahora, entre ellos y sus ciudadanos. En sus reacciones, poco pueden decir excepto intentar negarlo todo, en vano. En esta cuestión (y en otras) nadie les cree ya, tan grande es la desconfianza que poseen entre los ciudadanos, bien cultivada a lo largo de muchos años. Otros gobiernos optan por dar la callada por respuesta, sabiendo que aún no se sabe todo y puede quedar mucho todavía por saber. Tampoco ha hablado la clase política de cada país de forma clara, todos sabiendo lo que se juegan, unidos por un pacto de silencio.
Los distintos gobiernos han perdido legitimidad. Ya no pueden presentarse como reflejo de la voluntad popular y garantes de la independencia nacional. ¿Será el gobierno yemení independiente cuando no puede hacer frente a insurgentes y necesita el apoyo en la sombra del poderío militar norteamericano? ¿Será independiente el gobierno español que entre bambalinas intercedió en favor de los intereses norteamericanos en el Caso Couso? ¿Será el gobierno ruso reflejo de la voluntad popular o de la oligarquía del régimen de Putin?
En muchos casos, la bandera del nacionalismo es una fina cáscara que esconde la sumisión al aún imperio de nuestro tiempo o la hipócrita excusa para mantener, una vez más, la dominación de las minorías dirigentes sobre la mayoría de los dominados.
En estas circunstancias, ¿cómo se puede hablar de democracias, Estados de derecho e independencia en la aldea global? La globalización, inicialmente económica, va dando pasos hacia la globalización de las relaciones humanas paralelas a la del Estado-nación, proceso lento y difícil; en cambio, la globalización de la información es ambivalente. La Red no es inmune a la manipulación o a la opacidad, caso de China. Todos a una, gobierno y oposición, clase política, en definitiva, el establishment de cada país hace piña contra las revelaciones de Wikileaks. En España, los rumores sobre los movimientos dentro de la derecha española se confirman, incluso corroborando que Rajoy no es favorito ni para Estados Unidos, ni para el resto de sus correligionarios.
Al gobierno estadounidense no le ha quedado otra opción que huir hacia adelante y querer matar al mensajero, a Julian Assange. En este caso, el presidente Barack Obama no ha hablado hasta hace bien poco sobre Assange y Wikileaks y ha dejado en manos de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, la responsabilidad de enfrentarse a la opinión pública nacional e internacional. Mientras, los miembros del Congreso norteamericano y otras figuras relevantes del panorama político estadounidense, como Sarah Palin o Joe Lieberman, piden desde el asesinato a la detención del terrorista Assange, así como prohibir consultar la página de Wikileaks, amén de querer privarla de cualquier servidor para poder seguir operando. Nos han querido mostrar los límites de la libertad de expresión y así lo han hecho: con el imperio no se juega.
¿Nos ha hecho un favor Julian Assange? Sí, sin duda. El lema de Wikileaks, "we open governments", se cumple o se desborda con creces. Cierto es que todo es siempre una amplia gama de colores grises: las acusaciones de abusos sexuales son graves, igual que las de opacidad de las cuentas de Wikileaks. Una cosa no deslegitima ni quita validez a la otra. No debemos ser ciegos apoyos a una persona y una empresa con sus propios (y legítimos) intereses, como tampoco furibundos opositores y situarnos en el lado peligroso del debate de cuáles son los límites de la libertad de información.
Hemos de mantener una independencia de criterio a la vez que conocer los argumentos y motivaciones de ambas partes. Por ejemplo, leo en ABC que Alonso de los Ríos acusa a Wikileaks de "delictiva" y la prensa que revela su información como la terminal del negocio "criminal" del portal de filtraciones, así como comete el error de englobar en el mismo saco las acciones de Wikileaks, El País y Anonymous, como si fueran parte de una nueva teoría de la conspiración, a imagen de la que la derecha española quiso ver para el atentado del 11-M. Lejos de reconocer al antiguo marxista un profundo amor por una profesión periodística que obtiene de forma limpia la información de sus fuentes, hay una línea clara del periódico monárquico de lamentarse no ser uno de los cinco periódicos que disfrutan de una exclusiva tan jugosa.
¿Qué supondrá Wikileaks y el proceso contra Assange? La posible extradición de Assange de Reino Unido a Suecia, y puede que de Suecia a Estados Unidos para juzgarlo por la filtración de los documentos no será un juicio a una persona concreta, sino un juicio a la libertad de información y a los límites de ésta. Es pronto para determinar si Julian Assange es un héroe de estos tiempos posmodernos o el violador autoritario y sombrío que nos pintan desde otros lares. De momento, es personaje del año para Time. Mientras, sabremos, sabemos ya, que los gobiernos defienden la libertad y la democracia con pasión, pero una pasión muy pequeñita.
¿Por qué calla la clase política? Wikileaks no descubre el Mediterráneo mostrando la verdadera faz de una minoría persiguiendo sus intereses personales y encadenada a los intereses de la clase económica o a los de Estados Unidos. No hay un ataque a la política; en todo caso, podría haber una crítica a aquellos que consideran la política, en toda su extensión, como la esfera de actuación de una minoría con unos intereses concretos en juego.
Sintiendo pecar de utópico, idealista u optimista, no es/no debe ser así, y los ciudadanos tienen el derecho a saber la verdad. No secretos de estado, eso es un consenso universal: Wikileaks no ha dado información que vulnere la seguridad nacional, ni códigos nucleares. Nos ha dado algo más potente: el simple conocimiento, para que cada cual pueda informarse y hacerse una mejor opinión. Así, podrán formarse mejores elecciones de cara al futuro. La minoría y élite que es la clase política es "elegida", en un sistema democrático, para llevar a cabo políticas que vayan en beneficio del interés general. Es una bonita teoría, y por lo tanto irreal.
El profesor Javier Redondo lamenta en La aventura de la Historia la banalización de la política, con la decepción de la democracia 2.0 como un fracaso en la participación de la ciudadanía en un sentido republicano liberal (también llamado republicanismo cívico, que tan en moda estuvo una vez en boca de Zapatero), viendo cómo el ideal democrático y liberal es sustituido por una política del entretenimiento y del pensamiento rápido y simple.
jueves, 30 de septiembre de 2010
Un poco más de Berlusconi
Berlusconi se salva así de verse enfrentado a las urnas a una hipotética coalición de fuerzas opositoras, circunstancia que le pondría en un serio aprieto ante los procesos judiciales que esperan que termine su inmunidad como primer ministro, aberración legal creada por su gobierno. Pero la crisis no ha terminado. Dormita, esperando a que Fini decida terminar o reanudar su alianza de intereses con Berlusconi.
Gianfranco Fini, presidente de la Cámara, líder del partido posfascista italiano, ahora se presenta como adalid de la democracia y de las leyes de la república frente a la reforma judicial, reforma que él mismo y sus correligionarios apoyaron de forma entusiasta en las anteriores legislaturas. ¿Qué ocurre? Es hora de exigir de una vez la sucesión en el centroderecha.
Fini se juega todo su capital político y su ambición en las próximas jugadas. Se arriesga mucho, pero tiene una buena mano: Berlusconi ha sido incapaz de comprar suficientes votos en la oposición para prescindir de la treintena de diputados finianos y forjar una mayoría alternativa. La Liga Norte exige ya elecciones, ansiosa por recoger los frutos de su xenofobia en el norte. La mayoría de la derecha se tambalea. La que prometía ser la legislatura más cómoda de Il Duceto se ha vuelto su mayor pesadilla.
¿Y qué ocurre en la oposición? El Partido Democrático sigue sin dar visos de poder recuperar el espacio perdido para el centroizquierda, sólo la Italia de los Valores de Di Pietro no escatima esfuerzos en denunciar a cada momento el delirio berlusconiano. En la estrategia del PD no se desestima la formación de un frente contrario a Berlusconi, que comprenda desde el centro a la izquierda pasando por Fini y sus acólitos. Pero un frente así no tiene un proyecto común. La posible división de la derecha en tres (democristianos, finianos y berlusconianos) es la llamada más fuerte a la unión del centroizquierda.
El tiempo corre para Berlusconi cada vez más deprisa: son cada vez más escándalos, más juicios pendientes, más leyes de blindaje, más contactos con la Mafia... muchas vías de agua. A día de hoy, Berlusconi sueña con esperanza en la próxima elección presidencial, en 2013, y burlarse desde la inmunidad presidencial de todo el sistema judicial y político de la República italiana. A los italianos les corresponde aplastar ese sueño delirante.
martes, 29 de junio de 2010
Estatuto de Cataluña: Otra vuelta de tuerca constitucional

En líneas generales, estos cuatro años de recursos, deliberaciones, prórrogas de mandatos y declaraciones suponen el agotamiento del actual modelo constitucional. No por defectos de origen, que los tiene, sino por el fracaso de toda la clase política, nacional y regional. Podemos restarle legitimidad a las decisiones de un TC aún no renovado, pero eso supondría negarle validez al resto de sus decisiones, por ejemplo las relativas a la igualdad o, ¿y si se pronunciaran a favor de la constitucionalidad del matrimonio del mismo sexo? ¿No sería también ilegítimo? La acusación de ilegitimidad es muy peligrosa, y no está ahí el problema, sino en que tanto el órgano jurídico que vela por la constitucionalidad de las leyes, así como el poder judicial ordinario, se encuentran subordinados a las decisiones, mayorías e intereses políticos de ciertos grupos, nunca del interés general. El actual modelo ha fracasado a la hora de crear un poder judicial independiente.
La lectura sesgada que se hace del derecho constitucional es evidente. La Constitución de 1978 es la fuente de todos los poderes constituidos en España, desde los locales a los nacionales, pasando por los autonómicos. Las leyes, y los estatutos lo son, se deben supeditar a la Constitución, y para eso existe un Tribunal Constitucional encargado de velar por la constitucionalidad de la ley. Que Montilla exiga la integridad de una ley, el Estatuto, pese a tener artículos declarados inconstitucionales, porque "es lo que quiso el pueblo de Cataluña" no es ignorancia política, es manipulación. No se puede engañar a la gente manipulando el derecho constitucional. Una ley no es sagrada por haber sido votada en referéndum o acordada en los parlamentos nacional y catalán, sino que debe ser constitucional. Esas son las reglas del juego, si no se cumplen se acabó la ley y se acabó el Estado.
Ahora bien, muy importante, no se ha atacado a Cataluña. Eso es lo que nos quiere vender la partitocracia catalana. Se ha atacado a los intereses de grupos políticos y de poder de hacer y deshacer a su antojo el marco constitucional, según más convenga a sus antojos.
Los políticos catalanes quieren relacionar la constitucionalidad o no del Estatuto con un ataque a la nación catalana. ¡Oh!, ¿acaso no le conviene eso a una clase política tocada por la corrupción en la oposición y por la ineficacia en el Gobierno regional? Los políticos son buenos actores y, si la gente se deja, les pueden desviar la atención de la crisis con nuevos cuentos: España ataca, España es mal negocio. Ahí es donde se revela el fracaso del actual modelo constitucional, fracaso, no lo olvidemos, de la clase política. A los ciudadanos nos quedan dos opciones: tragarnos sus mentiras, enarbolar las banderas y darles cuatro años más de lo mismo, o abrir los ojos y ver la razón de sus actos e intereses, que no son los de la ciudadanía.
Cada vez más estoy convencido del suicidio del socialismo catalán, sometido al nacionalismo y a los intereses de las élites catalanas. Esquerra caerá, el PP caerá, ICV caerá, el PSC se suicidió y siempre quedaran los de siempre, CiU, para que nada cambie. Es tan claro cómo se engaña a la gente que no se puede leer una noticia sin sentir naúseas. ¿Tan fácil nos engañan?
Lo peor de todo es que año a año consiguen mentirnos cada vez más. Hay crisis y estamos muy enfadados con ellos, pero no importa, no se irán, tienen cuento nacionalista para administrarlo. Nos olvidaremos de la crisis con el Mundial, con el Estatuto y con lo que se inventen luego. En el camino, destruirán el Estado del bienestar, la solidaridad y la convivencia, pero no importa, todo sea por mantener sus esferas de poder y el reparto de influencia, las dádivas y las recompensas a los agradecidos. Los ciudadanos, como siempre, aguantando, no sin culpa.
Aullemos por Cataluña, por España y por la verdad. Aullemos contra ellos.
martes, 30 de marzo de 2010
Análisis de las elecciones regionales italianas

Regiones a la izquierda:
Liguria
Emilia-Romaña
Toscana
Marcas
Umbría
Apulia
Basilicata
Regiones a la derecha:
Piemonte (ganada por la Liga Norte a la izquierda)
Lombardía
Véneto
Lacio (ganada a la izquierda)
Campania (ganada a la izquierda)
Calabria (ganada a la izquierda)
Parece una derrota de la derecha, ya que la izquierda ha ganado en 7 de 13 regiones, pero es una derrota menor que la de 2005, cuando la izquierda pasaba a controlar 11 regiones. Es una derrota que casi sabe a victoria para Berlusconi, ya que le sirve de legitimación de su política, consistente en desmantelar el Estado de derecho y la democracia italiana para entronizar al nuevo Estado mafioso: una red donde política, corrupción y mafia son sinónimos, los asuntos se debaten entre velinas de la villa berlusconiana, la administración se copa de favoritos y hombres ligados al crimen organizado, mientras la izquierda aún no sabe cómo responder de forma unitaria y los ciudadanos se van alejando de las urnas. Ha votado un 63% de ciudadanos, y eso en un país donde el voto es casi un deber cívico es una catástrofe. Uniéndose a otras consultas europeas, con toda seguridad entramos en una era de desencanto político. Veremos cómo votará España…
Si hay que interpretar las pocas buenas noticias de las jornadas electorales, podríamos considerar que el suelo del Partido Democrático es del 26% (el mínimo del viejo Partido Comunista) y que ya no cae más, que la Italia de los Valores de Di Pietro es la otra pata básica de la izquierda regeneracionista, que las derrotas de la izquierda han sido por la mínima y que a Berlusconi aún se le opone una buena parte de los italianos, no muchos pero sí los suficientes como para impedir que Il Cavaliere destruya Italia.
En el lado malo, la Liga Norte, al contrario que el Frente Nacional de Le Pen en Francia, sigue una línea ascendente en el control del norte de Italia y en la imposición de políticas xenófobas, racistas y homofóbicas. La desgracia es que no se comprende por qué los italianos han llegado a ese punto: corrupción, pérdida de identidad en un mundo cambiante… décadas de generaciones corruptas de políticos han hecho mucho daño a la sociedad. Ahora se sigue robando, pero no es tan grave si “son de los nuestros” o son capaces de llegar a los bajos instintos de la gente.
Mussolini pudo hacerse con el poder y consolidarse en él por la desunión de la oposición obrera y liberal. Hoy, en Italia vuelve a haber una época de excepción, de emergencia nacional, donde la izquierda, y la democracia, si quieren vencer, o simplemente sobrevivir, se les exige virtud cívica, el sacrificio de olvidarse de toda división interna y de todos los intereses personales para darlo todo por el deber cívico. La cuestión es salvar a una nación, aunque sea de sí misma.