El pasado Sábado 19 de Abril acudí, junto a mi pareja, a una compañera de mi agrupación y al gran Alberto a la manifestación por la III República Española.
Lo primero que tengo que decir es que estoy completamente en desacuerdo con la cabecera de la manifestación: “en contra de la constitución monárquica”. No me voy a posicionar jamás en los mismos postulados del fascismo que escupe con saña la actual constitución, a la que hay que reconocer que ha sido la más integradora para la historia de esta nación: la única apoyada por igual entre izquierdas y derechas. Y para los que no quieran ver, el Partido Comunista la votó, y el Partido Socialista igual. Y ambos son y han sido siempre de alma republicana. De Alianza Popular no podemos decir tanto lo mismo.
Fui a título personal, sabiendo cómo son mis ideas republicanas y socialistas y que estoy afín a un partido que aun integrado mayoritariamente por republicanos apoya al sistema actual. No por monarquismo, sino porque es un sistema apoyado por la gran mayoría de españoles, muchos de ellos republicanos, y porque ha sido el único de España que no va contra nadie, el único integrador y el único donde la izquierda española ha podido desarrollar su programa sin peligro a la reacción. Los efímeros gobiernos progresistas de la época de Isabel II, la I República y la II República fueron barridos por la reacción militar y de derechas. Del Partido Liberal de la Restauración no lo defino como netamente de “izquierdas” por ser un partido que no quería cambiar el sistema como repartirse el poder con el Conservador en una ficción parlamentaria.
Igualmente, fui con mi bandera republicana, que decora siempre mi habitación, y mi gorro del Ejército Soviético que adquirí en Praga. No por seguir la ideología comunista, que una vez sí coincidí, y a sabiendas que a muchos les puede suponer un ejército de un sistema totalitario. Lo llevo por estima y estoy muy contento de ello.
Como otras veces, los asistentes a la manifestación fuimos muy pocos. El año pasado eso sí que fuimos más. Y no hay tan pocos republicanos en Madrid al menos. ¡Ay si solo fueran republicanos los que se sitúan a la izquierda del Partido Socialista! La República nunca llegará si se limita a solo ellos. Son minoría, no es suficiente.
Me voy a centrar en las “nuevas generaciones” que acudieron a la manifestación. Los que no conocieron como yo ni la República ni la dictadura. Hay una gran mayoría radical: no me parece tan malo las juventudes comunistas como los “castellanistas”, si es que eso existe. Gente de partidos nacionalistas castellanos, gente que gritaba por un pretendido derecho a la autodeterminación de la “nación castellana”. Otros, o los mismos, gritaban que Madrid será “la tumba del fascismo”. Madrid ya es la tumba del fascismo: cuando murió el dictador murió lo poco que quedaba de fascismo. ¿Acaso existe un Front Nacional lepenista o una Liga Norte? No. Pues poco fascismo puede quedar.
En fin, una gran disparidad. No salgo de mi asombro, ¿cómo pueden defender un sistema republicano para España gente que exige la independencia de Castilla? ¿Qué república pretenden? ¿La república cantonalista? La I República demostró su inviabilidad por ser incapaz de resolver el problema cantonalista. La división de la nación no puede sino acarrear una infinidad de problemas e impedir la realización de una sociedad más justa.
Una cosa que me temí fue encontrarnos con alguno de mente cerrada. Mi amigo Alberto portaba en su bandera tricolor el puño y la rosa y tuvo que soportar la ignorancia de un radical incapaz de entender que haya vida republicana más allá de la izquierda radical. Ni que haya republicanos en el socialismo y en la derecha española. Los hay, ¡y menos mal que los hay! Como yo le dije, las Juventudes Socialistas se proclaman republicanas.
¿En verdad quieren la república? Entonces, ¿cómo la esperan conseguir? Siendo minoría, la única forma de traerla no sería precisamente por métodos democráticos. Y sin ellos no habrá república que sobreviva. Es obvio que la república deberá ser construida entre todos los representantes de los ciudadanos.
Hay algo cada vez más claro: en verdad un fantasma recorre Europa… y sí, es el fantasma del comunismo. Porque se está muriendo. Por conservador, ¡qué contrariedad! A la vuelta a mi casa me detuve a leer la propaganda de “unión proletaria”. Parece que no haya ocurrido nada entre 2008 y 1917, año de la revolución rusa, o peor, desde 1848 cuando se publicó el Manifiesto Comunista de Marx. ¡Nada! El mundo ya no es lo que era ni con muchos de los problemas que ataban esa sociedad. El comunismo de muchos no ha sabido evolucionar, dar nuevas soluciones a la sociedad, mira al pasado soviético. El pasado no es una ideología de futuro. En el siglo XIX el romanticismo miraba al pasado, era melancólico, reaccionario. En el siglo XXI el comunismo ha tomado su papel. En España, Francia, Italia, la izquierda comunista no ha sabido tejer un programa serio y alternativo, y así ha ido. En Alemania Die Linke es más una respuesta a los errores de la socialdemocracia, igualmente que lo ha sido Ciudadanos en Cataluña, y como tal puede ser flor de un día.
¿Y en el futuro? ¿Habrá rey tras Juan Carlos? ¿Y no es más sensato pedir a la ciudadanía a que exprese su conformidad o no a que haya un nuevo rey?
Lo primero que tengo que decir es que estoy completamente en desacuerdo con la cabecera de la manifestación: “en contra de la constitución monárquica”. No me voy a posicionar jamás en los mismos postulados del fascismo que escupe con saña la actual constitución, a la que hay que reconocer que ha sido la más integradora para la historia de esta nación: la única apoyada por igual entre izquierdas y derechas. Y para los que no quieran ver, el Partido Comunista la votó, y el Partido Socialista igual. Y ambos son y han sido siempre de alma republicana. De Alianza Popular no podemos decir tanto lo mismo.
Fui a título personal, sabiendo cómo son mis ideas republicanas y socialistas y que estoy afín a un partido que aun integrado mayoritariamente por republicanos apoya al sistema actual. No por monarquismo, sino porque es un sistema apoyado por la gran mayoría de españoles, muchos de ellos republicanos, y porque ha sido el único de España que no va contra nadie, el único integrador y el único donde la izquierda española ha podido desarrollar su programa sin peligro a la reacción. Los efímeros gobiernos progresistas de la época de Isabel II, la I República y la II República fueron barridos por la reacción militar y de derechas. Del Partido Liberal de la Restauración no lo defino como netamente de “izquierdas” por ser un partido que no quería cambiar el sistema como repartirse el poder con el Conservador en una ficción parlamentaria.
Igualmente, fui con mi bandera republicana, que decora siempre mi habitación, y mi gorro del Ejército Soviético que adquirí en Praga. No por seguir la ideología comunista, que una vez sí coincidí, y a sabiendas que a muchos les puede suponer un ejército de un sistema totalitario. Lo llevo por estima y estoy muy contento de ello.
Como otras veces, los asistentes a la manifestación fuimos muy pocos. El año pasado eso sí que fuimos más. Y no hay tan pocos republicanos en Madrid al menos. ¡Ay si solo fueran republicanos los que se sitúan a la izquierda del Partido Socialista! La República nunca llegará si se limita a solo ellos. Son minoría, no es suficiente.
Me voy a centrar en las “nuevas generaciones” que acudieron a la manifestación. Los que no conocieron como yo ni la República ni la dictadura. Hay una gran mayoría radical: no me parece tan malo las juventudes comunistas como los “castellanistas”, si es que eso existe. Gente de partidos nacionalistas castellanos, gente que gritaba por un pretendido derecho a la autodeterminación de la “nación castellana”. Otros, o los mismos, gritaban que Madrid será “la tumba del fascismo”. Madrid ya es la tumba del fascismo: cuando murió el dictador murió lo poco que quedaba de fascismo. ¿Acaso existe un Front Nacional lepenista o una Liga Norte? No. Pues poco fascismo puede quedar.
En fin, una gran disparidad. No salgo de mi asombro, ¿cómo pueden defender un sistema republicano para España gente que exige la independencia de Castilla? ¿Qué república pretenden? ¿La república cantonalista? La I República demostró su inviabilidad por ser incapaz de resolver el problema cantonalista. La división de la nación no puede sino acarrear una infinidad de problemas e impedir la realización de una sociedad más justa.
Una cosa que me temí fue encontrarnos con alguno de mente cerrada. Mi amigo Alberto portaba en su bandera tricolor el puño y la rosa y tuvo que soportar la ignorancia de un radical incapaz de entender que haya vida republicana más allá de la izquierda radical. Ni que haya republicanos en el socialismo y en la derecha española. Los hay, ¡y menos mal que los hay! Como yo le dije, las Juventudes Socialistas se proclaman republicanas.
¿En verdad quieren la república? Entonces, ¿cómo la esperan conseguir? Siendo minoría, la única forma de traerla no sería precisamente por métodos democráticos. Y sin ellos no habrá república que sobreviva. Es obvio que la república deberá ser construida entre todos los representantes de los ciudadanos.
Hay algo cada vez más claro: en verdad un fantasma recorre Europa… y sí, es el fantasma del comunismo. Porque se está muriendo. Por conservador, ¡qué contrariedad! A la vuelta a mi casa me detuve a leer la propaganda de “unión proletaria”. Parece que no haya ocurrido nada entre 2008 y 1917, año de la revolución rusa, o peor, desde 1848 cuando se publicó el Manifiesto Comunista de Marx. ¡Nada! El mundo ya no es lo que era ni con muchos de los problemas que ataban esa sociedad. El comunismo de muchos no ha sabido evolucionar, dar nuevas soluciones a la sociedad, mira al pasado soviético. El pasado no es una ideología de futuro. En el siglo XIX el romanticismo miraba al pasado, era melancólico, reaccionario. En el siglo XXI el comunismo ha tomado su papel. En España, Francia, Italia, la izquierda comunista no ha sabido tejer un programa serio y alternativo, y así ha ido. En Alemania Die Linke es más una respuesta a los errores de la socialdemocracia, igualmente que lo ha sido Ciudadanos en Cataluña, y como tal puede ser flor de un día.
¿Y en el futuro? ¿Habrá rey tras Juan Carlos? ¿Y no es más sensato pedir a la ciudadanía a que exprese su conformidad o no a que haya un nuevo rey?