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martes, 21 de junio de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (y II)


-Insurgencia en el noreste de India: iniciada en 1964 y con un balance de 25.000 muertos, este conflicto es, en realidad, varios conflictos entre la Unión India y diversos grupos armados que reclaman desde mayor autonomía a la independencia total de sus regiones. También se aduce la marginación política que sufren desde el gobierno central a las diferencias étnicas existentes, así como conflictos territoriales entre las diversas regiones. Actualmente, las tensiones se han reducido por las políticas del gobierno indio por el desarrollo de la zona, pero aún permanecen activas algunos de los grupos armados en Assam, Manipur, Nagaland y Tripura.

-Insurgencia en las Filipinas: a finales de los años 60, un grupo del Partido Comunista filipino organizó un ejército guerrillero, el Nuevo Ejército del Pueblo, que prosigue su actividad desde la isla de Luzón, aunque con menor impulso tras la revisión de la estrategia contrainsurgente bajo la presidencia de Corazón Aquino. Igualmente, desde la década de los 60 operan en otras islas guerrillas islamistas separatistas. La Operación Libertad Duradera actuó en Filipinas contra esta guerrilla islamista, aunque actualmente se ha cambiado la estrategia por el diálogo entre el gobierno y las guerrillas comunista e islamista. En total, desde sus inicios las guerrillas se han cobrado la vida de más de cien mil personas.

-Conflicto kurdo en Turquía: desde finales de los años 70, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), comunista, y junto a otras organizaciones revolucionarias y separatistas kurdas mantiene un largo conflicto, con 45.000 víctimas, contra el Estado turco por la independencia de los kurdos de Turquía por la histórica marginación social y política que han venido sufriendo hasta hace bien poco. El PKK, considerado una organización terrorista, se vale del Kurdistán iraquí como base de operaciones contra Turquía. Igualmente, aparte de típicas acciones guerrilleras en el sudeste de Turquía, se han empleado atentados en el oeste del país. Actualmente la marginación de los kurdos en Turquía está reduciéndose, se permite la enseñanza del kurdo y la emisión de canales de televisión en ese idioma y el parlamento cuenta con diputados pro kurdos, si bien el anterior partido pro kurdo, el Partido de Sociedad Democrática fue ilegalizado, acusado de complicidad con el PKK y sustituido por el Partido de la Paz y la Democracia.

-Insurgencia del Ejército de Resistencia del Señor: esta guerrilla de inspiración cristiana inició su lucha en 1987 en el norte de Uganda, aunque actualmente ha ampliado su zona de ataques a Sudán del Sur, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana. El ERS busca crear una república teocrática cristiana en Uganda y castigar a la etnia acholi, empleando a miles de niños como soldados y esclavos sexuales y, en lo que va de conflicto, ha causado 12.000 muertes directas y más de dos millones de desplazados.

-Conflicto de Cachemira: el conflicto estalló en 1947 tras la independencia y partición de la colonia británica de la India entre Pakistán y la Unión India. La región estaba gobernada por hindúes pero poblada mayoritariamente por musulmanes, y tanto un país como el otro reclaman que el territorio les pertenece, apoyando a diversos grupos terroristas y guerrilleros que se han cobrado la vida de entre 60.000 y 100.000 personas.

-Conflicto de Casamance en Senegal: considerado como una guerra civil de bajo nivel desde 1990 entre el Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance y Senegal por la independencia de la región de Casamance, de mayoría jola. Los alto el fuego no dieron resultados a finales de los 90 el movimiento independentista se dividió en dos y comenzó a luchar entre sí, manteniendo los enfrentamientos con el ejército senegalés. El conflicto ya ha provocado la muerte de unas mil personas.

-Insurgencia en el Magreb: tras el final de la guerra civil argelina, del régimen autoritario contra el islamismo, desde 2002 varios grupos guerrilleros y terroristas, como los salafistas o Al Qaeda del Magreb Islámico han llevado a cabo ataques, secuestros y otras acciones en Argelia, Mauritania, Marruecos y Mali, no solo contra sus respectivos Estados o civiles, sino también contra extranjeros -turistas y activistas-, cuyos secuestros provocaron la atención de los medios de comunicación.

-Conflicto en el delta del Níger: el delta del río Níger, en Nigeria, es objeto de frecuentes luchas desde 2004 entre el Estado y los grupos separatistas del Movimiento para la Emancipación y las Fuerzas Voluntarias Populares, de las etnias ogoni e ijaw, por el control de los pozos petrolíferos y justificándolo por la pobreza y la corrupción de la región y el país. Hasta ahora, el conflicto arroja un balance de unos 4.000-5.000 muertos.

-Conflicto de Baluchistán: los insurgentes baluchis luchan contra Irán y Pakistán por la independencia de esta región controlada por los dos Estados. El conflicto ha conocido diversas fases de tranquilidad y lucha desde 1948; el actual período de enfrentamientos surge en 2004, con 7.000 muertos desde entonces. En la zona también han colaborado diversos actores, como los talibanes, o incluso Estados Unidos e Irak para desgastar a Irán.

-Conflicto Irán-kurdos: el Partido por la Vida Libre de Kurdistán (PJAK), al que algunos ven relación con el PKK, pero también con Estados Unidos, sostiene un débil enfrentamiento contra el régimen teocrático iraní por la libertad del Kurdistán de Irán, no necesariamente la independencia, sino bajo un régimen federal y democrático donde se reconozcan los derechos de las otras minorías nacionales que viven en Irán. Las acciones del PJAK se han limitado a la teoría de la acción-represión-acción, al asesinato de miembros de fuerzas de seguridad iraníes en venganza por muertes de kurdos iraníes o en el derribo de helicópteros y pequeños ataques a soldados iraníes. En total, el conflicto lleva unas trescientas muertes desde 2004.

-Insurgencia del sur de Tailandia: desde 2004 la violencia en las provincias más al sur de Tailandia ha aumentado. Los grupos insurgentes, acusados de terrorismo y de vínculos con Al Qaeda y con las guerrillas islamistas de Filipinas, justifican sus actos como respuesta a la falta de representación de los musulmanes en la política tailandesa, así como la pobreza de la zona. Las acciones de los insurgentes, que tienen entre 500 y 15.000 efectivos según las fuentes, se basan en ataques de bombas contra ciudades y edificios oficiales y llevan ya 7.000 muertos.

-Cuarta guerra civil de Chad: mantiene la estela de conflictos anteriores entre árabes musulmanes del norte y africanos cristianos del sur, la lucha por el poder y la tierra, ocultos tras la lucha contra Sudán como excusa para el enfrentamiento entre los diversos grupos sociales rivales. Las nuevas negociaciones, lideradas por las Naciones Unidas y la ayuda humanitaria de Canadá, permitieron el "fin" del conflicto en 2010, a la espera de nuevas elecciones para normalizar la situación. Desde 2005 hasta 2010, ha habido más de mil muertos.

-Insurgencia en el norte del Cáucaso: pese al fin oficial del conflicto de Chechenia y tras las acciones bélicas contra Georgia, la región sigue siendo inestable, con la actividad guerrillera de grupos islamistas en las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingusetia y Kabardino-Balkaria, concentradas en acciones terroristas de ataques a edificios oficiales, medios de transporte, etcétera, con un balance de 900 muertos. Reclaman la independencia de esas regiones bajo regímenes islamistas, o luchando entre sí, sosteniendo diversas interpretaciones islámicas como el salafismo o el sufismo, mientras el régimen de Putin mantiene el control de la región por el ejército y las violaciones de los derechos humanos en los diversos bandos.

martes, 29 de marzo de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (I)


Una de las muchas críticas a la intervención internacional en la guerra civil libia es la constatación de que este conflicto no es ni el único ni el más sangriento que sufre la humanidad. ¿Por qué no se interviene en el resto de conflictos?, se preguntan con ironía muchos de los contrarios a la intervención en Libia. La comunidad internacional en general, y las potencias occidentales en particular, quedan en evidencia ante el mutismo por otros conflictos que dejan millones de muertos. Los casos, por supuesto, difícilmente pueden ser comparables con el caso libio. En muchos casos, los conflictos existentes suelen ser el reflejo de graves problemas internos que sus países no han sabido, no han querido o no les han dejado resolver. Sus características son variadas: pueden durar desde décadas a pocos meses o años, o su intensidad, de mayor a menor intermitencia.

Voy a hacer una breve síntesis de los actuales conflictos. No debemos caer en el simplismo al que nos acostumbran los medios informativos, ni siquiera la de los partidos que reclaman con orgullo el patrimonio del pacifismo o la defensa de "los pueblos", puesto que tanto manipulan uno como otro desvirtuando la realidad de esos conflictos como manteniendo un silencio absoluto, en ocasiones incómodo para ellos y los intereses que tienen detrás.

- Insurgencia naxalita-maoísta (India): surgida alrededor de 1967 por la guerrilla del Partido Comunista de la India (marxista-leninista)-guerra popular. La situación se ha quedado estancada: la guerrilla se refugia en zonas boscosas, atacando a la policía y reclamando cambios sociopolíticos para acabar con el sistema de castas, reparto de la tierra y emancipación femenina. Han muerto alrededor de 10.000 personas en el conflicto, y según la BBC, el año pasado la guerrilla pidió un alto el fuego para iniciar negociaciones.

- Guerra civil afgana: empezó en 1978 con la toma del poder por parte de su partido comunista, comenzando un largo proceso bélico donde han participado los soviéticos en su famosa invasión de 1979, creando su Vietnam, las insurgencias muyahidin y talibán y finalmente la intervención de la OTAN en 2001. A día de hoy, el Estado afgano es muy débil, apenas controla poco más de la región de la capital, Kabul, estando el resto controlado por señores de la guerra y las distintas divisiones militares de la OTAN, con un balance de muertos muy variados según las fuentes, que van desde 600.000 a los 2 millones de muertos.

-Guerra civil somalí: la situación de Somalia se deterioró a mediados de los 80, con insurrecciones contra la dictadura de entonces y la posterior reacción para reinstalar en el poder al tirano derrocado. Desde entonces, el poder político somalí se resquebrajó, configurando a Somalia como Estado fallido según las listas de Fund for Peace y Foreign Policy. De la desintegración del poder central han quedado varios poderes locales: el gobierno reconocido por la comunidad internacional, que controla poco más de la capital y algunas regiones dispersas, la guerrilla islamista y las regiones independientes de facto de Somalilandia y Puntlandia. El balance de muertos también es variable, de 300.000 a 400.000.

-Guerra en Waziristán (noroeste de Pakistán): las derivaciones de la guerra civil afgana se trasladaron a esta región pakistaní, con una importante presencia de la etnia pastún, base de los talibanes. Parte de los combatientes talibán de Afganistán cruzaron la frontera, los Tehrik-i-Taliban Pakistan, y junto a células de Al-Qaeda, a otros movimientos islamistas como Thereek-e-Nafaz-e-Shariat-e-Mohammadi y los talibanes pakistaníes de Lashkar-e-Islam han llevado a cabo diversos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y el ejército de Pakistán. También han realizado diversos atentados contra la minoría cristiana, mezquitas sufíes y a cualquiera que realice críticas en contra de la Ley contra la blasfemia, como el asesinato acaecido hace un mes del ministro de minorías pakistaní, el cristiano Shahbaz Bhatti. Los enfrentamientos, iniciados desde 2004, han supuesto unos 30.000 muertos, la pérdida del control estatal de la zona tribal y el peligro de desestabilización del régimen pakistaní, con la caída de Musharraf en 2008, el asesinato de Benazir Butto el año anterior y las luchas políticas entre el Partido Popular de los Butto y la Liga Musulmana de Nawaz Sharif.

-Insurgencias chíi y del sur de Yemen: estas son dos insurgencias muy distintas. Primero, tenemos que tener en cuenta el contexto de Yemen, un país suní reunificado en 1990 con Saleh como presidente, con ambición de hacer vitalicio su mandato presidencial (las actuales revueltas parecen haber truncado su plan), provocando la desafección de parte de las tribus yemeníes y de las antiguas élites del sur, marginadas del país unificado, además de la minoría chií zaidí del norte. El conflicto con los chiíes comenzó en 2004, con varias campañas de guerrilla y tierra quemada por parte de los rebeldes a lo largo de estos años, incluidas incursiones dentro de Arabia Saudí, a la que acusan de connivencia con el régimen de Saleh; a su vez, el presidente yemení acusó a Irán de estar detrás de los rebeldes chiíes. La insurgencia del sur comenzó en 2009, con intención de volver a separar el sur del resto del país, pero esta vez la rebelión está capitaneada por islamistas, acusados de colaborar con Al-Qaeda. En ambos casos, el gobierno de Saleh recibió ayuda de Estados Unidos para bombardear las zonas rebeldes, según los cables filtrados por Wikileaks. La cifra de muertos se eleva a entre 12.000 y 16.000 muertos, según las fuentes, aunque la cifra de desplazados es de unas 175.000 personas.

-Guerra contra el narcotráfico en México: tras ser elegido presidente de México en 2006, Felipe Calderón inició una serie de operaciones federales contra los cárteles de la droga. En amplias zonas del país los cárteles se habían convertido en la única autoridad y monopolizaban el tráfico de drogas a los Estados Unidos. Para luchar contra ellos, Calderón ha militarizado parte del territorio federal y ha usado al ejército y a la policía, levantando bastantes críticas: falta de preparación de los cuerpos de seguridad para estas operaciones, no atacar las redes de financiación de la droga y no llevar a cabo campañas de concienciación sobre el consumo de drogas. En ello sin duda se revela la corrupción que afecta al Estado mexicano, y al miedo generalizado por los cárteles: las mafias han realizado diversos ataques para amedrentar a la población civil, así como el asesinato de periodistas, políticos y policías. Las cifras de muertos, también variables, van desde 28.000 a 300.000 muertos.

-Conflicto nómada de Sudán: este conflicto, iniciado en 2009, tiene su origen en la guerra de Darfur. Se enfrentan los clanes nómadas de los Messiria y los Rizeigat por el control de los recursos -escasos- de zonas de pastoreo, ganado y agua, en la región de Kordofan del Sur. El número de muertos -de 2.500 a 3.500- no es nada comparado con el de desplazados, 350.000.

-Segunda guerra civil de Costa de Marfil: el conflicto estalló al no reconocer el presidente saliente, Laurent Gbagbo, su derrota en las elecciones presidenciales de octubre/noviembre de 2010. Gbagbo se negó a traspasar el poder al presidente electo, Alassane Ouattara, pese a las presiones internacionales. A los pocos días de finalizar la segunda vuelta electoral, comenzaron enfrentamientos entre partidarios de Ouattara y fuerzas militares y paramilitares de Gbagbo. Hay que entender la situación de la que partía Costa de Marfil: entre 2002 y 2004 se libró la primera guerra civil entre los musulmanes del norte y los cristianos del sur, con intervención de la ONU con tropas de la antigua metrópoli colonial, Francia. Los resultados electorales de 2010 reflejan la división de la guerra civil: Ouattara recibe el apoyo de los musulmanes y Gbagbo de los cristianos. Las milicias musulmanas volvieron a tomar las armas para poner en el poder al presidente electo y comenzaron a tomar ciudades desde febrero de 2011, denunciando la existencia de matanzas y fosas comunes en las ciudades tomadas, culpando a las fuerzas de Gbagbo, aunque la ONU acusa a las fuerzas de Ouattara de estar detrás de muchas de las muertes. Francia decidió intervenir de nuevo en el país, exigiendo al presidente derrotado la entrega del poder y la celebración de negociaciones entre los dos bandos, que a día de hoy resultan infructuosas. 100.000 se han visto obligadas a desplazarse para huir de los conflictos y alrededor de 1.500 personas han muerto, aunque las cifras podrían ser mayores.

-Conflicto interno de Birmania: los problemas internos de Birmania comienzan desde su independencia en 1948. Los comunistas se rebelaron contra el nuevo gobierno, buscando el apoyo de la amplia capa campesina del país. Los cristianos de Karen (hoy Kayin), se alzaron en armas por la autonomía de la región. La situación empeoró para las de minorías (religiosas, como cristianos o musulmanes; o nacionales, como chinos, , kayin, tailandeses...) al imponerse el budismo como religión oficial. El levantamiento de 1988 y las elecciones libres de 1990 fueron acalladas por la Junta militar birmana, convirtiendo al Estado socialista en una simple dictadura militar, negándose los militares a ceder el poder a la oposición civil de Aung San Suu Kyi. En 2007 ocurrió otro levantamiento, que en muchos aspecto reproducía el de 1988: monjes y estudiantes comenzaron a manifestarse en Rangún, protestando por el aumento de los precios, trasladándose las protestas a más de veinte ciudades del país. Los militares arrestaron a los monjes manifestantes y dispersarón a los civiles con gases lacrimógenos, pese a que algunos soldados se negaron a disparar contra la población. La comunidad internacional no pudo dar una respuesta conjunta: los requerimientos de la ONU de proteger a la población no surtieron efecto por el apoyo público de Rusia y China a la junta birmana.

-Conflito israelo-palestino: desde los años 20 y 30 del siglo XX existían pequeños conflictos entre la comunidad judía y la árabe de Palestina, cada vez más violentos a medida de que surgía la posibilidad de la creación de Israel. Con su creación en 1948, entró en guerra con sus países árabes vecinos en 1948, en 1956 (guerra de Suez), 1967 (guerra de los seís días), 1973 (guerra de Yom Kippur), 1982 (I guerra del Líbano) y 2006 (II guerra del Líbano), además de las dos intifadas con los palestinos. Aparte de los conflictos bélicos clásicos, Israel mantiene a la franja de Gaza bajo bloqueo económico y militar, con bombardeos y acciones bélicas con las milicias de Hamás de Gaza, y ocupa Cisjordania y la zona este de Jerusalén, expulsando a palestinos de sus casas y estableciendo colonias israelíes, además de mantener el muro de Cisjordania, aislando a las ciudades palestina y controlando todos los movimientos de la población. Las diversas negociaciones han fracaso, incapaces de llegar a un acuerdo sobre el reconocimiento de Israel, la existencia de dos Estados o qué fronteras considerar. Las cifras de muertos, diversas, pueden llegar a más de 120.000.

-Conflicto armado de Colombia: el conflicto surgió a mediados de la década de 1960 como plasmación de la política del Frente Nacional y de la imposibilidad de participación política de otros sectores sociales. Las guerrillas de las FARC, ELN, M-19 y EPL y otros pequeños grupos iniciaron acciones contra el Estado, llegando a controlar regiones enteras, sobre todo del interior del país. El Estado colombiano reaccionó, primero, en los años 70, como otros países de su entorno respecto a la guerrilla y el terrorismo, con la guerra sucia, detenciones y torturas, y posteriormente, desde los años 80, con de negociaciones para reinsertar a los grupos en la vida política del país, que tuvo éxito con el M-19. Al conflicto político se le unió el problema de la droga, con enfrentamientos con las mafias de la droga primero, (y la formación de la organización paramilitar AUC) y con el uso del narcotráfico para la financiación de la guerrilla, después. La violencia ha convertido a Colombia en uno de los países más inseguros, aunque se han hecho verdaderos progresos en ese aspecto; sin embargo, alrededor de 200.000 personas han perdido la vida y siguen cometiéndose secuestros y asesinatos tanto de ciudadanos anónimos como de personalidades del país, además de evidenciarse lazos entre el gobierno, el narcotráfico y las bandas paramilitares.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Conferencia "¿Hacia dónde va Túnez?" en Casa Árabe

La caída de la dictadura de Ben Ali en Túnez es, como vamos comprobando y reflejando desde multitud de foros y medios, la chispa de la oleada democratizadora que protagonizan los ciudadanos árabes. Ayer, en Casa Árabe de Madrid, con Gema Martín Muñoz (directora de Casa Árabe y experta en procesos políticos del norte de África) como moderadora, pudimos conocer las opiniones de Souhayr Belhassen, activista tunecina y presidenta de la Federación Internacional de los Derechos Humanos, y de Kamel Jendoubi, hasta hace poco exiliado tunecino y presidente de la Red Euromediterránea de Derechos Humanos y portavoz del Comité por el Respeto de las Libertades y los Derechos Humanos en Túnez. Asimismo, la conferencia fue de las más concurridas de todas las que organiza Casa Árabe, con una presencia destacada de tunecinos entre el público y de expertos en el mundo árabe-musulmán.

Souhayr Belhassen explicó que el proceso político que está viviendo Túnez es un fenómeno tunecino y que ha servido de catalizador para el resto de los países de su entorno: "está trastocando el mundo árabe", dijo. Por fin, las reuniones de los activistas de los derechos humanos, como cualquier reunión de asociaciones civiles, se pueden celebrar sin el control del "partido-estado".

Para ella, esto ha sido posible por la tradición reformista de Túnez, precursora en el mundo árabe del primer sindicato, de la liga de derechos humanos, el código de las personas más laico y medidas avanzadas en derechos de la mujer, anticoncepción y aborto. ¿Cómo pudieron mantenerse las dictaduras de Habib Burguiba primero y la de Ben Ali después? Burguiba fue un "dictador ilustrado" y Ben Ali prometió desarrollo económico a cambio de "infantilismo político". Pero, a la larga, un régimen no puede perdurar cuando sus valores son el ostracismo, la corrupción y el nepotismo. Ello, unido a la marginación de la población del centro del país del desarrollo económico de la costa, la desesperación de la generación más joven, usuaria de Internet y sin empleo y el empobrecimiento de las clases medias, base del régimen de Ben Ali, fue una frustración contenida, que estalló con la inmolación de Mohamed Bouazizi en la ciudad de Sidi Bouzid.

Los sucesos de Túnez son, para Belhassen, una revolución moderna, mixta, laica, democratizadora y responsable. De momento, no ha experimentado ninguna deriva en la lucha social por la dignidad, la democracia y la libertad.

Más extensa fue la intervención de Kamel Jendoubi. Explicó su alegría y su orgullo de ser tunecino, sin que los represente Ben Ali, como estar "en una nube". Más polémico que Belhassen, Jendoubi recordó que el dictador Ben Ali huyó del país sólo hace unos pocos días, y que el régimen, con toda la tecnocracia y aparatos represivos de los que se sirvió para controlar al pueblo aún existen, sin tampoco olvidar que Ben Ali no contó únicamente con apoyos internos, sino también externos, como todos los gobiernos occidentales. Ahora, dijo, "todos dicen ser revolucionarios", en referencia a todos aquellos que apoyaron a Ben Ali: los medios de comunicación, y los intelectuales e ideólogos afectos al dictador derrocado.

No es, en opinión de Jendoubi, una revolución social -"aún"-, sí una revolución política, iniciada por la fractura del espacio público, causada por el intento del régimen por controlar Internet y, sobre todo, Facebook, usada por miles de jóvenes tunecinos. Es una revolución de los actores de la sociedad civil: los parados universitarios con conciencia, en contacto con los sindicalistas y con los abogados, que han nutrido a las protestas de eslóganes, de conciencia. A la existencia de Internet y Facebook, fundamentales para la difusión de noticias y concentraciones, se ha unido la labor de Al Yazeera al ser un espacio donde "la gente normal ha podido hablar".

El sistema de la dictadura aún permanece. El partido dusturiano, mezclado con el Estado, permanece intacto y los aparatos represivos también: siguen existiendo doce mil miembros de la policía política y toda la red de informadores, la guardia presidencial y las fichas de "nombres negros", los considerados enemigos políticos del régimen, como Jendoubi. Es necesario, añadió, cambiar a los responsables políticos, todos nombrados por el clan de los Trabelsi, la familia de la mujer de Ben Ali.

Existen problemas: el riesgo de que la revolución sea confiscada por cualquiera de las fuerzas políticas, o que por la inexistencia de líderes opositores fuertes los ideólogos del régimen aprovechen la situación, así como el desencadenamiento del caos por la liberación de pequeños criminales para crear inseguridad y así justificar una intervención del ejército o de los aparatos del régimen. A estos problemas le añade el gobierno, que no considera de unidad nacional, o las tres comisiones que se han creado sobre la reforma política, la de investigación de los crímenes y la de anticorrupción. Son comisiones formadas por técnicos nombrados por el gobierno, sin responder a las demandas políticas de la población. Jendoubi se preguntó por las limitaciones de las comisiones, ya que consideró inaceptable que pretendan investigar sólo los crímenes del último mes, cuando son años y décadas las de violaciones de derechos humanos.

Europa debe dejar su papel de "fuerza hipócrita" y ayudar al desarrollo económico de Túnez para ayudar al gobierno a satisfacer las demandas de empleo de los tunecinos, en este impasse de seis meses de transición hasta la celebración de elecciones legislativas y presidenciales.

Con la caída del dictador, el mapa político tunecino se está recomponiendo. El sindicalismo de la UGTT, puntal junto con el partido dusturiano de Burguiba y Ben Ali para la cultura política de la independencia, también está afectado por la corrupción. Pero el sindicalismo y el resto de actores de la sociedad civil deben estar integrados en el nuevo régimen, incluyendo a los islamistas de En Nahda para evitar volver a los viejos tiempos de enfrentamiento entre islamistas y no islamistas, y también a los restos del viejo partido-estado, que reconstituido o con un nuevo partido, sus integrantes también tienen derecho a existir.

Sobre un tema crucial -el papel del islamista En Nahda- Jendoubi recordó que no se quieren presentar a las presidenciales, pero habrá que ver a quién apoyarán, ni intentar dominar el futuro legislativo. Tampoco se sabe cuántos votos recibirán, sólo la capacidad que tengan para llegar a acuerdos con el resto de fuerzas sociales determinará su peso. En Nahda, explicó, "quieren existir políticamente y conciliar Islam y modernidad", en línea con el reformismo tunecino, inspirándose en el modelo turco del AKP. Asimismo, los laicos deben de ser capaces de hacer frente dialécticamente al debate ideológico con los islamistas.

En Nahda no cuestiona el estatuto de las personas, defiende la democracia, la soberanía popular, la libertad de opinión y de conciencia. Todo ello, no obstante, no evita que puedan tener una "agenda oculta", pero eso lo demostrarán los hechos. Por último, Jendoubi explicó que el movimiento islamista está dividido, entre los que querían unirse a Ben Ali y los que se oponían a él, entre la vieja generación de líderes (exiliada) y la nueva (en el interior), que no quiere verse controlada por estos. Y, cuestión muy importante, En Nahda nunca ha recurrido al terrorismo ni llamado a la violencia, excluyendo de sus filas públicamente a los violentos. En pocas palabras, para que el proceso político sea un éxito según Jendoubi, "tiene que prevalecer la inteligencia".

Enlaces destacados:
Vídeos de Casa Árabe
Noticia de la conferencia en El País

jueves, 9 de diciembre de 2010

Julian Assange, ¿héroe o villano?


La mayor filtración de Wikileaks en su historia, la de los documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos o Cablegate, sin duda va camino de convertirse en el acontecimiento del año. No ha sido, claro está, la primera de las filtraciones de Wikileaks, con poco más de tres años de vida, pero sí es la más impactante: a medida que se van conociendo los cables entre el Departamento de Estado y las embajadas estadounidenses, el miedo y la ira de la administración norteamericana y del establishment no dejan de aumentar.

No es únicamente Estados Unidos quien ve al descubierto su diplomacia secreta. Al mismo tiempo, ve la luz el doble rasero de muchos otros gobiernos en el mundo: China, Reino Unido, Rusia, Italia, España, Francia... ninguno escapa de las revelaciones de estos cables diplomáticos. Desde el 28 de noviembre, día que comenzó la publicación de las filtraciones en El País, Le Monde, Der Spiegel, The Guardian y The New York Times, parece habérseles caído una fina máscara a los gobiernos de muchos países.

Hay quienes pensaban que estas filtraciones eran un simple cotilleo. En muchos casos, venían a confirmar muchos de los rumores que circulan sobre los líderes y los gobiernos del mundo. Desde los líos de Sarkozy a los de Berlusconi, la espina de las Malvinas para Argentina a los temores de los países árabes a un Irán nuclear... Luego vinieron otros datos: presiones de Estados Unidos hacia sus aliados para defender sus intereses (ya sea desde el caso Couso a las ventas de armas a Venezuela por parte de España y Rusia), los planes secretos de China sobre la península de Corea, la corrupción en Rusia... en fin, muchos temas y para su recolección ya están los diarios antes citados y, sobre todo, la página de El País a tal efecto.

A los distintos gobiernos se les ha creado un nuevo abismo, mucho más infinito que cualquier otro hasta ahora, entre ellos y sus ciudadanos. En sus reacciones, poco pueden decir excepto intentar negarlo todo, en vano. En esta cuestión (y en otras) nadie les cree ya, tan grande es la desconfianza que poseen entre los ciudadanos, bien cultivada a lo largo de muchos años. Otros gobiernos optan por dar la callada por respuesta, sabiendo que aún no se sabe todo y puede quedar mucho todavía por saber. Tampoco ha hablado la clase política de cada país de forma clara, todos sabiendo lo que se juegan, unidos por un pacto de silencio.

Los distintos gobiernos han perdido legitimidad. Ya no pueden presentarse como reflejo de la voluntad popular y garantes de la independencia nacional. ¿Será el gobierno yemení independiente cuando no puede hacer frente a insurgentes y necesita el apoyo en la sombra del poderío militar norteamericano? ¿Será independiente el gobierno español que entre bambalinas intercedió en favor de los intereses norteamericanos en el Caso Couso? ¿Será el gobierno ruso reflejo de la voluntad popular o de la oligarquía del régimen de Putin?

En muchos casos, la bandera del nacionalismo es una fina cáscara que esconde la sumisión al aún imperio de nuestro tiempo o la hipócrita excusa para mantener, una vez más, la dominación de las minorías dirigentes sobre la mayoría de los dominados.

En estas circunstancias, ¿cómo se puede hablar de democracias, Estados de derecho e independencia en la aldea global? La globalización, inicialmente económica, va dando pasos hacia la globalización de las relaciones humanas paralelas a la del Estado-nación, proceso lento y difícil; en cambio, la globalización de la información es ambivalente. La Red no es inmune a la manipulación o a la opacidad, caso de China. Todos a una, gobierno y oposición, clase política, en definitiva, el establishment de cada país hace piña contra las revelaciones de Wikileaks. En España, los rumores sobre los movimientos dentro de la derecha española se confirman, incluso corroborando que Rajoy no es favorito ni para Estados Unidos, ni para el resto de sus correligionarios.

Al gobierno estadounidense no le ha quedado otra opción que huir hacia adelante y querer matar al mensajero, a Julian Assange. En este caso, el presidente Barack Obama no ha hablado hasta hace bien poco sobre Assange y Wikileaks y ha dejado en manos de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, la responsabilidad de enfrentarse a la opinión pública nacional e internacional. Mientras, los miembros del Congreso norteamericano y otras figuras relevantes del panorama político estadounidense, como Sarah Palin o Joe Lieberman, piden desde el asesinato a la detención del terrorista Assange, así como prohibir consultar la página de Wikileaks, amén de querer privarla de cualquier servidor para poder seguir operando. Nos han querido mostrar los límites de la libertad de expresión y así lo han hecho: con el imperio no se juega.

¿Nos ha hecho un favor Julian Assange? Sí, sin duda. El lema de Wikileaks, "we open governments", se cumple o se desborda con creces. Cierto es que todo es siempre una amplia gama de colores grises: las acusaciones de abusos sexuales son graves, igual que las de opacidad de las cuentas de Wikileaks. Una cosa no deslegitima ni quita validez a la otra. No debemos ser ciegos apoyos a una persona y una empresa con sus propios (y legítimos) intereses, como tampoco furibundos opositores y situarnos en el lado peligroso del debate de cuáles son los límites de la libertad de información.

Hemos de mantener una independencia de criterio a la vez que conocer los argumentos y motivaciones de ambas partes. Por ejemplo, leo en ABC que Alonso de los Ríos acusa a Wikileaks de "delictiva" y la prensa que revela su información como la terminal del negocio "criminal" del portal de filtraciones, así como comete el error de englobar en el mismo saco las acciones de Wikileaks, El País y Anonymous, como si fueran parte de una nueva teoría de la conspiración, a imagen de la que la derecha española quiso ver para el atentado del 11-M. Lejos de reconocer al antiguo marxista un profundo amor por una profesión periodística que obtiene de forma limpia la información de sus fuentes, hay una línea clara del periódico monárquico de lamentarse no ser uno de los cinco periódicos que disfrutan de una exclusiva tan jugosa.

¿Qué supondrá Wikileaks y el proceso contra Assange? La posible extradición de Assange de Reino Unido a Suecia, y puede que de Suecia a Estados Unidos para juzgarlo por la filtración de los documentos no será un juicio a una persona concreta, sino un juicio a la libertad de información y a los límites de ésta. Es pronto para determinar si Julian Assange es un héroe de estos tiempos posmodernos o el violador autoritario y sombrío que nos pintan desde otros lares. De momento, es personaje del año para Time. Mientras, sabremos, sabemos ya, que los gobiernos defienden la libertad y la democracia con pasión, pero una pasión muy pequeñita.

¿Por qué calla la clase política? Wikileaks no descubre el Mediterráneo mostrando la verdadera faz de una minoría persiguiendo sus intereses personales y encadenada a los intereses de la clase económica o a los de Estados Unidos. No hay un ataque a la política; en todo caso, podría haber una crítica a aquellos que consideran la política, en toda su extensión, como la esfera de actuación de una minoría con unos intereses concretos en juego.

Sintiendo pecar de utópico, idealista u optimista, no es/no debe ser así, y los ciudadanos tienen el derecho a saber la verdad. No secretos de estado, eso es un consenso universal: Wikileaks no ha dado información que vulnere la seguridad nacional, ni códigos nucleares. Nos ha dado algo más potente: el simple conocimiento, para que cada cual pueda informarse y hacerse una mejor opinión. Así, podrán formarse mejores elecciones de cara al futuro. La minoría y élite que es la clase política es "elegida", en un sistema democrático, para llevar a cabo políticas que vayan en beneficio del interés general. Es una bonita teoría, y por lo tanto irreal.

El profesor Javier Redondo lamenta en La aventura de la Historia la banalización de la política, con la decepción de la democracia 2.0 como un fracaso en la participación de la ciudadanía en un sentido republicano liberal (también llamado republicanismo cívico, que tan en moda estuvo una vez en boca de Zapatero), viendo cómo el ideal democrático y liberal es sustituido por una política del entretenimiento y del pensamiento rápido y simple.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Pena de muerte: descubre la realidad que te rodea

La pena de muerte por crímenes está reconocida en más de 50 países. Su aplicación escapa de toda lógica humanista y de un ideal de justicia y sistema penal que fomente la reinserción. Decapitación, lapidación, electrocución, ahorcamiento, disparo, inyección letal... son métodos crueles que nunca responden a lo que es la justicia.

La justicia se representa con los ojos vendados, la espada y la balanza. La justicia da a cada uno lo que merece por derecho, de forma ética, con equidad y honestidad. No es cruel. Tampoco es perfecta. Muchos han sido ejecutados siendo inocentes; lo peor es que muchos de ellos lo fueron no por un error judicial, sino porque sus "crímenes" eran considerados como tales por Estados dictatoriales, totalitarios y tiránicos. Desde defender los derechos humanos, criticar al gobierno, ser homosexual o apostatar.

No es sólo por salvar a Sakineh Mohammadi. Según Amnistía Internacional, en 2009 se ejecutaron (casos conocidos) a más de 700 personas en todo el mundo. Un sistema de relaciones internacionales más humanista implicaría condenar al ostracismo, a sanciones internacionales, a boicots y a la categoría de paria a todos aquellos regímenes que mantienen esa legislación. Es utópico, sí, porque los gobiernos occidentales, tan defensores de la democracia, son incapaces de defenderla fuera de sus fronteras porque, simplemente, no les interesa. China, la pujante potencia del nuevo siglo, es el país con mayor número de ejecutados, que se supone que ascienden a miles, ya que no da a conocer datos.

Una acción internacional de este tipo no podría detenerse en la derogación de la pena de muerte en todo el planeta, sino ir a más, hasta acabar con todos los regímenes que vulneran los derechos humanos. ¿Los ciudadanos de los países democráticos estamos lo suficientemente concienciados?

Lista de países que mantienen en su legislación la pena de muerte, incluyendo los que mantienen una moratoria o no la lleven a cabo en la práctica:
Argelia
Benin (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Botsuana
Burkina Faso (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Camerún (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
República Centroafricana (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Chad
Comoras
República Democrática del Congo
República del Congo (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Egipto
Guinea Ecuatorial
Eritrea (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Etiopía
Gabón (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Gambia (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Ghana (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Guinea
Kenia (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Lesoto
Liberia (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Libia
Madagascar (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Malaui (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Mali (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Mauritania (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Marruecos (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Níger (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Nigeria
Sierra Leona (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Somalia
Sudán
Suazilandia (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Tanzania (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Túnez (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Uganda
Zambia (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Zimbabue
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Cuba (no abrogada, pero va en camino de suprimirse)
Dominica
Estados Unidos (en algunos estados)
Granada (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Guatemala
Jamaica
San Cristóbal y Nieves
Santa Lucía
San Vicente y Granadinas
Trinidad y Tobago
Guyana
Surinam (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Afganistán
Arabia Saudí
Bahrein
Bangladesh
Brunei
China
Taiwán
Corea del Norte
Corea del Sur (moratoria no oficial)
Emiratos Árabes Unidos
India
Indonesia
Irán
Japón (moratoria no oficial, pero un ejecutado en 2010)
Jordania
Kuwait
Laos (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Líbano
Malasia
Maldivas (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Mongolia
Birmania (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Omán
Pakistán
Palestina (moratoria no oficial de la Autoridad Palestina)
Qatar
Singapur
Siria
Sri Lanka (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Tailandia
Tayikistán (no abrogada, pero suprimida en la práctica)
Vietnam
Yemen
Bielorrusia
Rusia (moratoria)
Nauru (no abrogada, nunca se ha ejecutado a nadie)
Papúa Nueva Guinea (no abrogada, pero suprimida en la práctica)

jueves, 7 de octubre de 2010

La astucia política de Geert Wilders


Cuatro meses después de las elecciones ya se sabe qué partidos integrarán el nuevo gobierno neerlandés. Tras arduas negociaciones, que abarcaban desde el centro izquierda hasta la extrema derecha, Mark Rutte, líder de los liberales de derecha VVD, formará gobierno con los democristianos de la CDA, ahora cuarta fuerza política de los Países Bajos. Ambos partidos suman 52 escaños de 150. Para conseguir la mayoría parlamentaria, 76 escaños, deberán apoyarse en la extrema derecha del PVV, el Partido por la Libertad de Geert Wilders, que sólo proporcionará apoyo parlamentario.

Es, sin duda, el resultado que más se acercaba a los deseos de Rutte. En junio, comentando los resultados de las elecciones neerlandesas,
aposté por la formación de un gabinete de centro-derecha con el PVV. Argumentaba que era la coalición de gobierno que haría posible un mayor desmantelamiento del Estado del bienestar neerlandés, endurecería la inmigración y sería más beligerante respecto al Islam. La participación de la extrema derecha en el gobierno revelaría "a la opinión pública la esterilidad del odio como programa político" y podría correr la misma suerte que su antecesor ideológico, la Lista Pim Fortuyn, que desapareció como opción política.

Lamento haber estado tan equivocado
, ya que acerté en parte y no en lo importante. Subestimé la inteligencia de Wilders. Evitando el ejemplo de la Lista Pim Fortuyn, consigue eludir la responsabilidad del gobierno pero haciendo que el futuro gabinete de liberales y democristianos aplique sus exigencias. En el acuerdo firmado con ellos, se prevé una reducción de parlamentarios y funcionarios, el ahorro de 18.000 millones de euros, recorte de la ayuda al desarrollo y de la cuota a la Unión Europea. A pesar del recorte social que se prevé, Wilders intenta presentar a su partido como defensor de los jubilados y trabajadores con medidas como mayores ayudas a ancianos y la subida de la edad de jubilación de 65 a 66 años, por debajo de lo que planteaban los liberales.


En las medidas que más interesan a Wilders, la inmigración y el Islam, el nuevo gobierno prohibirá el burka en todo el país, restringirá los fondos públicos a las escuelas musulmanas, las condiciones para la reunificación familiar serán más estrictas, los inmigrantes que no superen los exámenes de civismo serán expulsados y los escolares inmigrantes deberán ir a centros especiales para aprender el neerlandés y alcanzar el nivel de aprendizaje de sus compañeros. Se vigilará la concesión de asilos político de "países peligrosos". Además, se aumentará el número de policías. Y sobre los "coffeeshops" donde se consume legalmente marihuana, deberán convertirse en clubes de socios. A fastidiarse el "turismo de maría".


Así pues, la sombra de Geert Wilders sobre el nuevo ejecutivo será alargada, con la circunstancia de que él se lava las manos de las decisiones impopulares que deberán tomar, pero apropiándose de las populares. Con ello, quiere consolidar el crecimiento de su partido y obtener buenos réditos electorales para próximas elecciones. Para ello, no dudará en mantener el discurso del odio al Islam y la visión de dos civilizaciones enfrentadas: Occidente contra el Islam y su invasión, la inmigración, Occidente como sociedad democrática amenazada por un Islam tiránico e invasor.


Hay dos métodos de controlar a la gente
: asustándola y desmoralizándola. Ya han conseguido desmoralizar a las clases medias y bajas para alejarlas de la socialdemocracia. Ahora las asustan para que no puedan prescindir de la extrema derecha. Wilders quiere ser un líder mesiánico, carismático y providencial para los Países Bajos. En ello, habrá "salvado" a la sociedad neerlandesa: habrá mantenido el orden y los valores tradicionales, una sociedad homogénea y temerosa del poder. Lo conseguirá, claro está, a costa de destruir los mismos valores de democracia y libertad que dice defender.


Actualmente, Geert Wilders está siendo juzgado por los tribunales neerlandeses por incitación al odio, discriminación e insultos a los musulmanes. Amparándose en un supuesto partidismo de los jueces, Wilders se niega a contestar sus preguntas. ¿Cómo lo verán sus conciudadanos? Wilders intenta explotar el juicio como un proceso político y una restricción a su libertad de expresión, que considera que no debe tener restricciones. "
Es usted muy bueno haciendo planteamientos que luego no quiere discutir", dijo Jan Moors, juez presidente del caso.

El juicio
sentará un precedente sobre los límites de la libertad de expresión. La principal preocupación es que este proceso sea visto como una "rendición" al Islam, como quieren venderlo la extrema derecha, recordando la reacción de los islamistas ante las caricaturas de Mahoma en la prensa danesa. Así, para ellos Islam es islamismo radical, es violencia, es tiranía y sus brazos son el terrorismo y la invasión a través de la inmigración. No hay lugar a distinciones, todos los musulmanes son iguales para ellos. Por extensión, nosotros, los europeos, los demócratas, los defensores de la libertad, sólo podemos combatirlo. Tener otra mentalidad implica habernos "rendido".

Ésa es la verdadera visión totalitaria, la única peligrosa para la libertad. Tenemos que combatir a los intolerantes.

(Traducción aproximada) "Extremista. Te perjudica a tí y a la sociedad"

domingo, 19 de septiembre de 2010

Supersarko se desinfla

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, atraviesa un período de dificultades en su mandato. La reforma de las pensiones y el cambio en la edad de jubilación, el escándalo Bettencourt, los escándalos de sus ministros y el debate del velo islámico han hecho mella en su popularidad. De "Supersarko", que empezó su presidencia en 2007 en medio de un gran apoyo popular y con un gran proyecto de renovación de las ideas del conservadurismo liberal, no queda casi nada. Ahora, el presidente francés recurre a que las cortinas de humo distraigan a la opinión pública de la república francesa.

La expulsión de gitanos es una medida completamente xenófoba, que vulnera los sacros principios del republicanismo francés. "Libertad, igualdad y fraternidad" no se cumple aquí y Francia, como tantos otros países de la Unión Europea, no sabe, o no quiere, tener una política de integración y de educación que no distinga unos ciudadanos de otros. El "problema" de la inmigración o de las minorías étnicas se ha creado en el momento que las administraciones europeas no saben qué hacer. Ahora, los gobiernos, sobre todo los conservadores, alientan los sentimientos contrarios a las minorías, a las que se quiere presentar como delincuentes, vagos e inadaptados, por no decir enemigos de nuestros valores occidentales.

En esta campaña de desprestigio contra nuestros conciudadanos, a los progresistas no nos queda más remedio que alentar programas de integración y de educación, reconocer que nuestros países hace mucho que dejaron de ser étnica y culturalmente homogéneos y que debemos adaptarnos a la realidad. No somos "amigos" de los terroristas, sino amigos de la libertad, de la verdadera libertad.

Hay base para que las fuerzas progresistas reconquisten la iniciativa política. Sin embargo, no se ha visto ninguna dirección en este sentido en la última cumbre de la Unión Europea. Ningún jefe de gobierno, ni siquiera Zapatero, se atrevió a criticar las medidas contra los gitanos del presidente francés. Pesa más la hipocresía de la política comunitaria que la defensa de los derechos de los ciudadanos. Cada vez es más evidente que los obstáculos de la izquierda en el camino al poder no vienen de fuera, sino de dentro, de la falta de ideas, de valentía y de estadistas.

A diferencia de la sumisión vergonzosa de los líderes europeos, en Francia, pese a todos los intentos de Sarkozy por recuperar su popularidad, los ciudadanos no confían en él. La izquierda tiene cada vez más posibilidades de conquistar el Elíseo en 2012, con Dominique Strauss-Khan, si al final se postula como candidato socialista. La victorias de la izquierda en las elecciones regionales no es sino un espejismo hasta que el PS concrete un nuevo programa de gobierno para Francia, tan ilusionante y reformista como el que presentó Ségolène Royal en su momento. De no ser así, se caerá en el mismo discurso del miedo de la derecha, que sólo puede dar fuerzas a la estancada extrema derecha.

lunes, 19 de julio de 2010

Fútbol, izquierda e identidad nacional


Hoy quiero volver mi atención a la victoria de la selección española en el Mundial de Sudáfrica. Dos artículos, de distinta importancia, me han parecido muy interesantes. El primero, "A nation wins as one", en la prestigiosa revista "Time", y el otro, "Las supuestas consecuencias políticas de la victoria de la roja", en "Tercera información", de Álvaro Alonso, amigo comunista.

El primero es el reflejo no solo de la relevancia que adquiere internacionalmente la victoria de la selección de fútbol, sino la importancia que tiene el reflejo del sentimiento nacional en un país, la "nueva España", complementaria y no antítesis de la España de las diversas identidades. No sólo diferencias regionales, sino étnicas, resultado de los años de inmigración bajo el permanente debate de integración o asimilación. La victoria deportiva no sólo fue seguida con entusiasmo por los ciudadanos de Bilbao o Barcelona, sino también los de Lavapiés, barrio madrileño con una gran presencia de ciudadanos venidos de otros países.

El artículo de Álvaro es un testimonio esencial, que muy bien podría servir como uno de los documentos esenciales para la refundación de Izquierda Unida. Toca algo que el mundo a la izquierda del PSOE nunca se han atrevido a aceptar, reconsiderar o debatir en profundidad: el sentimiento de españolidad de la ciudadanía. Por encima de las relaciones de clase, es indudable que la victoria deportiva ha escenificado lo que la partitocracia no consigue, la unión en torno a la bandera rojigualda y a una España no politizada, no sectaria, no adueñada por nadie. Sin embargo, no debemos engañarnos: el fútbol es un excelente negocio y el circo de la actual sociedad.

Pero por encima de esta opinión, este texto debería devenir en enterrar la idea de que el confederalismo o el nacionalismo son conceptos "progresistas". La idea de que se es más de izquierda cuanto más nacionalista o independentista se sea, es seguirle el juego a las clases dominantes. Lo progresista es buscar la unidad y la igualdad, desde el rincón más pequeño de un país hasta llegar a escalas continentales y mundiales, donde las fronteras no tienen sentido. No tienen sentido para las operaciones financieras y la circulación de capitales pero, sin embargo, sí para los derechos humanos y las relaciones entre personas. Hay cambiar estos conceptos. La izquierda, sobre todo la IU que aspira a refundarse, necesita recuperar la idea de España. España como nación de ciudadanos iguales.

jueves, 15 de julio de 2010

Un gris estado de la nación


Confieso no haber sentido interés por seguir el debate del estado de la nación de este año. No lo he visto en directo, y sólo ahora he visto los discursos por la web de RTVE y leído algunos discursos y reacciones al debate.

El presidente del Gobierno ha adoptado un tono de sacrificio de él, su Gobierno y el Partido Socialista, un aspecto de estadista que mira antes por los intereses de la nación que los partidistas, confiado en el amplio apoyo que el Partido Socialista consiguió en 2008 en las elecciones generales. Sinceramente, a tenor de lo leído y visto, el verdadero estado de la nación no se ve en estos dos días, sino que hay que retrotraerse a cuando Zapatero presentó al Congreso el plan de recorte el 12 de mayo de este año, comparecencia parlamentaria de mayor trascendencia.

Ayer y hoy vemos y leemos
un debate gris, la condensación frívola de la actualidad más destacada: victoria de la selección, sentencia del Estatuto catalán, los refugiados políticos de Cuba y mucha, mucha demagogia. Demagogia, ¡cómo no!, en el discurso de Rajoy: no hay alternativa al Gobierno de Zapatero, sólo oportunismo, mentiras y falta de soluciones. Del resto de fuerzas políticas, todas han cumplido el papel que vienen jugando, cada uno barriendo para sus intereses propios y obviando los ajenos, esto es, de los ciudadanos en conjunto.

Sí, Zapatero
ha vuelto a repetir que reconoce sus errores, buscando en su sacrificio la redención que sólo le podrán dar los ciudadanos en unas elecciones o la historia, cuando la escriban los futuros historiadores. No es suficiente la autocrítica, sino hechos: resultados económicos, cifras de empleo, educación (apartado que en el discurso aguardaba para el final, sin más que unas pocas intenciones y datos, pero sin mencionar el fracaso escolar u otros temas de relevancia, como el papel de los padres, la autoridad del profesorado, la educación para la ciudadanía...).

Sin duda, Zapatero ha sido más humilde, más realista, con más sentido de gobierno. Rajoy ha vuelto a mostrar su dominio del discurso parlamentario para no decir nada, palabras llenas de humo y demagogia. Partido de los trabajadores, pero contra los trabajadores. Partido del Estado del bienestar, pero destruyendo el Estado del bienestar. Zapatero ha ganado el debate, quizás más por deméritos ajenos que méritos propios, lo cual es una pena. Sin estadistas a ambos lados del arco parlamentario, sin confianza, sin calidad democrática, este es el debate del estado de la nación más huero de la era Zapatero. No son a elecciones generales a lo que hay que acudir, sino a un poco de sensatez general. Con una débil confianza en el presidente más progresista de nuestro país: "tomaré las decisiones que España necesita aunque sean difíciles (...) cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste". Que sea verdad.

Como apunte, prefiero las noticias de un país hermano de América Latina, de donde vienen noticias más históricas y trascendentales para la historia que las que tenemos aquí en España.

Viva Argentina

martes, 13 de julio de 2010

¡Pero no te olvides de Haití!


Puerto Príncipe, Haití. 6 meses desde el terremoto. Más de 250.000 muertos y 1,2 millones de desplazados. Nada parece haber cambiado. La capital del país más pobre de América ofrece un aspecto dantesco: miles y miles de campos de refugiados en condiciones lamentables. El gobierno del país ya no puede ofrecer asistencia sanitaria gratuita. El aún destruido palacio presidencial es el símbolo palmario del fracaso del pequeño Estado, sin recursos, sin ayuda internacional. De esta, cifrada en 10.000 millones de dólares, sólo ha llegado el 10%, según indicaron el presidente de la vecina República Dominicana, Leonel Fernández, y el ex presidente estadounidense Bill Clinton.

Muchos no olvidamos los terremotos de Haití y de Chile. Pero muchos no tenemos la capacidad para mantener el recuerdo, la solidaridad y la presión necesaria para ayudar a estos dos países y sus miles de ciudadanos afectados. Aún hay organismos y entidades, como el BBVA, que mantienen sus líneas de ayuda al país caribeño. Los medios de comunicación, a excepción de unos pocos, como Euronews, no comprenden la influencia que ejercen sobre los ciudadanos y olvidan que la catástrofe no ha pasado, que la desgracia de miles de personas continúa: sin casas, sin trabajo, enfermos y desamparados por un gobierno que poco puede hacer y una comunidad internacional de Estados que no dedican la suficiente atención.

Los medios de comunicación tienen la obligación moral de mantener el recuerdo de la tragedia y apelar a la solidaridad. Pero son los Estados los que tienen la capacidad para administrar las ayudas de forma más efectiva. La inestimable labor de las ONGs es apenas un débil paliativo sin la ayuda de la comunidad internacional de Estados, esos mismos Estados que no tienen dificultades en invadir países conforme a sus intereses económicos, en nombre de la "libertad".

No tenemos que conocer fronteras ni naciones. La solidaridad trasciende todas esas invenciones. Esta es una lección que tenemos que aprender.

jueves, 10 de junio de 2010

La exclusión de la carroza de Tel Aviv: anti-israelismo, discriminación y mala gestión de la noticia


Primero un breve resumen de lo que ha pasado: a raíz del ataque bárbaro, desmedido y pirata del ejército israelí a la flotilla turca, la FELGTB y COGAM han pedido a la delegación del ayuntamiento de Tel Aviv que no participe en la marcha del Orgullo, el 3 de julio, ya que el ayuntamiento no ha condenado el ataque a la flotilla y no pueden garantizar su seguridad. A raíz de esto, Colegas, colectivo LGTB cercano al Partido Popular, acusa a la organización de dejarse llevar por la ola antisemita, los medios de la derecha ultraliberal, como Libertad Digital, aprovechan para hacer apología de las actitudes piratas del ejército de Israel.

Ante la ola de reacciones, donde también está la opinión pública progresista ha visto mal la gestión de la noticia por los organizadores del Orgullo, éstos han tenido que defenderse, primero diciendo que venían a promocionar el turismo a Tel Aviv (buena capital para el turismo LGTB, por cierto, la más liberal de Oriente Próximo), y posteriormente anunciando que buscan la colaboración con organizaciones LGTB israelíes, que signifique participen y resuelvan este desaguisado es otra cuestión que aún está por verse. Una actuación muy pobre y lamentable.

Tenemos la mala gestión de los organizadores de la marcha del Orgullo LGTB, a los que se les ha venido encima la patata caliente de lidiar con lo que iba a suceder: que les acusen de discriminación y antisemitismo, idea en la que coincido bastante, y de buscarse apresuradamente una salida claramente rápida e improvisada.

Está claro que, ante una noticia de este calibre, la derecha mediática, sin liberarse aún de una notoria pulsión homófoba, iba a aprovecharla para atacar el Orgullo y lo que representa, volviendo a la apología y al victimismo del sionismo más radical. Lo que tampoco me sorprende es que una buena parte de progresistas justifiquen la decisión y la mezclen con el asalto a la flotilla.

El ayuntamiento de Tel Aviv no es sólo una corporación municipal electa que puede condenar o no las acciones del ejército israelí, sino que también representa a todos los ciudadanos de Tel Aviv. No se debe eximir al ayuntamiento israelí de criticar su decisión, pero es un acto de agravio para sus ciudadanos, un desplante y una descortesía, más aún para aquellos ciudadanos que defiendan la lucha por la igualdad de derechos para el colectivo LGTB. La decisión no perjudica a Israel o a sus instituciones, sino a sus ciudadanos. El Orgullo no es para discutir todo lo que se hace bien o mal en el mundo, sino para manifestarse y continuar la reivindicación por la igualdad de derechos.

Con ello, me puse a reflexionar, como ya hice una vez en este blog, del persistente antisemitismo (o anti-israelismo, para el que lo prefiera) que existe en la izquierda española, antisemitismo que nace del dualismo entre Israel/malo contra Palestina/buena. ¡Ah! ¿Es que acaso son tan simples las cosas? Quizás para los necios. ¿Acaso Israel no es un Estado de derecho, democrático, además de tener un ejecutivo militarista y un ejército que practica un verdadero apartheid sobre Gaza y Cisjordania? Pero, ¿acaso Palestina, o cualquier país vecino, tienen un Estado (o embrión de Estado) de derecho, o respeto por los derechos humanos? Además de poseer una administración verdaderamente corrupta, neopatrimonial, cuya élite es parásita de los recursos del Estado. ¿Es que no somos capaces de ver más allá de nuestros dogmas? No vemos que la legislación es totalmente indecente cuando establece penas de prisión o muerte para los homosexuales, no vemos que la mujer está totalmente tutelada por el padre o el marido, pero sí vemos que Marruecos es muy malo cuando se trata de la cuestión del Sáhara Occidental. ¿Acaso la estructura del Estado marroquí no se diferencia sensiblemente de la argelina, la egipcia, siria o lo que hacen y quieren hacer la élite palestina?

Recomiendo urgentemente que busquéis El cumpleaños de Laila, una película palestina, y veáis el diálogo entre el juez y el ministro. Os recomiendo Poder y regímenes en el mundo árabe contemporáneo, de Ferrán Izquierdo Brichs para que veáis la naturaleza del poder en estos países, lo mismo que Elecciones sin elección de Luciano Zaccara e Ignacio Álvarez-Ossorio.

En definitiva, qué decepción que los organizadores del Orgullo LGTB, líderes de un colectivo que tanto ha sufrido, tantas persecuciones ha tenido, tantas muertes ha tenido, tantos odios ha recibido, se convierta en un nuevo verdugo contra otros que también fueron, en su día, los parias de la Humanidad. Israel insulta al pasado de los judíos comportándose igual que Hitler, pero los líderes LGTB han obrado igual.

Qué decepción, no sé si con estas circunstancias merece acudir un año más al Orgullo, si no es un Orgullo por la libertad y el respeto a la diversidad.

"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organí­cense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".

Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano

Bienvenidos

Bienvenidos al Árbol Socialdemócrata, un sencillo blog que pretende dar su pequeña aportación a los ideales del socialismo democrático y de la libertad.

Os invito a leerme, no sólo por afinidad, conformidad a lo escrito o discrepancia, sino para que cada uno cree conciencia propia y ajena. Todos tenemos que contribuir a la libertad, ser una nueva ventana a la esperanza por un mundo mejor.

¡Piensa por tí mismo!

"El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo"

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Manuel Azaña

Manuel Azaña

"Causas de la guerra de España", Manuel Azaña

En nuestros conflictos políticos, la República tiene que ser una solución de término medio, transaccional y la válvula de seguridad contra sus desaciertos es el sufragio universal. Lo que se pierde en unas elecciones, puede recuperarse en otras. Nada duradero se funda sobre la desesperación y la violencia. La República no puede fundarse sobre ningún extremismo. Por el solo hecho de ser extremismo, tendría en contra a las cuatro quintas partes del país.

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