
Ensayo sobre la lucidez, 2004
Gracias, Saramago, por darnos un poco de lucidez en este mundo de ceguera
“Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre”. Hace justo un año hice un post como homenaje a V de Vendetta, al gran cómic y a su versión cinematográfica. Recuerdo muy bien el impacto que me causó el día que fui a verla en el cine, en marzo del 2006. En mi vida terminaba un ciclo: estaba acabando el bachillerato y llevaba poco más de un mes afiliado a las Juventudes Socialistas, con una ilusión desbordante. ¡Cuántas cosas han cambiado en tres años! Esa película, ese cómic y, además, la lectura de 1984 de Orwell, despertaron una conciencia crítica.
Hay que reconocer que cuando se tienen 17 años no ha habido tiempo de realizar lecturas exhaustivas de las grandes teorías e ideas políticas, de obras literarias o de grandes manuales de Historia. ¡Ni con 17, ni con 21, la lista tiende al infinito! Por tanto, ni a los 17 ni a los 21 se pueden tener las ideas que se vayan a sostener en el futuro, y pasar del trotskismo a la socialdemocracia no es nada extraño. Este blog, por ejemplo, es un producto de las ideas y venidas de la mente, del humor, de los acontecimientos del mundo, ¡cuánto ha cambiado desde las primeras entradas hasta las actuales! La semilla echa raíces y poco a poco va creciendo un hermoso árbol.
No sé muy bien por qué me invaden ganas de imprimir un toque más reflexivo y personal a las entradas del blog. Quizás una conspiración de la mente, una necesidad de que estos pensamientos ingenuos se doten de la solidez que proporciona ponerlos por escrito: los egipcios creían que nada tomaba forma si no estaba puesta por escrito (no hay derrota en la batalla de Kadesh porque no hay ningún escrito que no diga que fue una gran victoria de Ramsés el Grande).
En Francia, el Gobierno ha creado un debate sobre la identidad francesa. Y nos lleva a ¿en qué consiste ser español? Esta pregunta es como la pólvora. Creo que es una de las preguntas que generan mayor debate en nuestro país. ¿Creer en una nación superior, en la libertad, tener una cultura propia, un mismo idioma…? Francia quiere reafirmar sus valores republicanos. Pero si ser francés es defender la libertad y la virtud republicana, el silogismo nos lleva a que no ser francés es lo contrario… y si quitamos francés por español ocurre lo mismo…
Estos años han sido el inicio del viaje al descubrimiento de uno mismo. ¿Qué es un valor importante para la felicitas de la comunidad política? ¿Qué puedo aportar para formar parte de la polis, para ser un ciudadano? La libertad. Está más allá de español o francés, socialismo o liberalismo, lo que sea, son simples mecanismos para intentar llegar a ese ideal, sin el cual no podemos desarrollarnos como personas, como animales sociales. Sin ella, ni la más elaborada doctrina o el régimen más avanzado están incompletos.
Queriendo escribir sobre el socialismo y defender sus premisas, he llegado a comprender su verdadera realidad, a escribir y a defender el resultado del socialismo, la libertad. Si queremos comprender a fondo la libertad, hay que leer, profunda y reflexivamente, la Declaración de Independencia de 1776 y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. “Libertad significa el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”, dijo Orwell, y qué razón.
Este post será una excepción, hablaré más de mí, de mi experiencia y de mi vida. Sé que lo he hecho pocas veces. Sé que no hablo de quienes me rodean, pero es más querer guardar su intimidad. Lo siento por la excepción, pero esto también es un homenaje a ellos, las personas queridas. Quizás es también las ganas de implantar variedad a este blog, tan lleno de política. Incluso en esto hay política. ¡Qué le vamos a hacer! Pero política, que viene de polis, ciudad o comunidad, es propia de nosotros.
Ayer tiré a la papelera una bandera de los grupos antiabortistas. Puedo usar la excusa del reciclaje, de ayudar al Ayuntamiento más endeudado de España a limpiar las calles de basuras, que para eso nos sube las tasas, porque las obras faraónicas se pagan con dinero y no con votos. Ninguna excusa de esa sirve más que para broma. Lo hice porque quise. No voy a negar que sentí una sensación especial por reciclar. Me encontré sin quererlo con una pequeña masa de gente, ciudadanos, gentry, people, folk, en una manifestación, flock, reunión o como quieran. Cincuenta mil, cien mil, doscientos cincuenta mil, millón, millón y medio, dos millones, las cifras las dan los medios, El País, Público, Telemadrid, Efe, la guardia civil o los redondeos matemáticos de determinar que de millón y medio llegamos a los dos millones, medio millón arriba, medio millón para abajo, casi nada. Quizás mañana sean tres, quizás cuatro, quizás nada.
Ayer estuve, hay que reconocerlo, muy radical. Para qué engañarse, ¡si encuentro una sensación especial! Fui a ver libros, a la Feria de libros de Recoletos. Con mi novio, mi mejor amigo y su novia, amiga mía también. Ella había querido ir a la manifestación contra la nueva Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Le dije que eso estaba mal, pues sé que los convocantes hacían un ejercicio total de hipocresía contra la nueva ley, ya que la nueva será más rigurosa. También hay que saber que hay que permitir la libertad de decidir.
Opino, ya lo he escrito otras veces, que abortar es malo, que es algo que no debería hacerse, pero hay que comprender que a muchas mujeres no les queda más opción. Como con otras cosas, sólo cuando mejoremos nuestro bienestar, de todas las personas, cosas así podrán ser innecesarias. Le dije que además de hipócritas quienes iban eran los que odiaban que se pudiese amar a quien quiera, independientemente de su sexo. También dije, más radical, que no deberían poder manifestarse. Pero eso no se puede hacer, todos tenemos la libertad de manifestar nuestras ideas. “Yo les respeto, pero que no lo demuestren en público”, añadí, ya en broma, en los mismos términos que ellos argumentaban su rechazo a que dos hombres o dos mujeres puedan casarse.
Como digo, fuimos hasta Recoletos. En la calle había gente yendo y viniendo de la manifestación. Cuando dicen los dos millones, recuerdo las manifestaciones contra la guerra, como aquella del 15 febrero. De Atocha a Sol, todas las calles abarrotadas, yo no podía ni dar dos pasos seguidos, y unos decían millón y medio y los medios que hoy tanto engordan decían… medio millón. Ayer se podía andar tranquilamente a escasos metros de Cibeles. Como la calle es de todos, de la mano de mi novio, con un placer mayor en medio de quienes desprecian el amor pleno por un amor sectario.
Seguramente a los libreros de Recoletos les fue muy bien este “extra” de gente. Vimos libros sin apretujones y, viéndole beneficio a esto, dudo que el “extra” de gente se llevase los libros que yo quería. Escritos de Vargas Llosa, García Márquez, Kant, Smith, Lenin, Trotsky, Locke, MacDonald, Azcárate, Goethe, Bobbio… no, no me iba a quedar sin ellos. Pensaba, cuando al otro lado de las casetas se defendía la irracionalidad y la ignorancia, ¡pobres gentes tratadas como simple rebaño!, al otro lado los libros irradiaban la cultura y el saber de generaciones y de pueblos. La cultura de élites ahora está al alcance de las masas.
Si hay unos pro-vida, entonces los demás somos pro-muerte. Si están con la familia, entonces nosotros estamos contra ella. ¡Qué malas personas somos, sin darnos cuenta! No sabía que me levanto cada mañana pensando que hay que matar nosecuantos niños. No sabia que por el simple hecho de amar como quiera destruyo familias enteras de La Moraleja, el barrio de Salamanca o la urbanización de Sotogrande. Cuesta creer que una sola persona pueda causar tantos males.
Pero prefiero despertarme sabiendo que amo la libertad y la igualdad, aunque cueste con gente con tanto odio encima. Me gusta más salir en busca de libros buenos y baratos antes que a ejercer del palmero de quien sea. Me gusta escribir en este blog, reconocer mis errores y exponer mis ideas. Me da pena que mucha gente condicione el amor a sus hijos a que “salgan normales” o que esa forma de “defender” la vida se olvide para pedir la pena de muerte por asesinatos mediáticos de menores. Me da pena que quieran una alternativa egoísta, que no se preocupen de la gente con problemas económicos, de aquí o de África. Me da pena que quieran destruir la poca libertad que tenemos cuando gritar Viva el Tíbet libre sea causa de muerte.
Beer, “Historia general del socialismo”
Engels, “Anti-Dühring”
Fraschetti, “Augusto”
Lenin, “El Estado y la revolución”
Tasca, “El nacimiento del fascismo”
Tierno Galván y Bobillo, “PSP, una opción socialista”
Trotsky, “Historia de la revolución rusa”
Cuadernos del Mundo actual:
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