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martes, 19 de junio de 2012

Análisis y claves de las elecciones griegas


Hace ya más de un mes que no escribo. Lo echaba mucho de menos. Es lo que tienen los estudios. Pero, una vez más liberado al respecto, vuelvo a mi querido blog y a comentaros mis impresiones, queridos lectores. ¡Han pasado tantas cosas desde la última entrada! Elecciones griegas (primera y segunda parte), elecciones egipcias (y la contrarrevolución militar), elecciones francesas, deterioro de la crisis económica en España, decepción ante la falta de respuestas del Gobierno de Rajoy y la incertidumbre tras el rescate financiero a España. A su debido tiempo.

Hoy toca hablar del resultado de las elecciones griegas. Parece que, esta vez, no habrá que volver a repetirlas y que, definitivamente, saldrá una coalición de gobierno. Antes de este comentario acerca del análisis y claves de las elecciones griegas, habría que resaltar que la apelación a la ciudadanía para marcar un sentido a la resolución de los problemas de un país es un sano ejercicio democrático; no obstante, un uso excesivo es siempre perjudicial, por un sencillo motivo: son los políticos, como representantes del pueblo, quienes tienen que resolver los problemas existentes, buscando y negociando acuerdos, no trasladando continuamente a la ciudadanía sus problemas por la falta de acuerdos o de la necesaria madurez que se requiere para la gestión de la cosa pública.

En el estudio de la historia, y en el de la ciencia política, siempre es interesante los grandes cambios políticos. En el período 2009-2012 se ha iniciado una gran recomposición del arco político griego.

Recordemos algunos datos: durante los últimos años del sistema democrático griego, los grandes partidos alternantes en el poder, el socialista PASOK y el conservador Nueva Democracia manipularon los datos de la economía helena. Este falseamiento fue descubierto por la Unión Europea, provocando la caída del gobierno conservador de Karamanlis, la victoria del socialista Papandreu y el comienzo de un doloroso ajuste para la economía y el pueblo griegos: el rescate económico y las condiciones impuestas por las instituciones comunitarias y el gobierno alemán -el conocido memorándum- solo han servido para lastrar aún más la economía griega. El desempleo ha aumentado, el Estado ha sido obligado a privatizar empresas públicas, a recortar el Estado de Bienestar y, a cambio, la economía sigue sin crecer y el país es incapaz de pagar ni la deuda ni sus intereses. El fraude fiscal es cada vez más grave y el Estado es incapaz de combatirlo. A la crisis económica se suma la crisis política: los socialistas de Papandreu, que capitanearon al país en la senda del ajuste y del rescate, se quemaron políticamente. En la oposición, el principal partido, ND, dirigido por Antonis Samaras, inicialmente se negó a la colaboración -esperando que la crisis quemara a los socialistas y los griegos llamaran de nuevo al poder a los conservadores- y, posteriormente, por presión de la derecha europea, aceptó integrarse en un gobierno de unidad nacional con el PASOK -liderado por el independiente Papadimos, con el beneplácito de la UE y la presión de Merkel- y seguir con la política de recortes.














Ese es el contexto en el que se desarrollan las elecciones de mayo y junio de 2012. Como vemos en el cuadro 1, la crisis griega ha roto los esquemas previos: el sistema tradicional bipartidista ND-PASOK, así como el eje izquierda-derecha, ha pasado a un sistema de pluralismo polarizado y de múltiples ejes: a la izquierda-derecha se le debe sumar el eje partidarios/detractores del memorándum, que es el que se ha impuesto como dominante en estas elecciones para la formación de un nuevo gobierno.

Como resultado de este nuevo cleavage o "línea de ruptura", han surgido nuevos partidos o se han fortalecido los marginales: Griegos Independientes (ANEL) surge como una escisión euroescéptica o antieuropea y nacionalista de ND, con el 10% de votos, así como Alianza Democrática (DISY) o Acción-Alianza Liberal (DRASI-FS), que resultaron extraparlamentarios; del PASOK surgió Acuerdo Social (KOISY) y, junto a una escisión de SYRIZA, Izquierda Democrática (DIMAR), este el único que consiguió representación parlamentaria. La Coalición de Izquierda Radical, SYRIZA, consiguió capitalizar buena parte de la caída socialista, situándose como segundo partido más votado y el primero del campo de la izquierda. El comunista KKE, aunque en las elecciones de mayo ganó votos, no recibió los frutos esperados de su acción política contra los recortes, cosa que DIMAR y SYRIZA sí consiguieron. En la extrema derecha, los populistas de LAOS pagaron cara su entrada en el gobierno de concentración nacional convirtiéndose en fuerza extraparlamentaria, siendo sustituidos por Amanecer Dorado (XA), el partido neonazi griego. Los partidos extraparlamentarios, que en 2009 consiguieron el 4,5% de los votos, aumentaron hasta el 19,6% -sumados con los votos de LAOS- y sin representación parlamentaria. Buena parte de este aumento se debía a los partidos surgidos al albor de la crisis política -DISY, KOISY, DRASI-FS- y los reforzados como Los Verdes, aunque sin el peso necesario para alcanzar representación parlamentaria.

La repetición de elecciones en junio ha venido a consolidar este nuevo sistema polarizado, manteniendo los partidos que obtuvieron representación en mayo y concentrando en estos, en especial los más grandes -Nueva Democracia y SYRIZA- los votos. Es reseñable que el peso de los partidos extraparlamentarios se reduce a niveles previos por un voto útil a las formaciones parlamentarias, sin olvidar constatar que dos de los partidos extraparlamentarios, el derechista DISY y el socialdemócrata KOISY, optaron el primero por presentarse con ND y el segundo por no hacerlo. El sistema que se está formando, de momento, apunta a una bipolarización en torno a ND y SYRIZA, con la existencia de formaciones menores. De estas, es importante apuntar el papel de bisagra de los socialdemócratas del PASOK y de DIMAR y la caída del KKE, sin duda por su negativa a integrarse en pactos, manteniendo una política maximalista. La caída comunista le supone no solo una pérdida de votos respecto a las elecciones de mayo, sino también una pérdida de votos respecto a niveles anteriores a la crisis económica o política: el KKE ha perdido la capitalización de la crisis griega.


El característico sistema electoral griego, que por una reforma constitucional pasaba a otorgar un premio de 50 diputados a la formación más votada, ha producido un perverso efecto distorsionador: como puede verse en el cuadro 2, superior a estas líneas: pese a que las formaciones de derecha tienen un nivel de votos inferior a la izquierda, su menor fragmentación y la concentración de voto en torno a ND ha venido a beneficiarle. Por el contrario, la división de la izquierda en cuatro partidos juega en su contra, aunque sumados los tres partidos democráticos de izquierda (SYRIZA, PASOK y DIMAR) su porcentaje de voto es mayor.



Pero como decía, la comparativa entre partidos por el eje clásico izquierda-derecha ya no es suficiente. No desaparece, pero no es suficiente. Por la división de posiciones respecto al memorándum, la política de pactos se condiciona a este. Los partidos democráticos están de acuerdo en su renegociación: ND y PASOK en cambios mínimos que consideren que pueden contentar a los griegos, y la izquierda de SYRIZA y DIMAR en cambios profundos que primen el crecimiento sobre el pago inmediato de la deuda. La negativa de la derecha nacionalista de ANEL, del KKE y de la extrema derecha de Amanecer Dorado directamente les deja excluidos. Como se ve en el cuadro superior, la solución triunfante, por votos y reforzado por la prima al más votado, es la de una negociación mínima, una salida que contenta bastante a los mercados financieros. La posición de los partidos maximalistas se reduce.

Esa mayoría parlamentaria clara a los partidarios de la negociación mínima, ND y PASOK, favorece su acuerdo para un gobierno de coalición. Es la solución querida por los mercados financieros y por el Gobierno alemán. No porque una victoria de la coalición de partidos que han arruinado a Grecia vaya a ser su salvación, sino porque son los partidos que están de acuerdo en el pago de la deuda por encima de todo. 

La posición de Nueva Democracia, como vimos, fue ambigua y con un claro objetivo político: neutralizar a los socialistas como fuerza de oposición y volver al poder. La satanización de la izquierda de SYRIZA pretende reforzar su papel como garante del sistema establecido y de la moderación, un juego en el que han caído no solo los socialistas griegos, sino también buena parte de la opinión pública progresista en Europa y de algunos partidos socialistas europeos. 

El PASOK, que ha capitalizado las iras de su más directo electorado y ha perdido la posición predominante que gozaba en las últimas décadas, se ve convertido en un complemento a la mayoría de Nueva Democracia, presionado por los mercados financieros y por la derecha europea a sostener a Samaras. Al parecer, esta nueva postura es acogida sin excesivas resistencias en el partido: huidos los grupos más izquierdistas a DIMAR y SYRIZA, en el partido quedan aquellos más afectos al poder que a las ideas progresistas. Nunca sabremos qué habría decidido el PASOK de haber ganado en estas elecciones SYRIZA.

La historia más reciente nos demuestra que la izquierda política tiene que ser capitaneada por un partido democrático y moderado. SYRIZA ha pasado de una pequeña coalición de partidos eurocomunistas, trostkistas y socialistas a, aun englobando a estos, moderar sus postulados para prepararse a ocupar, de momento, la primacía en el seno de la izquierda griega. Sin abandonar un discurso ciertamente populista, ha introducido elementos de izquierda responsable: defensa clara de la Unión Europea y del euro, lejos de la demagogia que hacen gala sobre este tema sus partidos homólogos en Europa. Si quiere mantener la posición conquistada de primer partido de la izquierda griega, es posible que entre en tensiones con sus sectores más radicales, y se acabe en la configuración definitiva de un partido de izquierda socialdemócrata, manteniendo su discurso de reforma radical del Estado griego. 

Perder esa oportunidad podría suponer la recuperación del PASOK -no olvidemos que el Partido Socialista griego aún conserva un gran poder regional y local que puede emplear para recuperar su capital político- o la apuesta de la izquierda social por DIMAR, que se sitúa en una tercera vía entre un PASOK más preocupado por el poder y SYRIZA. DIMAR hace gala de una izquierda pragmática, opuesta a los recortes por encima del crecimiento y partidaria de pactos de gobierno amplios.

En el campo de la derecha, la mala noticia es el apoyo estable a los neonazis de Amanecer Dorado. Que reciban votos es un dato preocupante. El nuevo gobierno tiene que dar soluciones destinadas a reducir ese apoyo, que se basa en el desempleo, la reducción de ayudas sociales y señalar al inmigrante como culpable de todo. No solo bastan decisiones políticas, sino legales: la violencia que está desatando XA debe ser combatida policial y jurídicamente. En democracia se pueden defender desde vías pacíficas todas las opiniones, pero aquellas actuaciones que siembran el odio, son violentas y antidemocráticas deben ser perseguidas y cortadas de raíz. Obviamente, no solo vale la vía legal, sino una labor de concienciación social.

En un aspecto más amplio, hay que destacar la presión internacional a la que han sido sometidos los griegos y que ha influido de manera notable en el resultado electoral. Una decisión libre ha sido condicionada por los miedos reflejados en los mercados financieros, todos temerosos de una victoria de SYRIZA, a la que han anatemizado previendo los mayores desastres para Grecia y la Unión Europea si esta ganaba, desde la salida del euro al cierre del grifo del dinero. Lo cierto es que, como ya temíamos, la derrota relativa de SYRIZA no ha supuesto un alivio en la economía. En España, como hemos comprobado, la prima de riesgo sigue desbocada y los intereses que se pagan por la deuda son inaceptables. En Grecia, habrá que ver si el nuevo gobierno es capaz de sacar adelante una renegociación del memorándum y hacer las reformas que el Estado necesita para generar crecimiento y recaudar impuestos. Grecia tiene un grave problema de liquidez y de credibilidad. La Unión Europea y el proyecto federalista están en peligro, no por Grecia, sino por los gestores de la crisis económica y su sumisión a los mercados. Se esperan respuestas progresistas. Estaremos atentos a Francia.

PD: os añado una tabla más, una descripción de los partidos parlamentarios griegos, no solo por situación ideológica sino por sus posturas referentes a pactos, memorándum, rescate...









martes, 21 de junio de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (y II)


-Insurgencia en el noreste de India: iniciada en 1964 y con un balance de 25.000 muertos, este conflicto es, en realidad, varios conflictos entre la Unión India y diversos grupos armados que reclaman desde mayor autonomía a la independencia total de sus regiones. También se aduce la marginación política que sufren desde el gobierno central a las diferencias étnicas existentes, así como conflictos territoriales entre las diversas regiones. Actualmente, las tensiones se han reducido por las políticas del gobierno indio por el desarrollo de la zona, pero aún permanecen activas algunos de los grupos armados en Assam, Manipur, Nagaland y Tripura.

-Insurgencia en las Filipinas: a finales de los años 60, un grupo del Partido Comunista filipino organizó un ejército guerrillero, el Nuevo Ejército del Pueblo, que prosigue su actividad desde la isla de Luzón, aunque con menor impulso tras la revisión de la estrategia contrainsurgente bajo la presidencia de Corazón Aquino. Igualmente, desde la década de los 60 operan en otras islas guerrillas islamistas separatistas. La Operación Libertad Duradera actuó en Filipinas contra esta guerrilla islamista, aunque actualmente se ha cambiado la estrategia por el diálogo entre el gobierno y las guerrillas comunista e islamista. En total, desde sus inicios las guerrillas se han cobrado la vida de más de cien mil personas.

-Conflicto kurdo en Turquía: desde finales de los años 70, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), comunista, y junto a otras organizaciones revolucionarias y separatistas kurdas mantiene un largo conflicto, con 45.000 víctimas, contra el Estado turco por la independencia de los kurdos de Turquía por la histórica marginación social y política que han venido sufriendo hasta hace bien poco. El PKK, considerado una organización terrorista, se vale del Kurdistán iraquí como base de operaciones contra Turquía. Igualmente, aparte de típicas acciones guerrilleras en el sudeste de Turquía, se han empleado atentados en el oeste del país. Actualmente la marginación de los kurdos en Turquía está reduciéndose, se permite la enseñanza del kurdo y la emisión de canales de televisión en ese idioma y el parlamento cuenta con diputados pro kurdos, si bien el anterior partido pro kurdo, el Partido de Sociedad Democrática fue ilegalizado, acusado de complicidad con el PKK y sustituido por el Partido de la Paz y la Democracia.

-Insurgencia del Ejército de Resistencia del Señor: esta guerrilla de inspiración cristiana inició su lucha en 1987 en el norte de Uganda, aunque actualmente ha ampliado su zona de ataques a Sudán del Sur, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana. El ERS busca crear una república teocrática cristiana en Uganda y castigar a la etnia acholi, empleando a miles de niños como soldados y esclavos sexuales y, en lo que va de conflicto, ha causado 12.000 muertes directas y más de dos millones de desplazados.

-Conflicto de Cachemira: el conflicto estalló en 1947 tras la independencia y partición de la colonia británica de la India entre Pakistán y la Unión India. La región estaba gobernada por hindúes pero poblada mayoritariamente por musulmanes, y tanto un país como el otro reclaman que el territorio les pertenece, apoyando a diversos grupos terroristas y guerrilleros que se han cobrado la vida de entre 60.000 y 100.000 personas.

-Conflicto de Casamance en Senegal: considerado como una guerra civil de bajo nivel desde 1990 entre el Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance y Senegal por la independencia de la región de Casamance, de mayoría jola. Los alto el fuego no dieron resultados a finales de los 90 el movimiento independentista se dividió en dos y comenzó a luchar entre sí, manteniendo los enfrentamientos con el ejército senegalés. El conflicto ya ha provocado la muerte de unas mil personas.

-Insurgencia en el Magreb: tras el final de la guerra civil argelina, del régimen autoritario contra el islamismo, desde 2002 varios grupos guerrilleros y terroristas, como los salafistas o Al Qaeda del Magreb Islámico han llevado a cabo ataques, secuestros y otras acciones en Argelia, Mauritania, Marruecos y Mali, no solo contra sus respectivos Estados o civiles, sino también contra extranjeros -turistas y activistas-, cuyos secuestros provocaron la atención de los medios de comunicación.

-Conflicto en el delta del Níger: el delta del río Níger, en Nigeria, es objeto de frecuentes luchas desde 2004 entre el Estado y los grupos separatistas del Movimiento para la Emancipación y las Fuerzas Voluntarias Populares, de las etnias ogoni e ijaw, por el control de los pozos petrolíferos y justificándolo por la pobreza y la corrupción de la región y el país. Hasta ahora, el conflicto arroja un balance de unos 4.000-5.000 muertos.

-Conflicto de Baluchistán: los insurgentes baluchis luchan contra Irán y Pakistán por la independencia de esta región controlada por los dos Estados. El conflicto ha conocido diversas fases de tranquilidad y lucha desde 1948; el actual período de enfrentamientos surge en 2004, con 7.000 muertos desde entonces. En la zona también han colaborado diversos actores, como los talibanes, o incluso Estados Unidos e Irak para desgastar a Irán.

-Conflicto Irán-kurdos: el Partido por la Vida Libre de Kurdistán (PJAK), al que algunos ven relación con el PKK, pero también con Estados Unidos, sostiene un débil enfrentamiento contra el régimen teocrático iraní por la libertad del Kurdistán de Irán, no necesariamente la independencia, sino bajo un régimen federal y democrático donde se reconozcan los derechos de las otras minorías nacionales que viven en Irán. Las acciones del PJAK se han limitado a la teoría de la acción-represión-acción, al asesinato de miembros de fuerzas de seguridad iraníes en venganza por muertes de kurdos iraníes o en el derribo de helicópteros y pequeños ataques a soldados iraníes. En total, el conflicto lleva unas trescientas muertes desde 2004.

-Insurgencia del sur de Tailandia: desde 2004 la violencia en las provincias más al sur de Tailandia ha aumentado. Los grupos insurgentes, acusados de terrorismo y de vínculos con Al Qaeda y con las guerrillas islamistas de Filipinas, justifican sus actos como respuesta a la falta de representación de los musulmanes en la política tailandesa, así como la pobreza de la zona. Las acciones de los insurgentes, que tienen entre 500 y 15.000 efectivos según las fuentes, se basan en ataques de bombas contra ciudades y edificios oficiales y llevan ya 7.000 muertos.

-Cuarta guerra civil de Chad: mantiene la estela de conflictos anteriores entre árabes musulmanes del norte y africanos cristianos del sur, la lucha por el poder y la tierra, ocultos tras la lucha contra Sudán como excusa para el enfrentamiento entre los diversos grupos sociales rivales. Las nuevas negociaciones, lideradas por las Naciones Unidas y la ayuda humanitaria de Canadá, permitieron el "fin" del conflicto en 2010, a la espera de nuevas elecciones para normalizar la situación. Desde 2005 hasta 2010, ha habido más de mil muertos.

-Insurgencia en el norte del Cáucaso: pese al fin oficial del conflicto de Chechenia y tras las acciones bélicas contra Georgia, la región sigue siendo inestable, con la actividad guerrillera de grupos islamistas en las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingusetia y Kabardino-Balkaria, concentradas en acciones terroristas de ataques a edificios oficiales, medios de transporte, etcétera, con un balance de 900 muertos. Reclaman la independencia de esas regiones bajo regímenes islamistas, o luchando entre sí, sosteniendo diversas interpretaciones islámicas como el salafismo o el sufismo, mientras el régimen de Putin mantiene el control de la región por el ejército y las violaciones de los derechos humanos en los diversos bandos.

martes, 29 de marzo de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (I)


Una de las muchas críticas a la intervención internacional en la guerra civil libia es la constatación de que este conflicto no es ni el único ni el más sangriento que sufre la humanidad. ¿Por qué no se interviene en el resto de conflictos?, se preguntan con ironía muchos de los contrarios a la intervención en Libia. La comunidad internacional en general, y las potencias occidentales en particular, quedan en evidencia ante el mutismo por otros conflictos que dejan millones de muertos. Los casos, por supuesto, difícilmente pueden ser comparables con el caso libio. En muchos casos, los conflictos existentes suelen ser el reflejo de graves problemas internos que sus países no han sabido, no han querido o no les han dejado resolver. Sus características son variadas: pueden durar desde décadas a pocos meses o años, o su intensidad, de mayor a menor intermitencia.

Voy a hacer una breve síntesis de los actuales conflictos. No debemos caer en el simplismo al que nos acostumbran los medios informativos, ni siquiera la de los partidos que reclaman con orgullo el patrimonio del pacifismo o la defensa de "los pueblos", puesto que tanto manipulan uno como otro desvirtuando la realidad de esos conflictos como manteniendo un silencio absoluto, en ocasiones incómodo para ellos y los intereses que tienen detrás.

- Insurgencia naxalita-maoísta (India): surgida alrededor de 1967 por la guerrilla del Partido Comunista de la India (marxista-leninista)-guerra popular. La situación se ha quedado estancada: la guerrilla se refugia en zonas boscosas, atacando a la policía y reclamando cambios sociopolíticos para acabar con el sistema de castas, reparto de la tierra y emancipación femenina. Han muerto alrededor de 10.000 personas en el conflicto, y según la BBC, el año pasado la guerrilla pidió un alto el fuego para iniciar negociaciones.

- Guerra civil afgana: empezó en 1978 con la toma del poder por parte de su partido comunista, comenzando un largo proceso bélico donde han participado los soviéticos en su famosa invasión de 1979, creando su Vietnam, las insurgencias muyahidin y talibán y finalmente la intervención de la OTAN en 2001. A día de hoy, el Estado afgano es muy débil, apenas controla poco más de la región de la capital, Kabul, estando el resto controlado por señores de la guerra y las distintas divisiones militares de la OTAN, con un balance de muertos muy variados según las fuentes, que van desde 600.000 a los 2 millones de muertos.

-Guerra civil somalí: la situación de Somalia se deterioró a mediados de los 80, con insurrecciones contra la dictadura de entonces y la posterior reacción para reinstalar en el poder al tirano derrocado. Desde entonces, el poder político somalí se resquebrajó, configurando a Somalia como Estado fallido según las listas de Fund for Peace y Foreign Policy. De la desintegración del poder central han quedado varios poderes locales: el gobierno reconocido por la comunidad internacional, que controla poco más de la capital y algunas regiones dispersas, la guerrilla islamista y las regiones independientes de facto de Somalilandia y Puntlandia. El balance de muertos también es variable, de 300.000 a 400.000.

-Guerra en Waziristán (noroeste de Pakistán): las derivaciones de la guerra civil afgana se trasladaron a esta región pakistaní, con una importante presencia de la etnia pastún, base de los talibanes. Parte de los combatientes talibán de Afganistán cruzaron la frontera, los Tehrik-i-Taliban Pakistan, y junto a células de Al-Qaeda, a otros movimientos islamistas como Thereek-e-Nafaz-e-Shariat-e-Mohammadi y los talibanes pakistaníes de Lashkar-e-Islam han llevado a cabo diversos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y el ejército de Pakistán. También han realizado diversos atentados contra la minoría cristiana, mezquitas sufíes y a cualquiera que realice críticas en contra de la Ley contra la blasfemia, como el asesinato acaecido hace un mes del ministro de minorías pakistaní, el cristiano Shahbaz Bhatti. Los enfrentamientos, iniciados desde 2004, han supuesto unos 30.000 muertos, la pérdida del control estatal de la zona tribal y el peligro de desestabilización del régimen pakistaní, con la caída de Musharraf en 2008, el asesinato de Benazir Butto el año anterior y las luchas políticas entre el Partido Popular de los Butto y la Liga Musulmana de Nawaz Sharif.

-Insurgencias chíi y del sur de Yemen: estas son dos insurgencias muy distintas. Primero, tenemos que tener en cuenta el contexto de Yemen, un país suní reunificado en 1990 con Saleh como presidente, con ambición de hacer vitalicio su mandato presidencial (las actuales revueltas parecen haber truncado su plan), provocando la desafección de parte de las tribus yemeníes y de las antiguas élites del sur, marginadas del país unificado, además de la minoría chií zaidí del norte. El conflicto con los chiíes comenzó en 2004, con varias campañas de guerrilla y tierra quemada por parte de los rebeldes a lo largo de estos años, incluidas incursiones dentro de Arabia Saudí, a la que acusan de connivencia con el régimen de Saleh; a su vez, el presidente yemení acusó a Irán de estar detrás de los rebeldes chiíes. La insurgencia del sur comenzó en 2009, con intención de volver a separar el sur del resto del país, pero esta vez la rebelión está capitaneada por islamistas, acusados de colaborar con Al-Qaeda. En ambos casos, el gobierno de Saleh recibió ayuda de Estados Unidos para bombardear las zonas rebeldes, según los cables filtrados por Wikileaks. La cifra de muertos se eleva a entre 12.000 y 16.000 muertos, según las fuentes, aunque la cifra de desplazados es de unas 175.000 personas.

-Guerra contra el narcotráfico en México: tras ser elegido presidente de México en 2006, Felipe Calderón inició una serie de operaciones federales contra los cárteles de la droga. En amplias zonas del país los cárteles se habían convertido en la única autoridad y monopolizaban el tráfico de drogas a los Estados Unidos. Para luchar contra ellos, Calderón ha militarizado parte del territorio federal y ha usado al ejército y a la policía, levantando bastantes críticas: falta de preparación de los cuerpos de seguridad para estas operaciones, no atacar las redes de financiación de la droga y no llevar a cabo campañas de concienciación sobre el consumo de drogas. En ello sin duda se revela la corrupción que afecta al Estado mexicano, y al miedo generalizado por los cárteles: las mafias han realizado diversos ataques para amedrentar a la población civil, así como el asesinato de periodistas, políticos y policías. Las cifras de muertos, también variables, van desde 28.000 a 300.000 muertos.

-Conflicto nómada de Sudán: este conflicto, iniciado en 2009, tiene su origen en la guerra de Darfur. Se enfrentan los clanes nómadas de los Messiria y los Rizeigat por el control de los recursos -escasos- de zonas de pastoreo, ganado y agua, en la región de Kordofan del Sur. El número de muertos -de 2.500 a 3.500- no es nada comparado con el de desplazados, 350.000.

-Segunda guerra civil de Costa de Marfil: el conflicto estalló al no reconocer el presidente saliente, Laurent Gbagbo, su derrota en las elecciones presidenciales de octubre/noviembre de 2010. Gbagbo se negó a traspasar el poder al presidente electo, Alassane Ouattara, pese a las presiones internacionales. A los pocos días de finalizar la segunda vuelta electoral, comenzaron enfrentamientos entre partidarios de Ouattara y fuerzas militares y paramilitares de Gbagbo. Hay que entender la situación de la que partía Costa de Marfil: entre 2002 y 2004 se libró la primera guerra civil entre los musulmanes del norte y los cristianos del sur, con intervención de la ONU con tropas de la antigua metrópoli colonial, Francia. Los resultados electorales de 2010 reflejan la división de la guerra civil: Ouattara recibe el apoyo de los musulmanes y Gbagbo de los cristianos. Las milicias musulmanas volvieron a tomar las armas para poner en el poder al presidente electo y comenzaron a tomar ciudades desde febrero de 2011, denunciando la existencia de matanzas y fosas comunes en las ciudades tomadas, culpando a las fuerzas de Gbagbo, aunque la ONU acusa a las fuerzas de Ouattara de estar detrás de muchas de las muertes. Francia decidió intervenir de nuevo en el país, exigiendo al presidente derrotado la entrega del poder y la celebración de negociaciones entre los dos bandos, que a día de hoy resultan infructuosas. 100.000 se han visto obligadas a desplazarse para huir de los conflictos y alrededor de 1.500 personas han muerto, aunque las cifras podrían ser mayores.

-Conflicto interno de Birmania: los problemas internos de Birmania comienzan desde su independencia en 1948. Los comunistas se rebelaron contra el nuevo gobierno, buscando el apoyo de la amplia capa campesina del país. Los cristianos de Karen (hoy Kayin), se alzaron en armas por la autonomía de la región. La situación empeoró para las de minorías (religiosas, como cristianos o musulmanes; o nacionales, como chinos, , kayin, tailandeses...) al imponerse el budismo como religión oficial. El levantamiento de 1988 y las elecciones libres de 1990 fueron acalladas por la Junta militar birmana, convirtiendo al Estado socialista en una simple dictadura militar, negándose los militares a ceder el poder a la oposición civil de Aung San Suu Kyi. En 2007 ocurrió otro levantamiento, que en muchos aspecto reproducía el de 1988: monjes y estudiantes comenzaron a manifestarse en Rangún, protestando por el aumento de los precios, trasladándose las protestas a más de veinte ciudades del país. Los militares arrestaron a los monjes manifestantes y dispersarón a los civiles con gases lacrimógenos, pese a que algunos soldados se negaron a disparar contra la población. La comunidad internacional no pudo dar una respuesta conjunta: los requerimientos de la ONU de proteger a la población no surtieron efecto por el apoyo público de Rusia y China a la junta birmana.

-Conflito israelo-palestino: desde los años 20 y 30 del siglo XX existían pequeños conflictos entre la comunidad judía y la árabe de Palestina, cada vez más violentos a medida de que surgía la posibilidad de la creación de Israel. Con su creación en 1948, entró en guerra con sus países árabes vecinos en 1948, en 1956 (guerra de Suez), 1967 (guerra de los seís días), 1973 (guerra de Yom Kippur), 1982 (I guerra del Líbano) y 2006 (II guerra del Líbano), además de las dos intifadas con los palestinos. Aparte de los conflictos bélicos clásicos, Israel mantiene a la franja de Gaza bajo bloqueo económico y militar, con bombardeos y acciones bélicas con las milicias de Hamás de Gaza, y ocupa Cisjordania y la zona este de Jerusalén, expulsando a palestinos de sus casas y estableciendo colonias israelíes, además de mantener el muro de Cisjordania, aislando a las ciudades palestina y controlando todos los movimientos de la población. Las diversas negociaciones han fracaso, incapaces de llegar a un acuerdo sobre el reconocimiento de Israel, la existencia de dos Estados o qué fronteras considerar. Las cifras de muertos, diversas, pueden llegar a más de 120.000.

-Conflicto armado de Colombia: el conflicto surgió a mediados de la década de 1960 como plasmación de la política del Frente Nacional y de la imposibilidad de participación política de otros sectores sociales. Las guerrillas de las FARC, ELN, M-19 y EPL y otros pequeños grupos iniciaron acciones contra el Estado, llegando a controlar regiones enteras, sobre todo del interior del país. El Estado colombiano reaccionó, primero, en los años 70, como otros países de su entorno respecto a la guerrilla y el terrorismo, con la guerra sucia, detenciones y torturas, y posteriormente, desde los años 80, con de negociaciones para reinsertar a los grupos en la vida política del país, que tuvo éxito con el M-19. Al conflicto político se le unió el problema de la droga, con enfrentamientos con las mafias de la droga primero, (y la formación de la organización paramilitar AUC) y con el uso del narcotráfico para la financiación de la guerrilla, después. La violencia ha convertido a Colombia en uno de los países más inseguros, aunque se han hecho verdaderos progresos en ese aspecto; sin embargo, alrededor de 200.000 personas han perdido la vida y siguen cometiéndose secuestros y asesinatos tanto de ciudadanos anónimos como de personalidades del país, además de evidenciarse lazos entre el gobierno, el narcotráfico y las bandas paramilitares.

lunes, 28 de junio de 2010

Eguiguren, Batasuna y EA


Hace pocos días venían de Euskadi dos noticias de gran interés. Una, el presidente del Partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren, pidiendo al gobierno vasco el liderazgo del proceso de paz y la reconciliación entre vascos, teniendo presente como punto final la legalización de Batasuna y algún tipo de compromiso entre vascos, ya que "hay unas realidades que no debemos olvidar". La otra, es el acto conjunto entre Eusko Alkartasuna y representantes de Batasuna, sin nombrar a ETA, acordando unir fuerzas para construir el tan buscado "Polo Soberanista".

La reflexión del presidente de los socialistas vascos entra dentro de la lógica de la racionalidad, así que bastantes de las críticas a su iniciativa han sido demagógicas.
Lo que se plantea es poder discutir de todo con dos cuestiones esenciales: consenso (nada podrá resolverse sin un acuerdo general en Euskadi) y condena y fin de la violencia (única barrera que separa a Batasuna de la legalidad). Simplemente, Eguiguren augura el futuro más racional pero, por desgracia, aún no el inevitable.

El
acto de EA-Batasuna, ¿significa la fagocitación del pequeño partido nacionalista por Batasuna? Son de esa opinión de politólogos. Eusko Alkartasuna, partido independentista socialdemócrata, nació como escisión del PNV, y su recorrido electoral parte del 15,84% (13 diputados) de 1986 al 8,69% (6 diputados) de 1998, último año en que concurrió en las elecciones regionales para formar un acuerdo con el PNV, hasta las de 2009, donde volvió a presentarse en solitario, quedándose con un 3,68% y 1 diputado.

En consecuencia,
EA ha ido perdiendo su espacio político, y el acuerdo con Batasuna sería la única vía para su supervivencia electoral, esperando recibir sus votos, que mayoritariamente ya van para Aralar, a la que también buscan atraer al nuevo Polo (por fuerza electoral, tendría que ser ésta, como partido mayoritario en la izquierda abertzale). ¿Este acuerdo supone la radicalización del partido socialdemócrata y una preocupación más laxa por la búsqueda de la paz? Realmente, sería una pena que esto fuera así.

Está claro que pese a su extrema debilidad, ETA sigue siendo una constante en la política vasca y nacional. Pese a toda la polémica que pueda tener la Ley de Partidos, parece evidente que sin ella no se habría presionado adecuadamente a Batasuna para empezar a soltar lastre. Los españoles ya no vivimos en la dictadura franquista, ahora existe realmente un Estado de derecho donde las propuestas deben pasar inevitablemente por el apoyo ciudadano, basado en las elecciones libres, el respeto a la libertad y conforme a las reglas de mayorías y respeto de las minorías. Una democracia, imperfecta (lo son todas), pero democracia, al fin y al cabo. Los viejos discursos no tienen validez, nadie oprime más que ETA.

Sería una verdadera inmoralidad pensar que la existencia de ETA es lo único que mantiene a raya cualquier proyecto serio de independencia de Euskadi
. No son pocos los que creen que es el precio a pagar, pero no es más que la constatación de su incapacidad política. Hay mucho en juego: cómo llegar al poder en la dialéctica de polos nacionalista/no nacionalista, cómo mantener sus estructuras de dominio y clientelismo sobre la sociedad, cómo no perder influencia política para las pequeñas opciones... una gran serie de combinaciones donde ha ocurrido de todo: ver un acuerdo PSOE-PP, que en el resto de España es imposible; un PNV que aún sin poder se comporta como si Euskadi fuera suyo; una IU que ha llegado a subordinarse al nacionalismo de derechas y al lenguaje confederalista; y una izquierda abertzale en el dilema de definirse ante la violencia.

Verdaderamente, el discurso nacionalista ha traido mucho daño. Tras el nacionalismo, la reescritura de la historia y el ensalzamiento de una identidad común pero diferenciadora siempre está lo mismo, o los mismos: la lucha de élites por el control de la sociedad. No hay naciones enfrentadas, no hay historias de glorias milenarias ni pasados utópicos ni perfectos, sólo bloques dominantes, intereses contrapuestos y muchos tontos útiles. La historia, cuando está condicionada por las relaciones de poder, deja de ser historia para ser cuento. Sinceramente, no sólo espero que se acabe el "problema vasco", y que se hable solamente de Euskadi con normalidad, sino que también se hable de ciudadanos y de libertad.

jueves, 20 de mayo de 2010

Un nuevo apunte sobre Tailandia

Ayer el ejército de Tailandia tomó la zona de la capital, Bangkok, donde los "camisas rojas" se habían hecho fuertes, en unos enfrentamientos donde murieron 15 personas. Posteriormente, fueron incendiadas partes de la capital, como la Bolsa, sedes de televisión (sometidas a censura del Gobierno por el estado de excepción, por cierto) y barrios de la clase alta y del mundo financiero.

Las posibilidades de negociación están prácticamente rotas. Los intentos de negocación a través de la ONU, del rey o del senado son casi nulas por la negativa del Gobierno tailandés. Ahora mismo, parece adivinarse que el único resultado puede ser la derrota de los "camisas rojas", sin contrapartidas de ningún tipo, ni nuevas elecciones. Una derrota a medias, porque los "camisas rojas" representan a las fuerzas políticas y sociales apoyadas por medio país, aunque sean populistas o dirigidas por una élite de millonarios, como Shinawatra. Tarde o temprano, la crisis seguirá cuando se celebren constitucionalmente nuevas elecciones. Sea por una segura victoria de los populistas, sea por fraude electoral o por reformas legales que restrinjan los escaños electos en el parlamento, como quiere la Alianza del Pueblo para la Democracia ("camisas amarillas"). Sin descontar una nueva intervención militar y el mantenimiento del malestar social por todo el país. La democracia, sigo pensando, lo tiene muy difícil en Tailandia. Creo que debemos preocuparnos más de lo que pasa fuera de nuestras fronteras.

lunes, 17 de mayo de 2010

Comprender qué pasa en Tailandia


Hoy quiero situar mi vista un poco más allá de los recortes del Gobierno español o de las idas y venidas con el caso Garzón, hoy quiero llegar a la antigua Siam.


Actualmente se está recrudeciendo el conflicto entre los “camisas rojas” y el Gobierno de Tailandia. Las promesas de negociaciones y de paz se van violentando repetidamente y el Gobierno no duda en usar a las fuerzas del orden público para mantener a raya a los manifestantes y sus reivindicaciones. En esos enfrentamientos se cuentan ya demasiados muertos y heridos.


Pero, ¿quién está en el Gobierno de Tailandia? ¿Quién le apoya? ¿Quiénes son los “camisas rojas”? ¿Por qué se degrada la vida política y social tailandesa?


A principios de los años 90 en Tailandia se dio fin a la época inestable de golpes de Estado. El crecimiento económico vino acompañado de una década de estabilidad y desarrollo de la democracia parlamentaria. En 1997 la crisis financiera asiática afectó también a Tailandia y las condiciones de vida de las clases populares urbanas y campesinas empeoraron. Sobre esta situación, el empresario Thaksin Shinawatra ganó las elecciones con su partido Thai Rak Thai, con un mensaje populista. La vida política se tensionó por la resistencia de las clases medias y altas a la política de Shinawatra, tendente a favorecer a las clases populares, la base de su apoyo electoral. Se le acusó de corrupción, de violación de los derechos civiles, limitación de la libertad de prensa, etcétera.


Sólo consiguieron apartarle del poder con el golpe de Estado del 19 de septiembre de 2006, cuando el primer ministro estaba en Naciones Unidas. El golpe, realizado por el ejército, fue legitimado por el rey Bhumidol Adulyadej con la creación de una junta militar (Consejo para la Reforma Democrática o Consejo de Seguridad Nacional) compuesta por el jefe del ejército, de las fuerzas aéreas y de la policía. Los apoyos sociales al golpe (un 83% según una encuesta del 20 de septiembre) venían de las clases medias y altas, agrupadas en la Alianza del Pueblo para la Democracia (APD).


La junta militar se dio el objetivo de elaborar una nueva Constitución más clara para el control de la labor del ejecutivo, nombró a un primer ministro interino y convocó elecciones, celebradas en diciembre de 2007, para volver a la “normalidad”. Éstas dieron la victoria, con 233 de 480 diputados, al Partido del Poder del Pueblo (PPP), el heredero del Thai Rak Thai, ilegalizado por la junta militar. Samak Sundaravej, considerado títere de Shinawatra, formó el nuevo gobierno constitucional.


La crisis política no se detuvo con las nuevas elecciones y una nueva normalidad constitucional. La Alianza del Pueblo para la Democracia, los “Camisas Amarillas”, siguió movilizándose para exigir el cese del primer ministro. Exigían una reforma de la nueva Constitución que hiciera que el 70% de los escaños fueran designados para evitar nuevas victorias de partidos populistas.


El 9 de septiembre de 2008 el Tribunal Constitucional inhabilitó a Sundaravej como primer ministro por realizar actividades privada retribuidas durante su mandato. Tras presiones del partido gobernante por volver a proponerlo como primer ministro, finalmente eligieron a Somchai Wongsawat, cuñado de Shinawatra. Esa circunstancia le hacía inaceptable para la APD, que exigía el nombramiento de cualquier candidato, mientras no fuera del partido mayoritario. La APD mantuvo su movilización en las calles de la capital tailandesa, Bangkok, reprimidas por la policía muy duramente, con unos pocos muertos y cientos de heridos. Ante la gravedad de la situación y las declaraciones del jefe del ejército de convocar nuevas elecciones, el primer ministro Wongsawat decretó el estado de excepción en dos aeropuertos donde los manifestantes desarrollaban sus movilizaciones.


Como con el anterior primer ministro Sundaravej, fue el Tribunal Constitucional el que volvió a inhabilitar a un primer ministro, a varios cargos del gobierno y a ilegalizar al PPP por cometer fraude electoral en 2007. Abhisit Vejjajiva, del opositor Partido Democrático de Tailandia, formó una nueva mayoría parlamentaria con partidos aliados del anterior gobierno y fue elegido nuevo primer ministro en diciembre de 2008. Las manifestaciones de la APD en el parlamento y en los aeropuertos finalizaron. Ya estaban satisfechos.


Pero esta victoria de la oposición no ha sido aceptada por los seguidores de Shinawatra. El Frente Unido Nacional por la Democracia contra la Dictadura, o “Camisas Rojas”, como se les conoce, vinculado al Pheu Thai (el nuevo partido seguidor del PPP y del Thai Rak Thai), comenzaron a movilizarse en abril de 2009 exigiendo el fin de la interferencia de los militares en la vida política, realizar nuevas elecciones generales y en aceptar el resultado que salga de ella. Se manifestaron frente a la sede del gobierno, de la IV cumbre de Asia Oriental y en la ciudad de Bangkok intensificaron sus protestas con la toma de calles y la quema de automóviles. El primer ministro Vejjajiva tuvo que declarar el estado de excepción en la capital tailandesa en abril de 2010 y en censurar a los medios de comunicación.


En los últimos días se ha intentado llegar a un acuerdo entre el Gobierno y los Camisas Rojas. El acuerdo consistiría en el fin de la violencia y en la celebración de elecciones generales para noviembre de este año. Pero la APD, los Camisas Amarillas, se negó a aceptar el acuerdo, exigían la declaración de la ley marcial para que se mantuviera el orden en la capital y retiraron su apoyo a Vejjajiva por llegar a un acuerdo con la oposición. Los Camisas Rojas se negaron a levantar su ocupación de la capital hasta que no hubiera un decreto de disolución del Parlamento y convocatoria de nuevas elecciones y los enfrentamientos con la policía y el ejército continuaron, con varios muertos y heridos. Las protestas se extendieron por el país y se tuvo que declarar el estado de excepción al norte y noreste del país. Desde marzo ha habido más de 50 muertos y más de mil heridos. El Gobierno no cede y los Camisas Rojas siguen pidiendo el alto el fuego para volver a negociar, con la mediación de la ONU y del rey tailandés.


De momento, así han quedado las cosas y aún no se sabe qué pasará, si el ejército intervendrá para acabar con la ocupación de parte de la capital por los opositores o si las negociaciones se reanudarán. Desgraciadamente, los acontecimientos pueden empeorar, aún más si cabe, porque ni los Camisas Rojas o los Camisas Amarillas aceptan un acuerdo que no les satisfaga.


En Tailandia la pretensión de un régimen democrático encalla porque las élites no aceptan que los líderes de las masas populares (Camisas Rojas) les aparten del poder, ni las masas populares aceptan que las élites (Camisas Amarillas) nieguen la validez de las consultas electorales o intenten violentarlas con reformas encaminadas a mantener su control del sistema político. Con esas condiciones, es imposible la democracia. Hay un combate de élites por el control del poder: los cercanos a la monarquía, el ejército y el poder económico, frente a una élite subalterna apoyada en las reivindicaciones populares.

martes, 11 de mayo de 2010

Elogio del optimismo



Hace muchos días que llevo reflexionando que, si me pongo a ver todas las entradas que he escrito (demasiadas, tanto como para olvidarme muchas veces de qué he escrito), la mayoría pueden dar sensaciones negativas de la realidad, de la actualidad, de muchas cosas. Básicamente, las entradas donde transmito algo netamente positivo son reducidas.


¿Podría ser de otra manera? Si me pongo a pensar, ¿hay razones para ser optimista o transmitir algo optimista? Si pasamos, aunque sea levemente, por encima del mundo y observamos su desarrollo desde que tenemos consciencia, podríamos irnos a dormir con mal cuerpo. Bastan pocos hechos: en la época donde se producen más alimentos que nunca, el Proyecto Hambre de la ONU estima que 24.000 personas mueren al día por hambre y la FAO que hubo 1.020 millones de personas desnutridas en 2009. Frente a este hecho está la inacción de los gobiernos del planeta, la corrupción de las élites dirigentes o la ceguera de aquellos de mente cerrada que no ven más allá de sus fronteras.


El hambre es sólo un ejemplo, pero también existe la falta de libertad, la violencia de las guerras desatadas por el control de recursos económicos (qué otro tipo de guerra puede existir acaso), la censura, la manipulación informativa, la crisis económica, el desempleo, la pobreza, la riqueza excesiva, la enfermedad, la desigualdad… el mundo del nuevo milenio sigue caminando hacia la pesadilla. Hay una cosa que no puedo soportar: el sufrimiento en un niño. La peor desgracia es que todo lo anterior lo sufran los niños.


Quería ser algo optimista, y sólo acabo mostrando la realidad, y la realidad me impide ser optimista. Quizás para el futuro inmediato.


Me he preguntado si soy un pesimista antropológico, lo mismo que hay optimistas antropológicos. Me gusta definirme como un optimista informado. Me gusta analizar las cosas y ver su aspecto más favorable, pero saberlo todo, no obviar ninguna característica. Para mí, es inevitable buscar o ver el lado negativo de las cosas. Prefiero no sólo alabar las cosas positivas, a veces ni mencionarlas, sino criticar las negativas, que son las que tienen que cambiarse.


Ciertamente, los optimistas son más felices, tienen mejor salud, encaran las cosas mucho mejor que otras personas… mi salud es buena, ahora que pienso; otras cosas que vienen con esa felicidad, no lo sé. Por eso mi elogio a los optimistas, pero a los de verdad, los que no sólo ven el lado bueno de las cosas sino que luchar por cambiar y mejorar el otro lado, los que creen que los desafíos del mundo son reversibles, que hay que hacer todo lo posible por cambiarlos.


Soy, o me gustaría ser, optimista. Quiero que la falta de libertad, las guerras, la pobreza… todo lo que he mencionado desaparezca un día, pero que ese día llegue pronto, no debemos dejarlo para mañana.


Puede resultar cínico, estoy aquí escribiéndolo, en mi ordenador, en mi casa, a salvo de toda esa crueldad del mundo. Sólo soy una hormiga en la inmensidad. De momento, mi mejor contribución es mi palabra escrita para que, cuando vosotros, queridos lectores, abráis vuestro ordenador, entréis en Internet y, (con un poco de suerte) leáis este blog y también os convirtáis en optimistas u os reafirméis en vuestro optimismo. En definitiva, para que estas palabras trasciendan las pantallas y todos compartamos, no sólo el ideal de cambiar el mundo, sino las fuerzas para hacerlo hoy. No mañana.


Enlaces de interés:

http://es.wikipedia.org/wiki/Optimismo

http://depsicologia.com/optimismo-un-modo-de-vida/

http://www.fao.org/hunger/hunger-home/es/

http://es.wikipedia.org/wiki/Hambre#Datos_sobre_el_hambre_en_el_mundo

"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organí­cense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".

Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano

Bienvenidos

Bienvenidos al Árbol Socialdemócrata, un sencillo blog que pretende dar su pequeña aportación a los ideales del socialismo democrático y de la libertad.

Os invito a leerme, no sólo por afinidad, conformidad a lo escrito o discrepancia, sino para que cada uno cree conciencia propia y ajena. Todos tenemos que contribuir a la libertad, ser una nueva ventana a la esperanza por un mundo mejor.

¡Piensa por tí mismo!

"El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo"

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En nuestros conflictos políticos, la República tiene que ser una solución de término medio, transaccional y la válvula de seguridad contra sus desaciertos es el sufragio universal. Lo que se pierde en unas elecciones, puede recuperarse en otras. Nada duradero se funda sobre la desesperación y la violencia. La República no puede fundarse sobre ningún extremismo. Por el solo hecho de ser extremismo, tendría en contra a las cuatro quintas partes del país.

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