Ayer el ejército de Tailandia tomó la zona de la capital, Bangkok, donde los "camisas rojas" se habían hecho fuertes, en unos enfrentamientos donde murieron 15 personas. Posteriormente, fueron incendiadas partes de la capital, como la Bolsa, sedes de televisión (sometidas a censura del Gobierno por el estado de excepción, por cierto) y barrios de la clase alta y del mundo financiero.
Las posibilidades de negociación están prácticamente rotas. Los intentos de negocación a través de la ONU, del rey o del senado son casi nulas por la negativa del Gobierno tailandés. Ahora mismo, parece adivinarse que el único resultado puede ser la derrota de los "camisas rojas", sin contrapartidas de ningún tipo, ni nuevas elecciones. Una derrota a medias, porque los "camisas rojas" representan a las fuerzas políticas y sociales apoyadas por medio país, aunque sean populistas o dirigidas por una élite de millonarios, como Shinawatra. Tarde o temprano, la crisis seguirá cuando se celebren constitucionalmente nuevas elecciones. Sea por una segura victoria de los populistas, sea por fraude electoral o por reformas legales que restrinjan los escaños electos en el parlamento, como quiere la Alianza del Pueblo para la Democracia ("camisas amarillas"). Sin descontar una nueva intervención militar y el mantenimiento del malestar social por todo el país. La democracia, sigo pensando, lo tiene muy difícil en Tailandia. Creo que debemos preocuparnos más de lo que pasa fuera de nuestras fronteras.
Las posibilidades de negociación están prácticamente rotas. Los intentos de negocación a través de la ONU, del rey o del senado son casi nulas por la negativa del Gobierno tailandés. Ahora mismo, parece adivinarse que el único resultado puede ser la derrota de los "camisas rojas", sin contrapartidas de ningún tipo, ni nuevas elecciones. Una derrota a medias, porque los "camisas rojas" representan a las fuerzas políticas y sociales apoyadas por medio país, aunque sean populistas o dirigidas por una élite de millonarios, como Shinawatra. Tarde o temprano, la crisis seguirá cuando se celebren constitucionalmente nuevas elecciones. Sea por una segura victoria de los populistas, sea por fraude electoral o por reformas legales que restrinjan los escaños electos en el parlamento, como quiere la Alianza del Pueblo para la Democracia ("camisas amarillas"). Sin descontar una nueva intervención militar y el mantenimiento del malestar social por todo el país. La democracia, sigo pensando, lo tiene muy difícil en Tailandia. Creo que debemos preocuparnos más de lo que pasa fuera de nuestras fronteras.
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