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domingo, 23 de septiembre de 2012

El Partido y los intelectuales

Os enlazo en esta entrada un artículo que he realizado como colaboración en el blog Cafeteoría, una reflexión desde una perspectiva gramsciana del papel del Partido en la sociedad como guía del bloque que debe conquistar la hegemonía y su relación con los intelectuales, que son los que deben dar cohesión ideológica al movimiento, teniendo como base la situación actual, de hegemonía del discurso neoliberal y, en España, de una crisis política que tiene diferentes facetas, una de las cuales es el movimiento del 15 M, como posible cantera de la nueva intelectualidad joven y su dificultad y rebeldía para integrarse dentro de las estructuras políticas existentes.

Que lo disfrutéis, así como os recomiendo seguir con detalle todo lo publicado en Cafeteoría.

miércoles, 7 de abril de 2010

En defensa de Grecia


Lo que los gobiernos europeos están haciendo con Grecia es deplorable. Me gustaría hablar siempre de las cosas buenas que se pueden obtener en la Unión, pero quedan eclipsadas por todas las tropelías de los grandes Estados. La voluntad de unión se difumina según qué dato económico y según quién.


No son lo mismo las hasta hace no mucho dificultades económicas de Alemania o Francia para controlar sus déficits que la actual situación griega. No sólo se persigue una Europa de, como la llaman, de dos velocidades, sino que tenga además con dos clases de países, unos a los que se les permita todo y otros a los que no.


La situación de Grecia no es sólo la prueba de lo que crea la crisis del capitalismo, sino que es también resultado de lo que una clase política corrupta puede hacer para arruinar a su país. Durante los anteriores gobiernos, sobre todo de la derecha de Nueva Democracia, se han estado falsificando datos económicos y robando a expensas de las arcas del Estado. La deuda del Estado griego amenaza con devorar toda su riqueza nacional.


Aunque pertenezca a los de siempre, a la misma clase política y a las mismas familias que controlan Grecia, Papandreu tiene la obligación de hacer todo lo posible para resolver la crisis griega. Ha habido pocos momentos tan precisos en la historia donde un gobierno haya tenido tanta responsabilidad y haya acaparado semejante atención nacional e internacional.


Las protestas frente a las reformas son compresibles, justificables, pero por encima de ello el gobierno socialista griego mantiene un gran respaldo para llevar a cabo las medidas necesarias, toda la austeridad posible y todas las reformas fiscales imprescindibles para reequilibrar la situación y evitar que, aunque puede parecer inevitable a medio plazo, declararse en bancarrota y en suspensión de pagos. Parece un cliché, pero una vez más un gobierno socialista debe renunciar a sus aspiraciones inmediatas para salvar a un país de los desastres de los neoliberales.


Mientras, los grandes de Europa, con Alemania a la cabeza, son los primeros en querer precipitar al hermano griego al abismo: fuera del euro y, si es preciso, fuera de la Unión. Todo con tal de que el problema no les manche sus actuaciones. Desgraciadamente, dudo que no puedan manchar sus conciencias.


La Unión fracasa una vez. Ya no es sólo la imposibilidad de hacer partícipe a la ciudadanía del proyecto europeo, sino que la solidaridad también es imposible, así como una mejor coordinación y control de las economías europeas. Sin duda, con un mayor control, limpieza y cesión de los intereses nacionales en pos de un proyecto unitario, Grecia, y otros países, no estarían así.


¿Centralización económica? Nada que vaya en camino de concentrar todas las decisiones en manos de unos pocos y los lobbies por la espalda. La solución es simplemente la transparencia y la racionalidad a la hora de orientar la economía. Mientras Soria se despuebla Valencia se llena de campos de golf y de hoteles.


El dinero sigue siendo, antes que los ciudadanos, el primero en salvar sus derechos. El dinero de unos pocos, está claro. Los derechos de los ciudadanos siguen estando en segundo lugar. Grecia podrá irse a pique, pero Polonia no recibirá sanción alguna por cercenar los derechos de aquellos ciudadanos que no tengan unas orientaciones sexuales “normales”.


Es triste. Así está Europa. ¿Nos quedamos quietos y callados o, al contrario, levantamos la voz?

miércoles, 3 de febrero de 2010

El Gobierno debe reflexionar su política económica y exigir un esfuerzo patriótico


Cuatro millones de parados está costando el mantenimiento de la actual estructura económica española. Cuatro millones de parados por no saber crear la alternativa al ladrillo, cuatro millones de parados por la especulación urbanística, cuatro millones de parados por congelar las ayudas a la educación y a la investigación cada vez que el panorama económico se nubla (y cuando no, también). Cuatro millones de parados junto al robo de millones de euros y recursos económicos por la corrupción, la especulación y la comodidad de la clase política.

Ya no se puede vivir en las bases dadas por Solbes en 1993-1996 que dieron vida al ciclo económico alcista de 1996-2008, ese ciclo ha llegado a su fin. Ahora se trata de crear uno nuevo, por lo que la nueva ley de economía sostenible debería ponerse en vigor inmediatamente. Pero esa ley es insuficiente, ya que se requiere un cambio revolucionario y una nueva estructura moral.

Se debe acabar con la idea de resolver los problemas económicos en base al abaratamiento del despido o la reducción de los salarios. Los trabajadores no tienen la culpa de querer vivir, comer y desarrollarse con bienestar, que es un derecho inalienable. Como tampoco la mayoría de empresarios tienen la culpa de la crisis ni que les sea cada vez más difícil evitar que las pérdidas se coman las ganancias.

Grecia, con un Gobierno socialista, va a subir los impuestos a los carburantes, a la propiedad inmobiliaria y a eliminar las exenciones fiscales, así como a subir la edad de jubilación… a los 65 años. Como debe ocurrir en España, a los ciudadanos con rentas más altas se les debe exigir un esfuerzo patriótico, ya que en los países mediterráneos de la Unión es donde los impuestos son más bajos en comparación con el norte.

Hemos de cambiar de moral. La solución de los más ricos no puede ser la huída fiscal a los paraísos de Suiza, Luxemburgo o las preciosas islas del Caribe, eso es deleznable y, en la actual situación económica la peor traición a la patria: el egoísmo y la insolidaridad para con el resto de ciudadanos.

Pero la solución no pasa por pedir más, que es lo justo, a los más ricos. No se trata de exprimir lo que ya existe, sino de crear para el futuro. La inversión en la educación no sólo nos hará más cultos y más responsables de nuestros actos y de la defensa de nuestra libertad, sino que contaremos con mejores trabajadores, mejores científicos, mejores médicos… y mejores empresarios.

Ésta es la única respuesta positiva de la socialdemocracia frente al fracasado neoliberalismo.

viernes, 29 de enero de 2010

Davos redefine el capitalismo

Mientras el capitalismo retoma la tranquilidad en el Foro Económico Mundial de Davos, donde Sarkozy, entre otros, defienden controles a la medida de los que preconiza Obama en Estados Unidos, la izquierda ha demostrado que 2009 fue el año del fracaso, de la imposibilidad de construir una alternativa creíble y situarse al lado de los que más sufren, los trabajadores. No se les ha apoyado en la exigencia de que no sólo sean ellos los que hagan sacrificios, sino que las dos partes las lleven a cabo; no se les ha ofrecido una fuerza política en la que confiar; no se ha salvado la distancia entre las élites dirigentes y las bases ciudadanas.


Decepción, ésa es la palabra que está en la mente de todos. Es muy duro tener unas esperanzas y unos ideales cuando quienes están al frente de las organizaciones que las deben llevar a cabo, defenderlas y aunar esfuerzos te decepcionan, porque, una vez más, son sus intereses y no los de una mayoría social los que prevalecen. No hay mayor paradoja que los líderes de los progresistas sacrifiquen sus bases por frívolas prebendas, a la semejanza de aquellos pueblos antiguos que, previendo su fin frente a un enemigo más fuerte, se entregaban a la más absoluta decadencia moral y física. Su ejemplo no es la resistencia de la Numancia celtíbera, sino el Saló de Pasolini.

sábado, 21 de noviembre de 2009

China (II): Los problemas de la economía china


Las profundas reformas no han eliminado aún los graves problemas de toda economía planificada y burocrática. La empresa pública elige a sus gestores más por su carrera política que por la preparación técnica. Su importancia radica en mantener la educación, la sanidad y la asistencia social del Estado, pero también en mantener el empleo que el sector privado no pueda absorber, integrando a los trabajadores del éxodo rural. La corrupción generada y la extensión de las redes clientelares suponen una importante pérdida de capitales.

La empresa privada tiene una consideración de “segunda clase” frente a la pública. Se encuentra discriminada en la obtención de créditos, en el ofrecimiento de servicios y suministros, además de encontrar dificultades en la excesiva reglamentación, propia de un sistema burocrático. Su crecimiento y competitividad internacional están así condicionadas, aunque su dominio de la costa china, la zona más pujante, es absoluto.

Desde la creación de las cinco “Zonas Económicas Especiales”, un espacio capitalista en la economía centralizada, y de empresas mixtas de capital nacional y extranjero, el Gobierno chino intenta atraer capital, tecnología y técnicas de gestión extranjeros, culminando la reforma en extender el mercado y la inversión extranjera a todo el país. Esto es de suma importancia para el régimen chino. La mayoría de capitales extranjeros son estadounidenses y europeos. Las divisas del Gobierno chino están en dólares.

China crece a un ritmo del 8% anual en los últimos 25 años y necesita incorporar más de quince millones de personas al mercado de trabajo. Por debajo del 7%, China destruye empleo. El país está en fase de expansión, cada año necesita más materias primas, más electricidad, más agua y más comida para atender a la creciente demanda interna. Las políticas de control de la natalidad aliviarán en parte en años próximos el crecimiento de la demanda y el consumo, pero añadiendo más problemas: envejecimiento de la población y falta de mujeres por los deseos de que el hijo único sea varón.


Textos recomendables:

viernes, 24 de abril de 2009

Cuatro millones de parados


El dato es dramático. Antes de entrar en ello, voy a centrarme un momento en el mayor mentiroso que parece que tiene España en estos momentos: Aznar presume que con él no hubiera habido crisis.


Señor Aznar, miembros del Partido Popular, ¿toman a los españoles por estúpidos?


Dice que él inicio el crecimiento de 1996 con sus recetas económicas. En un mundo globalizado, lo que un Gobierno alga es ínfimo, si no se atiene al ciclo económico mundial del sistema capitalista. 1993: recesión mundial, seguido de recuperación, iniciada en los últimos años de Solbes como ministro de Economía en su primera etapa. Aznar recoge ese ciclo económico alcista y se basa en el crecimiento por el ladrillo. Ahora toca el ciclo negativo, y por mucho que Zapatero dedique todos los recursos del Estado a proteger a las familias, si no cambia pronto el ciclo mucha gente lo pasará mal. Ahí están los datos. Es la diferencia entre los ciclos de hace doce años y el actual donde radica la bonanza o la caída de la economía, no en los cuentos aznarianos.


Si tiene soluciones, que las diga, para poder decir “sí, nos parecen consecuentes” o “no, son prehistoria económica”. Ah, si ya lo dijo hace unos días. Aznar vive en otra época económica, pero, eso sí, cobrando muchos miles de euros por discurso, cuando a su lado muchos ganan sólo mil euros trabajando mucho más que él. Quizás la diferencia sea en que los amigos de uno son más importantes que los de otros. Pero eso no es ni liberalismo, es la hipocresía ideológica más absoluta.


Pasando por encima de los planes o antiplanes de estos terroristas del empleo, vamos con los cuatro millones de parados. Dije antes que Aznar basó su crecimiento económico en el ladrillo. Zapatero tenía que haber cambiado el modelo productivo en estos últimos cinco años, o por lo menos haber sentado las bases del mismo. ¿Cuál podría ser? Está claro que el crecimiento de ladrillo es el más fácil y el más barato: mano de obra poco cualificada, nulas condiciones laborales, poca inversión educativa y de formación… un chollo. Pero también muy frágil al vaivén económico. Por otro lado, la inversión en la ciencia, en la industria farmacéutica, la investigación bioquímica, en las nuevas tecnologías… es muy caro, requiere mucha inversión en la formación, buenas condiciones… es caro, pero el futuro se encamina por aquí. Quizás por eso cada año se van tantos “cerebros” de España a otros países, como Estados Unidos, porque aquí no tienen futuro. Hay que elegir ya, de igual modo que hay que cambiar este capitalismo que no nos trae más que paro, inseguridad y fracaso a todos los niveles, desde el educativo al laboral. Cuatro millones de parados son la prueba dramática del fracaso capitalista.


No hay que dudar que el Gobierno y el Partido Socialista están realmente preocupados, y que el Ejecutivo trabaja sin cesar para reactivar la economía. De algo podemos estar seguros: sin los planes económicos del Gobierno, las ayudas a los ayuntamientos y el fomento de la construcción con ayudas económicas los datos serían catastróficos. “Los ciudadanos deben saber que lo que estamos haciendo es trabajar, trabajar y trabajar”, ha dicho la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Y la creemos. ¡Pero el mantenimiento del sistema capitalista es un lastre en la acción de cualquier Gobierno del orbe! Al fracaso capitalista, le debe corresponder la respuesta socialista, única y coordinada en todo el mundo.


Para evitar la hipocresía ideológica, en el informe del INE se pueden leer los datos del paro por regiones. Los descensos del número de activos son muy acusados en País Vasco y en Valencia; los mayores descensos de ocupación son en Cataluña, Valencia y Madrid; las mayores subidas de paro se registran en Cataluña, Madrid y Valencia; en la variación interanual de parados, son más en Andalucía, Cataluña, Valencia, Madrid y Canarias. Las comunidades con menor tasa de paro son Euskadi (10,33%), Navarra (10,41%) y La Rioja (11,49%). Las más elevadas se dan en Canarias (26,12%), Andalucía (24,04%) y Extremadura (21,75%), Baleares (19,7%), Murcia (19,3%) y Valencia (19,2%).


Esto prueba que son una falacia los argumentos de la oposición, puesto que autonomías de uno y otro color presentan problemas similares (me gustaría oír a la COPE decir algo del paro canario más que el andaluz). Ante la crisis global, no hay demagogia que valga, ni insensateces que Aznar manifieste. Sólo cabe la política social y el cambio del sistema económico.

jueves, 16 de abril de 2009

Nuevo Gobierno, nuevas fuerzas

Manuel Chaves, Trinidad Jiménez, Ángel Gabilondo, José Blanco, Ángeles González-Sinde. Éstas son las nuevas caras del Gobierno de abril de Zapatero, el que debe ser el Gobierno de las fuerzas renovadas para aguantar y salir de la crisis económica. Atrás quedan Solbes, César Antonio Molina, Bernat Soria, Mercedes Cabrera y Magdalena Álvarez.


El actual sistema democrático ha cogido un vicio: aunque la Constitución sanciona un régimen parlamentario, la verdad es que la práctica política ha derivado en un presidencialismo encubierto. Antes, el Gobierno de la nación estaba en su mayoría controlado por independientes al Partido Socialista, progresistas pero elegidos por Zapatero. Ahora, Zapatero sabe que ese presidencialismo exagerado puede hacerle recaer sobre él todas las responsabilidades del Gobierno y, con acierto, ha incorporado al Partido Socialista al Gobierno. Los pesos pesados del socialismo, como Chaves o José Blanco, han entrado como ministros, sumándose a Carme Chacón. Otro miembro del equipo de la Nueva Vía, como Trinidad Jiménez, también.


Más Eduardo Madina, como número dos del grupo parlamentario socialista, se dan los pasos necesarios para aunar los pesos potenciales del socialismo con los nuevos que vienen, y que seguro que darán mucho que hablar en el futuro. En el socialismo les espera un gran futuro a todos aquellos que vienen cargados de mérito e ideas potentes, más que de puestos o favores.


Además, Zapatero consigue la necesaria renovación en Andalucía. Porque si bien el socialismo sigue siendo fuerte en el sur y aún capaz de seguir dando nuevas ideas, su mayor peligro puede ser la no renovación de caras. Aunque el sucesor elegido por Chaves no parece ser el que Zapatero quisiera, y está por ver que los andaluces progresistas también lo quieran. María del Mar Moreno no tendrá, por ahora, su oportunidad.


Hay que hacer una especial mención a Ángel Gabilondo. Qué mejor acierto que incorporar a alguien tan destacado del mundo de la educación, especialmente del mundo universitario. Es un orgullo que el rector de la Universidad Autónoma de Madrid forme parte del Gobierno.


Elena Salgado parece haber recibido un premio con su nueva vicepresidencia y cartera de Economía… o un gran reto, muy envenenado en esta coyuntura económica, aunque se empiecen a ver indicios de esperanza, como la menor destrucción de paro y empresas o se reduce el dinero prestado del Banco Central Europeo a los bancos españoles.


Dichos los elogios, vamos con las responsabilidades. Tras esas buenas noticias económicas, no olvidemos que estamos en caída de precios, muchos parados ya no cobran los subsidios de desempleo y muchas familias carecen ya de ingresos. Aunque la crisis tenga un fin, a uno, dos, tres años, los que sean, y tendrá ese fin, vendrá igualmente un período de prosperidad seguido irremediablemente de otro de crisis. Es cíclico, es capitalista. Si persisten los vicios en la economía y la falta de control volveremos, en una o dos décadas, a la misma situación. Para las grandes economías no es grave, siempre hay luz al final del túnel. ¿Pero para las economías de los ciudadanos, qué? Seguir con el mismo sistema económico no es sólo terrible para las economías familiares: es el certificado de muerte de la izquierda.


Se decía que Zapatero iba a cambiar el Gobierno tras las elecciones europeas. Yo también lo creía así, pero también antes creía que lo iba a cambiar antes de dichas elecciones. ¿Por qué? Porque la izquierda necesita ganar esas elecciones y que se demuestre si los ciudadanos quieren una de estas dos opciones: o liberalismo y descontrol, que representa el Partido Popular; o nuevo sistema y protección de las familias, que debe representar el Partido Socialista. No queda voto de castigo, si no es para castigar a los dos grandes partidos. No es voto de castigo votar al Partido Popular, es caer en su trampa, y sellar para siempre una resolución verdadera a las crisis económicas capitalistas.


Ojalá cada voto viniese acompañado de una frase para mostrar la verdadera opinión de cada ciudadano. Ahora, un voto a la izquierda debería ser la exigencia nítida al cambio del sistema económico.

jueves, 2 de abril de 2009

G-20, el nuevo doctor Frankenstein


Aquí están los adalides del cadáver capitalista: el “progresista” Obama no duda en posar con el ducetto Berlusconi y el títere Medvedev, a poca distancia de un monarca absolutista mantenido por el petróleo y el “amigo estadounidense”, el rey de Arabia Saudí. El presidente de la democracia más poderosa del mundo junto a la cabeza del nuevo autoritarismo ruso y al aprendiz de Mussolini. Curiosa ironía del Imperio que, en los tiempos felizmente ya pasados de la era Bush decía luchar en Afganistán y en Irak “por la democracia”. Hoy quieren pactar con los talibanes, reconociendo implícitamente la derrota militar, la imposibilidad de haber destruido a quienes han mantenido a un país en la Edad Media y a sus mujeres ocultas bajo los burkas. ¡Así es como se defiende la democracia!

El G-20 intenta jugar en Londres al doctor Frankenstein y devolver la vida a un cadáver. En la vida real sabemos que es imposible devolver la vida a lo que carece de ella. El capitalismo demuestra una y otra vez su imposibilidad de crear unas justas condiciones de vida para todos los habitantes del planeta, y hay que elegir entre un modelo más racional y justo o que todos quedemos sobrepasados por este modelo. O el desarrollo de África o las primas de AIG; o la democracia o la oligarquía; o todos o los pocos, pero no pueden ser las dos cosas a la vez. ¿Qué hay que elegir?

lunes, 30 de marzo de 2009

El distanciamiento (VI)


Es acertado caracterizar a la socialdemocracia como el gran triunfador tras la Segunda Guerra Mundial. Tras el conflicto bélico, la mayoría de Gobiernos practicó políticas socialdemócratas o respetuosas con sus principios. Se sentaron las bases de la seguridad social, el Estado de bienestar, la política económica keynesiana… cosas que no eran desconocidas, ya que se empezaron a aplicar tímidamente en la época de entreguerras. Pero, sin duda, el gran empuje a su éxito es que fue respetado por los contrincantes electorales de la socialdemocracia: los partidos conservadores mantuvieron esas políticas, incluso en algunos casos fueron sus adalides, como Adenauer en la Alemania occidental, o hasta entraron en competición en materia social, como en la política de vivienda de los tories británicos.


Y por esta victoria, es igualmente acertado pensar que, en cierto modo, se ha muerto de éxito. La socialdemocracia no ha muerto como tal ni, de momento, tiene grandes y sólidos competidores por la izquierda. Pero no se puede negar que ha existido un desgaste y una falta de acomodo en la nueva sociedad. Las bases socialistas han cambiado: el proletariado industrial ha disminuido y han obtenido el apoyo de las clases medias y de los trabajadores del sector servicios. La nueva sociedad es más volátil ideológicamente, al romper los moldes de las viejas clases, por clases más difuminadas, que no ejercen una gran influencia para orientarse políticamente.


El ejercicio del poder, como alternativa aceptada en el mundo occidental de la Guerra Fría, hizo entrar a sus líderes dentro de las elites dirigentes. Muchos grandes economistas, empresarios, intelectuales, miembros de organismos internacionales, proceden de las filas de la socialdemocracia. Al sustituir a los viejos partidos liberales progresistas, asumieron su papel y lo ensancharon. Fue bueno en tanto que cambió la sociedad a las nuevas exigencias, fue malo en tanto que el ejercicio del poder distanció a los líderes de la socialdemocracia de la base.


La crisis en la socialdemocracia no llegó de un momento para otro, sino que ha sido un proceso largo. Empieza en 1973, con la crisis económica, que puso en entredicho el sistema económico keynesiano. Bien aprovechado por la derecha, ésta, bajo el liderazgo de Thatcher y Reagan en los años 80, negó todas las políticas socialdemócratas y desarrolló su programa neoliberal, con las consecuencias que ahora se dejan ver. La incapacidad de la socialdemocracia de dar una buena respuesta a la crisis económica primero, y al neoliberalismo después, le apartó de los Gobiernos o de la imposibilidad, por temor, de practicar su política en el poder. El fin del comunismo, en 1991, fue un añadido más a ese “final de la historia” neoliberal. Había desaparecido esa “hegemonía” de la izquierda; los valores estaban en entredicho.

sábado, 28 de marzo de 2009

Progresismo: una respuesta global a los nuevos retos


Chile acoge la VI cumbre de líderes progresistas, con los líderes socialdemócratas latinoamericanos (el uruguayo Tabaré Vázquez, la argentina Fernández de Kichner, la chilena Bachelet, el brasileño Lula da Silva), de los primeros ministros europeos (el británico Gordon Brown, el noruego Stoltenberg y el español Rodríguez Zapatero), así como del vicepresidente “progresista” estadounidense, Joseph Biden.


Hay que quedarse con la conclusión de Lula da Silva, que pidió soluciones profundas y estructurales, además de que el progresismo tome la iniciativa: “El mundo entero está pagando el precio del fracaso de una aventura irresponsable de aquellos que transformaron la economía en un gigantesco casino”. Brown defendió el control de la banca y Zapatero las energías renovables (economía verde), la democracia ciudadana y la lucha contra la pobreza (“Estamos aquí la generación de líderes que no vamos a consentir toda la pobreza y la miseria que hay en el mundo”).


Mientras tanto, en Madrid se ha celebrado un acto de políticas de igualdad en la Unión Europea del Partido de los Socialistas Europeos. En él se contó con la presencia de Juan Fernando López Aguilar, candidato del socialismo español al Parlamento Europeo, diputadas socialdemócratas del Partido Socialista francés y del Partido Socialdemócrata Rumano, así como de Isabel Serrano, presidenta de la Federación Española de Planificación Familiar. Es una gran alegría que en cada acto del Partido Socialista la palabra “socialdemocracia” es cada vez más pronunciada, lo que supone una declaración de intenciones de que las cosas tienen que cambiar.


El capitalismo no puede ser salvado ya. ¿El capitalismo de los paraísos fiscales? ¿El capitalismo sin el control de los mercados? ¿El capitalismo de las primas de AIG? ¿El capitalismo que nos ha llevado al paro generalizado en toda Europa? No, ese capitalismo no puede ser salvado, son los ciudadanos quienes tienen que ser salvados de ese sistema.


No deja de ser una mala noticia la existencia de cumbres de “líderes”, porque potencia un personalismo innecesario en la política. ¿Qué queda de la Internacional Socialista? No son los foros reducidos de líderes que pueden cambiar de la noche a la mañana; son los foros multitudinarios donde se pueden discutir los problemas, y los líderes son la manifestación de toda esa estructura enriquecida. No hay que quedarse prisionero de paradigmas que se derribaron, dijo Lula, y dice bien. Los problemas actuales hay que plantearlos con ideas actuales, ideas renovadas y estructuradas.


Marx hizo un desarrollo científico a la hora de ver el desarrollo de la historia. En este caso, hay que ser “marxista” para ver la actualidad de manera científica. Atrás deben quedar las visiones sectarias del dinero por el dinero o del centralismo bolchevique. El mundo ha cambiado, y es a ese mundo al que hay que transformar. Con la socialdemocracia, porque sin socialdemocracia este mundo de progreso, de democracia y de ciudadanos no puede sobrevivir. Más allá queda el mundo de regresión, de autoritarismo y de servidumbre, el mundo sin la socialdemocracia.

jueves, 5 de febrero de 2009

El pensamiento político de Benjamin Constant



La libertad individual lo da todo. Benjamin Constant (1767-1830) compara la libertad de los antiguos con la de los nuevos, la democrática con la constantiniana. Se enfrenta al concepto de libertad de Rousseau. En la antigüedad todos participaban, la comunidad tenía preeminencia de la comunidad frente a los individuos.


El mundo moderno de Constant entiende otra libertad: independencia e individualismo, lo particular, el poder mínimo, que el poder público sea lo más reducido posible a favor de la esfera privada. Sólo así se puede alcanzar la libertad y la felicidad y eso redunda en la felicidad general.


El poder reside en la nación en su conjunto, es indivisible. Ni soberanía nacional ni soberanía delegada, porque ésta puede ser absoluta. Debe ser por tanto, limitada. A Constant le da igual quién gobierne, lo importante es el grado, no su portador.


Constant recurre a dividir el poder en el régimen de monarquía constitucional con el poder neutral. Este poder neutral de la corona es separar el ejecutivo entre el poder real y el poder gubernativo. Para definir su carácter, distingue la auctoritas de la potestas. El poder real es la auctoritas, un poder real sin poder efectivo, exento de responsabilidad. Debe preservar lo existente, no crear. La corona es inviolable e insustituible, el símbolo de continuidad del Estado. La corona nombra al Gobierno y disuelve la cámara baja.


El Gobierno debe poseer tanto la confianza real como la parlamentaria. A medida que divide el poder lo reduce. Constant defiende la división del parlamento en dos cámaras, donde están la mayoría gubernamental y la oposición. Una es la cámara representativa, donde se representan los intereses nacionales y donde deben participar los que tienen buena ilustración y tener interés en la cosa pública, tener tiempo libre y por tanto propiedad.


El derecho de participación es una función, de ahí que sea un sufragio censitario. En esto, los progresistas querían un cuerpo electoral más amplio, con todas o casi todas las capas de la burguesía, frente a la propuesta conservadora, de ceñirlo a la alta burguesía.


Benjamin Constant plantea la carrera judicial para los funcionarios del poder judicial y el juicio por jurados para los delitos de opinión. Constant se opone a la centralización del Estado liberal. Las cuestiones generales deben ser del poder central, las especiales y específicas por los poderes locales. Así, defiende algo distinto al centralismo francés y apoya la existencia de la diferencia y del pluralismo.


El Estado debe garantizar las esferas de los derechos, que según la libertad moderna son cinco: libertad de movimientos, libertad religiosa, libertad de opinión, seguridad jurídica frente a la arbitrariedad y propiedad privada.


Constant no considera a la propiedad como anterior a la sociedad. La propiedad es artificial, una convención social, pero no implica que sea menos sagrada que el resto, porque está vinculada a la vida y a la libertad, y por ello puede tener, no obstante, las mismas limitaciones que el resto, para garantizar la convivencia social.


Constant abre el camino a la democracia, con los caminos de independencia de los poderes, moderación de la corona, descentralización del Estado, necesidad de una oposición leal…


"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organí­cense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".

Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano

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Bienvenidos al Árbol Socialdemócrata, un sencillo blog que pretende dar su pequeña aportación a los ideales del socialismo democrático y de la libertad.

Os invito a leerme, no sólo por afinidad, conformidad a lo escrito o discrepancia, sino para que cada uno cree conciencia propia y ajena. Todos tenemos que contribuir a la libertad, ser una nueva ventana a la esperanza por un mundo mejor.

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Manuel Azaña

"Causas de la guerra de España", Manuel Azaña

En nuestros conflictos políticos, la República tiene que ser una solución de término medio, transaccional y la válvula de seguridad contra sus desaciertos es el sufragio universal. Lo que se pierde en unas elecciones, puede recuperarse en otras. Nada duradero se funda sobre la desesperación y la violencia. La República no puede fundarse sobre ningún extremismo. Por el solo hecho de ser extremismo, tendría en contra a las cuatro quintas partes del país.

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