Aquí están los adalides del cadáver capitalista: el “progresista” Obama no duda en posar con el ducetto Berlusconi y el títere Medvedev, a poca distancia de un monarca absolutista mantenido por el petróleo y el “amigo estadounidense”, el rey de Arabia Saudí. El presidente de la democracia más poderosa del mundo junto a la cabeza del nuevo autoritarismo ruso y al aprendiz de Mussolini. Curiosa ironía del Imperio que, en los tiempos felizmente ya pasados de la era Bush decía luchar en Afganistán y en Irak “por la democracia”. Hoy quieren pactar con los talibanes, reconociendo implícitamente la derrota militar, la imposibilidad de haber destruido a quienes han mantenido a un país en la Edad Media y a sus mujeres ocultas bajo los burkas. ¡Así es como se defiende la democracia!
El G-20 intenta jugar en Londres al doctor Frankenstein y devolver la vida a un cadáver. En la vida real sabemos que es imposible devolver la vida a lo que carece de ella. El capitalismo demuestra una y otra vez su imposibilidad de crear unas justas condiciones de vida para todos los habitantes del planeta, y hay que elegir entre un modelo más racional y justo o que todos quedemos sobrepasados por este modelo. O el desarrollo de África o las primas de AIG; o la democracia o la oligarquía; o todos o los pocos, pero no pueden ser las dos cosas a la vez. ¿Qué hay que elegir?
El G-20 intenta jugar en Londres al doctor Frankenstein y devolver la vida a un cadáver. En la vida real sabemos que es imposible devolver la vida a lo que carece de ella. El capitalismo demuestra una y otra vez su imposibilidad de crear unas justas condiciones de vida para todos los habitantes del planeta, y hay que elegir entre un modelo más racional y justo o que todos quedemos sobrepasados por este modelo. O el desarrollo de África o las primas de AIG; o la democracia o la oligarquía; o todos o los pocos, pero no pueden ser las dos cosas a la vez. ¿Qué hay que elegir?
1 comentario:
ya nos damos cuenta que Obama, es más de lo mismo.
Por cierto, el G20, donde Zapatero estaba ansioso por aparecer en la foto.
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