Tras la revolución, el partido recupera todo su valor, se libra del campesinado en su dictadura del proletariado y del campesinado, y los proletarios son sustituidos por el partido. Acaba siendo la dictadura del partido proletario.
El partido bolchevique se acaba por convertir en el único partido legal tras la disolución de la asamblea constituyente, controla el ejecutivo, el legislativo, los Soviets, los sindicatos y establece la policía política. El poder termina de concentrarse en la dictadura de los líderes del partido.
Lenin lo justifica por el problema de la relación entre el partido y los gobernados. Si no hay más interés de clase, los líderes representan al proletariado, independientemente de que el proletariado lo quiera o no, y entonces los líderes representan el interés de los proletarios. Así, el partido dirige el Estado y la industria en lugar de los obreros. A esto Lenin lo llama la democracia proletaria.
Lenin entra en debate con los otros pensadores socialistas. Kautsky, en “La dictadura del proletariado”, califica al modelo soviético como antidemocrático y antisocialista. Para él, el modelo de dictadura proletaria es la Comuna de París. Lenin, en “La revolución proletaria y el renegado Kautsky”, le acusa de ignorante y de no saber distinguir la democracia burguesa de la obrera, porque cada una responde a los intereses de su clase específica. La consecuencia es que la socialdemocracia se aleja de Lenin porque la dictadura soviética presenta más Estado y más opresión que la dictadura de la burguesía.
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