
Descartada también la manipulación mediática -centrada más en unir la protesta con los posteriores actos vandálicos, como hacen los periódicos ABC, El Mundo, en un esfuerzo de cargarle de todo el término anarquista y peyorativo de "antisistema"-, en otros medios de comunicación, como El País o Público, y estos días también según he escuchado la radio, se han planteado los motivos de esta "indignación ciudadana", además de qué planteamientos alternativos proponen. Muchas opiniones coinciden en señalar la falta de alternativas planteadas por este movimiento y por la plataforma para el saneamiento de la democracia, además del carácter "pasajero" que posee, pensando sobre todo en cómo materializar las propuestas planteadas. El País, por ejemplo, señala:
"(...) lo cierto es que se va extendiendo el sentimiento, dentro y fuera de España, de que la política institucional no está dando respuesta a algunos de los principales problemas creados por la crisis económica, principalmente entre los jóvenes y los ciudadanos más desfavorecidos. Pero una cosa sería considerar que no lo hace porque el parlamentarismo y el Estado de derecho son incapaces de por sí, y otra diferente estimar que los partidos y sus líderes están realizando un uso incorrecto de ellos. Es una ambigüedad inquietante, ya que podría sugerir una enmienda política a la totalidad sin que se identifique claramente la alternativa, a no ser la evocación nostálgica de utopías que concluyeron en tragedia".
Público, por su parte, recoge distintas opiniones de los expertos, que se pueden resumir en su condición de movimiento reducido y el esfuerzo a configurarse como movimiento autónomo, como por ejemplo:
-Ismael Peña (UOC): "lo que echa a la gente a la calle en España son las hipotecas, pero también la clase política que está totalmente desprestigiada".
-Jaime Pastor (UNED): "(es) un factor positivo, que genera expectativas de que vaya configurándose un nuevo movimiento social autónomo de partidos y sindicatos". "El reto es pasar a una movilización sostenida".
-Miren Etxezarreta (UB): "(es una) rabieta pasajera". "Veo la movilización con simpatía porque lo plantea gente que no está de acuerdo con lo que está sucediendo, pero creo que para responder a lo que ocurre hace falta solidez".
-Pablo Oñate (UV): "(con Internet) es fácil movilizar a la gente, pero lo difícil es mantenerla activa". "No va a tener significación en las urnas".
En ABC, Manuel Martín Ferrand reconoce uno de los argumentos principales de Democracia Real Ya al decir que "(...) es incuestionable, desde la convicción democrática, que no basta con votar de vez en cuando y renovar las listas cerradas y bloqueadas que nos hacen creer que elegimos a un alcalde, un presidente autonómico o, cuando toque, un primer ministro", antes de llevarnos de nuevo al desprestigio interesado del Tribunal Constitucional y la insinuación de que "la fatiga ciudadana" posibilite un "(...) partido capaz de sugerirnos una democracia real, sin concesiones al pasado y sin privilegios para las nomenclaturas de los partidos", que muy difícilmente puede ser el principal partido de la oposición, por muy popular que tenga el nombre.
No dudo que el "movimiento 15-M" es una heterogénea mezcla de grupos con intereses e idearios diversos, concentrados en la amplia masa abstencionista que tiene este país, un mínimo del 20% del cuerpo electoral, y los pequeños grupos ácratas y jóvenes radicales. Si conseguimos superar la manipulación mediática y hacemos algo tan fácil como visitar la web de la plataforma y leer sus propuestas (que no reproduzco por su extensión, pero os añado el enlace), podemos estar de acuerdo y aceptar el acierto de una buena parte de las reclamaciones para sanear la democracia. El "movimiento" puede acertar si lleva la contraria a la prensa de derecha y niega cualquier adjetivo "antisistema" por otro "regenerador", términos que podemos ver en los discursos de Izquierda Unida o UPyD, por ejemplo, y llega a un público potencial, moderado pero inconformista, decepcionado por la degradación del sistema democrático en una cada vez mayor partitocracia.
Diciendo esto a la vez que se milita en un partido de centro izquierda, no es contradictorio, sino que debería ser una de las formas de mantener los lazos de los partidos con la sociedad. La militancia mínimamente activa en partidos y sindicatos en España es realmente baja, un hecho que no hace sino incomunicar a estos dos cuerpos, reduciéndolo al voto cada cuatro años. Aspectos como la corrupción, la manipulación de la democracia interna y los intereses escondidos tras las decisiones políticas tampoco ayudan, más bien alejan al ciudadano mínimamente preocupado. La izquierda, sin duda, ve con preocupación una posible escalada de esta indignación, más proclive a indicir en su base social. No son raros los debates en torno a los problemas de la socialdemocracia.
No tiene el que escribe este blog la varita mágica de las soluciones, pero sí se pueden llevar a la reflexión ciertos aspectos:
-¿Debería la izquierda replantearse su forma de hacer política?
-¿Es la política un oficio en sí mismo o un servicio a la sociedad?
-¿Se puede "endurecer" la prevención y la respuesta a la corrupción?
-¿Podría haber más transparencia en las decisiones políticas, en especial atención a la administración de los fondos públicos?
-¿No es un mayor control ciudadano una de las mejores garantías para la buena salud de la democracia?