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martes, 22 de enero de 2013

Israel vota: una aproximación al rompecabezas israelí


Mientras escribo estas líneas (las primeras de 2013, y tras más de un mes de "descanso" en el blog) los ciudadanos israelíes acuden a las urnas a renovar su parlamento, la Knéset, la 19º desde que se creó el Estado de Israel.

Pero, ¿cómo votan los israelíes? ¿A quién votan? ¿Bajo qué condiciones acuden a votar? La realidad de Israel, más allá del eterno conflicto israelo-palestino, nos suele ser bastante ajena. Los medios de comunicación y el proselitismo político no ayudan a la hora de formarnos un retrato lo más cercano posible a la realidad. 

Israel es, a día de hoy, el país de Oriente Próximo con el sistema democrático más estable. ¿Podríamos decir la única democracia? No, pues tanto Líbano como Turquía poseen unas democracias que, independientemente de que resulten o no satisfactorias, tienen bastantes años tras de sí. También podríamos incorporar al Egipto de la era posMubarak en el heterogéneo club de las democracias orientales, aunque deberíamos esperar varios años hasta comprobar que en el nuevo régimen egipcio finalmente se consolida un sistema democrático que, en cualquier caso, no será una copia de la democracia occidental. Es un error típico de aquellos que ven en la democracia occidental el paradigma de democracia política, cuando esta responde a un contexto determinado y, por tanto, las democracias orientales responden a otros contextos. 

Israel podría acercarse al modelo de democracia occidental, aunque con ciertas características: la falta de una Constitución escrita (suplida con una serie de Leyes Fundamentales), el excesivo papel de la religión en el Estado (su definición como Estado judío, la falta de regulación civil en ciertos aspectos como el matrimonio en beneficio de los tribunales religiosos, la existencia de la Ley de Retorno...) y su papel en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Pese a que la Freedom House clasifica a Israel como el único país "libre" por su respeto a la libertad de expresión y a los derechos humanos, creo que eso no incluye los actos cometidos por el ejército israelí en los territorios palestinos, que serían tipificados como actos de guerra, ni la existencia del muro de Cisjordania, ni la expulsión de palestinos de sus casas y la creación de asentamientos de colonos. 

Otro aspecto que no se tiene en cuenta para calificar la democracia israelí como tal es la total heterogeneidad de su sociedad: no solo cuenta con un sector social homologable al occidental, más o menos laico, más o menos poco ideologizado, inmerso en el consumo y en la globalización, heredero de los pioneros askenazíes, sino también lo que algunos llaman las "nuevas tribus de Israel" [1]. Al sector askenazí se añaden los inmigrantes e hijos de aquellos que no participaron en la creación de Israel, como son los inmigrantes judeo-orientales (clasificados genéricamente como sefardíes) y los judíos procedentes de las repúblicas soviéticas tras el fin de la URSS, así como los haredim y otros grupos religiosos ultraortodoxos, procedentes tanto de la emigración oriental como de los grupos religiosos que ya habitaban en la región palestina antes de las aliyot


No hay que olvidar a un grupo importante de la sociedad israelí, y es la existencia de un importante grupo árabe-israelí, los palestinos que se quedaron en los territorios adjudicados inicialmente al Estado de Israel y en los que fueron anexionados hasta 1967. Los árabe-israelíes son un quinto del total de la población, e incluso estos se hallan internamente divididos, no solo por religión (a la mayoría musulmana hay que contar las minorías cristiana y drusa) sino por la aceptación o no del Estado de Israel y por la propia aceptación de los judíos hacia sus conciudadanos árabes: mientras que en la mayoría de árabes musulmanes prima la sensación de maltrato hacia los árabes en Israel, la minoría drusa, en cambio, está muy bien integrada en la sociedad israelí, hasta el punto de que cuentan con unidades propias en el Tsahal, el poderoso ejército de Israel. Los beduinos, una pequeña minoría, también participa en unidades propias del ejército y se considera integrada en Israel. En general, pese a su importancia numérica, los partidos árabes en la Knéset son muy débiles debido a la baja participación electoral de los árabes israelíes, como rechazo a un Estado que ven ajeno y que no les defiende y también, cada vez más, siguiendo las consignas de los islamistas radicales. Cabe añadir el doble drama de los árabes israelíes: considerados casi como extranjeros por sus conciudadanos judíos, también son considerados extraños por los árabes de Palestina.

Cada grupo vive casi como una sociedad a la espalda de la otra, con sus propios periódicos, sus canales de televisión, sus partidos... por lo que a la sociedad israelí, además del eje clásico de izquierda y derecha se añade el laico-religioso, y el conflicto con los palestinos introduce un nuevo eje que podríamos denominar de acuerdo-mano dura con Palestina, incluida también la oposición o apoyo a los asentamientos de colonos. Esta variedad hace de la sociedad israelí una de las más plurales pero también una de las peligrosamente fragmentadas.





La democracia israelí no ha vivido golpes militares ni grandes movimientos antidemocráticos. El ejército israelí es un elemento más de cohesión de una sociedad tan dividida: el servicio militar es obligatorio para ambos sexos y, tras un servicio de tres años para hombres y de 21 meses para mujeres, pasan a engrosar la reserva, manteniendo las mismas unidades y creando en ellas fuertes vínculos. Sin embargo, existen excepciones a este servicio obligatorio: los árabes israelíes están excluidos del mismo y los haredim. El último caso es un foco de tensión entre los haredim y el resto de los judíos: los haredim reciben fuertes subvenciones por no trabajar y estar fuera del servicio militar a cambio de dedicarse al estudio de los escritos religiosos; el resto de judíos ven esto como un privilegio cada vez más insoportable a medida que el grupo de los haredim es más fuerte demográficamente debido a su fuerte natalidad. 


La natalidad es un factor a tener muy en cuenta y que juega en contra del Estado judío: los grupos con más natalidad son los más desfavorecidos y también los más críticos o escépticos con el Estado de Israel tal como existe en la realidad, los árabe-israelíes y los haredim, con el agravante de que estos exigen cada vez más fondos para sus familias y, a la vez, algunos niegan legitimidad al Estado para realizar "lo que debería hacer el Mesías", esto es, crear el Gran Israel en la región palestina.

En general, hoy por hoy, la estabilidad de la democracia israelí pende de un hilo. La democracia en Israel funciona de una forma que se parece cada vez más al restringido sistema libanés de equilibrio entre comunidades: la fuerte presencia de los partidos religiosos y la dependencia de los grandes partidos laicos hacia estos ha obligado a la creación de sistemas paralelos en Israel: desde la creación de escuelas religiosas para cada grupo religioso judío a diferentes tipos de privilegios como los que disfrutan los haredim. La división de los partidos laicos redunda en beneficio de los religiosos para obtener más recursos y mantener sus clientelas políticas: los partidos religiosos suelen estar liderados por rabinos que miran por el bienestar y el apoyo de sus grupos. La incorporación a la vida política de Israel de los rusos añade un grupo más al que contentar y, a la vez, divide aún más a la derecha: Avigdor Lieberman, líder de Yisrael Beitenu, defendió en las elecciones de 2009 el fin de los privilegios para los grupos ultraortodoxos. El retraimiento árabe-israelí y el conflicto con los palestinos prolonga, imposible saber hasta cuándo, este frágil equilibrio, la calma que viene antes de la tempestad.

Israel se fundó sobre un idealismo sionista, democrático y socializante. A muchos les sorprendería que el principal valedor de Israel no era Estados Unidos, pese a que de su poderosa minoría judía obtuvo grandes fondos para sostener el proceso de independencia, Golda Meir mediante, sino que lo fue la URSS y el bloque socialista, de donde Israel (y concretamente de Checoslovaquia) consiguió las armas necesarias para defenderse en la primera guerra árabe-israelí [2]. ¿Dónde ha quedado ese espíritu? La izquierda laborista sionista, que dirigió a la comunidad judía antes y después de la independencia, se halla casi desaparecida. La comunidad asquenazí sufre, en esencia, el mismo proceso que afecta a las sociedades occidentales: desconfianza hacia los políticos, problemas económicos y una derechización agravada por la obsesión por la seguridad contra el terrorismo, que surgió mucho antes de que esa obsesión alcanzara a Occidente tras el 11S. Muestra, además, los límites del proyecto sionista de Israel de la comunidad askenazí y sus reservas ante los sefardíes, los haredim y el resto de ultraortodoxos. Parece ser el acto final, la retirada, casi silenciosa, ante la actual división de Israel, convirtiéndose en una comunidad más, contenta con poseer su idiosincrasia y su cultura liberal. Es esa, quizá, el éxito y fracaso de Israel: la libertad para cada comunidad religiosa, más que la libertad individual, supeditada a la primera y a la seguridad nacional. Tel Aviv y Jerusalén son los exponentes de dos mundos muy distintos. No obstante, la primavera árabe y la ola de indignación occidental también pasó con fuerza por Israel en 2011, con una serie de protestas y toma de calles al estilo del 15M español. En este caso, los jóvenes israelíes (trabajadores y universitarios, aunque también jubilados, la mayoría de clase media) protestaban por la carestía de la vida, sobre todo la subida de precios y la dificultad para adquirir una vivienda digna en las grandes ciudades de Israel. A esta indignación se han sumado protestas contra los privilegios de los haredim y exigencias de que cumplan el servicio militar. Aún es pronto saber si esto redunda en una participación que beneficie a los partidos laicos.



Tras esta aproximación a Israel, un repaso a su sistema político y un comentario de los partidos que se presentan en estas elecciones.

La Knéset está conformada por 120 diputados elegidos en sufragio universal, igual, directo y secreto, siendo todo el país una gran circunscripción electoral. El umbral mínimo exigido es el 2% de los votos totales y el reparto de escaños emplea el sistema D'Hondt. El motivo de este umbral mínimo tan bajo (uno de los más bajos del mundo, inicialmente del 1%) era posibilitar la integración de todos los partidos posibles en el sistema político (en 1949 fueron doce partidos, en 2009 se repitió la misma cifra). Consecuentemente, el sistema político israelí es uno de los más proporcionales y, por eso mismo, uno de los más inestables, agravado por la gran fragmentación cultural, religiosa y social de Israel. La media de vida de cada gobierno israelí es de unos 25 meses, y cada formación de gobierno está acompañada de intesas negociaciones entre los diferentes partidos. 

Desde la formación del Estado hasta 2006, el Mapai/Partido Laborista y el Likud han encabezado distintos gobiernos, recurriendo en casi la totalidad de ellos a partidos religiosos. En general, los bloques existentes son cinco: uno de izquierda sionista, conformado por el Partido Laborista y el Merezt; uno de derecha sionista, liderado por el Likud; el religioso, con el sefardí Shas y el ultraortodoxo haredim Unidad, Torá y Judaísmo; la extrema derecha, divididas entre los laicos Yisrael Beitenu, el sionista religioso Unidad Nacional y el nacionalista La Casa Judía; y, finalmente, los partidos árabes, el islamista Lista Árabe Unida, el comunista Hadash y el liberal Balad, todos muy minoritarios. Se podría mencionar un sexto bloque, liberal centrista, representado en el Kadima y ahora con nuevas fuerzas (Yesh Atid, del ex presentador de TV Yair Lapid; y Hatnuah de Tzipi Livni), aunque en general se tiende a ver a los centristas unidos a la izquierda en un nuevo bloque de centro izquierda. En el bloque de extrema derecha se ha fortalecido La Casa Judía con una alianza con Unión Nacional a expensas del bloque Likud-Yisrael Beitenu, pero también ha aparecido Otzma LeYisrael, una agrupación de Unión Nacional. Y en el bloque religioso se intenta hacer hueco Am Shalem, un grupo escindido del Shas que defiende el fin de los privilegios de los Haredim. En total, hasta 14 partidos podrían entrar en la nueva Knéset, teniendo en cuenta que varias de esas fuerzas son coaliciones de partidos más pequeños.

Los temas principales de campaña son, más que la búsqueda de la paz con los palestinos (solo algún partido centrista o izquierdista hace alguna mención a la paz), la necesidad de prepararse ante un eventual ataque iraní, el mantenimiento de los asentamientos ya construidos (y la construcción de otros tantos otros) y, muy minoritariamente, los problemas más domésticos como el nivel de vida y la vivienda, motivo de las más recientes protestas de israelíes y que la izquierda ha intentado introducir en campaña.

Las negociaciones para gobernar serán un gran rompecabezas de uno de los bloques principales (izquierda o derecha) para contentar al menos dos de los otros bloques, siempre teniendo en cuenta que el bloque árabe es muy pequeño y está, en principio, excluido de las negociaciones. Quedarían, por tanto, el bloque religioso y la extrema derecha, lo que en principio redunda en beneficio del derechista Likud aunque, como se dijo antes, hay fuertes discrepancias en la derecha acerca de mantener los privilegios a la comunidad ultraortodoxa.



Bibliografía:
[1] Ana CARBAJOSA: Las tribus de Israel, RBA, 2011.
[2] Joan B. CULLA: La tierra más disputada, Madrid, Alianza, 2005.

Enlaces de interés:
De derechas por mandato divino, Ana Carbajosa, El País, 15/01/2013.
Israel: agenda doméstica y desafíos regionales, Víctor Manuel Amado Castro, El País, 22/01/2013.
¿Israel, un Estado sin constitución?, Carlos Javier Soto Cazaña, 2007.
La izquierda israelí queda en la sombra, David Alandete, El País, 21/01/2013.
Los árabes de Israel ignoran las urnas, Ana Carbajosa, El País, 1/01/2013.
Los indignados de Israel, Ana Garralda, El País, 21/07/2011.
Los rostros de los votantes en Israel, Ana Carbajosa y David Alandete, El País, 22/01/2013.
Los rusos israelíes se vuelcan a la derecha, Ana Carbajosa, El País, 18/01/2013.
Netanyahu parte como favorito en las elecciones de hoy, Ana Carbajosa, El País, 22/01/2013.
Otro indignado israelí se prende fuego, Ana Carbajosa, El País, 22/07/2012.
¿Quién vive en los asentamientos?, fotorreportaje, El País, 28/12/2012.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La contrarreforma educativa de Wert


El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha presentado el último borrador de la contrarreforma ideológica que prepara el Partido Popular sobre el sistema educativo español. El anteproyecto es el certificado de defunción de la LOE de 2006 y de sus principios de consenso en la comunidad educativa, la autonomía escolar, la educación en valores ciudadanos y la progresiva mejora del sistema educativo. Es un proyecto que no contenta a nadie, excepto a los aliados del PP: la Iglesia Católica y los centros educativos privados. Un proyecto que contempla la destrucción del sistema educativo español y de sus valores, volviendo no solo atrás, sino a ninguna parte, no puede ser una reforma; es una contrarreforma. El posicionamiento ideológico de la derecha española no solo va contra los ideales del progreso y del carácter público y universal de la educación, sino en contra de las recomendaciones de la Unión Europea y contra los intereses de la comunidad educativa. Padres, profesores y estudiantes no cuentan en las preocupaciones de Wert.

Pero, ¿qué propuestas concretas contiene la contrarreforma educativa? Repasemos algunas:

- Evaluaciones en Educación Primaria: en 2º o 3º, y a final de este ciclo educativo, se harán unas pruebas en lectura, cálculo y resolución de problemas. En sí mismo, esta medida es aceptable siempre y cuando no derive en una preocupación única para los centros educativos en los resultados obtenidos en lugar de la adquisición de competencias requeridas que, por otra parte, aparte de las tres principales, ¿no tienen una evaluación externa las demás? Da la impresión que solo se preocupan por mejorar los resultados de cara al informe PISA que, como sabemos, no recoge resultados de todas las competencias que se deben adquirir en la educación.

- Al final no se reducirá la duración de la ESO (4 años) ni se ampliará la del Bachillerato (2 años). Los tres primeros cursos de la ESO formarán un ciclo con menos asignaturas, con especial refuerzo de las troncales. 4º de ESO será un curso de iniciación a FP o a Bachillerato. En ese aspecto, me alegro de que la reducción de la ESO planteada inicialmente por Wert no se lleve a cabo, ya que crearía una incongruencia provocar terminar la educación obligatoria a los 15 años (si el alumno no repite ningún curso) cuando, por ley, la escolarización obligatoria finaliza a los 16. Otra opinión que mantengo es la necesidad de aumentar los cursos de Bachillerato a tres años, finalizando, sin repeticiones, a los 19 años, permitiendo mejorar la adquisición de competencias, una mejor distribución de materias y una elección más madura a la hora de optar o no a la enseñanza universitaria.

- Evaluación final y externa en la ESO. Al final, las evaluaciones en Primaria y Secundaria son un rescate de las "reválidas" antiguas y que ya estaban contempladas en la LOCE de Pilar del Castillo. Como en el apartado, anterior, mantengo la misma opinión acerca de estas reválidas.

- Desaparición de la PAU y sustitución por una nota combinada entre las calificaciones de Bachillerato, una prueba final y los requisitos de admisión de las universidades. La desaparición de una prueba nacional y general por implementar requisitos de las universidades, acordados entre estas o no, la veo como una forma de perjudicar a la universidad pública a favor de la privada.

- Recorte de la autonomía educativa. Pese a que Wert ha presentado en su contrarreforma un "aumento de la autonomía", lo cierto es que la dirección de los centros educativos estará controlada por las administraciones con un aumento de su peso en la selección de directores, que además no podrán ser un profesor cualquiera del centro, sino solo los que hayan hecho un curso de dirección. Un golpe a la autonomía implementada desde la aplicación de la LOGSE. Curioso que se haga este recorte a la vez que se reconoce que "a mayor autonomía de los centros, mejores resultados se obtienen".

- Desaparición de EpC y reforzamiento de Religión. Las presiones más conservadoras han conseguido que Wert proponga que no haya ni EpC ni el sucedáneo de "Educación Cívica y Constitucional", más que brevemente en 2º de ESO. Esto es un duro golpe para la transmisión de valores y, en especial, para la adquisición de la competencia social y ciudadana. La educación de un país democrático no consiste solamente en aprender a leer, contar y solucionar problemas: la educación de los países democráticos debe transmitir unos valores de respeto, colaboración y solidaridad con los demás; en definitiva, la educación forma a los ciudadanos del futuro. Wert destruye esto y prima la educación religiosa, a la que pretende dedicar igual número de horas que a las asignaturas específicas.

- Profesores "expertos" (¿nativos?). Una victoria "moral" para Esperanza Aguirre. Wert pretende que las administraciones puedan contratar a profesores "expertos" (que habría que detallar qué considera Wert "experto"), sin pasar por concurso oposición, para la educación bilingüe/plurilingüe. La introducción en el sistema educativo de una lengua extranjera como puede ser el inglés es un elemento positivo, mas no puede usarse como tapadera para reducir el número de profesores y privatizar por la puerta trasera la contratación de personal educativo. La vía de auxiliares de conversación, como ayudantes del profesor, es una buena vía mientras debiera intentarse aumentar el nivel de inglés en las nuevas generaciones de docentes.

- Lengua vehicular. Este punto ha soliviantado a la Generalitat de Cataluña y a la mayoría de partidos catalanes, partidarios de la inmersión lingüística en catalán en la educación. Realmente, pasadas las elecciones catalanas y con el suflé soberanista deshinflándose poco a poco, Wert da un nuevo soplo de aire a las reclamaciones nacionalistas. La contrarreforma aparca a la enseñanza de las lenguas cooficiales a la categoría de especialidad. Además, dispone que debe haber un "reparto razonable" de asignaturas ofrecidas en castellano y en la lengua cooficial, pero, ¿cuál es el reparto razonable? Las sentencias del Tribunal Supremo reconocen, en el caso catalán (la principal fuente de conflicto entre los nacionalistas catalanes y el PP), el idioma catalán es lengua vehicular junto con el castellano, si bien puede darse una preeminencia del catalán sobre el castellano (y jamás exclusión de ningún tipo de cualquiera de estas dos lenguas). Por ello, ¿por qué enfrentarse con el modelo lingüístico catalán, si no es con ánimo de volver a resucitar la confrontación? Wert prevé que, en caso de no llegar a acuerdos, se obligue a las administraciones a pagar una plaza en un centro privado para todas aquellas familias que quieran que sus hijos se escolaricen en tal lengua como lengua vehicular. ¿No será esta disposición un modo de mantener vivo el enfrentamiento contra Cataluña y, a la vez, contentar a los escasos padres que exigen una educación íntegra en castellano, sufragado con el dinero de todos?

Wert crea más problemas de los que es capaz de resolver. Wert ha fallado como ministro de Educación. Wert ha roto el consenso en la comunidad educativa, quiere imponer un sistema que a la mayoría no gusta y sin escuchar la voz de los actores educativos. Wert mantiene la insana tradición española de hacer una ley educativa de partido a cada cambio de gobierno, sin buscar la colaboración política y educativa y sin avanzar sobre los logros de la LOGSE y la LOE. Detrás de los intentos de Wert por desmontar el sistema educativo está la ideología conservadora emanada desde FAES, la fundación del PP.

La sociedad española tiene que responder que no se puede aceptar jamás esta contrarreforma. Empezando por la vía legislativa y manteniendo la labor reivindicativa en las calles, demostrando al Gobierno y a la ciudadanía que la educación pública y de calidad es un patrimonio de todos y que debe mantenerse, tanto para beneficio de la sociedad, como para la transmisión de nuestros valores y el mantenimiento de la cohesión social de España. Por el bien de nuestra sociedad, las aspiraciones de Wert no deben llevarse a cabo.

Enlaces de interés:

martes, 21 de junio de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (y II)


-Insurgencia en el noreste de India: iniciada en 1964 y con un balance de 25.000 muertos, este conflicto es, en realidad, varios conflictos entre la Unión India y diversos grupos armados que reclaman desde mayor autonomía a la independencia total de sus regiones. También se aduce la marginación política que sufren desde el gobierno central a las diferencias étnicas existentes, así como conflictos territoriales entre las diversas regiones. Actualmente, las tensiones se han reducido por las políticas del gobierno indio por el desarrollo de la zona, pero aún permanecen activas algunos de los grupos armados en Assam, Manipur, Nagaland y Tripura.

-Insurgencia en las Filipinas: a finales de los años 60, un grupo del Partido Comunista filipino organizó un ejército guerrillero, el Nuevo Ejército del Pueblo, que prosigue su actividad desde la isla de Luzón, aunque con menor impulso tras la revisión de la estrategia contrainsurgente bajo la presidencia de Corazón Aquino. Igualmente, desde la década de los 60 operan en otras islas guerrillas islamistas separatistas. La Operación Libertad Duradera actuó en Filipinas contra esta guerrilla islamista, aunque actualmente se ha cambiado la estrategia por el diálogo entre el gobierno y las guerrillas comunista e islamista. En total, desde sus inicios las guerrillas se han cobrado la vida de más de cien mil personas.

-Conflicto kurdo en Turquía: desde finales de los años 70, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), comunista, y junto a otras organizaciones revolucionarias y separatistas kurdas mantiene un largo conflicto, con 45.000 víctimas, contra el Estado turco por la independencia de los kurdos de Turquía por la histórica marginación social y política que han venido sufriendo hasta hace bien poco. El PKK, considerado una organización terrorista, se vale del Kurdistán iraquí como base de operaciones contra Turquía. Igualmente, aparte de típicas acciones guerrilleras en el sudeste de Turquía, se han empleado atentados en el oeste del país. Actualmente la marginación de los kurdos en Turquía está reduciéndose, se permite la enseñanza del kurdo y la emisión de canales de televisión en ese idioma y el parlamento cuenta con diputados pro kurdos, si bien el anterior partido pro kurdo, el Partido de Sociedad Democrática fue ilegalizado, acusado de complicidad con el PKK y sustituido por el Partido de la Paz y la Democracia.

-Insurgencia del Ejército de Resistencia del Señor: esta guerrilla de inspiración cristiana inició su lucha en 1987 en el norte de Uganda, aunque actualmente ha ampliado su zona de ataques a Sudán del Sur, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana. El ERS busca crear una república teocrática cristiana en Uganda y castigar a la etnia acholi, empleando a miles de niños como soldados y esclavos sexuales y, en lo que va de conflicto, ha causado 12.000 muertes directas y más de dos millones de desplazados.

-Conflicto de Cachemira: el conflicto estalló en 1947 tras la independencia y partición de la colonia británica de la India entre Pakistán y la Unión India. La región estaba gobernada por hindúes pero poblada mayoritariamente por musulmanes, y tanto un país como el otro reclaman que el territorio les pertenece, apoyando a diversos grupos terroristas y guerrilleros que se han cobrado la vida de entre 60.000 y 100.000 personas.

-Conflicto de Casamance en Senegal: considerado como una guerra civil de bajo nivel desde 1990 entre el Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance y Senegal por la independencia de la región de Casamance, de mayoría jola. Los alto el fuego no dieron resultados a finales de los 90 el movimiento independentista se dividió en dos y comenzó a luchar entre sí, manteniendo los enfrentamientos con el ejército senegalés. El conflicto ya ha provocado la muerte de unas mil personas.

-Insurgencia en el Magreb: tras el final de la guerra civil argelina, del régimen autoritario contra el islamismo, desde 2002 varios grupos guerrilleros y terroristas, como los salafistas o Al Qaeda del Magreb Islámico han llevado a cabo ataques, secuestros y otras acciones en Argelia, Mauritania, Marruecos y Mali, no solo contra sus respectivos Estados o civiles, sino también contra extranjeros -turistas y activistas-, cuyos secuestros provocaron la atención de los medios de comunicación.

-Conflicto en el delta del Níger: el delta del río Níger, en Nigeria, es objeto de frecuentes luchas desde 2004 entre el Estado y los grupos separatistas del Movimiento para la Emancipación y las Fuerzas Voluntarias Populares, de las etnias ogoni e ijaw, por el control de los pozos petrolíferos y justificándolo por la pobreza y la corrupción de la región y el país. Hasta ahora, el conflicto arroja un balance de unos 4.000-5.000 muertos.

-Conflicto de Baluchistán: los insurgentes baluchis luchan contra Irán y Pakistán por la independencia de esta región controlada por los dos Estados. El conflicto ha conocido diversas fases de tranquilidad y lucha desde 1948; el actual período de enfrentamientos surge en 2004, con 7.000 muertos desde entonces. En la zona también han colaborado diversos actores, como los talibanes, o incluso Estados Unidos e Irak para desgastar a Irán.

-Conflicto Irán-kurdos: el Partido por la Vida Libre de Kurdistán (PJAK), al que algunos ven relación con el PKK, pero también con Estados Unidos, sostiene un débil enfrentamiento contra el régimen teocrático iraní por la libertad del Kurdistán de Irán, no necesariamente la independencia, sino bajo un régimen federal y democrático donde se reconozcan los derechos de las otras minorías nacionales que viven en Irán. Las acciones del PJAK se han limitado a la teoría de la acción-represión-acción, al asesinato de miembros de fuerzas de seguridad iraníes en venganza por muertes de kurdos iraníes o en el derribo de helicópteros y pequeños ataques a soldados iraníes. En total, el conflicto lleva unas trescientas muertes desde 2004.

-Insurgencia del sur de Tailandia: desde 2004 la violencia en las provincias más al sur de Tailandia ha aumentado. Los grupos insurgentes, acusados de terrorismo y de vínculos con Al Qaeda y con las guerrillas islamistas de Filipinas, justifican sus actos como respuesta a la falta de representación de los musulmanes en la política tailandesa, así como la pobreza de la zona. Las acciones de los insurgentes, que tienen entre 500 y 15.000 efectivos según las fuentes, se basan en ataques de bombas contra ciudades y edificios oficiales y llevan ya 7.000 muertos.

-Cuarta guerra civil de Chad: mantiene la estela de conflictos anteriores entre árabes musulmanes del norte y africanos cristianos del sur, la lucha por el poder y la tierra, ocultos tras la lucha contra Sudán como excusa para el enfrentamiento entre los diversos grupos sociales rivales. Las nuevas negociaciones, lideradas por las Naciones Unidas y la ayuda humanitaria de Canadá, permitieron el "fin" del conflicto en 2010, a la espera de nuevas elecciones para normalizar la situación. Desde 2005 hasta 2010, ha habido más de mil muertos.

-Insurgencia en el norte del Cáucaso: pese al fin oficial del conflicto de Chechenia y tras las acciones bélicas contra Georgia, la región sigue siendo inestable, con la actividad guerrillera de grupos islamistas en las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingusetia y Kabardino-Balkaria, concentradas en acciones terroristas de ataques a edificios oficiales, medios de transporte, etcétera, con un balance de 900 muertos. Reclaman la independencia de esas regiones bajo regímenes islamistas, o luchando entre sí, sosteniendo diversas interpretaciones islámicas como el salafismo o el sufismo, mientras el régimen de Putin mantiene el control de la región por el ejército y las violaciones de los derechos humanos en los diversos bandos.

martes, 29 de marzo de 2011

Las otras guerras y conflictos existentes (I)


Una de las muchas críticas a la intervención internacional en la guerra civil libia es la constatación de que este conflicto no es ni el único ni el más sangriento que sufre la humanidad. ¿Por qué no se interviene en el resto de conflictos?, se preguntan con ironía muchos de los contrarios a la intervención en Libia. La comunidad internacional en general, y las potencias occidentales en particular, quedan en evidencia ante el mutismo por otros conflictos que dejan millones de muertos. Los casos, por supuesto, difícilmente pueden ser comparables con el caso libio. En muchos casos, los conflictos existentes suelen ser el reflejo de graves problemas internos que sus países no han sabido, no han querido o no les han dejado resolver. Sus características son variadas: pueden durar desde décadas a pocos meses o años, o su intensidad, de mayor a menor intermitencia.

Voy a hacer una breve síntesis de los actuales conflictos. No debemos caer en el simplismo al que nos acostumbran los medios informativos, ni siquiera la de los partidos que reclaman con orgullo el patrimonio del pacifismo o la defensa de "los pueblos", puesto que tanto manipulan uno como otro desvirtuando la realidad de esos conflictos como manteniendo un silencio absoluto, en ocasiones incómodo para ellos y los intereses que tienen detrás.

- Insurgencia naxalita-maoísta (India): surgida alrededor de 1967 por la guerrilla del Partido Comunista de la India (marxista-leninista)-guerra popular. La situación se ha quedado estancada: la guerrilla se refugia en zonas boscosas, atacando a la policía y reclamando cambios sociopolíticos para acabar con el sistema de castas, reparto de la tierra y emancipación femenina. Han muerto alrededor de 10.000 personas en el conflicto, y según la BBC, el año pasado la guerrilla pidió un alto el fuego para iniciar negociaciones.

- Guerra civil afgana: empezó en 1978 con la toma del poder por parte de su partido comunista, comenzando un largo proceso bélico donde han participado los soviéticos en su famosa invasión de 1979, creando su Vietnam, las insurgencias muyahidin y talibán y finalmente la intervención de la OTAN en 2001. A día de hoy, el Estado afgano es muy débil, apenas controla poco más de la región de la capital, Kabul, estando el resto controlado por señores de la guerra y las distintas divisiones militares de la OTAN, con un balance de muertos muy variados según las fuentes, que van desde 600.000 a los 2 millones de muertos.

-Guerra civil somalí: la situación de Somalia se deterioró a mediados de los 80, con insurrecciones contra la dictadura de entonces y la posterior reacción para reinstalar en el poder al tirano derrocado. Desde entonces, el poder político somalí se resquebrajó, configurando a Somalia como Estado fallido según las listas de Fund for Peace y Foreign Policy. De la desintegración del poder central han quedado varios poderes locales: el gobierno reconocido por la comunidad internacional, que controla poco más de la capital y algunas regiones dispersas, la guerrilla islamista y las regiones independientes de facto de Somalilandia y Puntlandia. El balance de muertos también es variable, de 300.000 a 400.000.

-Guerra en Waziristán (noroeste de Pakistán): las derivaciones de la guerra civil afgana se trasladaron a esta región pakistaní, con una importante presencia de la etnia pastún, base de los talibanes. Parte de los combatientes talibán de Afganistán cruzaron la frontera, los Tehrik-i-Taliban Pakistan, y junto a células de Al-Qaeda, a otros movimientos islamistas como Thereek-e-Nafaz-e-Shariat-e-Mohammadi y los talibanes pakistaníes de Lashkar-e-Islam han llevado a cabo diversos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y el ejército de Pakistán. También han realizado diversos atentados contra la minoría cristiana, mezquitas sufíes y a cualquiera que realice críticas en contra de la Ley contra la blasfemia, como el asesinato acaecido hace un mes del ministro de minorías pakistaní, el cristiano Shahbaz Bhatti. Los enfrentamientos, iniciados desde 2004, han supuesto unos 30.000 muertos, la pérdida del control estatal de la zona tribal y el peligro de desestabilización del régimen pakistaní, con la caída de Musharraf en 2008, el asesinato de Benazir Butto el año anterior y las luchas políticas entre el Partido Popular de los Butto y la Liga Musulmana de Nawaz Sharif.

-Insurgencias chíi y del sur de Yemen: estas son dos insurgencias muy distintas. Primero, tenemos que tener en cuenta el contexto de Yemen, un país suní reunificado en 1990 con Saleh como presidente, con ambición de hacer vitalicio su mandato presidencial (las actuales revueltas parecen haber truncado su plan), provocando la desafección de parte de las tribus yemeníes y de las antiguas élites del sur, marginadas del país unificado, además de la minoría chií zaidí del norte. El conflicto con los chiíes comenzó en 2004, con varias campañas de guerrilla y tierra quemada por parte de los rebeldes a lo largo de estos años, incluidas incursiones dentro de Arabia Saudí, a la que acusan de connivencia con el régimen de Saleh; a su vez, el presidente yemení acusó a Irán de estar detrás de los rebeldes chiíes. La insurgencia del sur comenzó en 2009, con intención de volver a separar el sur del resto del país, pero esta vez la rebelión está capitaneada por islamistas, acusados de colaborar con Al-Qaeda. En ambos casos, el gobierno de Saleh recibió ayuda de Estados Unidos para bombardear las zonas rebeldes, según los cables filtrados por Wikileaks. La cifra de muertos se eleva a entre 12.000 y 16.000 muertos, según las fuentes, aunque la cifra de desplazados es de unas 175.000 personas.

-Guerra contra el narcotráfico en México: tras ser elegido presidente de México en 2006, Felipe Calderón inició una serie de operaciones federales contra los cárteles de la droga. En amplias zonas del país los cárteles se habían convertido en la única autoridad y monopolizaban el tráfico de drogas a los Estados Unidos. Para luchar contra ellos, Calderón ha militarizado parte del territorio federal y ha usado al ejército y a la policía, levantando bastantes críticas: falta de preparación de los cuerpos de seguridad para estas operaciones, no atacar las redes de financiación de la droga y no llevar a cabo campañas de concienciación sobre el consumo de drogas. En ello sin duda se revela la corrupción que afecta al Estado mexicano, y al miedo generalizado por los cárteles: las mafias han realizado diversos ataques para amedrentar a la población civil, así como el asesinato de periodistas, políticos y policías. Las cifras de muertos, también variables, van desde 28.000 a 300.000 muertos.

-Conflicto nómada de Sudán: este conflicto, iniciado en 2009, tiene su origen en la guerra de Darfur. Se enfrentan los clanes nómadas de los Messiria y los Rizeigat por el control de los recursos -escasos- de zonas de pastoreo, ganado y agua, en la región de Kordofan del Sur. El número de muertos -de 2.500 a 3.500- no es nada comparado con el de desplazados, 350.000.

-Segunda guerra civil de Costa de Marfil: el conflicto estalló al no reconocer el presidente saliente, Laurent Gbagbo, su derrota en las elecciones presidenciales de octubre/noviembre de 2010. Gbagbo se negó a traspasar el poder al presidente electo, Alassane Ouattara, pese a las presiones internacionales. A los pocos días de finalizar la segunda vuelta electoral, comenzaron enfrentamientos entre partidarios de Ouattara y fuerzas militares y paramilitares de Gbagbo. Hay que entender la situación de la que partía Costa de Marfil: entre 2002 y 2004 se libró la primera guerra civil entre los musulmanes del norte y los cristianos del sur, con intervención de la ONU con tropas de la antigua metrópoli colonial, Francia. Los resultados electorales de 2010 reflejan la división de la guerra civil: Ouattara recibe el apoyo de los musulmanes y Gbagbo de los cristianos. Las milicias musulmanas volvieron a tomar las armas para poner en el poder al presidente electo y comenzaron a tomar ciudades desde febrero de 2011, denunciando la existencia de matanzas y fosas comunes en las ciudades tomadas, culpando a las fuerzas de Gbagbo, aunque la ONU acusa a las fuerzas de Ouattara de estar detrás de muchas de las muertes. Francia decidió intervenir de nuevo en el país, exigiendo al presidente derrotado la entrega del poder y la celebración de negociaciones entre los dos bandos, que a día de hoy resultan infructuosas. 100.000 se han visto obligadas a desplazarse para huir de los conflictos y alrededor de 1.500 personas han muerto, aunque las cifras podrían ser mayores.

-Conflicto interno de Birmania: los problemas internos de Birmania comienzan desde su independencia en 1948. Los comunistas se rebelaron contra el nuevo gobierno, buscando el apoyo de la amplia capa campesina del país. Los cristianos de Karen (hoy Kayin), se alzaron en armas por la autonomía de la región. La situación empeoró para las de minorías (religiosas, como cristianos o musulmanes; o nacionales, como chinos, , kayin, tailandeses...) al imponerse el budismo como religión oficial. El levantamiento de 1988 y las elecciones libres de 1990 fueron acalladas por la Junta militar birmana, convirtiendo al Estado socialista en una simple dictadura militar, negándose los militares a ceder el poder a la oposición civil de Aung San Suu Kyi. En 2007 ocurrió otro levantamiento, que en muchos aspecto reproducía el de 1988: monjes y estudiantes comenzaron a manifestarse en Rangún, protestando por el aumento de los precios, trasladándose las protestas a más de veinte ciudades del país. Los militares arrestaron a los monjes manifestantes y dispersarón a los civiles con gases lacrimógenos, pese a que algunos soldados se negaron a disparar contra la población. La comunidad internacional no pudo dar una respuesta conjunta: los requerimientos de la ONU de proteger a la población no surtieron efecto por el apoyo público de Rusia y China a la junta birmana.

-Conflito israelo-palestino: desde los años 20 y 30 del siglo XX existían pequeños conflictos entre la comunidad judía y la árabe de Palestina, cada vez más violentos a medida de que surgía la posibilidad de la creación de Israel. Con su creación en 1948, entró en guerra con sus países árabes vecinos en 1948, en 1956 (guerra de Suez), 1967 (guerra de los seís días), 1973 (guerra de Yom Kippur), 1982 (I guerra del Líbano) y 2006 (II guerra del Líbano), además de las dos intifadas con los palestinos. Aparte de los conflictos bélicos clásicos, Israel mantiene a la franja de Gaza bajo bloqueo económico y militar, con bombardeos y acciones bélicas con las milicias de Hamás de Gaza, y ocupa Cisjordania y la zona este de Jerusalén, expulsando a palestinos de sus casas y estableciendo colonias israelíes, además de mantener el muro de Cisjordania, aislando a las ciudades palestina y controlando todos los movimientos de la población. Las diversas negociaciones han fracaso, incapaces de llegar a un acuerdo sobre el reconocimiento de Israel, la existencia de dos Estados o qué fronteras considerar. Las cifras de muertos, diversas, pueden llegar a más de 120.000.

-Conflicto armado de Colombia: el conflicto surgió a mediados de la década de 1960 como plasmación de la política del Frente Nacional y de la imposibilidad de participación política de otros sectores sociales. Las guerrillas de las FARC, ELN, M-19 y EPL y otros pequeños grupos iniciaron acciones contra el Estado, llegando a controlar regiones enteras, sobre todo del interior del país. El Estado colombiano reaccionó, primero, en los años 70, como otros países de su entorno respecto a la guerrilla y el terrorismo, con la guerra sucia, detenciones y torturas, y posteriormente, desde los años 80, con de negociaciones para reinsertar a los grupos en la vida política del país, que tuvo éxito con el M-19. Al conflicto político se le unió el problema de la droga, con enfrentamientos con las mafias de la droga primero, (y la formación de la organización paramilitar AUC) y con el uso del narcotráfico para la financiación de la guerrilla, después. La violencia ha convertido a Colombia en uno de los países más inseguros, aunque se han hecho verdaderos progresos en ese aspecto; sin embargo, alrededor de 200.000 personas han perdido la vida y siguen cometiéndose secuestros y asesinatos tanto de ciudadanos anónimos como de personalidades del país, además de evidenciarse lazos entre el gobierno, el narcotráfico y las bandas paramilitares.

jueves, 7 de octubre de 2010

La astucia política de Geert Wilders


Cuatro meses después de las elecciones ya se sabe qué partidos integrarán el nuevo gobierno neerlandés. Tras arduas negociaciones, que abarcaban desde el centro izquierda hasta la extrema derecha, Mark Rutte, líder de los liberales de derecha VVD, formará gobierno con los democristianos de la CDA, ahora cuarta fuerza política de los Países Bajos. Ambos partidos suman 52 escaños de 150. Para conseguir la mayoría parlamentaria, 76 escaños, deberán apoyarse en la extrema derecha del PVV, el Partido por la Libertad de Geert Wilders, que sólo proporcionará apoyo parlamentario.

Es, sin duda, el resultado que más se acercaba a los deseos de Rutte. En junio, comentando los resultados de las elecciones neerlandesas,
aposté por la formación de un gabinete de centro-derecha con el PVV. Argumentaba que era la coalición de gobierno que haría posible un mayor desmantelamiento del Estado del bienestar neerlandés, endurecería la inmigración y sería más beligerante respecto al Islam. La participación de la extrema derecha en el gobierno revelaría "a la opinión pública la esterilidad del odio como programa político" y podría correr la misma suerte que su antecesor ideológico, la Lista Pim Fortuyn, que desapareció como opción política.

Lamento haber estado tan equivocado
, ya que acerté en parte y no en lo importante. Subestimé la inteligencia de Wilders. Evitando el ejemplo de la Lista Pim Fortuyn, consigue eludir la responsabilidad del gobierno pero haciendo que el futuro gabinete de liberales y democristianos aplique sus exigencias. En el acuerdo firmado con ellos, se prevé una reducción de parlamentarios y funcionarios, el ahorro de 18.000 millones de euros, recorte de la ayuda al desarrollo y de la cuota a la Unión Europea. A pesar del recorte social que se prevé, Wilders intenta presentar a su partido como defensor de los jubilados y trabajadores con medidas como mayores ayudas a ancianos y la subida de la edad de jubilación de 65 a 66 años, por debajo de lo que planteaban los liberales.


En las medidas que más interesan a Wilders, la inmigración y el Islam, el nuevo gobierno prohibirá el burka en todo el país, restringirá los fondos públicos a las escuelas musulmanas, las condiciones para la reunificación familiar serán más estrictas, los inmigrantes que no superen los exámenes de civismo serán expulsados y los escolares inmigrantes deberán ir a centros especiales para aprender el neerlandés y alcanzar el nivel de aprendizaje de sus compañeros. Se vigilará la concesión de asilos político de "países peligrosos". Además, se aumentará el número de policías. Y sobre los "coffeeshops" donde se consume legalmente marihuana, deberán convertirse en clubes de socios. A fastidiarse el "turismo de maría".


Así pues, la sombra de Geert Wilders sobre el nuevo ejecutivo será alargada, con la circunstancia de que él se lava las manos de las decisiones impopulares que deberán tomar, pero apropiándose de las populares. Con ello, quiere consolidar el crecimiento de su partido y obtener buenos réditos electorales para próximas elecciones. Para ello, no dudará en mantener el discurso del odio al Islam y la visión de dos civilizaciones enfrentadas: Occidente contra el Islam y su invasión, la inmigración, Occidente como sociedad democrática amenazada por un Islam tiránico e invasor.


Hay dos métodos de controlar a la gente
: asustándola y desmoralizándola. Ya han conseguido desmoralizar a las clases medias y bajas para alejarlas de la socialdemocracia. Ahora las asustan para que no puedan prescindir de la extrema derecha. Wilders quiere ser un líder mesiánico, carismático y providencial para los Países Bajos. En ello, habrá "salvado" a la sociedad neerlandesa: habrá mantenido el orden y los valores tradicionales, una sociedad homogénea y temerosa del poder. Lo conseguirá, claro está, a costa de destruir los mismos valores de democracia y libertad que dice defender.


Actualmente, Geert Wilders está siendo juzgado por los tribunales neerlandeses por incitación al odio, discriminación e insultos a los musulmanes. Amparándose en un supuesto partidismo de los jueces, Wilders se niega a contestar sus preguntas. ¿Cómo lo verán sus conciudadanos? Wilders intenta explotar el juicio como un proceso político y una restricción a su libertad de expresión, que considera que no debe tener restricciones. "
Es usted muy bueno haciendo planteamientos que luego no quiere discutir", dijo Jan Moors, juez presidente del caso.

El juicio
sentará un precedente sobre los límites de la libertad de expresión. La principal preocupación es que este proceso sea visto como una "rendición" al Islam, como quieren venderlo la extrema derecha, recordando la reacción de los islamistas ante las caricaturas de Mahoma en la prensa danesa. Así, para ellos Islam es islamismo radical, es violencia, es tiranía y sus brazos son el terrorismo y la invasión a través de la inmigración. No hay lugar a distinciones, todos los musulmanes son iguales para ellos. Por extensión, nosotros, los europeos, los demócratas, los defensores de la libertad, sólo podemos combatirlo. Tener otra mentalidad implica habernos "rendido".

Ésa es la verdadera visión totalitaria, la única peligrosa para la libertad. Tenemos que combatir a los intolerantes.

(Traducción aproximada) "Extremista. Te perjudica a tí y a la sociedad"

jueves, 11 de marzo de 2010

El Dios de los terroristas


Me causa una tremenda impresión la noticia que recoge el diario ultra Minuto Digital. Que un converso del Islam al cristianismo declare barbaridades sobre la religión musulmana puede resultar comprensible, máxime al haber estado relacionado con el mundo de Hamás. Pero en ningún modo se puede pretender caracterizar a una creencia y a sus millones de fieles por lo que una determinada persona diga en un contexto determinado. Si confundir el Islam con lo que dicen o hacen los terroristas es un argumento para condenar una fe, es igual de estúpido que condenar el cristianismo por lo que haga o diga la Iglesia.


Esta noticia, que deja a un lado a la objetividad y el contraste y no revela precisamente el buen juicio de los redactores, es un ejemplo de la ya extensa campaña de desprestigio contra todo un mundo. Una vez, el Occidente, cristiano por supuesto, es la luz y el Oriente, musulmán, es la barbarie. Es muy curioso que dos fes que hablan del mismo Dios presenten la visión contraria del Creador tan distinta. Dios es amor, Dios es un terrorista… no parecen que hayan leído nada acerca de las Cruzadas, ni siquiera haber entendido un libro de historia.


Se habla de que el conflicto que vivimos es una guerra entre dos dioses. ¿Dos dioses? Es una concepción errónea, porque no hay que olvidar que siempre, siempre, el motivo último de los conflictos es la economía. Lo que se juega en Oriente Próximo, y en muchas otras regiones (la salida al mar para Bolivia, los conflictos del Congo, el Cáucaso, el Mar del Norte o las regiones polares…) es siempre el control de los recursos, ya sean el petróleo, el agua o el gas natural, además de cobalto o minas de piedras preciosas. Dios, como siempre, es la excusa perfecta para legitimar todo mal, y eso nos lleva desde Bush hasta Al Qaeda, en la actualidad.


Hoy, que han pasado seis años desde el 11-M, debemos ser lo suficientemente inteligentes para comprender la naturaleza de los conflictos. Los enemigos de la libertad no están en las casas derruidas de Palestina, en las pateras que cruzan el Estrecho o en los indígenas americanos que exigen acabar con décadas de explotación. Los enemigos de la libertad son esos mismos poderosos que invocan su nombre para acometer la mayor hipocresía y salvajadas de la humanidad. Son los Bush, los Putin, los Castro, los reyes de Arabia… y los Aznar, las Esperanzas Aguirre, los Berlusconi…

lunes, 8 de febrero de 2010

La nación cristiana de Zapatero


En el Desayuno de Oración en Washington, Zapatero hizo alarde de la capacidad que España puede tener para conciliar de una vez religión y libertad y así poder llegar a una verdadera libertad religiosa. La cuestión religiosa en España ha sido una batalla incesante entre anticlericales y clericales, liberales y conservadores, rojos y azules, laicos y serviles… Zapatero ha conseguido demostrar que la laicidad del Estado puede beneficiar el ejercicio de la religión, no sólo lo ha demostrado ante los españoles, sino ante el país que hizo de la libertad religiosa rasgo de su identidad nacional, los Estados Unidos.

Los lacayos de la institución religiosa más intolerante, la Iglesia católica, atacan al presidente por su "empeño" en "borrar a Dios de España" o "destruir la religión católica". El odio nace de la ignorancia y la concordia se construye sobre el conocimiento, dijo Zapatero ante Obama, y es la respuesta de la verdad y de la libertad frente al dogma caduco.

La Iglesia católica, por ser katholikós “universal", quiere extender el mensaje universal y redentor de Jesús, y es legítimo que así lo haga, pero ha confundido el mensaje de Jesús, que es de liberación, con su propio mensaje, que es de dominación. Los colonos que dieron vida a Estados Unidos en cambio, no se confundieron, y por eso las iglesias estadounidenses no están unidas al Estado. Son ekklēsía, asamblea de fieles. El mensaje universal de Jesús se protege cuando estas iglesias no se atribuyen la universalidad.

La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad. Esto dijo Zapatero, y a él hay que reclamarle que la libertad sea celosamente protegida para que el verdadero mensaje cristiano, independientemente de si se es o no creyente en algo, pueda llegar a permitir el conocimiento, y con él, construir la concordia.
"Instrúyanse, porque necesitaremos toda vuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitaremos todo vuestro entusiasmo. Organí­cense, porque necesitaremos toda vuestra fuerza".

Antonio Gramsci, Fundador del Partido Comunista Italiano

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Bienvenidos al Árbol Socialdemócrata, un sencillo blog que pretende dar su pequeña aportación a los ideales del socialismo democrático y de la libertad.

Os invito a leerme, no sólo por afinidad, conformidad a lo escrito o discrepancia, sino para que cada uno cree conciencia propia y ajena. Todos tenemos que contribuir a la libertad, ser una nueva ventana a la esperanza por un mundo mejor.

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