Allá cuando Stalin daba una vuelta de tuerca más en la perversión del marxismo, iniciado por Lenin, en la Unión Soviética, y eliminaba a sus opositores tanto de dentro como de fuera del Partido Comunista, aquí Esperanza Aguirre ha enarbolado en la Puerta del Sol la bandera cuyo lema reza: “o conmigo o contra mí”.
Y, como en su día Stalin, también son el propio partido conservador de Madrid. Purgando a los consejeros que apoyaron a Rajoy, como el ex de la Fuerza Nueva de Blas Piñar, Alfredo Prada, y el inefable Manuel Lamela, de magnífica gestión como Consejero de Sanidad, destruyendo precisamente la sanidad pública, o intentándolo, desprestigiando sin conseguirlo al Hospital de Leganés con las sedaciones. Y no olvidarnos de la promesa de Aguirre: 30 días de espera, si no, se va. ¡Esperanza Aguirre!, seguimos esperando que haga efectiva esa medida para hoy, no vale cuando se retire. O la retiren. Porque a Thatcher la retiraron.
Es de admirar en parte conocer, no por suposición, sino por contemplación, los verdaderos sentimientos y ambiciones propias de una persona que no duda en echar de los puestos de poder a quien comulgue no con la oposición, sino con el mismo presidente de su partido. Ni las Juventudes Socialistas de Madrid lo harían mejor, pero no aportaré ideas.
Su excusa, porque es excusa, se basa en “ahorrar cargos” por la crisis. Pero, ¿cómo nos vamos a creer su MENTIRA, si desde 2003 ha aumentado en un 20% los altos cargos, según el PSOE, en lo único que ha asomado la cabeza en este caso. De 133 puestos de alto nivel a 160, aumentando en un 46% el gasto. Con los cargos de confianza, un 63% más y un 54% más de gasto. Otros cálculos hablan en total de más de un 31% de incremento de altos cargos y del 40% del personal eventual. Vamos, que el ahorro no cuela, no cuando se ha dedicado desde 2004 a dar cobijo y sueldo, que no lo llamaría trabajo, a la antigua administración Aznar. También sabemos que intentó meter en su equipo a Costa y a Pizarro, los otros caídos por el PP en descomposición, lo que es ahora el marianismo.
Tenemos a Madrid, de nuevo, con un gobierno mediocre, hecho por la venganza y no para Madrid, hecho para despedazar el PP (que tampoco eso es criticable, vamos a dejar que se destruyan). ¿Tenemos oposición a esta desfachatez? Existir, existe, que se vea… pues no se ve. ¿Tomás, dónde estás? Normal de tener al jefe de la oposición fuera de la Asamblea, pero bueno, si se creen que a estas alturas de la vida se ganan elecciones desde fuera del parlamento… aquí nadie se queda sin su cuota de la colleja, las bases, que dirijan la oposición que las cúpulas no hacen.
Y, como en su día Stalin, también son el propio partido conservador de Madrid. Purgando a los consejeros que apoyaron a Rajoy, como el ex de la Fuerza Nueva de Blas Piñar, Alfredo Prada, y el inefable Manuel Lamela, de magnífica gestión como Consejero de Sanidad, destruyendo precisamente la sanidad pública, o intentándolo, desprestigiando sin conseguirlo al Hospital de Leganés con las sedaciones. Y no olvidarnos de la promesa de Aguirre: 30 días de espera, si no, se va. ¡Esperanza Aguirre!, seguimos esperando que haga efectiva esa medida para hoy, no vale cuando se retire. O la retiren. Porque a Thatcher la retiraron.
Es de admirar en parte conocer, no por suposición, sino por contemplación, los verdaderos sentimientos y ambiciones propias de una persona que no duda en echar de los puestos de poder a quien comulgue no con la oposición, sino con el mismo presidente de su partido. Ni las Juventudes Socialistas de Madrid lo harían mejor, pero no aportaré ideas.
Su excusa, porque es excusa, se basa en “ahorrar cargos” por la crisis. Pero, ¿cómo nos vamos a creer su MENTIRA, si desde 2003 ha aumentado en un 20% los altos cargos, según el PSOE, en lo único que ha asomado la cabeza en este caso. De 133 puestos de alto nivel a 160, aumentando en un 46% el gasto. Con los cargos de confianza, un 63% más y un 54% más de gasto. Otros cálculos hablan en total de más de un 31% de incremento de altos cargos y del 40% del personal eventual. Vamos, que el ahorro no cuela, no cuando se ha dedicado desde 2004 a dar cobijo y sueldo, que no lo llamaría trabajo, a la antigua administración Aznar. También sabemos que intentó meter en su equipo a Costa y a Pizarro, los otros caídos por el PP en descomposición, lo que es ahora el marianismo.
Tenemos a Madrid, de nuevo, con un gobierno mediocre, hecho por la venganza y no para Madrid, hecho para despedazar el PP (que tampoco eso es criticable, vamos a dejar que se destruyan). ¿Tenemos oposición a esta desfachatez? Existir, existe, que se vea… pues no se ve. ¿Tomás, dónde estás? Normal de tener al jefe de la oposición fuera de la Asamblea, pero bueno, si se creen que a estas alturas de la vida se ganan elecciones desde fuera del parlamento… aquí nadie se queda sin su cuota de la colleja, las bases, que dirijan la oposición que las cúpulas no hacen.
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