Los sucesos políticos acaecidos en Gran Bretaña, más que un escándalo, que lo es, es también la capacidad de reacción que posee una sociedad con una cultura democrática arraigada, con un sentido de lo que es ser ciudadano mucho mayor que en otras partes del continente europeo o del resto del mundo.
La vida política británica está revuelta desde que el diario conservador The Daily Telegraph denunció que los diputados británicos pagan con el dinero público sus gastos personales, que van desde obras en sus casas hasta la construcción de una casa de patos. Creen que su sueldo no da para tanto (y aquí nos quejamos del sueldo de los diputados españoles). El escándalo atañe a laboristas y conservadores por igual, cosa que les perjudicará mucho en las elecciones europeas en beneficio de otros pequeños partidos, como los liberaldemócratas o los regionales.
El escándalo se ha cobrado la dimisión del presidente de la Cámara de los Comunes, el speaker Michael Martin, la primera vez que ocurre en 300 años. La vergonzosa actuación de los diputados, aparte de minar la credibilidad en la clase política británica, hace saltar por los aires siglos de reglas no escritas, de que el speaker nunca es criticado. Pero ha sido el inmovilismo, no la corrupción, lo que ha precipitado su caída, pues defendió a los diputados acusados de abuso del dinero público y obstaculizó las investigaciones. Muchos diputados han devuelto ya lo robado, otros han dimitido y tendrán que hacerse elecciones parciales para cubrir sus puestos y han acordado un nuevo código de conducta y publicar sus gastos en Internet.
Gordon Brown, just Gordon, como inició en marketing su presidencia del Gobierno, sigue manteniendo los mismos altibajos que una montaña rusa, de caídas y subidas. Hace unos meses le daban vencedor en las encuestas, luego por sus errores cayó, la crisis le catapultó como líder para resolver los problemas económicos, y la misma crisis le ha vuelto a hundir. Añadido el escándalo de los gastos, Brown ya no sabe dónde meterse, ni tampoco el Nuevo Laborismo. Es notorio ya que el New Labour va perdiendo gas, sin capacidad de respuesta ni de acción de Gobierno. ¿Llega el fin de la era laborista más larga? Al fin y al cabo, llevan 12 años de Gobierno. 11 años estuvo Thatcher en el poder. 13 años estuvo Felipe González. Toda una era política.
Lo más seguro de todo esto es que los británicos mantendrán una desconfianza mayor hacia su Gobierno y sus diputados. Ya que, como los diputados dependen más de sus electores que de listas de partido, una de las pocas cosas buenas de un sistema mayoritario, tendrán que rectificar y mantener una conducta más honrada. Es su escaño lo que peligra. Pero es una práctica política sana, la capacidad de reacción y de enfado de los ciudadanos: el 90% cree que los diputados han arruinado su reputación. Los periódicos británicos lo presentan como una nueva era del control de la democracia, una catarsis. Los viejos defectos deberán subsanarse y no volverse a repetir.
Son cosas que en el resto de países no ocurre. Italia tiene los diputados mejor pagados, y así está su sistema político: envejecido, anquilosado y corrupto. En España se pone el grito en el cielo por las primas de los diputados. Y en el Parlamento Europeo… su sueldo es inversamente proporcional a su notoriedad en los mass media, que no a su importancia legislativa. Pensemos también en los sueldos de los grandes empresarios del IBEX-35. Realmente, ¿hace falta tener sueldos tan desorbitados?
A los mediterráneos nos queda aún mucho camino para tener unas prácticas como las anglosajonas y nórdicas. Nos falta la práctica del republicanismo.
5 comentarios:
coño, pero los laboristas no son socialdemócrtas?... entonces, lo están hacineod bien.
Nadie es perfecto, ni ellos. Ni tampoco es fácil enfrentarse con ventaja a un hecho como es el agotamiento de su proyecto actual.
Hoy he escuchado la opinón de Gabilondo, y la verdad que creo que ha dado en el clavo.
Y si miramos a España, el espectáculo PP y PSOE es lamentable.
Ver vídeo Cuatro.comSaludos.
Anónimo muy valiente, también eran ultraliberales en islandia¿no era un vergel de las políticas liberales? Aún así la corrupción atañe a ambos partidos en UK.
Bueno, los laboristas vienen de una tradición política bastante distinta a la de los grandes partidos socialdemócratas europeos. La izquierda italiana, el PSOE o el SPD han evolucionado desde posiciones marxistas, mientras que el labour viene de una tradición genuinamente "british" resultado de la escisión por la izquierda de los liberales y del poder de cuajo político de las trade unions. Nunca cuestionó el sistema, como prueba el temprano desembarco en el poder de Ramsay McDonald.
Respecto al sistema parlamentario inglés, nos da mil vueltas. El reglamento y la tradición de la cámara permite unos debates dialécticamente mucho más ágiles, ásperos y agresivos que los que estamos acostumbrados a ver en nuestro Congreso. Los políticos entablan un auténtico debate en el que se pone realmente a prueba su capacidad de liderazgo, reflejos y agilidad mental. En defitiva, es un sistema sin red en el que queda siempre patente quien tiene de verdad las respuestas y la iniciativa.
En cuanto a las encuestas, yo no he visto ninguna que diera ganador a Brown en años. Lo más que ha conseguido ha sido llegar a reducir su desventaja en torno a 7 puntos. Hay que remontarse a finales de 2007 para constatar una ventaja sólida del laborismo, y Brown tiene que estar lamentándose aún por no haber adelantado las elecciones entonces...exactamente el mismo error que cometió James Callaghan en 1978. Y también lo mismo que Callaghan, Gordon Brown probablemente va a quedar para la historia como un primer ministro gris, breve y a olvidar. De hecho, el obituario que la BBC le dedicó a Callaghan en 2005 viene que ni pintado para la muerte (política) de Brown: "Fue víctima de los acontecimientos, del tiempo y el destino, contra los que luchó constantemente como primer ministro británico".
El escándalo, por cierto, es un autentico regalo para los liberales-demócratas. Atentos a las europeas, donde los laboristas podrían quedar (y por segunda vez consecutiva, desde las elecciones locales de 2008) como tercera fuerza política en Gran Bretaña. Esto me huele a crisis de indentidad y de discurso quizá peor y más profunda que el de los 80. Y entonces ya estuvieron más de 17 años en la oposición.
Publicar un comentario