Volvió. Volvió el radicalismo a la jerarquía episcopal (aunque nunca se fue). Mantengo una sincera pena por los cristianos españoles, porque muchos de ellos no son seguidores del pensamiento único de esta Iglesia católica que engaña y que no propaga el evangelio de Cristo, sino el odio y la imposición.
No solo volvió el odio, el sectarismo, sino que ha vuelto la hipocresía. Mejor dicho, se mantiene esa hipocresía. ¡Se sigue comerciando en el templo! Hace dos mil años Cristo expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalén; hoy, los mercaderes están de nuevo en el templo, y son los propios siervos de Dios. Hace quinientos años Lutero denunció esta infamia. Quinientos años después siguen.
La Iglesia, que debe ser institución que salvaguarde la doctrina de amor y respeto que predicó Cristo, que debe ser la institución que ayude a sus fieles, que les infunde el sentimiento de bondad, que les enseñe a seguir el ejemplo de Cristo, juega a la Bolsa. ¿Con qué dinero? Con el de sus fieles, con el del Estado que los subvenciona. Y ha perdido un 20% de ese dinero los arzobispados de Madrid y Burgos, a cargo de Rouco Varela y Francisco Gil, con una inversión de unos 80.000 euros al año a los laboratorios Pzifer. No sólo a ello, sino también invierte en compañías licoreras y en fondos opacos.
Que el dinero no vaya a instituciones humanitarias cristianas, como Cáritas por ejemplo, o a las parroquias más pobres, y vaya a una empresa que fabrica anticonceptivos y Viagra, cosas a las que la Iglesia se opone con total rotundidad.
Así pues tenemos que la postura de la Iglesia es contraria al uso del anticonceptivo, y predica unos valores conservadores en la materia afectivo-sexual, y mientras tanto invierta en empresas fabricantes, para sacar beneficio.
Que los humanos son humanos y por tanto puedan equivocarse, ser malvados, etcétera, es fácilmente comprensible. Que la Iglesia tenga un comportamiento tal de hipocresía y cinismo es repulsivo.
Esta no es, seguramente, la Iglesia que quiso Cristo, ni tampoco la Iglesia que quieren los cristianos. ¿Cuál es su fuerza moral ahora para sostener sus tan radicales y ultramontanas posturas, cuando su incoherencia es tan manifiesta?
No solo volvió el odio, el sectarismo, sino que ha vuelto la hipocresía. Mejor dicho, se mantiene esa hipocresía. ¡Se sigue comerciando en el templo! Hace dos mil años Cristo expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalén; hoy, los mercaderes están de nuevo en el templo, y son los propios siervos de Dios. Hace quinientos años Lutero denunció esta infamia. Quinientos años después siguen.
La Iglesia, que debe ser institución que salvaguarde la doctrina de amor y respeto que predicó Cristo, que debe ser la institución que ayude a sus fieles, que les infunde el sentimiento de bondad, que les enseñe a seguir el ejemplo de Cristo, juega a la Bolsa. ¿Con qué dinero? Con el de sus fieles, con el del Estado que los subvenciona. Y ha perdido un 20% de ese dinero los arzobispados de Madrid y Burgos, a cargo de Rouco Varela y Francisco Gil, con una inversión de unos 80.000 euros al año a los laboratorios Pzifer. No sólo a ello, sino también invierte en compañías licoreras y en fondos opacos.
Que el dinero no vaya a instituciones humanitarias cristianas, como Cáritas por ejemplo, o a las parroquias más pobres, y vaya a una empresa que fabrica anticonceptivos y Viagra, cosas a las que la Iglesia se opone con total rotundidad.
Así pues tenemos que la postura de la Iglesia es contraria al uso del anticonceptivo, y predica unos valores conservadores en la materia afectivo-sexual, y mientras tanto invierta en empresas fabricantes, para sacar beneficio.
Que los humanos son humanos y por tanto puedan equivocarse, ser malvados, etcétera, es fácilmente comprensible. Que la Iglesia tenga un comportamiento tal de hipocresía y cinismo es repulsivo.
Esta no es, seguramente, la Iglesia que quiso Cristo, ni tampoco la Iglesia que quieren los cristianos. ¿Cuál es su fuerza moral ahora para sostener sus tan radicales y ultramontanas posturas, cuando su incoherencia es tan manifiesta?
2 comentarios:
A ver a ver...
a) Rouco puffff no comments
b) ¿Invertir en empresas que fabrican metodos anticonceptivos? Si es que tienen unas ideas...cuando lo he oido esta mañana me he quedado con la boca en forma de o, como el niño que no lleva pijama a rayas en el libro del niño del pijama a rayas jeje
c) Invertir no me parece tan mal. Creo que reparten mucho dinero a los pobres, a las misiones, a los enfermos, a los proyectos...pero cada vez la sociedad en general nos dará menos y los precios suben; el dinero es necesario para mantener templos, pagar la luz, el agua, reparaciones, pagar a los curas que tb tienen que subsistir, mandar a paises menos desarrollados etc...y no creo que invirtiesen con el fin de enriquecerse. Por tanto, no me parece mal que lo hayan intentado. Eso si, a ver si invierten en algo mas productivo y que vaya menos en contra de lo que predican.
¿Comentario pepista?
Soy yo...tratame bien!!
para catolicismo coherente recuerda por donde pasar jajaja
un saludo sigue asi!
Publicar un comentario